-¿Qué sucederá el día que nos cansemos de estar juntos?

-Pues buscaremos otras personas que nos hagan felices.

-¿Y si nunca nos cansamos del otro?

-En ese caso, estaremos juntos hasta que las estrellas nos envidien y decidan que alguno debe irse.

-Pero, entonces... - El más alto podía seguir preguntando toda la noche, pero el castaño decidió callarlo con sus besos lentos de sabor a chicle de fresa. Podrán pasar cientos de bocas diferentes a la de TaeHyung, pero su sabor ya quedó impregnado en SeokJin.

-Shhhhh, calla dulzura; deja de pensar en el final. Por más cosas y personas que pasen, siempre serás mi mejor recuerdo, ¿de acuerdo?. - El rubio se acomodó más cerca de la nuca de Kim y planto un tierno beso.

-Lo entiendo, pero aún tengo más preguntas, preguntas sobre nosotros. ¿Cuándo podremos salir al mundo?

-Pronto; lo prometo. - El castaño sonreía cálidamente, intentando demostrar una seguridad que no sentía en lo absoluto.

TaeHyung no estaba listo para eso; sabía que estaba hiriendo a ambos,  al amarse en la oscuridad de esas cuatro paredes, pero todavía no sentía seguridad para gritar su amor.