Hola, soy JiHyo.

—No—, susurró JiHyo mientras borraba el texto de la pantalla.

¡Oye, escuché que el trato salió bien!

—Eso significa que pregunté por ello... Maldita sea.

Oye, disfruté mucho conocerte.

—Demasiado formal...— Dijo, borrando el texto una vez más pero presionando accidentalmente enviar en el medio. —Buen trabajo, JiHyo. Ahora pensará que eres una maldita idiota. Honestamente, debería dar una clase... Cómo perder a una chica con cinco palabras o menos.

1 mensaje nuevo de Sana

Hola, ¿quién es?

JiHyo escribió rápidamente una respuesta, feliz de que la chica al menos hubiera respondido.

Hola Sana, soy JiHyo. Perdón por el mensaje extraño, presioné enviar por accidente.

¡Oh, JiHyo! Es genial saber de ti, ¿o tal vez no quisiste enviarme un mensaje de texto?

No, lo hice. Es solo que estaba tratando de averiguar qué enviar

Aaaw, ¿estabas nerviosa por hablar conmigo, nena?

JiHyo trató de ignorar las mariposas que estallaron en su estómago ante el apodo, sintiéndose casi como una colegiala que se enamora por primera vez. Quería, no necesitaba, escuchar a Sana llamarla así en persona. Quería escucharlo en el tono distintivo y suave de la mujer, con ese pequeño toque de acento japones que tenía cada vez que hablaba.

No te hagas ilusiones. Entonces, ¿cómo fue el trato?

Fue genial, de hecho voy a ir a tu casa ahora mismo para firmar algunas cosas

—¿Ahora? —, gritó JiHyo, sintiendo inmediatamente la necesidad de arreglar su apariencia. Escribió una respuesta, tratando de parecer tranquila y serena antes de abandonar su teléfono en la cama para ir a prepararse.

Oh, genial. Puede que te vea más tarde entonces.

JiHyo sacó un par de shorts de mezclilla de tiro alto, unas medias transparentes de color rosa claro hasta los muslos y su suéter rosa estilo Barbie de Moschino de su colección 2015. Quería que la vieran informal pero linda, y no como si hubiera puesto demasiado esfuerzo en el atuendo. Rápidamente se sacó la cola de caballo y se peinó un poco el cabello con su cepillo, echándolo hacia atrás y dejando que sus rizos naturalmente suaves enmarcaran su rostro. No era perfecto, pero era lo suficientemente bueno.

Escuchó el timbre de la puerta unos momentos después y decidió que ese sería un buen momento para ir a buscar un refrigerio a la cocina. Bajó las escaleras con naturalidad, asegurándose de que sus shorts estuvieran justo alrededor de su delgada cintura y que mostraran bien su trasero redondo. Y, efectivamente, allí estaba Sana, siendo recibida por su padre e invitada a entrar a su mansión.

—Ah, JiHyo, conoces a Sana, ¿verdad? —dijo su padre una vez que la vio en la escalera.

—Nos conocemos —dijo JiHyo con indiferencia. No estaba dispuesta a darle ninguna razón para que mantuviera a Sana alejada de ella, así que por ahora necesitaba parecer indiferente al ver a la mujer de nuevo.

—Es agradable volver a verte, señorita Park —saludó Sana, inclinando la cabeza ligeramente en señal de respeto, pareciendo no ser nada parecida a la mujer atrevida que había llamado a JiHyo nena en un mensaje de texto apenas 15 minutos antes.

—Es agradable volver a verte a ti también, señorita Minat —respondió JiHyo.

—Sr. Park, hemos preparado todo en su oficina para usted. Pero el Sr. Wilson llamó, quiere hablar con usted antes de que se finalicen los contratos —dijo la asistente del Sr. Park.

—Bien. Bueno, JiHyo, ¿por qué no le ofreces una bebida a nuestra invitada? Regresaré enseguida, pero debo atender esta llamada. Mis disculpas, Sana.

—Por supuesto. No te preocupes, Harold, tengo mucho tiempo —respondió Sana en un tono comprensivo.

—Ve a atender la llamada, papá. Yo me encargaré de nuestra invitada —dijo JiHyo.

—Ese es mi angelito —le dijo su padre con calidez—. Te veo en un momento, Sana.

Con eso, salió de la habitación y JiHyo condujo a Sana hacia la cocina. Ambos estaban en silencio, pero la tensión entre ellos era tan densa que se podía cortar con un cuchillo. Sin embargo, Sana pronto la rompió, comprobando primero su entorno para asegurarse de que estaban realmente solos. Atrapó a JiHyo contra el refrigerador, con una mano a cada lado de su rostro.

Sus cuerpos estaban tan juntos que JiHyo podía sentir el calor que irradiaba Sana. Y de repente se sintió hipnotizada cuando sus ojos se encontraron con los brillantes ojos azules de la mujer que brillaban como diamantes y tenían pequeñas motas de oro atravesándolos. Parecían un océano sin fondo en el que JiHyo se dejaría ahogar felizmente. Un océano lleno de secretos y deseos que deseaba desesperadamente descubrir uno por uno.

—Su angelito, ¿eh? Apuesto a que podría hacerte pecar, hacer que dejaras el cielo y te entregaras al placer. ¿Cómo suena eso, nena? —, le susurró Sana al oído.

—Por favor...

—Por favor, ¿qué? —, ​​respondió Sana con una sonrisa burlona.

JiHyo no sabía realmente lo que quería, solo sabía que quería algo. Anhelaba que la tocaran, que la besaran o que la cuidaran. Que la cuidaran de verdad. Que la cuidaran incondicionalmente.

—Bésame—. Finalmente susurró, inclinándose más cerca para que sus labios casi tocaran los de Sana mientras hablaba.

—¿Admitirás que estabas nerviosa por volver a hablar conmigo entonces? —, susurró Sana, besando la piel debajo de su oreja. —¿Admitirás que pensabas en mí? ¿Qué soñabas conmigo?

JiHyo sacudió la cabeza, no dispuesta a renunciar a la actuación. Quería parecer que tenía el control, aunque en ese momento no lo tuviera.

—¿No? ¿Entonces tampoco admitirás que bajaste intencionalmente para verme?

—Yo... no lo hice. Bajé a comer algo—, dijo JiHyo, sonrojándose una vez que se dio cuenta de lo sexual que sonaba eso.

—Oh, no dudo de que lo hiciste, nena, y mi coño está listo para ti cuando quieras probarlo—, susurró Sana antes de chupar suavemente el cuello de JiHyo, lo que la hizo soltar un suave gemido.

—¿Sana? ¿Estás lista para la reunión? —, gritó de repente la voz de Harold, deteniendo el momento.

—¡Estaré allí enseguida, Harold! —, gritó Sana mientras se alejaba por completo de JiHyo. —Te veo pronto, muñeca.

Con eso se fue, y JiHyo se quedó sin aliento y deseando con una pregunta dando vueltas en su cabeza; —¿Qué diablos acaba de pasar?

Doble cap porque estuve ocupada y no actualice este fin de semana jjj

YA EMPEZO LO BUENO