-Ahhh, eso sin dudas me dolió demasiado, antes hubiera jurado que lo más doloroso que podía hacerte una mujer era engaña....

Pero el muchacho no pudo continuar, ya que se encontraba aparentemente solo y a total oscuras.

-¿Diana? ¿Es uno de tus trucos? Si es así, seria genial que ya te detuvieras. -Dijo el joven mientras caminaba sin rumbo

Era extraño, de hecho todo lo era desde que había llegado a este mundo, sin embargo esta situación se sentía diferente. Era como si no fuera capaz de sentir sus movimientos pero al mismo tiempo era consciente de que se estaba moviendo sobre alguna especie de plataforma.

Tras pensar eso, lo invadió el miedo de que en algún punto el suelo se terminara, asi que procedió a agacharse y usando sus manos para tantear el terreno, siguió avanzando gateando.

-Me pregunto que diría la señorita perfección si me viera así de paranoico y moviéndome a arrastras. -Pensó- . Aunque no estaría mal impl...

Para bien o para mal, la técnica de ir tanteando el terreno había funcionado, pero no de la manera que Braulio estaba esperando.

Tras tocarlo por primera vez y correr la mano rápidamente, volvío a tantear para confirmar y esta vez encontro el otro.

En el fondo, aunque muy poco, lo tranquilizaba el hecho de que fuese un zapato. No podía decir que lo reconocía pero hubiera sido peor tocar un pie descalzo.

Seguido a eso, siguio tocando descaradamente a la par que subía. Lo próximo fue un par de rodillas, y justo antes de llegar a los mulsos, se encontró con una pollera.

Casi como un reflejo, se levanto rapido y literalmente, como por arte de magia, una zona próxima a el se ilumino.

Grande fue su sorpresa al ver a la dueña de los pies, pero no por ser quien el esperaba que fuera, sino por la apariencia de ella.

Sin dudas era Diana, pero estaba diferente, si bien es característico de ella comportarse de forma madura y parecer una adulta casi todo el tiempo, esta versión de la peliverde se veía aparentemente más adulta y al parecer tenia un... escote "llamativo" por así decirlo.

Cosa que hizo que Braulio despegara la vista de esos hermosos ojos por unos segundos

Aclaración: no estaba con el escote tan sugerente como en la imagen (todavía), sino que tenia un frente más grande ;)

Antes de que el joven pudiera hacer otra cosa, la peliverde comenzó a tornarse de un color gris y coloco a una velocidad super humana sus manos al rededor de la cabeza del muchacho.

Apenas este sintió el contacto, intento con sus últimas fuerzas defenderse pero fue en vano, puesto que sus piernas cedieron y volvio a quedarse a oscuras.

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-¿Eso fue real? ¿Qué me paso? -Se pregunto alterado Braulio

Un centenar de preguntas inundaron su cabeza, además al abrir los ojos nuevamente, estaba en un lugar totalmente distinto. Sin embargo, ahora podía sentir todo con mas claridad.

No le tomo demasiado tiempo darse cuenta de que se encontraba acostado boca arriba, al menos tapado hasta el pecho y sentía algo extraño en su pierna izquierda.

Dejando eso de lado, podía ver un techo como de una cabaña, y una luz cálida que sin dudas provenía de una chimenea.

Fue por eso que el joven decidió moverse lentamente, levantando con cuidado la cabeza para poder ver mejor el panorama.

Grande fue su sorpresa al levantar la vista. Lo primero que vio fue que estaba cubierto de vendajes y aparentemente en ropa interior, y lo segundo, que fue lo verdaderamente importante, fue que el extraño peso en su pierna no se trataba de nada más ni nada menos que de la mismísima Diana Cavendish.

Esta se encontraba arrodillada en el piso y descansado sobre Braulio, ciertamente una situación algo triste y más para la peliverde, quien tenía horribles recuerdos.

Para no asustarla, el joven tosió falsamente para llamar su atención, cosa que funciono.

-¡¡Braulio!! -Grito aliviada antes de lanzarse encima del joven

Tan pronto como ella se enrosco alrededor de el, las lágrimas comenzaron a brotarle.

Si bien ella era más que consciente de los protocolos y que tratar tan descuidadamente a una persona herida era irresponsable, no pudo evitar hacerlo, de alguna forma su peso o malestar de la infancia se aliviaban con el despertar de su amigo.

Sin embargo, fue un sorprendido Braulio por las lágrimas y la reacción de la joven quien la saco de su transe con una leve caricia.

Tras eso, ella retrocedió y trato de evaluar la situación.

-Ohh no, tus heridas, yo.. yo lo lamento tanto, no tuve intención de lastimarte.

-Pff. -se acomodo en la cama. ¿Cuáles son las heridas? De hecho nunca me sentí tan vivo. -Dijo mientras se desenvolvía la venda del brazo.

-¡¡Aguarda!! Eran heridas profundas, así que tuve que... imposible..

No daba crédito a lo que sus ojos veían, las lastimaduras habían desaparecido, algo que ni con el vendaje mágico que le aplico y la magia sanadora hubiera sido posible, o al menos no tan rapidamente.

-Ves, no hay de que preocuparse bombón. -Contesto bromeando mientras hacia fuerza con su bíceps.

Luego saco la de su abdomen y siguió con el resto.

-Eso es imposible...

Diana no le dio demasiada vuelta al asunto, había decidido en ese momento que luego investigaría, ahora, sabiendo que nada la detenía, se abalanzo definitivamente sobre el joven.

Ambos se abrazaron mientras la peliverde sollozaba. Luego de fortalecer el abrazo en más de una ocasión, fue el joven quien tomó la iniciativa y agarrando delicadamente la cabeza de Diana y tras dedicarle una mirada, hizo que sus labios se unieran.

Era chistoso, pero la sensación, textura y demás cosas de los labios de esa joven lo volvían loco, eso sin tener en cuenta el hermoso aroma de la muchacha y hasta incluso la calidez que transmitía su persona.

Se podría decir que le gano el momento o que le ocurrió lo que literalmente le pasaría a cualquier hombre en su lugar, se dejo llevar por la situación. El problema, entre comillas, fue que la peliverde, en el momento que levantó los brazos para acomodarse mejor y seguir con el beso, tuvo la suerte de usar como apoyo la "espada", que cabe aclarar se encontraba algo feliz.

No fue hasta que ella presionó subconscientemente esa "dureza" y mirara la divertida reacción de Braulio que reacciono.

Rápidamente salió de la cama y apenas el joven comenzó a reír, ella dejo la habitación, o básicamente huyo del lugar.

Sin dudas esa situación la sobrepaso bastante, y la mezcla de felicidad, alivio, pasión y sobre todo vergüenza no hacían una buena combinación.

Y si bien, ya habían ocurrido otros encuentros, ninguno tenia tanta carga emocional como este y además los otros en su momento fueron tan espontáneos que pasaban desapercibido como un juego, y del "primer encuentro" no se tenían recuerdos.

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No se alarmen que en el próximo cap hay acción gente

Antes que nada quisiera desearles buenas noches, días o tardes y les mando un abrazo enorme.

Y les dejo aquí un acertijo, si ganan... hay un premio especial.

Tiene iniciativa, pero no su amor, y con una gran sonrisa espera su invitación.

¿De qué personaje de LWA se trata? Los leooo.