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indicios...

Habían pasado varias horas desde que el par de tortolos habían estado activos, y si bien tuvieron acción hasta altas horas de la madrugada, no fue ningún impedimento para que la señorita Diana se levantara antes de la primera luz del alba, y que tras un poco de arreglos, levantase a su compañía.  

Fue así, que iniciando con unos toques suaves, y pasando rápidamente a una sacudida violenta al ver que Braulio seguía totalmente dormido, pudo notar algo peculiar. 

A pesar de que la musculatura del joven ya era de por si impresionante, pareciera que en la noche esta se hubiera vuelto aún más marcada, hasta daba la impresión de que era un poco más alto, y considerando la extraña desaparición de sus heridas, pensar algo de este estilo no era para nada descabellado. 

―Mmm.. ―se froto los ojos.―Buenos días belleza. ―dijo viendo algo borrosa a Diana.― Y no pienso ir a la escuela. 

―Primero, buenas tardes querrás decir. ―Se acerca a darle un beso. ―y Segundo, lamento decepcionarte pero es precisamente allí a donde nos dirigiremos. 

Si bien ya era obvio que ella sentía algo más que solo aprecio hacia el joven, la intrigante recuperación y su extraño cambio físico no la dejaban tranquila, definitivamente debía investigarlo. 

―Es increíble, como puede ser que yo no pueda mover las piernas. ―se sentó en el borde de la cama. ―Y tu estés como si nada. ―bromeo. 

―No entiendo por que te sorprendes tanto. ―Contesto antes de reírse. 

Braulio, notablemente ofendido por la broma, solo abrió la boca para expresar su descontento y sin decir nada se dejo caer sobre la cama. 

―Solo bromeo, pero no hay tiempo para recuperarnos, debemos apresurarnos en llegar. 

Ante esta contestación, el joven se volvió a sentar como un rayo y pregunto. 

―¿Entonces admite que sen...?

Pero antes de terminar, Diana le arrojo toda su ropa en la cara, interrumpiéndolo. 

―Saldré a poner la escoba en condiciones, te esperare afuera. ―le arroja las zapatillas. ―Y trata de apurarte. ―Se río despacio. 

Tras sacarse el pantalón de la cabeza, el joven observo a la bruja irse, sin poder evitar pensar lo sexy que se veía y lo mucho que comenzaba a significar ella para el, agitando la cabeza y comenzando a vestirse tras este último pensamiento.  

Solo basto con intentar ponerse su pantalón para ver que algo no iba bien. 

Era ropa que uso toda su vida, pero esta vez estaba batallando para colocársela, y lo que es más, sus tobillos sobresalían demasiado y estaba más apretado que un matambre.

―Qué extraño. ―hizo dos sentadillas para probar la flexibilidad. ―Había escuchado de ropa que se encoje, pero esto es absurdo. 

Tras eso, se coloco la camisa y noto exactamente lo mismo, ya que esta casi le quedó como una pupera. Y ni hablar de los zapatos, colocárselos si que fue un verdadero espectáculo. 

Ya una vez "vestido" y con algo de dificultad, Braulio camino hasta la entrada de la cabaña y salió para encontrarse con Diana. 

―Pero que... ―Dijo atónito el joven. 

Al escuchar tal tono de asombro, la muchacha volteo rápidamente solo para sorprenderse también. 

―Ni siquiera a salido el sol ¿Qué hora es?.

―P.. ¿Qué le sucedió a tu ropa? 

Dijeron al unísono. 

Pese a que ambos estaban sorprendidos, sin dudas la bruja lo estaba mas. 

Ella solo miro atónita, lo considerablemente más grande que se había vuelto.

No solo su musculatura, sino que también su estructura ósea habian crecido, y definitivamente se veía muchísimo más imponente, de no conocerlo, ciertamente se sentiría aterrada. 

Tras agarrar valor y al ver que el joven seguía atónito por la hora del día y el frío que hacia, Diana volvió a repetir su pregunta con seriedad. 

―¿Qué ocurrió con tu ropa? ¿Te sientes bien?

―Hmm.. ―Murmuro confundido. ―¿Parece que se encogió, no? De hecho hasta mis zapatos son más pequeños. ―Contesto inocentemente. ― Y estoy de maravilla, poder verte hace que el día sea el mejor de todos, pero tengo frío. ―Agrego mientras se cruzaba de brazos. 

La joven no pudo creer que el no fuera consciente de su cambio, pero al ver que se encontraba aparentemente bien y que seguía siendo el mismo dulce y simpático joven, se tranquilizo.  

―Tranquilo, cuando lleguemos a la academia veremos que hacer con tu ropa, pero debemos llegar antes de que noten nuestra ausencia, o mejor dicho la de Akko y mía. 

Tras eso, el joven camino hasta donde se encontraba la hermosa peliverde, y sin mediar palabras la tomo de la cintura y le dio un beso muy apasionado, que fue continuado por la muchacha. 

Cuando Diana sintió que iba a perder el control, se separo y monto rápidamente su escoba, invitando a Braulio a hacer lo mismo, pero lejos de hacerle caso, este se paro frente a ella y mirándola con una cara juguetona le pregunto.

―¿Y tu bombón? ¿Cómo estás? Además de hermosa y radiante como siempre.. 

La peliverde no pudo evitar enredarse al contestar por los nervios, así que desviando la mirada para calmarse le respondió. 

―Estaría mejor si nos apresuramos en llegar, con este uniforme tengo demasiado frío. 

―Por fin concordamos en algo. ―Se subió a la escoba. ―Pero si quieres podemos entrar en calor. ―Agrego imitando una voz más grave. 

Queriendo evitar caer en la tentación, Diana se apresuro a poner a volar su escoba. 

- Tía Freyre

Pero solo basto un par de segundos para que la joven quedara sorprendida de nuevo. 

Ella tenia experiencia llevando a mas de una persona en su escoba, de hecho lo había intentado ya varias veces y sin dudas es una de las mejores, por no decir la mejor volando, pero ni el peso de dos personas podía equipararse con el que sentío en ese momento. 

De hecho todo el despegue e inclusive cuando nivelo el vuelo, sintió que la escoba iba a ceder y volverían a caer en picada. Fue ahí cuando se pregunto seriamente ¿Qué estaba ocurriendo con Braulio? 

Pese al gran peso, la escoba aun seguía volando rápido, así que el muchacho se sostuvo todo el viaje de la cintura de la peliverde. 

Mientras la bruja seguía encerrada en su cabeza intentando encontrar alguna respuesta, su acompañante subía las manos hasta la altura del pecho, haciendo que Diana las tomase y las volviera a colocar en su cintura, donde el joven ahora bajaba sus manos y la bruja volvia a repetir el proceso. 

―Vaya, hoy parece ser que te despertaste con demasiada energía. 

―Me disculpo, la verdad no se que me pasa. ―se acerco y le corrio los pelos de la nuca. ―Pensándolo bien, mi problema tiene nombre y apellido. ―Dio suaves besos en el cuello de la bruja.

Ante esto, la chica no pudo evitar cerrar los ojos y comenzar a inclinarse, pero al ver el pueblo a lo lejos volvió a concentrarse. 

―Mira, parece que ya llegamos. ―observo la salida del sol. ―Y justo a tiempo.  

Tras un par de minutos, ambos se detuvieron en las inmediaciones del poblado, ya que Braulio debería  volver a adoptar la forma de Kagari. 

 ―Y bien ¿volverás a transformarme en tu amiga? 

―Tengo que, no creo que haga falta explicarte el motivo. ―Saco su varita.

―¿Pero acaso no hay otra forma? Me refiero a algo como una capa de invisibilidad.

Pero antes de recibir una respuesta, ya estaba vestido con el uniforme de la academia y era considerablemente mas pequeño que Diana. 

―Supongo que eso es un no... ―se acomodo el pelo. ―pero que quede claro que si nos atrapan diré que me secuestraste. ―rio, haciendo que la chica también se ría. 

―Descuida, a estas horas la única forma de que nos descubran seria si entramos volando, además tenemos buena coartada.

―Espero que en tu coartada omitas varios detalles. 

Avanzaron por el desértico pueblo hasta la parada de la linea ley.  

―Bien, ahora sube, y te recomiendo que no te sueltes. 

Ante esto, Braulio volvió a colocarse sobre la escoba y dijo bromeando. 

―Relájate, no pienso dejarte ir bombón. 

Seguido a esto, la bruja agarro vuelo y antes de notarlo, ya estaban en la linea ley. 

En ese momento, el joven se deslumbro, ver tantos colores y experimentar la magia de primera mano era algo que nunca podía llegar a cansarlo. Esta sensación tan extraña como increíble lo absorbió completamente.  

―Wow.. esto es... increíble. 

Ante tal declaración la bruja elevo una ceja, ya que por su parte esto era algo muy normal. 

―¿Esto? De hecho no es para nada espectacular. ―contesto pensativa. 

―Claro que si, todo lo mágico lo es.. ―sonrió ― .Tu lo eres... 

Una sensación de calidez y satisfacción recorrió todo el cuerpo de Diana, pero decidió no reaccionar, por su lado solo agacho la cabeza y se mantuvo seria. 

―Braulio.. yo.. tengo que decirte algo...

El muchacho, extrañado por el apagado tono de la bruja pregunto 

―Hhm ¿Qué ocurre señorita Cavendish? 

―Yo.. .-Cerró los ojos-. te quería decir que te sujetes bien, ya vamos a entrar. ―Contesto cabizbaja. 

Al escuchar esto, el joven hizo caso y tras quedar cegado por una luz, poco a poco pudo ir divisando arboles, hasta que finalmente la pudo ver. 

La academia se alzaba imponentemente en medio del bosque, con toda su majestuosidad siendo iluminada por los primeros rayos del sol. 

―Ves.. ¿Cómo puedes decirme que esto no es increíble? 

Tras un par de segundos ambos casi llegaban a la entrada del lugar, pero grande fue su sorpresa al ver que una extraña silueta los estaba esperando en la entrada. 

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No soy quien para decir, pero creo que Diana esta actuando un poco extraño, ¿No? 

Espero que este cap les allá gustado tanto como a mi escribirlo. Sin mas les deseo un extraordinario mes, y les mando un abrazo.

Gracias por leer! 

Atte: U.O 

















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