- ¿Braulio? ¡Braulio levantate! -dijo Akko mientras lo sacudia-. No es hora de hacerte el muerto!

Ante tantas sacudidas el joven se levantó de golpe asustado, haciendo que la brujita caiga de espaldas y libere un grito de dolor.

- Oye, no puedes despertarme así ¿no vez que casi me da un infarto?. -Reprochó.

- Lo siento. -Se disculpó-. Pero no te despertabas y ya se hizo tarde.

- ¿Tarde? ¿Tarde para que?

Parecía una charla de bufones, pero la realidad era que la mañana no le caia bien a ninguno de los dos.

- ¡Para ir a clases!. -Chilló-. Yo ya me traje mi desayuno, en cambio tu deberás ir al comedor a buscar el tuyo.

- Aguarda un segundo ¿Tu pleneas que yo salga así a buscar mi desayuno?

En ese momento una risa maliciosa salió de la cara de Akko

- Mmm no, así no, es por eso que TU serás YO.

- Espero que no estés pensando en ponerme una peluca ¿o si?

- No eso sería demasiado obvio, tengo algo mejor.

Luego de unos minutos y varios echizos fallidos, al fin el plan maestro de la pelinegro se había cumplido.

- Ah si, definitivamente esto es mucho peor.

- Wow! Es como tenes una hermana gemela!! -. Dijo con entusiasmo.

- ¿Y cual es el plan? -. Pregunto mientras miraba con picardia su cuerpo -. ¿Solo fingire ser tu hasta que el echizo se acabe?

- Asi es, pero tranquilo, el encantamiento durará lo suficientemente como para terminar las clases y volver a tiempo.

- Genial, ah y una pregunta.

- Si? ¿Cual?

- ¿Donde esta el baño? -. Miro con picardia a la bruja.

Por más que no lo había dicho expresamente, su cara lo decía todo, era su primera y última vez siendo una chica y sintió curiosidad por lo obvio.

Esto solo hizo que Akko lo sacase a la fuerza del cuarto sin antes decirle que era un pervertido.

Mientras tanto, al otro lado de la puerta, Braulio, quien ahora media 1,60 y vestía el uniforme de la academia, se lamentaba por no saber donde estaba la cafetería y lo más importante, desconocer la ubicación de los baños.

- Maldición, me siento super elástico, creo que si intento esto yo podría...

- Ejemm.

Al levantar la mirada, el muchacho se encontró con nada más ni nada menos que con la mismísima Diana Cavendish en persona.
Con su típica postura formal y esa mirada penetrante. Esto hizo que la ira en al rostro de Braulio no se pudiera ocultar, pero esta desapareció cuando la peliverde abrió la boca.

- Akko, eres justo a quien estaba buscando.

- ¿Y ahora que hice?

- Nada, es solo que Andrew quería invitarte a un paseo esta tarde, le dije que no entrara en horario escolar pero dice que es urgente.

- Ahh si, Andrew -. Dijo con total desconocimiento -. ¿Y por qué no me aviso a mi directamente?

Esta pregunta desconcertó a Diana

- ¿Como que por que? Recuerda que tu no tienes forma de comunicarte con el.

- Debo dejar de meter la pata -. Penso con preocupación -. Esta bien, gracias por avisarme, ahora debo irme a desayunar.

- ¿Aun no has ido a comer? Eso si que es raro.

- Si me disculpa -. Dijo Braulio

Mientras tanto, Daiana se quedo inmóvil viendo como Akko se alejaba.

- Esto si que es raro, no parece estar desorientada pero no es normal que use tanta formalidad, que esta pasando aquí... -. Se pregunto mientras comenzaba a seguir a la pelioscuro

Braulio no lo estaba haciendo mal, pero tampoco bien, devolvía los saludos con una sonrisa en su rostro y se mantuvo firme hasta hallar la cafetería, pero su forma de expresarse no se la quitaba nadie.

Así, se abrió paso por el lugar hasta sentarse junto a sus "amigas". De no ser por el distintivo cabello de Sucy le hubiera sido imposible ubicarlas.

- Ya estoy de vuelta -. Anuncio.

- Cielos Akko, tardaste demasiado, temíamos que las cosas con Braulio no hubieran salido bien -. Dijo con calma Lotte

- De hecho salieron de maravilla, se podría decir que es encantador -. Aclaro el joven con audazia.

Pero Akko no podía concentrarse más, el hambre la estaba matando y tuvo que preguntar por otra bandeja, pero antes..

- ¿Lo dices porque es parecido a Andrew? No me digas que también te enamoraste de el. -dijo con malicia Sucy.

En ese momento Braulio se moria por decirle que como no hacerlo, si es un bombón, pero por más fan que fuera de su persona tenía que mantenerse en el personaje.

- No me molestes con eso, aproposito ¿Donde se pide más comida?

- Es allá. -Señaló Lotte -. Pero no creo que sea bu...

Ya era tarde, la morocha se había dirigido como un rayo y ya estaba encargando su desayuno.

Esto hizo que la rubiecita suspirara y se acomodara los lentes, pero fue ahí cuando la pequeña burguesa, quien se hallaba mirando todo a la distancia apareció.

- Buenos dias Lotte, buenos días Sucy.

- Ah hola Diana, no te vimos llegar.

- Se que soy inoportuna pero ¿Notaron algún comportamiento extraño en Akko?

- Si con extraño te refieres a algo más extraño que Akko, no. -contestó Sucy con voz neutra

En ese momento las tres voltearon a ver a la morocha y vieron como esta volvía haciendo malabares con tres bandejas de comida.

- Bueno, eso quizás si sea un poco extraño. -Se corrigió

Al llegar, se sentó y dejó mal acomdada toda la comida sobre la mesa y sin decir nada comenzó a devorarse todo.

- Akko, con estas ya son cuatro bandejas ¿Segura que estaras bien? -pregunto preocupada Lotte

- Mmm. -Tragó-. Claro que si, sino como todo esto no estaré bien.

- Disculpen las molestias, ya confirme mis sospechas. -Se despidió Diana

En ese momento Braulio supo a lo que se refería, pero el hambre era más importante, así que siguió tragando como si no hubiera un mañana.

Antes de que se dieran cuenta y sin darle tiempo a la peliverde de confrontar a la verdadera Akko, el timbre de inicio de clases sonó, pero por suerte ya no había más comida en las bandejas de Braulio, así que las tres tomaron sus cosas y se dirigieron a la clase.

- No se ni leer esto, ni de que se trata la clase o siquiera el nombre de mis compañeras, pero tengo el presentimiento de que va a ser entretenido. -Penso divertido Braulio

Al llegar y comenzar las clases, el joven se había convertido en todo un actor, no sólo no escribió nada en las primeras horas, sino que se la pasó luchando contra el sueño, tal como haría Akko.

A los ojos de Diana esto cada vez se parecía a un plan maestro, ya hasta copiaba los hábitos de su amiga, pero no había nada más alejado de la realidad, en ningún momento dejo de ser... Braulio

Luego del recreo y de la primera media hora, Akko ya estába algo concentrada en las clases, pero como ya le habían advertido, la preseptora interrumpió el horario escolar para retirar a la joven Atsuko.

En ese momento el aula entera volteó a verla y el nerviosismo de Diana se disparo por completo.

- ¿Yo?. -pregunto con incredulidad Braulio, obteniendo un ¡Si! de toda la clase en respuesta.

Esto hizo que saliera disparado por inercia, pero la voz de alguien lo interrumpió

- ¡Espera!. -grito Diana nerviosa y rubor en su cara