Ella es mía
Lotte:
— Oye lotte.
— Si?
— ¿Cuánto soportaremos ver eso? Decía Bárbara
— Supongo que hasta la graduación.
Hanna y Amanda se la pasaban juntas la mayoría del tiempo, bueno más bien todo el tiempo, desde que las encerramos hace dos días, sin embargo, el aura que desprenden de tanta dulzura me parece tierno, pero a otras compañeras les resulta algo incómodo, incluso hostigoso que no puedan ni separarse para ir al baño, literalmente, aquel día que entramos a la habitación donde las encerramos mostraban más pena, ahora no tienen ni descaro de besarse en la escuela y en la habitación de Bárbara encerrarse por horas.
Ayer Bárbara durmió conmigo porque la corrieron de su cuarto.
¿Hanna se está volviendo una rebelde por Amanda?
Diana
Llegué a la mansión junto con Akko casi de sorpresa.
— Señorita, ¿Que está?...
— Perdón Ana, pero debo arreglar el asunto antes de mi graduación
— Entiendo, sin embargo... Esa niña de nuevo la está molestando?
— Oiga!
Akko como siempre a la defensiva, sin embargo la detuve.
— Tranquila ella viene conmigo, yo la he invitado.
— Entiendo, Entonces pido disculpas señorita Kagari...
— Sabe mi apellido!
— Recuerdo los nombres de los invitados por cortesía, no se sorprenda porfavor.
Sonreí, por ahora no le diré que somos pareja, supongo que esperaré el momento para decirlo. Le pedí a Akko ser discreta mientras estemos aquí y disuelva el matrimonio, pensé que se opondría pero ha sido muy comprensiva, cada vez la quiero más.
— Bienvenida Diana, no esperaba que llegaras así, deberías avisar para recibirte mejor— Decía Darly mientras se acercaba a mi.
— No hace falta tantas formalidades, tía.
— Veo que has traído una sirvienta contigo Diana ...
Pensé que Akko saldría a discutir sin embargo permaneció callada.
— No permito que hables así de mi invitada, así que porfavor, brindale una disculpa tía.
— Como sea, tu destino espera en la habitación de huéspedes.
Dijo mientras se marchaba con arrogancia.
— Es odiosa
— Es mi tía
— Si pero dan ganas de...
— Akko, no importa que tan detestables sean, es la única familia que me queda y...
La pequeña brujita tomó mis manos.
— Eso no es verdad, ahora me tienes a mí.
Sentí una punzada en el pecho, sin embargo, Ana contempló nuestro afecto con total asombro que sus cejas estaban arqueadas hacía arriba.
— ¿disculpen?
Solté a Akko rápidamente de las manos.
— Ana, Ana , no es nada es solo que...
— Entiendo que ahora tiene una muy buena amiga, señorita.
Ana se dirigió a Akko.
— Por favor cuide mucho de ella.
— No sé preocupe.
Nos llevó a la habitación, pedí tener la misma habitación que ella, Ana me veía de reojo, tal vez la menos discreta soy yo, sin embargo lo permitió, puesto que ella considera que no tuve una infancia normal y esto es una experiencia amistosa, se que piensa así. Pero es otra la realidad.
Akko entro corriendo a tumbarse en la cama felizmente.
— Llámeme si necesita algo.
— Gracias Ana.
En cuanto Ana se fue, me acerque a la cama dónde Akko para abrazarla.
— ¿Estás nerviosa?
— Un poco
— Estaremos bien, yo te voy a cuidar
— Akko, yo aún no entiendo, ¿Qué es lo que te hace tan especial?
— ¿De qué hablas?
— Nada estuvo nunca por encima de mi linaje o mi orgullo, nada fue más importante para mí que la magia, sin embargo ahora, tu eres lo más...
La pequeña brujita me a silenciado con un beso.
— Bueno...
¿Porqué se pone roja?
— Yo, bueno, no digas más, es un poco vergonzoso...
— ¿Se te hace vergonzoso eso?, Considerando lo que pasó en la cabaña...
La castaña soltó un grito.
— No digas más, solo. Sólo... Te amo
Ahora sentí yo el color en el rostro.
— No te admiro como a Chariot, pero eres más importante que ella, lo sé.
Yo solo quiero que cumplas tu sueño, no quiero ser yo un obstáculo, así que no me queda más que esperar.
— Akko...
— Yo tengo una leve idea de que haré cuando vuelva a Japón y si te esperaré. Te esperaré hasta que tú vayas por mi, sin embargo no dejes la magia a un lado. No sería justo, ¡ La magia es lo más, más, más, más, maravilloso de la vida !
— Lo sé, mi magia eres tú.
Akko se volvió roja y me dio la espalda.
Sonreí, acaricié sus brazos, besaba sus hombros. Tenía tantas ganas de hacerle lo de la cabaña de nuevo.
— Diana, para porfavor. Me siento incómoda.
— ¿Porqué?
— Bueno, tu casa, no sé.
— De acuerdo, no te preocupes.
Monté a Akko, la mire a los ojos.
— En cuánto esto se resuelva, tendremos un encuentro.
— ¿Porque siento que eres una pervertida en potencia?...
Salí de la habitación Después de morderla.
La mansión me sigue pareciendo un lugar muy sombrío.
Caminé hacia el lugar donde se lleva a cabo el ritual de los Cavendish, justo hacía la biblioteca.
Akko:
¡Diana es una salvaje!, Me mordió el cuello, ¿Cuando se volvió un vampiro?.
Sobando un poco mi herida, salí de la habitación, Diana se fue quien sabe a dónde y yo no quiero estar sola.
Recorrí la mansión, tratando de no perderme, bueno.
Fue en vano.
—¿ donde carajos estoy?
Llegué a una habitación parecida a la mía, a decir verdad, todas las entradas se parecen.
— Buenas tardes...
Abrí la puerta, no había nadie dentro, sin embargo había algo extraño aquí.
— No, Akko no puedes entrar a...
— ¿Se te ofrece algo?
Solté un grito de miedo. De por sí esto ya es tétrico y llega este baboso a asustarme así.
— Tu, tu , tu eres...
— Frederick Anderson, dime, ¿Qué haces en mi habitación?
— Bueno, yo solo... Estaba limpiando.
— No llevas el uniforme, además tus rasgos no son de por aquí, supongo que eres oriental.
— Bueno... adiós
—¡ Espera!
— Déjame ir porfavor.
— No voy a hacerte daño, solo... Solo busco un poco de esperanza
Sus ojos azules me recordaron a Diana, no solo por el tono o lo hermoso, si no por que esos ojos eran vacíos. Sin magia en ellos.
— ¿Te pasa algo?
— Bien, podría decirse que llevo una vida arreglada ya, pero...
Su tono es como el de, Andrew, soberbio.
— No estoy feliz.
— Tu eres el prometido de Diana?
— Así es, sin embargo, no quiero este matrimonio
— Ella tampoco lo quiere, porfavor, anula esto y...
— imposible, perdería todo.
— ¿Qué?
— mi padre es un empresario, le heredó todo a mi hermano mayor, a mí solo me trata como un fracasado sin oficio ni beneficio, sin embargo ni me gusta la empresa, contar números, encerrado, eso no es ser libre o feliz, eso es ser un vil esclavo de las ambiciones...
— No Entiendo mucho, pero si no te interesa eso entonces, ¿Qué buscas?
— Sabes, en secreto yo amo la mecánica, los aviones, son lo mejor, he pilotado mucho, pero mi padre crees que eso no va conmigo.
— Eres como un tonto que conozco, sin embargo, deberías ir por tu sueño.
— Es algo infantil
— Ah si, dímelo.
— Quiero volar al rededor del mundo en una avioneta, sin embargo hacer ese viaje sería renunciar a todo...
No precisamente, yo pronto me separé del amor de mi vida, volveré a mi país, ella cumplirá su sueño y yo lucharé por el mío, algún día se que coincidiremos, sin embargo, es un riesgo que debemos afrontar, abandonaré lo que más amo por pensar en mi vida, ella también, así tú podrías dejar lo que te agobia y vivir!.
— Suena fácil decirlo, pero...
— Nunca lo sabrás hasta que no lo intentes, acompáñame.
Tomé de la mano a aquel tipo...
Díana:
Me prepare para la cena, realmente estoy nerviosa.
Mis manos tiemblan, pero debo respirar, uso el mismo vestido que use cuando Cené en casa por primera vez con Akko, ella no se que lleve, posiblemente su traje de bruja, no la he visto desde que me fui a la biblioteca, ¿Dónde se habrá metido?.
Llegué al comedor y me senté en el lugar prometido.
Estoy tan mal, Akko no aparece.
— Muy bien, Diana empezaremos está cena, te presento a tu prometido, Frederick Anderson ...
Un joven de cabellera rubia, de ojos azules y alto entro a la habitación, saludo a mi tía, mis primas babeaban por el, sin embargo a mí no me produce nada.
— Un gusto señorita Diana
— El placer es mío Anderson, sin embargo...
— ahorre sus comentarios señorita Diana, verá que está cena será interesante.
Me guiñó el ojo como si estuviera en complicidad con algo...
Eso me llenó de miedo.
En la cena, aunque mi tía intentó sacar el tema, Frederick evadió cada oportunidad, desviando el tema hacía algo trivial.
Me preocupa Akko, ¿Dónde estará?.
— Saben, yo vine por la petición de Darly, sin embargo, debo agradecer la invitación y el deleite visual que me produce poder ver está hermosa familia y sobre todo lo hermosa que es Diana.
¿Ahora va a sacar el tema?
— Sin embargo, no puedo tomarla como esposa...
Mi tía abrió los ojos como platos, mis primas escupieron la sopa que se llevaron a la boca y yo simplemente no entendía el juego de este sujeto.
— Verán, no puedo casarme con alguien que ya está comprometida.
— Joven Anderson, ¿Qué dice?, Ella es completamente libre de compromiso, así que...
— No, ella está comprometida y se ha entregado cuerpo y alma al amor de su vida, no puedo interferir ante hermosos sentimientos verdaderos...
Mi cara era estupefacta, ¿De que va?, ¿De qué habla?. ¿Cuerpo y alma?...
— Pido disculpas, señorita Darly pero ella...
De pronto las puertas del comedor se abrieron de golpe, Akko entró con una escoba y vestida de bruja.
— ¡Ella es mía!
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