Los bracitos de mi pequeño sobrino se levantan con agilidad mientras canta el villancico que ha estado preparando con su clase este mes, es tan adorable que me derrite por dentro. Lo han vestido de pastor, y creo que me quedaré sin memoria en el teléfono de las fotos y videos que llevo ya hechos, aunque sus padres a mi lado tampoco se quedan atrás.

Minyul me ve en cuanto termina la canción y me saluda desde el escenario con su manita, y yo por supuesto le respondo, muy orgulloso de él. Desde que vino al mundo, ese niño ha sido mi adoración, me encanta jugar con él, pasar las tardes en el parque e irlo a buscar a la guardería.

Y esta última acción es la que se ha convertido en la más frecuente a pesar de estar liado en el trabajo.

La clase de mi sobrino ya ha terminado su parte, y por ello su profesor se queda solo en el escenario, dándonos las gracias por haber asistido y deseándonos una feliz navidad. Mi hermana me da un codazo a mi lado, yo la miro y me sonríe, sé porque lo hace y noto mi cara arder.

Hoy va especialmente guapo, esa camisa blanca resalta sobre su piel morena y la corbata le queda de maravilla. Me muerdo los labios cuando se gira para marcharse, esos pantalones tan ajustados no deberían estar permitidos para una representación navideña infantil, no me extraña que la madre soltera que está a mi lado también lo mire de ese modo.

Salimos a la recepción por donde saldrán los pequeños, le he comprado a Minyulie un ramito de flores, lo aprieto en mis manos esperándolo. Y al fin sale, viene corriendo hacia nosotros, primero abraza a sus padres y luego va directo a mí. Me sonríe avergonzado cuando le doy las flores y me pregunta si lo ha hecho bien.

- Lo has hecho genial. – Digo mientras le remuevo el pelo. - ¿Quieres que vayamos a comprar dulces de navidad? - Mi sobrino empieza a saltar mientras acepta eufórico, es adorable.

Una voz resalta entre las demás y me giro porque se de quien se trata, Hakyeon está charlando con la madre soltera que estaba sentada a mi lado, y ésta parece extremadamente feliz de que el profesor de su hija le esté dando conversación. Pero en mitad de lo que estén hablando nuestros ojos conectan y no se separan, recibo una sonrisa por su parte.

- Taekwoon te esperamos fuera. – Escucho decir a mi hermana que se ha percatado de la situación. Yo le asiento agradecido y Hakyeon viene directo a mí.

Me saluda como lo hace cada vez que voy a recoger mi sobrino, si en el escenario ya me parecía guapo, tenerlo de cerca es todo un espectáculo, se ha ondulado el pelo y le queda extremadamente bien.

- ¿Te ha gustado?

- ¡Claro!

- Minyul es todo un artista. – Me es tan complicado responderle con esa sonrisa que casi no me salen las palabras.

Varios padres pasan a nuestro lado, Hakyeon los saluda con educación pero su atención está puesta en mí, como siempre. No tenemos nada serio, pero el coqueteo es constante y bastante notable, pero creo que ninguno se atreve a dar un paso más allá.

Yo llevo un tiempo pensándolo, y tal vez hoy sea el día, no sé si serán estas fechas o el que me mire de ese modo, pero me siento atrevido. Abro la boca para hablar, pero mi nombre sale de sus labios primero, y me encanta como ha sonado. Carraspea antes de seguir, luego me propone que lo acompañe a comprar regalos para su familia.

Tal vez no sea la cena que yo tenía en mente, pero como primera cita no está nada mal.

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