Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Un

Dicen que las palabras son fácilmente llevadas por el viento, pero las palabras que habíamos dicho Hyungwon y yo, cayeron en mi pecho como una pesada ancla que se arraigó a mi corazón. Y aunque sabía que quizá estaba tirándome de cabeza a un profundo acantilado de problemas al caminar por un camino inestable y poco seguro, simplemente no podía retractarme.

Hyungwon y yo habíamos concretado un vínculo ridículamente fuerte en tiempo récord. Como si realmente no necesitaramos tiempo de pensar las cosas, y en cambio, lo emplearamos disfrutando de la convivencia con el otro.

Si alguien me hubiera dicho que algún día me sentiría feliz estando en un hospital tomado de la mano con un chico, quizá me hubiera reído con incredulidad, pero pensándolo bien, realmente hay cosas inesperadas.

Ese día habíamos ido a lo que llamábamos "nuestro lugar secreto" sólo por la hora de almuerzo, pero cuando estabamos juntos, el tiempo se nos hacía corto porque terminábamos envueltos en una guerra de besos, cosquillas y sonrisas, por lo tanto, cuando nos dábamos cuenta ya habían pasado un par de horas. Sin duda ese era mi momento preferido del día, porque finalmente podía estar junto a él sin temor de tocar su mano, y besarlo, profesándole todo el amor que él quería sentir.

Por su parte, Hyungwon portaba la sonrisa más radiante de todo el lugar ese día, no porque no tuviera problemas, porque seguramente los tenía, pero ambos sabíamos que nos teníamos el uno al otro y al parecer ese nos era suficiente motivo para ser felices.

Estaba recostado en el sillón amueblado del lugar secreto entre las flores y Hyungwon estaba recostado sobre mí, mientras manteníamos nuestras manos entrelazadas sobre el abdomen de Hyungwon.

Sin restricciones, solo profesando dulzura.

Estando en esa posición, su cabeza reposaba sobre mi pecho, yo aprovechaba a dejar cortos besos en su cabello y él sonreía con los ojos cerrados por la sensación. No estabamos hablando, sólo estabamos en ese cómodo silencio disfrutando de las caricias del otro, desconectados por un momento de la crueldad del mundo y sus problemas.

— Wonho... —me llamó en un susurro adormilado.

Antes de responderle, acaricié su cabello un poco más con mi nariz para oler su fragancia.

— ¿Hm?

— ¿Has pensado en lo que te he dicho? —cuestionó ladeando un poco la cabeza para intentar mirarme.

Por el tono que usó para hacer la pregunta, imaginé que se trataba de algo importante, sin embargo yo solté una risita por el fugaz pensamiento que cruzó por mi mente.

— Específicamente... ¿en qué? —dejé otro beso en su cabello— Creo que ya me has volado la cabeza con mil temas y no sé de cuál me hablas exactamente...

Hyungwon sonrió.

— Perdón por ser tan molesto con mis tonterías, seguro soy un dolor de cabeza. —soltó un largo suspiro.

Al escucharlo decir una frase tan incorrecta, le acaricié las manos con ternura.

— Eres la molestia que quisiera padecer a diario... —mis brazos lo apretaron fuerte y lo atraje hacia arriba— Así que no te atrevas a decir algo así de nuevo... —finalmente dejé un par de besos en su mejilla y en su cuello— mejor responde mi pregunta.

Hyungwon sonrió de nuevo.

— Sobre... —suspiró— Ya sabes, lo que hablamos hace mucho, cuando recién te conocí... sobre tu trabajo y eso...

Sus manos apartaron suavemente mis brazos, en busca de un poco más de libertad a causa de mi fuerte abrazo, y aunque pensé que no le había gustado que lo abrazara de esa forma, no llegó a separarse del todo, al parecer solo no quería que lo apretara tan fuerte.

— Oh sí, lo recuerdo. Algo sobre buscar algo que me haga sentir libre ¿No? —cuestioné.

Él asintió para mí y finalmente se arregló las mangas del abrigo que yo había desordenado con mi abrazo.

— ¿Lo has pensado? —asentí siguiendo sus acciones con la mirada— Es decir... cuando vuelvas... —hizo una breve pausa, carraspeó su garganta y suspiró— ¿lo harás?

Su pregunta me llegó tan repentinamente que mi primera reacción fue suspirar pesadamente, triste por el sentimiento de pérdida que tuve al pensarlo.

— No hablemos de eso ahora... —le pedí sinceramente— mejor quítate ese abrigo, aquí hace calor, no lo necesitas...

En ese momento intenté quitar lentamente el abrigo de los hombros de Hyungwon pero él me lo impidió bruscamente, sentándose erguido tan pronto como sintió que la tela estaba siendo desprendida de su piel, dejándome un poco sorprendido.

Nos miramos fijamente por un par de segundos, ambos sin saber que decir, hasta que él relajó un poco su semblante.

— Lo siento, es que... tengo frío. —susurró.

Miré a mi alrededor, como analizando la situación y finalmente me sentí confundido y un poco triste.

— ¿Incluso aquí dentro? —cuestioné.

Hyungwon asintió lentamente.

— No tengo el tamaño de tu cuerpo... ¿sabes? —sus delgados dedos apretaron levemente el músculo de uno de mis brazos— Tú eres mucho más resistente a todo, yo soy como un muñeco de papel en medio de una tempestad.

Su referencia era inusual pero bastante acertada después de todo, por lo que solo pude sonreír con compasión por su puchero y acercarme a dejar un par de besos en su mejilla.

— Eres tan tierno... —admití en voz alta.

Hyungwon sonrió y cuando aquella sonrisa se borró, entonces suspiró.

— Wonho, no has respondido mi pregunta... —me recordó con la mirada puesta en otro sitio.

Volver al tema me hacía sentir realmente triste, al punto de vaciar todo el aire de mis pulmones en busca de reducir la pesadez que se acumulaba en mi pecho cada vez que recordaba que había un futuro después de mi hermoso pero fantasioso presente.

— No quiero pensar en que voy a tener que irme, eso es todo... —confesé tomando su fría mano y frotandola para devolverle el calor que lo había abandonado debido a su separación— Y si, si he pensado en lo que me dijiste y estoy considerando un par de opciones y...

Suspiré de nuevo sin poder continuar por el dolor en mi pecho y lo miré, adolorido, casi rogándole que no me pidiera pensar en esas cosas.

— Bien... —susurró asintiendo.

No sabía a qué se refería exactamente con eso o si mi respuesta lo había dejado verdaderamente conforme, pero no soporté más aquel sentimiento y lo atraje hacia mí, para que quedáramos frente a frente y que mirara directamente a mis ojos cuando escuchara lo que quería decirle.

— Vámonos de aquí, Hyungwon... —solté sin discreción— Juntos, sólo tu y yo. —me aferré a sus manos como si mi vida dependiera de ello— A empezar nuestras vidas desde cero, me cambiaré de empleo, buscaré una casa cerca del mar para que estés feliz allí, yo puedo...

Mis palabras fueron interrumpidas por aquellas manos cálidas que se soltaron de las mías y se posaron en mis mejillas, justo antes de que él me besara de una forma tan suave, que me sabía a dolor.

Era un beso lento y acompasado, donde sólo quería transmitirme lo que sentía, y cuando el beso llegó a su fin, me abrazó.

Resoplé por la expectación.

— No has contestado mi propuesta. —me quejé, pero no hubo respuesta de su parte.

Poco después hundió su cara en mi pecho como si quisiera esconderse de mí o de mi pregunta, pero aún así, me dio una vaga respuesta.

— Ya lo veremos.

Mientras olía la fragancia de su cabello una vez más, suspiré fuertemente. Hyungwon no había sido explícito con su respuesta en absoluto, pero yo lo había entendido todo.

— Eso significa que al final vamos a separarnos... —susurré lentamente— ¿No?

No hubo respuesta verbal a mi pregunta nuevamente, pero esta vez si pude sentir sus lágrimas mojar mi pecho y quemar mi corazón como fuego abrazador, a causa de una verdad que me rehusaba a aceptar.

Finalmente él asintió, dejando todo más que claro. Entonces lo abracé más fuerte contra mi pecho, sintiéndome muy mal, mi pecho dolía como nunca antes lo había hecho, pero aún así sentía que mi dolor no solo era por mi causa, sino por sus lágrimas también.

— No llores, Hyungwonnie... —le pedí con la voz casi rota— Si eso es lo que tiene que pasar, pues pasará... —pasé mi mano por su cabello una y otra vez, alternando entre besos y caricias— Pero no tiene porque ser ahora, ¿sabes? —lo escuchaba sollozar y al final decía esas cosas tratando de convencerme a mí mismo también— Aún nos queda un poquito más de tiempo... —Hyungwon asintió nuevamente entre lágrimas y solo pude apretarlo más fuerte provocando que soltara un quejido apenas audible— Perdón... No quise dañarte.

Hyungwon negó con la cabeza.

— Estoy bien... —mencionó con la voz ronca— sólo abrazarme fuerte por favor, quiero disfrutarte un poco más... —sollozó— el tiempo que nos quede...

Su voz rota me partía el alma y solo podía acariciarle la espalda y dejar suaves besos en su cabello en un intento desesperado por darle consuelo. Él se mantuvo con los ojos cerrados todo el tiempo, en silencio.

Hasta que finalmente sonrió de forma muy leve.

— Debemos volver... —me pidió, entonces lo cuestioné con la mirada y no por egoísmo, sino porque realmente creía que ninguno estaba en el estado de ánimo correcto para volver a estar a la vista de todos, sin embargo, su actitud volvió a sorprenderme cuando repentinamente se apartó de mí y se puso de pie, totalmente dispuesto a irse— Wonho, yo quiero volver adentro y me iré contigo o sin ti.

A pesar de que todavía me sentía anonadado por aquella actitud, tomé mi abrigo y lo seguí a través de las flores hasta alcanzarlo, lo cual no me fue difícil porque Hyungwon caminaba realmente lento últimamente.

Mientras tomaba su mano, lo observaba y no entendía si era porque lo había abrazado demasiado fuerte o quizá no había dormido nuevamente, porque se miraba más pálido y más ojeroso.

Más cansado.

Ingresamos al hospital nuevamente y decidí dejar que fuera Hyungwon quien guiara mis pasos, ya que sentía que su prisa se debía a algún asunto importante que probablemente había olvidado antes. Sin embargo él fue directamente al elevador, apretó el botón número cuatro y suspiró. Fue entonces cuando me di cuenta que Hyungwon no quería volver adentro para terminar su turno o para ocuparse de algún asunto importante como yo pensaba, él solo quería descansar.

Y aquella sensación que siempre había estado latente dentro mí, volvió a aparecer con mucha más intensidad que antes. Como si fuera una alarma que llevaba dentro, que me indicaba algo. Pero simplemente me mantuve en silencio, hasta que Hyungwon soltó mi mano en el elevador y al llegar al cuarto piso, él salió primero sin esperarme.

— Wonho deberías irte a casa ahora... —caminó por el pasillo sin mirar hacia atrás— yo tomaré una siesta, ya sabes que duermo muy mal y estoy muy cansado justo ahora...

Me quedé en mi sitio sin saber como procesar aquella situación. Una parte de mí pensaba que quizá Hyungwon estaba molesto conmigo, pero aquella alarma dentro de mí, no paraba de alertarme.

Salí del ascensor, pero en medio de mi confusión no fui detrás de él. Ni siquiera sabía si era correcto acercarme o no, ya que él me había pedido claramente que me fuera, pero mi corazón se había hecho una roca y como resultado mis pies estaban anclados al suelo, sin poder avanzar o retroceder, pero entonces miré algo que no esperaba ver.

A una cierta distancia de un par de metros, Hyungwon se agarró de la pared al verse imposibilitado a caminar normalmente erguido, y parecía estar cojeando.

Analicé sus movimientos como si los viera en cámara lenta y no podía reaccionar a nada, estaba congelado. Pesado como una piedra mientras sentía que por algún motivo, mis ojos empezaban a picar.

No fue hasta que Hyungwon cayó al suelo al perder la estabilidad total de su cuerpo que me acerqué corriendo para ayudarlo, pero antes de que pudiera llegar a su lado, alguien más ya estaba allí.

La enfermera.

Mientras la miraba, mi mente comenzó a encajar piezas en un puzzle que no quería completar.

Hyungwon estaba tosiendo después de haber caído y se cubrió la boca mientras me miraba, y yo a él.

— Wonho ve a casa, de verdad estoy bien, sólo que soy muy torpe cuando duermo mal y lo sabes. —mencionó con gran dificultad.

No podía responderle nada.

La mujer que sostenía su brazo, ni siquiera me miró a la cara y simplemente se lo llevó, dejándome solo en aquel pasillo.

Por varios segundos me quedé parado casi al otro lado del pasillo, únicamente observando sin poder mover un músculo, mientras miraba como la mujer llevaba a Hyungwon hacia la habitación donde yo había dormido con él un par de noches atrás.

Lo escuchaba toser a lo lejos y sabía que quizá debí ir a casa de Nunu cuando Hyungwon me lo pidió.

Pero era hora de saber la verdad.

Sin pensar, avancé en la dirección hacia Hyungwon y el rastro de sangre en el suelo no me decía que estaba precisamente bien. Caminé lentamente viendo las gotas rojas en el pulcro suelo blanco, hasta que llegué a aquella puerta.

Estaba abierta, y no había absolutamente nada que pudiera bloquear de alguna manera la mirada que dirigí hacia dentro, aquella que me impactó directamente a la realidad.

Hyungwon estaba en la camilla, sin su abrigo y tosiendo.

Tosiendo sangre.

Su cuerpo estaba lleno de moretones y no eran golpes.

La enfermera le estaba inyectando algo por la vena, su expresión era de dolor y su sangre esparcida por todas las sábanas solo hacían que aquella escena fuera lo más parecido a una pesadilla que yo podría tener. Él no paraba de toser sangre, pero en un momento, sin saber que yo estaba ahí, dirigió su vista a la puerta y me miró.

Su contacto visual dijo mucho más de lo que las palabras vacías pudieron haber dicho y las lágrimas corrieron por las mejillas de ambos.

— Wonho... —susurró asustado y roto— yo...

Verlo así era algo que no podía soportar en lo absoluto, así que cuando lo escuché llamándome, negué con lágrimas calientes recorriendo mis mejillas, luego me di la vuelta agarrándome la cabeza con frustración, solté un grito desgarrador y salí de allí corriendo.

Ningún dolor físico podría compararse al dolor emocional que causa saber que la persona que amas no estará contigo para siempre.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro