Ser
Decir que las palabras no me perforaron la mente toda la noche, sería mentira.
Intentaba encajar alguna pieza sobrante, pero nada podía llegar a completar el rompecabezas que había armado en mi mente a partir de aquellas expresiones.
Había tenido una dura noche de insomnio y gracias a eso me sentía un poco adolorido y cansado, eso sin contar que me había quedado en un sillón, junto a Nunu a pesar de que mi madre postiza me había rogado para que me fuera a descansar a su casa. No había aceptado a su oferta por querer cuidar de mi amigo pero también debía admitir que no quería incomodar.
Me estiré sintiendo como varios de mis huesos crujían intentando volver al sitio que les correspondía y fue entonces cuando decidí bajar a la cafetería, necesitaba un café urgentemente para despejarme y evitar el malhumor.
Después de asegurarme que Nunu estaba bien, salí de la habitación, tomé el ascensor y casi me dormí de pie, si no fuera por el típico sonido que el elevador emite al llegar a su destino seguramente me hubiera golpeado la cabeza con fuerza contra alguna de las paredes de metal y acabaría inconsciente por una razón estúpida.
Suspiré con cansancio al salir de elevador y me fui directamente a pedir un café fuerte y algún aperitivo para desayunar.
La atención fue rápida y en un par de minutos ya tenía mi orden frente a mí. Antes de quedarme dormido, me apresuré a consumir mi pedido pero mientras tomaba mi café me sentía realmente estúpido.
No me sentía estúpido por tener sueño, me sentía estúpido porque aunque no estuviera en condiciones, comencé a pensar en mi vida y me di cuenta que casi todo lo que había en ella era un asco. Por ejemplo eso de que mi novia y yo no nos entendíamos y aún así seguíamos juntos. También estaba el hecho de pasar el mes de vacaciones en un hospital, eso sin contar que mi trabajo era una verdadera cárcel en la que creía sentirme importante hasta el día anterior en el que Hyungwon me hizo poner los pies en la tierra.
Me di cuenta que fuera de lo que conocía no era tan importante como pensaba, pues estaba en esa cafetería y yo era la única persona que no tenía un acompañante para charlar y nadie parecía estar lo suficientemente interesado en acercarse siquiera a preguntar mi nombre o a decir un "Buenos días", aunque sea por amabilidad.
Chasqueé la lengua con molestia. Mi malhumor estaba incrementando considerablemente y ya no quería seguir pensando en la vida, pero parecía que entre más intentaba alejar esos pensamientos, más se agolpaban en mi mente.
Miré a mi alrededor para matar al tiempo e intentar distraerme de mí propia mente, pero en ese momento divisé a través de la cristalera a los animadores.
Por alguna razón mi corazón comenzó a latir rápidamente y un extraño sentimiento encontrado apareció en mi pecho injustificadamente. Una parte de mí anhelaba volver a ver a Hyungwon y hablar con él nuevamente, pero otra parte de mí estaba molesta con él por ponerme en una situación como esa con un par de palabras que soltó sin cuidado.
Pero me fue inevitable no buscarlo con la mirada entre las muchas personas que habían allí. Después de varios segundos de mirar y no encontrarlo, me levanté de mi asiento, tomé mi café y comencé a caminar disimuladamente por los pasillos, pues al parecer el impulso de verlo era mucho más fuerte que mi molestia.
Avancé por el lugar, dando vistazos en las direcciones que podía hasta que llegué a cierto pasillo, donde pude verlo. Y no sólo verlo, también pude apreciarlo en todo su esplendor.
Me parecía increíble la forma en la que la gente lo admiraba, lo trataban con amor y amabilidad y al parecer eso era recíproco. Recibía abrazos, palabras bonitas, sonrisas incluso regalos de agradecimiento. Él realmente resaltaba entre el resto.
Entonces suspiré sintiéndome un poco tonto al pensar en que por un momento me había sentido especial por el trato que Hyungwon me había dado y sus palabras profundas, pero veía que él era así con todos los presentes, no solo conmigo.
Hyungwon era una persona atractiva por naturaleza, en su forma de ser, de actuar y también físicamente. Así que acabé por comprender que yo simplemente era parte del enorme grupo de personas que se sentía atraídas hacia él, ya fuera por unos motivos u otros. Aunque sinceramente no estaba seguro por qué motivos me sentía atraído hacía Hyungwon; si por amabilidad y agradecimiento, o por algo más.
Pero de lo que si estaba seguro es que estaba empezando a confundirme al ver esa sonrisa deslumbrar de una forma increíble. Observé como sus ojitos casi se cerraban totalmente cuando reía y como sus delicadas manos dejaban caricias en las espaldas que necesitaban un consuelo.
Cuando Hyungwon estaba presente, parecía como si ese pasillo o sala de espera dejara de ser un hospital y se convertía en un parque donde las personas sonreían y charlaban con mucho ánimo.
Y eso era lo que presisamente me había pasado al estar cerca de él. No había duda.
Agaché la cabeza sintiendo el mal sabor de boca que se siente cuando una ilusión se derrumba. Había dejado de sentirme especial, así que me giré para abandonar el pasillo y volver al elevador. Quería volver a la compañía de mi mejor amigo, que de cualquier manera era a la única persona que conocía en ese hospital. Hyungwon no era nada más que un extraño interesante.
Caminé desanimado con rumbo al elevador, pero en ese momento una delicada mano tomó la mía y al sentir el contacto no pude evitar girarme para saber de quien se trataba.
— ¿Hyungwon? —pregunté un poco confundido al recordar que hace unos momentos lo había visto conversando con alquilen más.
Él sonrió, se miraba lindo ese día.
— ¿Planeabas irte sin saludar? —arqueó una ceja sin dejar de sonreír.
Suspiré sintiéndome avergonzado de que Hyungwon notara mi presencia en medio de aquel enorme grupo de personas.
— Yo... —bajé mi mirada— sólo pensé que estabas ocupado...
Él dirigió su mirada hacia el pasillo lleno de gente, un poco pensativo.
— Bueno, si... —susurró admitiendo que tenía razón— pero siempre tendré tiempo para ti... —sonrió de nuevo provocando e otra fuerte sensación— ¿Te sientes bien?
Suspiré intentando calmarme.
— No mucho... —hice una mueca de desagrado— tuve una larga noche de insomnio y estoy muy cansado.
Masajeé mi cuello y pude notar en su semblante que él se sintió preocupado.
— Deberías ir a descansar justo ahora, deja de beber cafeína, te sentirás peor luego... —señaló mi café.
Miré mi vaso de café con duda y luego lo miré fijamente.
— ¿Qué hay de ti? —cuestioné arqueando una ceja— Luces pálido ¿Acaso no sales a recibir luz del sol?
Hyungwon me mostró una media sonrisa.
— Muy poco... —arrugó su nariz sin dejar de sonreír— generalmente paso por aquí todo el día...
Entonces tuve una idea, quería llevar a Hyungwon a algún sitio, quería conversar con él por pura necesidad, no importando mi cansancio. Sabía que si él estaba cerca, no tendría tiempo para el sueño.
— ¿Qué harás justo ahora? —cuestioné un poco emocionado.
Él se quedó pensativo un par de segundos.
— Pues... —miró a su alrededor— terminar de entregar estas flores... —señaló las coloridas flores que tenía en sus manos— conversar con algunas personas en la sala de espera, luego iré a cantar con los niños que son pacientes de cáncer para que puedan almorzar animados... —se quedó pensativo un rato más y luego me miró— ¿Por qué?
Me quedé estupefacto. Jamás en mi vida había hecho tanto por otras personas como Hyungwon lo hacía a diario. Tampoco conocía a nadie que fuera capaz de hacer lo mismo o siquiera algo parecido.
— Vaya... —susurré sin poder salir de mi asombro— eso es mucho...
Hyungwon me miró, aún preocupado por mi.
— ¿Necesitabas algo? —buscó una respuesta en mi mirada— ¿Te sientes bien?
Al ver su fuerte preocupación negué y sonreí para calmarlo. No quería alterarlo innecesariamente.
— Estoy bien... —rodé los ojos con una sonrisa— Es sólo que... —hice una breve pausa apartando mi mirada de la suya— quería charlar contigo, digo... —solté una risita nerviosa— Ya sabes que no vivo aquí y no conozco a nadie más que a mi mejor amigo y su familia, pero ellos están en casa y él se la pasa durmiendo en su camilla, así que...
No supe en qué momento o por qué, pero Hyungwon estaba acunando mi cara mientras sonreía.
— Lamento no poder charlar más contigo hoy... —susurró acelerando mi corazón— pero si gustas un día de estos nos encontramos aquí y vamos juntos a alegrar el día de las demás personas ¿Te parece? —buscó mi mirada— Así conversamos mientras nos movemos y no estarías solo o aburrido...
Pensé en su propuesta, pero estaba verdaderamente dubitativo al respecto. Yo no era como él y un claro ejemplo de eso es que antes de que él llegara, estaba muy molesto diciendo que mi vida era un asco.
— Hyungwon... yo... —busqué en mi cabeza las palabras más correctas para expresarme— no soy como tú, es más, soy alguien horriblemente pesimista... —me encogí de hombros admitiendolo— seguro termino haciendo que la gente se deprima más...—bromeé.
Entonces lo vi reír de la forma deslumbrante en la que lo hacía y no pude evitar sonreír contagiado por su buena vibra.
— No lo mires de esa forma, sólo vas a acompañarme y ya... —se encogió de hombros— no te cargues por lo demás, de eso me encargo yo...
Volví a pensar en su propuesta y pese a que me seguía pareciendo una mala idea debido a lo pesimista que era, tener a Hyungwon sonriendo y esperando una respuesta justo frente a mi, no ayudó en lo absoluto. Sentía que no podía negarme a algo como eso.
— Bien... —susurré resignado— algún día iré contigo...
Hyungwon me sonrió con ternura, sabiendo que era una victoria inminente para él, entonces me soltó la cara y dio un paso atrás.
— Bien, espero que ese día sea pronto, de verdad espero que muy pronto... —sonrió con una mezcla de tristeza y emoción que acabó por disiparse— por ahora debo irme, tengo muchas cosas por hacer.
Al escuchar su comentario suspiré con tristeza. Por alguna razón los minutos a su lado se sentían más cortos de lo normal.
— ¿Justo ahora? —pregunté deseando recibir una respuesta negativa, pero no fue así.
Él asintió un poco triste.
— Lo lamento, de verdad me gustaría multiplicarme y estar con todos a la vez... —sonrió ante su idea— pero no puedo. —asentí sin decir nada pero entonces Hyungwon tomó mi mano y puso en ella una hermosa rosa de un color muy bonito. Yo lo miré extrañado— Sé que se va a marchitar... —comentó mirando la flor— pero mientras eso pase, conservala para que te acuerdes de mi y no me extrañes tanto.
Él se rió de sus propias palabras pero yo simplemente pude sonreír porque él era alguien demasiado agradable. Miré la rosa una vez más y sin pensarlo, me acerqué a él y lo abracé. Fue un abrazo rápido, pero muy alentador.
Al separarnos ambos sonreímos y subí al ascensor mientras Hyungwon se quedó de pie enfrente de mi, batiendo su mano en forma de despedida mientras la puerta iba cerrándose. Pero cuando la puerta se cerró completamente, volví a sentirme extraño, era como si estando cerca de Hyungwon todos mis problemas se esfumaban, pero cuando me alejaba de él, todo volvía a recaer sobre mis hombros.
Me apoyé en una de las paredes del ascensor soltando un fuerte suspiro mientras tenía una pregunta en mente;
¿Por qué Hyungwon era tan lindo?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro