F*cking ♠ Love
Jung Kook abandonó la habitación, abandonó a Yoon Gi.
Su cuerpo aun desnudo, caminó en dirección al cuarto de baño. Allí, abrió el agua fría y caliente para mezclarlas y llenar la bañera después de colocar un tapón. En ese momento en que esperó mientras el agua subía, se miró un momento al espejo. Su cabello se veía impecable, sus ojos tenían una mirada extraña que más bien le parecía de odio; ningún otro sentimiento se reflejaba en ese rostro, nada.
Era la primera vez, en tantos años, que Yoon Gi confesaba que realmente lo amaba. Aunque, otra posibilidad que pasó por su cabeza, fuera que lo había dicho para hacerlo sentir bien, para que supiera que alguien de verdad lo quería y que no todo era un juego como él lo planteaba.
Recordó entonces la primera vez que el mayor llegó a su lujosa casa en la que ahora sólo vivía él con un par de empleados. En ese tiempo Jung Kook quería compañía, alguien a quien tratar como su esclavo. En primera instancia, el contrato que Yoon Gi había firmado era para trabajar como secretario del menor, cosa que cumplió durante los primeros cincos meses. Después de eso, las cosas dieron un giro muy drástico.
Jung Kook, a pesar de su temprana edad, era dueño de una fábrica que heredó de su abuelo materno; en el momento en que se la dejaron, temió el no poder hacerse cargo de ello y por lo tanto se negó. Esto, aunque pareciera un problema, no lo fue. Le enseñaron, lo instruyeron y acabó por manejarla sin dificultad alguna.
Así comenzó a hacerse conocido entre el mundo de las grandes compañías, empresas... Algo que durante un tiempo mantuvo su ego inquebrantable.
Dos años después, Jung Kook conoció una joven con la que terminó casándose, mas nunca en sus planes tuvo intención de tener un hijo con ella. Su matrimonio no fue tan malo, él la amaba y creía que era la mujer perfecta. Pero en realidad nunca fue así. Jung Kook sabía que lo engañaba con otro tipo, incluso lo pudo ver con sus propios ojos.
Aquella vez su mundo se derrumbó; no creyó posible que alguien como ella, tan perfecta y hermosa fuera capaz de engañarlo. Lo que hizo entonces fue echarla de su casa, no quería volver a verla. Su corazón quedó destrozado, tanto que no pudo recuperarse. Así es como terminó convirtiéndose en un joven ególatra, manipulador y hasta violento.
Los caprichos que nunca pudo cumplir, los hizo realidad. Uno de esos era tener a alguien que le sirviera en todo. Y así llegó él.
Yoon Gi fue utilizado, explotado y obligado a ser parte de sucios juegos que vivian en ese rincón oscuro de la mente de su jefe, o como lo llamaba ahora, su amo.
La razón de por qué nunca se opuso a él era simple: le daba lástima.
Cuando lo conoció seguía lamentándose en las noches por esa mujer, lo veía beber y lo escuchaba llorar mientras que le hablaba. Yoon Gi no podía sentirse peor. Estaba allí trabajando con un tipo muy conocido, teniendo una paga que nunca antes en su vida se imaginó tener. Y lo que lo dejaba estático sin poder moverse de su lado, a pesar de sus juegos, era el aprecio que le había tomado. Yoon Gi, en menos de un año, ya se había enamorado de él.
Le resultaba doloroso saber que Jung Kook sólo lo quería para tenerlo bajo su cuerpo, a su merced, siendo parte de sus fantasías retorcidas. Para Yoon Gi aquel juego sadomasoquista era eso, una creación perversa para descargar su dolor en otro. Él era un juguete, nada más que eso. Y aunque bien sabía que seguiría siendo tratado de ese modo, no le importaba porque lo amaba. Debía acabar con su sufrimiento, con su pasado y demostrarle que podía ser de nuevo un joven enamorado.
Jung Kook vio la bañera llena y cerró ambos grifos. Se metió lentamente dentro y sintió un alivio recorrer su cuerpo al sentir la agradable temperatura del agua. Apoyó su cabeza hacia atrás y dejó sus brazos colgando mientras que soltaba un largo suspiro de angustia. Porque todo le recordaba a ella, a como olía su perfume, a esas veces en las que su cuerpo rozaba el suyo bajo la oscuridad del cuarto. A Jung Kook le seguía doliendo el corazón y no quería que ese lugar fuera ocupado por nadie, ni siquiera por Yoon Gi.
Su relajación terminó por llegara un punto en el que sus ojos se cerraron y, sin quererlo, cayó en el sueño.
Yoon Gi, quien seguía en el cuarto, se colocó la camisa que había usado Kook; ésta le quedaba un poco larga y cubría su desnudes, sólo dejando sus piernas a la vista.
Decidió ir hacia él, pisando el frío suelo con sus pies descalzos. Llegó al cuarto de baño y lo observó detenidamente, sonriendo. Por alguna razón a Yoon Gi le daba la sensación de que Jung Kook en realidad no era tan rudo como lo pintaban. Su rostro era como el de un niño. Se adentró silenciosamente hasta llegar a él; quitó su camisa, dejándola resbalar por sus hombros y se metió a la bañera con él, quedando sentado frente a frente.
Jung Kook abrió los ojos lentamente y movió un poco su cabeza. Cuando vio a Yoon Gi allí metido con él, éste le sonrió. Pero no de la forma sucia en la que él siempre le pedía. Era distinta, hermosa.
-¿Qué estás haciendo aquí? -le preguntó con voz firme, acercándose a él y tomándolo del mentón -No dije que podías meterte. No seas desobediente.
-Jung Kook, basta de juegos.
La voz de Yoon Gi había cambiado. No sonó dulce y provocativa, más bien fue seria y le generó un escalofrío al pelinegro en la espalda. Era muy raro que lo llamara por su nombre.
-¿Por qué me llamas por mi nombre?-cuestionó algo molesto, sin soltarlo.
-Porque es necesario que lo oigas. No eres el amo de nadie, eres Jeon Jung Kook, un tipo que sólo tiene miedo a poder amar a alguien más -Yoon Gi imitó su gesto de tomarlo por el mentón y se acercó hasta rozar sus labios, los cuales estaban húmedos -.No quiero ser más tu juguete, no quiero más golpes ni tampoco quiero tener sexo contigo por que sí.
-¿De qué hablas?-el pelinegro sintió un suave beso en sus labios, uno que le resultó muy dulce.
-Quiero que me puedas amar como yo lo hago contigo. Deja de vivir en tus lamentos, por favor.
El cuerpo pálido y delgado de Yoon Gi se colocó sobre el otro, sus manos acariciaron aquellos hombros dejando resbalar el agua por éstos. Después apoyó su cabeza en el hombro derecho de Kook y dejó un beso casi imperceptible. Su corazón estaba calmado y se sentía bien, pero el se Kook no estaba igual; sus latidos se aceleraron y su cuerpo se paralizó cuando Yoon Gi lo abrazó. Ese tacto lo dejó sin respiración, la sensación tan agradable que tuvo nunca antes la experimentó.
-Yoon Gi...
-Por favor-su aliento recorrió el cuello de Kook, y sus labios lo acompañaron en un recorrido ascendente hacia su oído -.Esta vez, hagamos el amor.
Con aquello, Jung Kook se quedó sin palabras. Sus manos, que habían quedado bajo el agua, subieron por las piernas del otro hasta llegar a la cadera. No fue un agarre agresivo, en cambio, fue sutil. Se dio cuenta de lo suave y delicada que era la piel de Yoon Gi, algo que con sus tan fuertes agarres nunca pudo notar.
Su boca y la otra se acercaron en cámara lenta, hasta que chocaron y sus labios comenzaron a hacer una suave danza. Sus lenguas más tarde se juntaron, saboreándose sin prisas, sin ansias. Yoon Gi sentía su cuerpo calentarse de nuevo y ahora sabia que no habría dolorosas torturas de por medio; su espalda fue el camino que los dedos de Kook dibujaron de arriba a abajo como si fueran línea irregulares. Su cuerpo se acomodó bajo el agua sobre Kook, sintiendo su miembro tocar su entrada.
Pronto comenzaron a jadear, a chocar con sumo cuidado sus caderas. Jung Kook lo sostenía como si fuera lo más delicado del mundo y lo ayudaba a realizar movimientos verticales.
La forma en la que ahora lo penetraba no se comparaba con las anteriores. Jung Kook se sentía bien, no quería morderlo ni tampoco arañar su piel, no quería hacerle daño. Disfrutó aquello más que lo otro; gimieron en sincronización, se volvieron a besar, a acariciar, como nunca antes lo hicieron.
Ambos tocaron la gloria tras varios choques más. Yoon Gi, jadeante, abrazó el cuerpo del contrario, apretándolo contra él y Kook correspondió. Lo encerró entre sus brazos, besó sus hombro Y su cuello. Aceptó amarlo, aceptó dar su corazón roto para que lo reparara. Y eso es lo que ocurrió. Ya no había miedo ni malas sensaciones.
Jung Kook aceptó amar a Yoon Gi, tanto como él lo hacía.
Fin
Esto iba a ser puro smut, pero me salió lo romanticón a último momento (?)
Cliché? No sé, pero ya terminó aquí.
Gracias por leer
♥
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