Ꜥꜥֶָ֢🎙ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O2
Tres días pasaron y ahora se encontraba con SeulGi a su lado en una pequeña sala de espera atento a que lo llamen, todos se habían asegurado que el piso en donde se encontraba estuviera vacío solo por precaución a que la pequeña noticia saliese a la luz, con su cabeza reposando en el hombro derecho de su hermana y sus ojos a medio cerrar mientras jugueteaba en su móvil y enviaba un mensaje de buenos días a JungKook, el clima a estas horas era frío y traía puesto un gran abrigo encima de una gran hoodie y unos pantalones gruesos de algodón. La cita con su doctor debía ser temprano para evitar que el establecimiento estuviera lleno en los demás pisos, SeulGi le hacía cariñitos en su cabello que no ayudaban a mantenerlo despierto.
Una señora llamó por su nombre diciéndole que podían entrar, SeulGi fue la primera en ponerse de pie para luego tomar la mano de TaeHyung y entrar juntos, el doctor los saludos a ambos con un apretón de mano y tomaron asiento. El especialista preguntó a TaeHyung acerca de su bienestar y cómo pasaban sus días, preguntó por sus mareos y náuseas matutinas o por algún inconveniente o dolor que haya tenido, el rubio respondió lentamente restregando sus ojitos con las mangas de su abrigo mientras soltaba uno que otro bostezo.
SeulGi también habló de cómo había visto a su hermano en esos tres días mientras que el señor Lee iba anotando en su libreta. Luego del chequeo de rutina los hicieron entrar a otra habitación donde se podía ver una especie de camilla al lado de un gran aparato con algunas pantallas y una computadora, además de una pantalla que aparentemente se encontraba pegada a la pared, SeulGi le sonrió.
— Entonces TaeHyung, recuéstate en la camilla — Le dijo el pelinegro para tomar asiento a un lado de la pequeña cama y comenzar a teclear en su computadora.
¿Es normal que se sintiese nervioso? Sí, él no lo sabía. De repente todo el sueño que había tenido se fue dejando una sensación de nervios, pero aún más, una de emoción.
— Vamos Boo, acuéstate — Dijo SeulGi con una sonrisa. Él hizo caso y se acostó en la fría camilla mientras frotaba su barriga, su hermana tomó su mano para dejar un pequeño besito. Minutos después el doctor habló.
— Bueno TaeHyung, vamos a comenzar ahora, ¿está bien? — TaeHyung asintió — Vamos a alzar esto — Alzó su abrigo y su hoodie dejando descubierto su abdomen para después coger un frasco blanco — Esto puede estar frío.
Una especie de gel frío se dejó caer en su estómago dejando salir un pequeño jadeo por lo helado que estaba y con un pequeño instrumento parecido a un micrófono comenzó a moverse en su abdomen esparciendo el gel por todos lados, la pantalla pegada en la pared mostraba imágenes de acuerdo con el movimiento de aquel aparato que solo hacía una cosa, encontrar a su bebé.
TaeHyung apretaba con fuerza la mano de su hermana, podía jurar que su corazón latía con demasiada fuerza que todos en la habitación podían oírlo, mordía su labio para evitar que temblase, pero fue imposible, la otra mano de SeulGi acariciaba su cabello suavemente y con sus ojos mirando fijamente a la pantalla, la imagen se seguía moviendo y aquel aparato recorría parte de su barriga, hasta que paró y un click se oyó.
— Bien TaeHyung, ¿listo para ver a tu bebé?
Y los ojos de TaeHyung brillaron al ver a la pantalla, sabía que era apresurado ya que no sabía que exactamente era su futuro bebé, pero el tan solo saber que cualquiera de esas manchitas blancas o negras era aquella masita que crecía dentro de él, hizo que miles de mariposas volaran en su estómago y su pecho quemara de emoción.
— Sí.
— Está bien — El doctor le sonrió antes de proseguir — ¿Sí observas este pequeño círculo negro aquí? Justo en el medio — Señaló con una flechita en la pantalla.
— Sí — Susurró bajito.
— Ese es tu bebé, TaeHyung.
Y TaeHyung pudo haberse desmayado de la emoción, sus ojitos se cristalizaron y ahora podía sentir un zoológico entero en su estómago, su corazón podía salirse por su boca en cualquier minuto y su pecho quemó de alegría al ver a su futuro bebé, apretó la mano de SeulGi para poder verla y notó que ella también tenía sus ojos llorosos y TaeHyung no sintió en qué momento ella dejó de acariciar su cabello para taparse la boca de la emoción.
— Aún es un embrión y por ahora es muy pequeño, como del porte de un granito de arroz cerca de 1,5 o 2 milímetros. Aun no se pueden escuchar sus latidos, pero puedes hacerte otro ultrasonido en unas semanas — Explicó el doctor — Aproximadamente tienes cinco semanas de gestación, podría decir que estás cerca de la sexta. En unas dos o tres semanas más ya podrás escuchar los latidos.
— ¿Y-y el bebé está bien?
— Hasta donde hemos visto, puedo decir que sí, pero si quieres seguir con la gira tendrás que cuidarte — Retiró aquel aparato de su estómago para luego dejar unas cuantas toallas de papel en su lugar — Los tres primeros meses del ciclo son sumamente importantes para el feto. Aquí es donde podemos descartar algún daño o algún aborto espontáneo.
— ¿Entonces el bebé...? — Preguntó SeulGi mientras limpiaba el abdomen de su hermano con las toallitas.
— Tranquilos, pocas veces sucede algo así, pero hay que tomar las debidas precauciones. Voy a recetar algunas vitaminas prenatales para fortalecer el sistema. Todo esto voy a hablar con NamJoon para que él se haga cargo — Sonrió — Ya puedes levantarte, TaeHyung.
Antes de salir del consultorio, le fue entregado un sobre con la ecografía donde se observaba a su futuro bebé tan chiquitito como un maíz. SeulGi no pudo controlarse e insistió a TaeHyung para poder tomar una foto de las pequeñas imágenes que tenían en el sobre. El ojiazul aceptó después de largos minutos con la condición de que no le enseñase a nadie y con la amenaza de que si accidentalmente subía esa foto a sus historias, llegaría a su casa y lanzaría huevos a ella.
Entonces, dos semanas tuvieron que pasar para poder recibir la noticia de que por fin podría ver a JungKook. El rizado ya había acabado con su gira y por una llamada en donde TaeHyung había insistido que tenía que verlo sí o sí, porque para él era casi una tortura no poder comentar acerca de su bebé o acerca de que tanto sus náuseas afectaron su día debido a que aún no le daba la pequeña noticia de que su primer hijo venía en camino. Después de tantas súplicas - no demasiadas - JungKook se encontraría viajando donde él en tres días.
El plan era simple: al momento en que lo viera, después de charlar un rato, solo le lanzaría la noticia o tal vez le mostraría el ultrasonido, sencillo.
Pero TaeHyung cometió el error de comentarle eso a su hermana y prácticamente ella lo obligó a hacer algo especial para dar su anuncio. TaeHyung estuvo de acuerdo, hasta se podría decir que algo emocionado y luego de una larga conversación, SeulGi se vio en la tarea de contactarse con una panadería en la ciudad en que estarían dentro de tres días.
Mandó a hornear cupcakes con un glaseado blanco sabor a vainilla que llevaría la frase "Congrats, new dad" en la cima, una letra por cada pastelito y que después HoSeok vaya por ellos. Esto fue lo más sencillo que TaeHyung pudo sacar de la mente de su hermana ya que la idea de realizar una pequeña fiesta era mucho trabajo, peor aún la idea de cantarle una canción con todo y banda, definitivamente no.
Y TaeHyung pudo jurar que fueron los tres días más rápidos que ha vivido. El último show lo había hecho la noche anterior, había salido un momento a las afueras del hotel para saludar a sus fans que se encontraban ahí, tomaron algunas fotos y dio muchos abrazos, él se sintió feliz. Después de varios minutos, sus guardias anunciaron que ya tenía que subir, todo siendo parte de un protocolo de protección para el cantante. Se despidió haciendo un esfuerzo para abrazar a todos y por último hizo que uno de sus guardias tomara una foto grupal.
Con una sonrisa se dirigió a la entrada del hotel alzando su mano en forma de despedida para sus fans. Ya adentro aún podía escuchar todos los gritos que sus seguidoras hacían, pero se llevó un leve susto cuando HoSeok fue casi corriendo hacia él y habló algo agitado.
— ¡JungKook ya llegó!
— ¡¿Qué?! ¡¿Cómo que ya llegó?! ¡Llegaba en dos horas!
— No sé, algo dijo sobre su vuelo adelantado. ¡No importa! Lo importante es que ya está aquí y tienes que decirle, ¿te acuerdas? Tal y como lo practicamos — HoSeok masajeó los hombros del ojiazul mientras seguían caminando hasta el ascensor.
— ¡Mierda! La voy a cagar — Habló asustado.
— Cálmate, no vas a cagar nada. Solo dale los pasteles y listo, justo como lo practicamos.
— P-pero estoy muy nervioso, ¡No sirvo cuando estoy nervioso ¿Sabes?!
— Tú eres el que quería que llegue este día, todo va a ir bien. Mira, dejé la caja con los cupcakes en el segundo cajón de la mesa blanca, la grande.
— ¿Sabes qué? Mejor tú dale los cupcakes y dile que después me llame.
— ¡TaeHyung! — Reprochó — No voy a hacer eso, es tu hijo, no el mío — TaeHyung rodó los ojos — Además, ya puse una cámara — Sonrió.
— ¿Qué? ¡¿Por qué?!
— Porque es algo importante.
— ¿Dónde está JungKook ahora?
— En tu habitación — TaeHyung se atragantó con su saliva — Todo va a ir bien, Tae, tranquilo — Lo abrazó — Ahora quiero que entres ahí y sorprendas a tu esposo.
TaeHyung se preguntó en qué momento habían llegado. Estando ahí, al frente de la puerta de su habitación y sabiendo que su esposo, el padre de su futuro hijo, estaba dentro y no tenía ni una idea de lo que pasa. Sabía que no tenía que sentirse nervioso, él realmente lo sabía, pero no podía evitar sentir la inquietud y el sudor de sus manos. Agradeció que sus náuseas no aparecieran.
— P-ero...
— Nada de peros, no hay por qué sentirse nervioso. Es JungKook, él te ama y amará a la criatura que llevas dentro, será como... hm — Pensó un momento — Será como su dulce criatura número dos.
— HoSeok...
— ¡Solo hazlo!
Y tal vez HoSeok tenía razón, él no tenía que sentirse nervioso por dar la noticia, y aún peor si se la va a dar a JungKook, porque JungKook era el ser más perfecto que haya podido conocer en la tierra, siempre con un aura alegre y siempre alegrando su día cada día más. Porque estaba seguro de que, de los dos, él era el más gruñón y molesto, hasta demasiado hostigoso, pero JungKook siempre estaba a su lado a pesar de los malos momentos. Él siempre podía confiar en él.
Aunque si lo pensaba, creía que era normal ponerse nervioso.
— Lo haré — Susurró — Le voy a decir, HoSeok.
— Eso es TaeHyung, le vas a decir — Alentó — Grítalo, Tae, le vas a decir.
— LE VOY A DECIR.
— LE VAS A DECIR.
— LE VOY A DECIR — Gritó con más entusiasmo.
— Está bien, creo que hay que parar de gritar.
— Sí — Suspiró — Entonces, deséame suerte.
— No la necesitas — Le dio una sonrisa y abrazó al ojiazul — Ahora anda por él, tigre — Le dio una palmadita para de inmediato salir corriendo por el pasillo.
TaeHyung tomó todo el impulso y puso la tarjeta en su lugar y en un click la puerta se abrió.
— Vamos TaeHyung, tú puedes — Susurró para abrirla por completo y entrar — ¿JungKook? — Habló bajito.
La habitación estaba vacía hasta donde se podía ver, pero TaeHyung pudo reconocer la maleta y el pequeño bolso de JungKook que estaban en una esquina del cuarto. Pudo escuchar el sonido del agua cayendo del grifo y supo que JungKook estaba en el baño, que no estaba a más de cinco metros y puede que se haya perdido en su curiosa mente que no prestó atención.
— Hey — Su voz salió casi en un susurro, pero solo eso bastó para llamar su atención.
Su hogar había llegado.
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