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Ꜥꜥֶָ֢🎙ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo final

Y el día había llegado.

El último día de gira por fin estaba aquí.

Su última fecha, su último concierto, hasta el momento, el cierre de una gran etapa y.... mierda, TaeHyung quería llorar.

Iba a llorar.

Todo el mundo había enloquecido.

Desde dos días atrás comenzaron a armar el escenario, un escenario un poco más grande de lo normal, con un exceso de luces, decoraciones y decenas de pequeños detalles que al final de cuenta sirvieron para que quede todo completamente perfecto.

Habían llegado a Bisan-dong, Daegu, días atrás, todos muy felices, emocionados y hasta nerviosos de casi llegar al fin de esta experiencia. JungKook y TaeHyung se quedaron en el hotel junto con su equipo a pesar de que TaeHyung tenía la casa de su familia ahí, todo para seguir con el protocolo de seguridad y poder evitar algún tipo de inconveniente más adelante.

Pero eso no evitó que la visitara y que se quedara al menos una noche, la bonita vivienda llena de recuerdos, hermosos recuerdos que alguna vez había vivido. Al momento que puso un pie dentro del hogar miles de papelitos cayeron por encima de él, la nostalgia pegó en su pecho, gritos alegres se escucharon y un ridículo cartel pegado de lado y lado en toda la sala, estaban sus hermanas, sus abuelos, aquellos dos pequeños mellizos que había extrañado tanto y tenía a YeonTan que no lo había visto en meses.

Su familia estaba ahí.

Y ninguno dudo en ir hacia él y ahogarlo en un fuerte abrazo, obviamente con cuidado para después sorprenderse con la pancita que ahora estaba más grande de lo que habían visto la última vez.

Cuando soltaron al mayor de los Kim, no dudaron en ir hacia JungKook para asfixiarlo en cálidos recibimientos y saludos, que respondió con mucho gusto y alegría.

Un par de pisaditas se escucharon a lo lejos y se puedo ver a YeonTan venir corriendo tan rápido como sus patitas lo dejaban, para una vez cerca poder lanzarse en dos patas al cuerpo de su amo, que, para fortuna de TaeHyung, pudo agarrar las dos patitas a tiempo para que no golpeara sus piernas, inmediatamente se agachó con algo de dificultad y abrazo al ser peludo que no dejaba de moverse, ni de lamer su cara, ni de mover su cola en forma de saludo.

Después de aquella bienvenida todos se reunieron en la bonita mesa decorada con platillos deliciosos, TaeHyung no supo a quién exactamente agradecer por el banquete que su nana - con ayuda de sus hermanas, claro - había hecho, todo se veía absolutamente apetecible que hizo que su estómago gruñera bajito.

Excepto por los repugnantes palitos de pescado, su estómago se revolvió con tan solo verlos.

Y sentados en familia, recuperaron todo el tiempo perdido.

Cenaron entre risas, recuerdos y conversaciones graciosas acerca de algún tema sin importancia, contaron viejas anécdotas y pequeñas historias que habían pasado en la gira.

TaeHyung los había extrañado tanto, estar ahí hizo que su corazón y su pecho se sintiera realmente cálidos, sus abuelos, sus hermanas y una simple comida entre familia, definitivamente no es lo mismo a través de alguna clase de videochat.

Su niña se hizo presente casi dos horas después, comenzó a dar pataditas poco a poco, unas más fuertes que otras, cuando el ojiazul soltó un pequeño quejido y colocó sus manitas en su vientre de forma protectora se apresuró a decir que era su bebé que había vuelto a patear.

Inmediatamente todos se alteraron, enloquecieron, se alzaron de sus lugares para ir hacia el rubio y tocar su vientre, chillando de alegría cuando pudieron sentir los pequeños golpes en sus manos y rogando para que la bebé no parara de hacerlos.

— Claro, como a ustedes no les duele — Había dicho TaeHyung cuando sus hermanas lo dijeron.

Los dos niños pequeños se acercaron muy felices a la gran pancita para poner su mano ahí y juntar sus oídos, quizás esperando que el ser que estaba adentro le hablara o algo parecido.

Toda la familia se quedó hasta un poco más de la medianoche conversando, JungKook hablando animadamente sobre lo que sea que estuviera conversando con su abuelo y su nana, contando una que otra situación que había pasado.

Media hora después todos ayudaron a recoger la mesa, lavar los trastes, secarlos y ponerlos en su lugar.

Claro, todos excepto TaeHyung que ya estaba algo somnoliento demostrándolo con un bostezo algo exagerado cuando comenzaron a ordenar la mesa, se fue a recostar en el sillón en compañía de sus dos hermanos más pequeños, quienes lo bombardearon en preguntas que con mucho gusto respondió, excepto en donde le preguntaron cómo fue que JungKook había puesto a un bebe dentro de él.

En donde la única solución fue ponerles un video de YouTube sobre sus dibujos animados preferidos para que se tranquilizaran un poco y lo olvidaron.

No estaba listo para esa charla.

Cuando todos acabaron, decidieron que era momento de ir a la cama, cada gemela tomó en sus brazos a sus hermanos menores ya dormidos para llevarlos a la cama, despidiéndose en un susurro, sus abuelos entrando en su habitación con SeulGi ayudándolos y haciéndole compañía.

Al momento de subir las escaleras, no pudo evitar pararse y observar todas las fotos en aquella mesita y las que estaban colgadas en la pared.

Observando la foto más grande, en donde su hermosa madre estaba, su cabello suelto y lacio como siempre solía usar, las bonitas facciones y pómulos que adornaban su rostro y con sus ojos tan delicados y finos, que la hicieron más perfecta de lo que era.

Al lado de ella, una bonita foto de su hermanita, su pequeña GyuRi, su cabello de la misma forma que su mamá usaba, su bonito rostro formaba una pequeña sonrisita, achinando un poco sus bellos y grandes ojos.

El nudo en su garganta apareció, apretó sus dientes para evitar que alguna lágrima escapara, pero se negó que la sensación de tristeza estuviera mucho tiempo, contrario a eso sonrió melancólico y acarició su vientre, pesando en los hermosos recuerdos que tuvo con ellas.

Sintió unos fuertes brazos rodeándolo por detrás, acunando su pancita, besando su mejilla para después dar un pequeño besito en su cuello y quedarse en el lugar seguro. 

— ¿Estás bien? — Preguntó, su tono de voz suave.

— Por supuesto, sol — Giró su cabecita para darle una pequeña sonrisa a su esposo — Vamos a dormir — Besó sus labios antes de separarse.

JungKook tomó su mano y guio el camino, completamente paciente y ayudandolo a subir las escaleras pasó a paso. Ya en la habitación no hubo charla ni nada por el estilo, se recostaron en la bonita cama, arropándose con las mantas cálidas y acurrucándose uno con el otro.

TaeHyung se sintió feliz con volver a casa.

Faltaban pocas horas para que el último concierto de su gira se realizará, el escenario estaba hecho, las luces puestas y aún estaba poniendo todos los instrumentos en sus respectivos lugares.

JungKook, como el perfeccionista que es, estaba supervisando que todo, absolutamente todo, estuviera perfecto, dejando a TaeHyung en el backstage sentando en uno de los muebles - no sin antes dejarle en claro que no haga ningún esfuerzo - y cerca de la mesa llena de bocadillos, frutas y pasteles, que el ojiazul no pudo pasar por alto.

TaeHyung es humano, entiéndanlo.

Había tomado uno de los platos que estaban a un costado y había escogido varios pastelitos de dulce, algunos con relleno de manjar y crema, pequeñitas salchichas en una salsa que no tenía ni idea de cómo se llamaba, pero que le había encantado, había puesto uvas con un trozo de sandía y no puedo evitar tomar unos cuantos trocitos pequeños de pizza que estaba ahí, su plato se veía como una montaña.

En su defensa, tenía que alimentarse por dos.

Se sentó en el mueble dejando su plato en la mesita cercana, cogió un pastelito decorado con crema y una fresa en la punta, con cuidado de que los demás bocadillos no se cayeran y le dio un mordisco soltando un gemido de placer cuando saboreó lo dulce de la crema.

— Oye, no puedes comer antes de un show — Habló el chico que entraba recién, TaeHyung reconoció de inmediato su voz.

En los últimos conciertos le ha dado esta cosa de ponerse excesivamente nervioso a la hora de entrar en el espectáculo, cuando ve al montón de gente desde detrás de escena, su estómago se revuelve y no puede evitar asustarse un poco, está tan cerca del cierre de su gira y teme, de verdad teme arruinarlo ya al último.

Entonces sí, la primera vez que sufrió aquello, no dudó en echar toda la comida que había ingerido antes, sintiéndose un poco mejor después de hacerlo, pero eso no evito que todos se alarmen, haciendo que el médico lo revisara.

Todo estaba correctamente, el médico dijo que no había que preocuparse y que posiblemente solo sea los nervios del momento al salir a un escenario de más de treinta mil personas. Entonces se le prohibió comer mínimo tres horas antes de cada concierto hasta que terminase la gira.

Pero TaeHyung no puedo en ese momento, ni mucho menos cuando lo ponen solo con una mesa llena de bocadillos deliciosos.

— ¿Quién dice?

— JungKook se va a enojar si se entera.

— ¿Tú le vas a decir?

— Sí.

— Oh cállate, HoSeok — Abrió su boca para meter todo lo que restaba del pastelito, masticando con dificultad.

— ¿Vas a comerte todo eso?

— La mayor parte, sí — Hablo aun masticando su bocadillo.

El pelinegro alzó sus hombros y se dirigió a la mesa de comida para tomar uno que otro bocadillo y sentarse al lado de TaeHyung.

— ¿Cómo está la bola de carne?

TaeHyung lo miro fijamente con otro pastelito en una mano. 

— ¿Había bolas de carne?

— Habló del bebé, tonto — HoSeok y sus apodos raros para el bebé, al menos este era mejor que frijol gigante.

El ojiazul se estiró un poco para coger una uva y se la tira al hombre de ojos marrones.

Justo en la frente, eso.

— ¡Auch! — Se quejó en un grito llevando su mano al área golpeada, TaeHyung solo pudo reír — Eres grosero.

— Lo siento, ¿te di?

HoSeok no hizo más que mostrarle el dedo de en medio a su amigo, teniendo como resultado una risita.

— Así que... ¿Estás listo?

— Siempre estoy listo — Habló con dificultad tratando de masticar un trocito de sandía.

— ¿No fue genial? — Dijo el pelinegro, sacando un suspiro — Parece que fue a ayer cuando iniciamos el tour y ahora está a punto de acabarse — Hizo una mueca triste y se tapó la boca — ¿Es normal que quiera llorar?

— Si quieres, hazlo — Se comió una salchicha.

— Todo esto fue una locura, sabes, fue mejor de lo que me lo esperaba, todos los conciertos, todas las fans, los viajes, los hoteles — Mencionó algo melancólico mirando hacia un punto en la pared.

TaeHyung quitó la mitad de sus bocadillos para verlo.

— Sabes, TaeHyung, creo que no hubiera querido hacer esto si no fuera en tu banda, todo esto fue mucho más de lo que alguna vez logré imaginar, y todo gracias a ti, eres una maravillosa persona y un excelente cantante, y todo lo que lógranos en estos meses es... — Sonrió — Es fascinante, creo que no pude toparme con otra mejor persona — Soltó un suspiro alegre y se volteó hacia el ojiazul, encontrándolo con su boca entreabierta y sus ojitos cristalizados — ¿T-TaeHyung?

No hizo nada.

Lo miro con su ceño fruncido. 

— ¿TaeHyung, vas a llorar? — Preguntó algo confuso.

El ojiazul negó

HoSeok no pudo evitar ver la pequeña lágrima que rodó sobre su mejilla. 

— Vas a llorar.

TaeHyung asintió.

Puso el platillo lleno de bocadillos en la mesa y se arrastró por el sofá hacia su amigo, lo abrazó y rompió en llanto.

El de ojos marrones completamente confundió correspondió el abrazo dando pequeños golpecitos en su espalda.

Vaya, definitivamente el embarazo lo tiene mal.

— ¡No puedo creer que mi primer tour se está acabando! — Chilló el mayor, aún abrazoado a su amigo — Todo pasó tan rápido, hasta voy a tener un bebé.

— Ow, TaeHyung, pero no tienes que llorar — Trató de consolarlo, pero bueno, es HoSeok — S-solo piensa que quizás en el próximo no tendrás una barriga enorme.

TaeHyung inmediatamente se separó de él y pellizcó un lado del brazo izquierdo. 

— Das asco consolando.

El pelinegro rio. 

— Hago lo que puedo, no me culpes.

Rápidamente el mayor seco sus lágrimas con sus puñitos, se rio también y se sentó al lado de su compañero.

— ¿En serio crees que hicimos bien la gira?

— Por supuesto que sí, TaeHyung, lo hiciste excelente y sin olvidar que todo lo hiciste estando completamente embarazo, eso no lo hace cualquiera.

Sonrió. 

— Gracias — Para TaeHyung, HoSeok había sido mucho más que solo su guitarrista, se había vuelto el amigo ridículamente alborotado que quizás le sacaba una que otra cana verde, pero aun así lo había ayudado y apoyado en todo lo que necesitase, así que aquellas palabras que dijo definitivamente hizo que su interior se sintiera cálido y melancólico.

Su bebé aprovechó ese tiempo para comenzar a dar pequeñas pataditas. TaeHyung inmediatamente puso su mano en su estómago.

— ¡Oh, se está moviendo! ¿Puedo tocar? — TaeHyung asintió.

HoSeok puso su mano en el gran vientre ganándose un par de patadas algo fuerte. 

— Creo que sacó lo de pateadora de ti.

Ambos rieron.

— Apuesto a que va a ser igual a JungKook.

— Lamento decepcionarte amigo, pero ella — Señalo su estómago — Es una Kim.

— ¿Y?

— La estoy llevando más de siete meses, se tiene que parecer a mí, es lo justo — Señalo — Aparte has visto mis genes, prácticamente soy igual que mis hermanas.

— Nah, aún creo que se va a parecer JungKook.

TaeHyung lo miro mal. 

— ¿Quieres apostar? — Retó.

— 100 dólares a que es idéntica a JungKook.

— 1000 dólares a que se parece a mí.

— Que sean 5000 dólares, a cualquiera que gane — Estrechó su mano.

No dudo ni un segundo en tomarla. 

— Hecho.

Y quizás podrían seguir discutiendo, pero justo JungKook llego con una pequeña carpeta en sus manos, algo apurado.

— Tae, ven a cambiarte, el concierto empieza en una ho... ¿Estuviste comiendo?

El mayor lo miro con los ojos abiertos, señaló a HoSeok.

— Él me obligó.

— ¡Mentira!

JungKook rodó sus ojos.

— Ya no importa, cariño, ven, vamos a cambiarte — Estiró su mano.

TaeHyung no esperó ni un segundo y se levantó del sofá para ir corriendo hacia donde su esposo lo esperaba, que lo recibió con un dulce beso en los labios, para luego entrelazar sus dedos y encaminarse hacia el camerino.

TaeHyung giró de manera rápida y se despidió con una sacudida de mano de su amigo.

Ya dentro del pequeño camerino, que era no más una habitación pequeña, TaeHyung se sentó en el sillón que había ahí, observó cómo JungKook iba hacia el perchero lleno de ropa colgada en el fondo y rebuscaba entre las prendas buscando algún atuendo digno para el último show de su gira.

Para TaeHyung, el vestuario en cada uno de sus conciertos no tiene mucha importancia, con tal que sea algo cómodo y decente, estaba bien para él, por tal razón no tenía aquellos profesionales que supervisaron sus modos de vestir.

Pero no era lo mismo para su esposo, lo conoce, y sabe que para cada uno de sus shows tuvo un traje sumamente especial y planificado, lleno de pulcritud y elegancia, justo como él es, así que JungKook, días atrás, le había dicho que tenía que vestirse "bien" para la importante ocasión y no pudo negarse.

— ¿Quieres ponerte esta? — Le enseñó una camisa de seda, color azul marino con pequeños puntos blancos.

— No.

El ojiverde asintió girándose para buscar entre las tantas prendas que había, mostrándole otra de un color salmón con pequeños volantes al lado, ganando otro "no" por respuesta.

Y así fue hasta después de que TaeHyung haya negado la quinta.

— ¿Entonces cuál quieres?

— ¿No puedo salir así? — Renegó, su boquita en un puchero.

El rizado lo observó, su pequeño esposo traía puesto unas sandalias con unos pantalones holgados, hecho de algodón y de color negro, al igual que la camisa que traía, era grande, quizás demasiado para su porte, pero la pancita que traía el ojiazul se adaptaba a ella haciendo que se note solo un poco.

— Estás prácticamente en pijama.

TaeHyung renegó en un suspiro, se levantó con solo un poco de dificultad y se acercó hacia aquel perchero y rebusco entre las prendas.

— Esta — Dijo alegre mostrando una camisa blanca sencilla y el logo de Celine en el medio.

— ¿Te gusta? — El ojiazul asintió — Bien, amor — La prioridad de JungKook era que su pareja se sintiera cómoda, muy a parte de como luzca el atuendo que llevaría, así que, si TaeHyung quería salir con aquella camisa, no le diría que no.

Rebuscó entre algunas prendas más y sacó un pantalón negro con algo de tela extra en la zona del estómago. 

— Para hoy vas a usar un pantalón jean, ¿Está bien? — Volvió a asentir.

JungKook lo ayuda a cambiarse de ropa, primero comienzan por los pantalones, saca con cuidado el pantalón holgado que traía y con mucha paciencia ayuda a pasar cada pierna en los nuevos pantalones, lo sube de manera lenta y cuidadosa, agradece mentalmente que no sean ajustados y entren sin ningún problema, sube la bragueta y abrocha el botón que queda justo en medio de la pancita en donde su bebé se cobija, es inevitable no dejar un pequeño besito ahí. La camisa es algo más fácil, es un poco grande, pero es perfecta para su estado, en el lado de las mangas queda suelta, pero se ajusta perfectamente a su abdomen, ajustándolo un poco, quedando a la vista.

También ayuda a poner un nuevo par de medias y le coloca unas bonitas vans negras, porque TaeHyung con su pancita de siete meses se le dificulta demasiado agacharse y colocarse zapatos, entonces JungKook siempre está para ayudarlo.

JungKook peina un poco su flequillo hacia un lado y le arregla un poco el cuello de la camisa, al finalizar lo observa.

El atuendo es hermoso, es sencillo y neutro, aquella camisa blanca hace que su vientre se note y que se vea muy bien, los pantalones también ayudan, ajustando en todos sus puntos correctos y no pude no elogiar el hermoso rostro que su esposo tiene; sus preciosos ojitos tan azules como un océano profundo y con ese brillo tan encantador, las bonitas pestañas que siempre están tupidas, los resaltados pómulos sonrojados y las pequeñas pecas alrededor de su nariz de botón.

TaeHyung es arte, sin ninguna duda.

— Te ves precioso — Acuna su cara con sus manos, se acerca y da un beso en los labios — Siempre eres precioso, mi lindo girasol.

— ¿Si? — Pregunta con diversión, no es que a él le gusta que lo elogien demasiado, pero cuando se trata de JungKook, puede quedarse toda su vida oyendo como habla de él.

— Por supuesto que sí, mi amor — Roza sus narices y las mueve un poco — Te ves completamente hermoso — Sus manos bajan y acarician su vientre — Y aún más llevando a nuestra bebé contigo.

Eso pone verdaderamente cálido al ojiazul, soltando un gemido de satisfacción. 

— Vamos al sillón, necesito abrazarte por un rato.

JungKook sonríe y tal como dijo su esposo, camina hacia el sillón negro de la habitación y se sienta, ayudando a TaeHyung a sentarse a horcajadas en su regazo, lo sostiene por la cadera mientras el rubio trata de acomodarse, la gran barriguita lo hace un poco difícil, pero nada que no pueda arreglar.

Ya cuando está cómodo, rodea con su brazo el cuello del amor de su vida y lo atrae para darle un beso, sus labios chocan en un beso que al principio fue dulce y lento, pero que no tuvieron que pasar ni diez segundos para que terminara en uno intenso y algo fuerte, se separan apenas para tomar aire y siguen en lo suyo, sus lenguas se mezclan, y sus bocas ocasionan aquel sonido en particular que resulta ser algo caliente.

Y es obvio que TaeHyung no puede evitar que se le escape un pequeño gemido cuando JungKook lo acaricia por debajo de su camisa, su piel erizándose ante el contacto con el frío material de los anillos.

— Hay que parar — Habla un poco aturdido el rizado — No falta mucho para que empiece el concierto — Acaricia un poco más la piel de la suave espalda y antes de que TaeHyung pueda hablar, dice: — Y ni se te ocurra decir algo comprometedor.

El ojiazul da una mirada ofendida, que rápidamente se vuelve en un puchero. 

— Pero si no iba a decir nada — Dice tratando que una sonrisita salga a la luz.

JungKook lo ve con las cejas alzadas y niega. 

— Por supuesto que no, bebé — Deposita un besito en la nariz — ¿Estás listo para el show?

El mayor lo piensa un poco. 

— Creo que sí, pero estoy un poco nervioso — Toma la mano del ojiverde y comienza a jugar con sus dedos — ¿Y si lo arruino?

— No podrías arruinar nada, aunque quisieras — Acaricia con suavidad el vientre hinchado — Lo harás perfecto, amor, todos los que estan afuera te aman.

Y es eso lo que TaeHyung necesitaba oír, asiente y abraza a JungKook, acurrucándose en el espacio del cuello, apoyando su cabecita en el hombro.

No están tan cerca como él quisiera, teniendo en consideración la gran barriguita que traía, aun así, se siente bien, el tacto íntimo que mantiene la mano de su esposo regalando suaves caricias a la piel desnuda de su espalda y los besitos que recibe en su coronilla hacen que lo arrullen, también disfruta de las palabras de aliento que su esposo susurra a un lado de él.

Y si fuera poco, su bebé comienza a dar pequeñas pataditas de nuevo, no son tan duras como para quejarse y sabe que JungKook también la sintió cuando coloca sus manos sobre su estómago, acariciándolo en leves movimientos circulares.

— ¿Ha estado pateando mucho meloncito?

TaeHyung rueda los ojos ante el apodo, JungKook y su rara forma de ponerle apodos ridículos a su bebé.

— Te he dicho que no le digas así — Reprocha aún apoyado en su hombro.

— Pero tiene el tamaño de un melón, ¿Cómo quieres que le diga?

— No tengo idea, pero no como una fruta.

— No seas gruñón — Pellizcó levemente la piel — Aún falta que crezca un poco, ahí le cambiaré el nombre.

— ¿A cuál?

— No sé, quizá cuando tu pancita parezca una sandía pueda...

— No te atrevas.

— ¡Porque no!

— Considerando de qué forma ves a las sandías, pasó — Bromeó dejando escapar una risita, se enderezó y robo un besito rápido.

Su pequeña burbuja se rompe cuando escuchan el fuerte toqueteó en la puerta.

— ¡Faltan quince minutos para iniciar! — Dice alguien desde afuera, aunque por su voz saben que es NamJoon — ¡Voy a entrar y espero que estén vestidos! — La puerta se abrió dejando ver a un NamJoon entrando con una mano tapando sus manos — ¿Estás listo, TaeHyung?

— Sí, estoy listo y vestido, puedes abrir los ojos, muchas gracias.

Su manager separó sus dedos para poder ver, soltó un suspiro de alivio cuando vio que estaban con ropa. 

— No quería traumarme de nuevo — Mira el reloj en su muñeca — Faltan quince minutos para iniciar, vamos, los espero afuera — Sale de la habitación, regresando con apuro segundos después — Y ni se les ocurra demorarse — Advierte antes de irse.

La pareja se queda mirando por donde había salido con caras un poco burlonas.

— Estás listo, amor — Palmea uno de sus muslos — Vamos para que puedas brillar en el escenario una vez más.

TaeHyung asiente perezosamente, sin embargo, se acerca al cuerpo contrario y lo abraza, escondiendo su cabecita en el espacio del cuello.

A JungKook se le escapa una sonrisita, porque no puede no admirar a TaeHyung ser tan tierno y mimoso, justo como ahora lo está siendo, nota que la naricita de botón está un poco helada cuando la restriega en su piel.

— Tienes que ir — Le recuerda una vez más, tomándolo por las caderas para que su esposo se enderece, el rubio rueda los ojos antes de sentarse correctamente, da un besito y procede a levantarse con cuidado y con ayuda de su esposo.

JungKook también se levanta con él, le da una mirada y arregla su camisa que había está un poco arrugada, y vuelve a peinar el cabello para que quede perfecto.

Salen un minuto después para acercarse donde están todos reunidos y preparándose para en unos minutos salir al escenario, cuando TaeHyung llega rápidamente le colocan ambos auriculares, ajustándole uno que otro cable y comprobando que se escuche bien, hacen lo mismo con los demás miembros de la banda, procurando que en todos los instrumentos estén en orden.

Ya para el final, todos hacen una ronda, estirando una mano al frente, juntándolas en el centro.

— Solo quiero agradecer a todas las personas que lograron que esto sea realidad — Dice en voz alta para que lo escuchen debido al ruido que proviene del público — Y que este último concierto sea el mejor que hayamos hecho — Rápidamente recita una cuenta regresiva y todos gritan alzando la mano en modo de ánimo.

Dan una orden y todos los miembros de la banda salen a posicionarse en sus lugares, JungKook se despide con un beso de TaeHyung y le desea mucha suerte antes de que guíen al exitoso cantante por un pasillo para que diera su entrada.

Mientras camina se arregla un poco el cabello y los auriculares, escucha como el bullicio del público se vuelve aún más sonoro, así que deduce que quizás la gran cortina ya haya caído, dejando a la vista el gran escenario y no hay que esperar mucho para que la banda comience a tocar la melodía de introducción.

Cuanto más se acerca, el ruido se hace más fuerte, ocasionando que su piel se erice y sus nervios se pongan de punta, su corazón bombea muy rápido por la emoción y adrenalina que siente y no hace más que rezar para que las náuseas no vengan.

Llegan a lo que sería abajo del escenario, TaeHyung avanza mientras hace lo posible para agacharse y no golpearse la cabeza con uno que otro fierro que está ahí, cosa que es imposible e igual sucede.

Se soba su frente mientras va llegando a su posición, le dan ciertas indicaciones antes de dejarlo listo y no tiene que esperar mucho cuando siente que la plataforma, en la cual está de pie, va subiendo lentamente, llevándolo justo en medio del escenario del concierto de su maldita gira mundial.

Santa mierda.

Y es inevitable no emocionarse cuando ve a todo el público frente a él, el estadio está repleto, hay cientos de carteles, luces y globos de distintos colores y muchos gritos.

La gente se vuelve loca cuando visualiza la silueta de Kim TaeHyung en medio del escenario.

Cuando está seguro de que la plataforma dejó de subir, avanza hacia donde está el soporte con su micrófono, sus manos tiemblan un poco y están sudorosas, voltea hacia WooShik, su baterista, y él le alza la mano con un pulgar arriba, una señal que tiene para que comience el espectáculo, asiente y cuando escucha el cambio de sonido toma el micrófono con ambas manos y comienza a cantar.

La melodía de Love Me Again resuena en todo el recinto.

Los distintos colores de luces se prenden y enfocan hacia el cantante, pequeñas llamas de fuego salen de los chispeadores a un lado del escenario, dando así inicio al último show del primer tour mundial del mismísimo Kim TaeHyung.

El concierto fue perfecto.

TaeHyung lo hizo perfecto, como siempre.

Cantó a todo pulmón sus canciones, compartió con los cientos de fans que había venido, habló con ellos y agradeció infinitamente el apoyo recibido, recorrió el escenario unas cuantas veces mientras entonaba su música y puede haya cantado una que otra canción demás.

El escenario terminó repleto de varias cosas, hermosas rosas que tiraron cuando cantaba Stigma, había carteles, miles de globos brillantes y varias banderas, que no pudo evitar alcanzar una y sostenerla mientras cantaba Singularity.

En su cuerpo no cabía más felicidad, sus mejillas dolían un poco por sonreír, pudo suponer que su pequeña bebé sentía su emoción y felicidad, cuando en medio concierto sintió varias pataditas en su vientre, no muy suaves ni dulces que digamos, por lo cual en serio necesito tomarse un tiempo para esperar que se calmara.

El público se murió de emoción en ese momento.

Ya al final, no pudo contener un par de lágrimas cuando se despidió y agradeció profundamente a todas las personas que han estado siempre para él, apoyándolo y siguiéndolo, recalcando también el inmenso cariño que tiene hacia cada uno de sus fans, y lo orgulloso que está de ellas.

Presentó a cada miembro de la banda, como siempre lo hacía al finalizar un show y también les agradeció a ellos, cada uno se acercó él y lo envolvieron en un abrazo.

Y sin más, las luces bajaron de tono y la melodía poco a poco se fue desvaneciendo.

TaeHyung entró al backstage e ignorando al resto, corrió hacia donde su esposo lo esperaba con sus brazos abiertos, se envolvieron en un fuerte abrazo reconfortante y lleno de cariño, el rubio dejando escapar una que otra lágrima mientras sentía los fuertes brazos de JungKook rodeándolo y su cálida voz susurrándole lo orgulloso que estaba de él y cuánto lo amaba.

Se separaron y no demoraron nada en unirse en un beso, uno muy rápido, algo desordenado y lleno de infinitas emociones que debían transmitir a su otra mitad, felicidad, orgullo, extrema devoción y amor.

Pequeños abucheos y burlas amistosas se escuchaban a su alrededor, sacándole una sonrisa por parte de ambos, entonces JungKook se alejó, con su mayor fuerza de voluntad, para que el mayor viera lo que había más en el fondo.

Los ojitos azules adquirieron el especial y hermoso brillo cuando se topó con una enorme pancarta colgada en medio de la pared del fondo, cientos de globos; negros, blancos y rojos, cada uno flotando en conjunto por el lugar atados a bonitas canastas negras llenas de dulces, un gran pastel rectangular con un tierno muñequito hecho de fondant en el medio sosteniendo un micrófono, TaeHyung supuso que era él, y lo más llamativo, las decenas de bocadillos y cupcakes, todos ellos decorados con su icónica carita sonriente.

Todos los presentes gritaron cuando la boca del rubio se abrió a la par debido a la pequeña sorpresa, sus hermanas que estaban ahí no dudaron en correr y abrazarlo, al igual que el resto, todo su equipo, su manager y todos los asistentes que tuvo, se turnaban para abrazar al pequeño cantante y felicitarlo por terminar su primer tour.

No pudieron faltar las fotos, claro que no, su fotógrafo, el que siempre toma sus fotos para subir a una red social, había estado insistiendo en documentar la mayoría de lo que estaba pasando ahí. Y sí, puede que para TaeHyung fuera un poco tedioso y cansado, no se quejó, porque en verdad amaba disfrutar y pasar el tiempo con las personas que lograron que todo esto fuera posible, así que se limitó a poner mala cara, a pesar del cansancio en su cuerpo.

Fueron cientos de fotos, de la decoración, del personal, de su familia, de él y otras cosas más, fotografías grupales y algunas completamente ridículas que sabía que no se sentiría muy orgulloso cuando las vea.

Aquello duro no duró más de una hora, al menos para TaeHyung, ya que el cansancio pudo más con su cuerpo, tan solo queriendo y necesitando una cálida ducha para fundirse en las suaves mantas de su cama, tal vez para siempre.

Entonces solo la pareja se fue, los demás entendían la situación perfectamente, el trabajo y lo cansado que es el por fin haber terminado una grande jornada de trabajo llena de conciertos, pruebas de sonido y además la responsabilidad que conlleva el tener un bebé en su vientre.

Así que ambos dejaron el recinto lo más pronto posible desde que TaeHyung dijo que se encontraba agotado, JungKook se negó a dejar que se fuera solo con alguien acompañándolo, como algunos habían sugerido para que él se quedara un momento más.

Cuando llegaron a la suite, TaeHyung vio el verdadero placer al momento que vio la gran cama en la habitación, las sábanas blancas, pulcras y un edredón que más bien parecía una enorme nube.

Y antes de siquiera tener la oportunidad de lanzarse hacia ella, alguien lo tomo del brazo atrayéndolo y rodeándolo por detrás.

— ¿A dónde vas, hmm? — Preguntó el ojiverde, dejando un besito en la mejilla.

— Kook — Se quejó levemente, dándose la vuelta para encararlo — No quiero hacer nada, solo quiero acostarme y descansar — Hizo un leve puchero.

— Nop, debemos tomar una ducha primero.

— ¿Debemos? ¿Quién te invito a ti? — Bromeó.

JungKook lo vio fijamente con una expresión indignada y se relamió los labios. 

— Bueno, entonces suerte con enjabonarte los pies.

Bueno, con un gran vientre, a TaeHyung le era imposible hacer ciertas cosas con la misma facilidad, no podía agacharse a recoger algo, ponerse sus zapatos, ¡Vamos! Apenas podía ver sus pies y definitivamente no podía tocarlos, pero claro, para eso estaba JungKook, que siempre se encontraba pendiente de él y lo auxilia en todo lo que necesitara.

Y sí, eso también implicaba el tomar baños juntos.

El mayor soltó una sonrisita y lo tomo de la mano. 

— Era broma, sabes que no puedo hacerlo sin ti.

— Sí, bueno, ya no quiero.

— No me importa, ¿Adivina quién me puso esto aquí? ­— Tocó su estómago abultadito, el rizado contuvo una sonrisa — Ahora te haces cargo.

JungKook negó y se acercó a su esposo, depositando un besito en su frente. 

— Vamos entonces.

— ¿Ya está listo el baño?

— Sí, pedí que ya estuviera listo.

— ¿Sabías que íbamos a venir tan pronto?

— Conozco cuando estas cansado. Vamos — El menor comenzó a guiarlos hasta el cuarto de baño, una elegante bañera estaba esperándolos con agua caliente en ella, con un rico olor a vainilla y naranja, llena de burbujas y una gran cantidad de espuma.

Ambos se despojaron de sus prendas, TaeHyung con ayuda de su esposo y no perdieron más tiempo para sumergirse en la reconfortante bañera, el agua tibia relajando sus músculos al primer contacto, la agradable sensación en la piel y el aroma a jabones naturales.

Y como siempre, el cuerpo del mayor se encontraba entre las piernas del rizado, su cabecita apoyada en su pecho mientras se dejaba relajar por el agua que le llegaba por encima de los hombros, por otro lado, JungKook, lo tenia rodeado con sus brazos, acariciando por ratos la barriguita y también dando pequeños masajes en la espalda que tenía a su disposición, repartía pequeños besitos en la zona de la nuca, sintiendo como el cuerpo de su esposo poco a poco se relajaba.

Quizá si es que el ojiazul no estuviera esperando un bebé, ahora estuvieran celebrando en aquella fiesta, que habría sido totalmente diferente a la pequeña sorpresa que tuvo, tomando un par de tragos para que al final de la noche terminar follando en el comedor de su suite.

Pero no, ambos estaban tomando un relajante baño de burbujas, con el cuerpo del rubio medianamente cansado, sus pies doliendo, hinchados y una gran barriguita de siete meses, con su pequeña bebé dando una que otra leve patada.

No era lo que había pensado, pero definitivamente no lo cambiaría por nada.

JungKook le dice que ya es tiempo de salir cuando estaba a punto de caer en un profundo sueño, reniega un poco, pero igual hace caso, ambos cuerpos se enjuagan con agua limpia, JungKook procura mojar los ojitos azules para quitar rastro del sueño, ya al finalizar lo ayuda a salir con sumo cuidado, secándole el cuerpo y envolviéndolo en una bata de baño.

En la habitación se encargan de vestirse, obviamente TaeHyung lo hace con ayuda de su amado, no es como si no pudiera a pesar de que, si se le complica, pero le gusta sentirse mimado y atendido por el ojiverde, así qué tal vez se aprovecha de ello.

Se viste con unos pantalones flojos y gruesos, una camisa ancha, para que cubra todo su estómago, y un par de medias blancas para que abriguen sus piecitos, JungKook por su lado se pone una camisa suelta con un bonito short de rayas rosadas y azules para dormir.

Y antes de que TaeHyung pueda recostarse al menos un minuto, unas manos lo agarran de la cintura atrayéndolo hacia atrás.

— JungKooook — Lloriquea — Quiero acostarme — El puchero en su boca se hace notar.

— Lo sé, amor, pero antes te tengo una sorpresita — Besa su cuello varias veces.

— ¿Sorpresita?

— Sí, así que ven — Lo suelta para tomarlo de la mano y guiarlo hacia afuera de la habitación — Vamos — Reniega levemente, pero de igual forma acepta.

Lo primero que ve cuando llegan al comedor de la suite, son las diferentes velas prendidas en la mesa de centro, en la mesa principal se puede diferenciar una bonita cena, la costosa vajilla está puesta de manera elegante, hay dos copas de vino también, que muy probablemente esté llena de juego de uva y no de alguna bebida alcohólica.

Se escucha una música suave y relajante de fondo, las luces están en su nivel mínimo de potencia, convirtiendo al ambiente en uno romántico y tranquilo.

Su boca se abre a la par cuando ve todo aquello, quizás está muy sorprendido que no logra decir ni una palabra y solo tapa su boca con sus manitos. Siente el cuerpo de su esposo abrazándolo por atrás, sus manos rozando su vientre, besa la cabellera lacia en la coronilla y luego se acerca a un costado y habla.

— ¿Creíste que no te iba a celebrar? — Susurra de manera dulce.

—K-Kook — Su voz suena ligeramente quebradiza y se voltea para poder quedar cara a cara — JungKook, ¿Tú hiciste todo esto para mí?

El rizado asiente lentamente, sus mejillas ahora sonrojadas. 

— Sí, bueno, tuve ayuda, pero fue mi idea — Confiesa y lo toma por las mejillas, acariciándolas — Quiero celebrar contigo que acabaste una gran etapa en tu vida, amor, cumpliste tu sueño a pesar de tantas dificultades que tuviste, a pesar de todo te mantuviste fuerte y luchaste por esto, por tener tu propio álbum, tu propia gira mundial — Se acerca rápidamente para besar su nariz — Y ahora por fin cumpliste con un sueño más, a pesar de que estás todo embarazado con nuestra niña — Ambos sueltan una risita — Lo hiciste, TaeHyung, y no sabes lo tan orgulloso que estoy, mi amor.

No espera una respuesta, tan solo junta sus labios con los otros fundiéndose en un beso lleno de sentimientos, amor, y seguridad que siempre se ofrecen mutuamente, aquella reciprocidad que ofrecen inconsciente buscando la manera sostenerse a sí mismo y no dejar que ninguno caiga, no de nuevo.

Nunca más.

— Oh, sol — Restriega sus ojitos rápidamente — Eres demasiado para mí, soy muy afortunado en tenerte — Lo abraza por la cintura, su carita pegada al pecho del rizado.

— Yo soy en afortunado en tener a Kim TaeHyung como mío — Da leves toques en la espalda y un besito en la cabeza — Y también en haberle hecho un bebé — Ríe cuando siente un tirón a su costado.

— Te odio por hacerme llorar — Se separa y limpia sus mejillas húmedas con el dorso de la mano.

— Yo también te amo mucho, Tae — Lo toma de la nuca y lo atrae para darle un besito en los labios, acariciando uno que otro cabello lacio. TaeHyung sonríe en medio beso y lo abraza para acercarlo aún más.

Se separan segundos después, el menor da un besito en la nariz y se dirigen hacia donde se encuentra la comida.

— Mandaste a hacer el japchae — Habla cuando ve el plato de comida, sentándose cuando JungKook le corre la silla amablemente.

— Es una ocasión especial, así que ameritaba que comiéramos japchae coreano — Señala el plato con entusiasmo y se sienta en su lugar de igual manera.

— Eres ridículo, JungKook.

— ¡Hey! Trató de ser romántico, dame un respiro.

— Definitivamente un ridículo — Habla riendo.

— Bueno, yo no fui quien lo hizo primero.

— Oye, eso es jugar sucio — Señala con un dedo.

Ambos se ríen.

— Aún no sé cómo no nos intoxicamos la primera vez.

— No estaba malo.

— JungKook, estaba quemado.

— No tan quemado — Estira su mano por encima de la mesa, moviéndole para que TaeHyung le dé la suya — Además, me gustó mucho, fue especial.

— Claro que fue especial, fue mi primera vez cocinando, recuerdo que me temblaban las manos — JungKook ríe ante el recuerdo y se agacha para besar la mano en su poder.

— También lo recuerdo.

Los dos se sonríen, al azul conecta con el verde y sus mejillas están levemente sonrojadas.

No les importa que sean las once de la noche y comienza a comer, TaeHyung saborea los fideos celofán y gime de satisfacción.

— Agradezco que esto no me esté ocasionando asco.

— Creo que tienes que agradecerle a cierta personita eso — Insinúa con una sonrisa.

TaeHyung sonríe tímidamente y agacha su mirada para ver su vientre, lo acaricia un poco por encima y alza su cabeza encontrando a JungKook mirándolo con corazones en sus ojos.

— Te amo mucho, sol — Dice queriendo expresar todo el inmenso amor que siente en tan solo tres palabras.

— Y yo te amo mucho más, Tae — Inevitablemente se levanta de su asiento y se estira para poder darle un besito al amor de su vida.

Conversan durante la cena, se olvidan del mundo en el exterior y se centran en ellos dos, dicen algunas ridículas bromas y hablan sobre experiencias felices a través de sus vidas. Parece que el tiempo no ha pasado, son exactamente los mismos adolescentes de quince y diecisiete años degustando aquel platillo delicioso, abriendo su corazón en cada palabra dicha, cada acaricia y cada beso.

JungKook se sigue sonrojando cuando TaeHyung lo halaga o hace algún comentario inapropiado y fuera de lugar. Y TaeHyung se sigue riendo del pequeño nerviosismo que tiene su esposo y del color fuerte en sus mejillas.

El amor se mantiene intacto, incluso después de años, ambos consiguen acelerar el corazón del otro cuando se mantiene cerca, ambos consiguen sacar suspiros después de un beso, ambos consiguen sacar gemidos de placer al momento de convertirse en uno solo en la cama o en algún otro lado, el sentimiento no cambia jamás, hasta se hace más grande día a día.

Son solo dos corazones fuertes.

Se dirigen a la habitación luego de haber cenado, con TaeHyung lleno de sueño y JungKook guiándolo hacia la cama.

TaeHyung es el primer en acostarse, envolviéndose en el edredón esponjoso y suave, y abrazado a su almohada, el ojiverde se encarga de apagar la luz antes de recostarse también a un lado del cuerpo cálido de su esposo y rodeándolo por detrás, su nariz roza su cuello aspirando el aroma al shampoo de vainilla y el del talco de bebé.

El mayor deja escapar un suspiro de satisfacción cuando siente los leves besitos aun lado de su cuello. 

— Buenas noches, Kook — Su tono de voz somnoliento y dulce.

JungKook sonríe, apachurra más el cuerpo a su lado y besa su mejilla. 

— Buenas noches, mi amor.

Y no hay que esperar mucho para que se escuche la lenta y suave respiración del ojiazul, él sube y baja de su pancita grande hace que el pecho de JungKook se llene de enorme felicidad y orgullo, pasa una mano encima y da pequeñas acaricias en la abultada zona para después dejarla justo en medio, su mano protectora nunca abandona el lugar.

Se acurruca en el espacio vacío encima del hombro y abraza el cuerpo de TaeHyung para muy pronto poder caer ante el sueño. El aroma dulce del rubio y el sonidito de su respiración lo arrullan hasta que sus párpados se vuelven pesados y se cierran.

Ambos se duermen pensando en el mañana, en aquel futuro cercano que los espera, el realizar un último viaje para volver a su casa, para volver a su hogar.

Un hogar que en muy pocas semanas crecerá y recibirá a una nueva integrante.

Un hogar lleno de amor y felicidad, sin ninguna clase de impedimentos.

Un hogar perfecto.

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