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Ꜥꜥֶָ֢🎙ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 12

Todo mejora poco a poco.

A TaeHyung se le da el alta cuando ambos sueros se acaban, lamentablemente el concierto de esa noche no se da acabo y lo hace saber mediante sus redes sociales disculpándose un montón con todos sus seguidores, aclarando que es por un tema de su salud y dejando en claro que se encuentra mucho mejor.

Inmediatamente se vuelve tendencia.

Sus fans crean varios hashtags deseándole su pronta recuperación y dejando en claro que no se debe preocupar por el show, eso definitivamente lo hace sentir demasiado cálido, logrando que su culpabilidad disminuya aunque sea un poco.

Su próximo concierto está casi a una semana de distancia y ruega a todo para que esté mejor hasta esa fecha. Mientras tanto, TaeHyung y todo su equipo se quedan en la ciudad esperando que su salud esté apta para viajar y que no tenga ninguna complicación en pleno vuelvo.

JungKook todo el tiempo pasa pegado a él, se queda en la habitación haciéndole compañía y cumpliendo con todos los caprichos que pueda tener, mimándolo inclusive de más y procurando que se tome sus medicinas a la hora correcta.

TaeHyung debería estar loco si se quejaba.

Había extrañado tanto esto.

Así que él se siente mejor.

Su mente está en sana y libre - gracias a la sesión de terapia que tuvo - su cuerpo está en perfecto estado y ni hablar de su bebé.

Casi llega a los siete meses de gestación, su pancita se ha vuelto más hinchada y redonda que antes, las patadas se han incrementado y convertido en más fuertes, sus pies y espalda comienza a doler de la nada y se cansa con más facilidad que antes.

Quizás a esto se refería el doctor cuando dijo que se venían los meses más pesados.

Para su dicha los antojos volvieron como locos, específicamente más en la madrugada, en donde muchas veces no tenía más opción que levantar a su gran esposo durmiente para que en altas horas de la noche le traiga un poco de yogurt con varias uvas y sandía, incluso para que le cocine sus tan preciadas salchichas con un poco de salsa de tomate y mantequilla de maní.

Los vómitos se habían ido al igual que todas las mierdas que había sentido con anterioridad, logrando el buen humor del ojiazul y la radiante sonrisa llena de felicidad que había estado ausente últimamente.

No falta casi nada para que la gira llegue a su fin, son muy pocas las fechas y las ciudades que faltan y eso en parte lo pone muy triste al rubio, pero la otra parte se muere por descansar un año entero.

Definitivamente hacer un tour con un bebé adentro fue tres veces más cansado de lo que se imaginaba.

Pero no se arrepiente de nada.

Ha pasado poco más de una semana desde lo ocurrido y el ojiazul está completamente estable y recuperado de todo mal que pudo alguna vez tener.

El reloj marca aproximadamente las 01:48 am, el rubio de cabello lacio se encuentra a un lado de la gran cama completamente perdido en un profundo sueño, luego de la tarde y noche agitada que tuvo dando uno de los últimos espectáculos.

Está rodeado de almohadas y mantas que lo protegen del frío de la noche y del aire acondicionado que se encuentra en su máxima potencia. Se encuentra acostado de lado, abrazando a una almohada bastante peculiar, vestido con un abrigo gris y unos pantalones de algodón de color negro con un par de medias blancas con sus icónicas caritas sonrientes.

Cada cierto tiempo se escuchan varios suspiros y palabras inentendibles provenientes de él, también pequeños estiramientos de sus extremidades y movimientos en la cama.

"Tal como un gatito", piensa JungKook.

Hablando de JungKook, el rizado se encuentra al otro lado de la cómoda cama, su espalda pegada al costoso respaldar, con una camisa y pantalón deportivos para dormir en conjunto. Tenía consigo a su portátil prendida en sus piernas y su mirada fija en la pantalla.

No se encontraba dormido, definitivamente no, ni siquiera indicios de sueño, irónico para el hombre que siempre reprende a su esposo por acostarse a altas horas de la noche.

Pero no lo culpen, está en algo importante.

Su laptop tenía varias pestañas abiertas en este momento, todas de páginas web en donde vendían ropa, accesorios y artículos realmente finos, de calidad e increíblemente costosos.

Todas abiertas en la sección de bebés.

A JungKook le encanta comprar ropa, siempre ha tenido aquella obsesión con su estilo y algunas marcas en particular y cuando vio unos conjuntos realmente lindos para su bebé no dudó en buscar las páginas web de sus tiendas favoritas e ir viendo varias opciones y diseños de los diferentes productos que ofrecía cada uno.

Así que había estado más de una hora y media ojeando cada conjunto, pantalones, vestidos, camisas, gorritos y cientos de medias en tamaño realmente diminuto.

¿Acaso la ropa de bebé no era adorable?

Definitivamente no tuvo un "pare" al agregar decenas de prendas a su carrito, entre varias mantas con algún dibujo o animal de estampado, conjuntos divertidos, pequeños disfraces, peluches y entre otras más.

Y seguramente habría podido seguir por un rato más si no fuera por el leve quejido que se escuchó en la habitación por parte de su pequeño esposo que aún estaba en el quinto sueño.

Su primera reacción fue voltear a verlo, pudiendo observar como su frente se arrugaba a cada momento, su boquita convertida en pequeños pucheros y con sus manitos alrededor de su vientre, de un momento a otro el cuerpo se dio la vuelta quedando a su vista solamente la espalda del mayor y la almohada que había dejado olvidada, pero no pasó mucho tiempo para que regresara a la misma posición de antes.

Sus manos acariciaban inconscientemente la pancita mientras dejaba salir uno que otro pequeño quejido de dolor.

De manera rápida, JungKook cerró su laptop y se acercó a su esposo de forma preocupada, dispuesto a descubrir que era lo que le incomodaba, despertarlo y hasta llamar a urgencias si es que era necesario.

— Amor — Susurró cerca de él, dando pequeños golpecitos en sus mejillas — Cariño, despierta — Al no ver reacción, sacudió con un poco de fuerza el cuerpo logrando que se despertara — Hey, ¿te sientes bien? ¿Te duele algo?

TaeHyung parpadeó varias veces hasta poder tener su vista clara, el rostro de su esposo se encontraba muy cerca del suyo con su ceño fruncido y preocupado, hizo una mueca cuando lo sintió de nuevo.

— ¿Podrías decirle a tu hija que acá afuera hay personas que quieren dormir? Por favor — Dijo un poco adolorido cuando sintió una nueva patadita que fue a dar directamente a sus costillas.

JungKook suspiro profundamente aliviado y sonrió inconscientemente.

— ¿Se está moviendo mucho?

— Demasiado.

— ¿Qué puedo hacer? — Preguntó acariciando suavemente la cabecita de TaeHyung.

— No sé — Cerró los ojos — Intenta hablarle o algo.

El menor asintió y llevo una de sus manos al vientre grande de TaeHyung, colocó su mano en el centro y no tuvo que esperar ni tres segundos para sentir un golpecito tras otro en la zona.

— Oh mierda — Se quejó el mayor — Olvídalo, no sirves, lo solucionaré yo — Quitó la mano más grande y comenzó a sobar su estómago.

— No, no — Se apresuró a hablar — Puedo hacerlo.

— La vas a alterar más.

— Solo déjamelo a mí.

TaeHyung asintió perezoso alejando su mano de ahí, JungKook se posicionó mejor y alzó las prendas que cubría la pancita exponiendo la piel estirada y el bulto existente.

— Hola — Dijo muy cerca, acarició de nuevo el vientre sintiendo nuevamente los golpecitos — Soy papá otra vez — Sonrió — Sabes, papi es medio gruñón cuando lo levantan de su sagrado sueño y lo pondrías feliz se dejaras de moverte mucho dentro de él, ¿Podrías hacerlo por nosotros?

Contrario a lo que pidió, sintió varios golpecitos más y vio como la piel se movía hacia adelante en varias ocasiones.

— JungKook — Se quejó bajito con sus ojitos cerrados y frente arrugada.

— Bien, bien, intentaré otra cosa, ¿Si? — Se acercó rápidamente y dio un pequeño besito en los labios del ojiazul antes de volver a estar cerca de la pancita — Está canción es para ustedes — Susurró procurando que TaeHyung no escuchara.

You are the cause of my euphoria

Comenzó a cantar en un tono de voz dulce, suave y muy cerca de la abultada pancita, acariciándola.

Close the door now

When I'm with you I'm in utopia

neodo nacheoreom

jiwojin kkumeul chaja hemaesseulkka

La suave melodía se escuchaba en toda la habitación, haciendo un constataste perfecto con el profundo silencio que había, y la pequeña luz proveniente de la pequeña lámpara situada a un lado.

unmyeong gateun heunhan malgwan dalla

apeun neoui nunbichi nawa gateun geoseul boneun geol

Won't you please stay in dreams?

Las pataditas que había estado sintiendo se fueron disminuyendo lentamente hasta casi no sentirlas, y solo pudiendo percibir un leve toque.

Tarareo el ritmo de la canción unos segundos más hasta que percibir que el ser de adentro había calmado en su totalidad, dejó su última acaricia por encima y depositó un dulce y despacio besito.

— Mira, Tae, creo que funcionó... — Habló completamente feliz por haber hecho que su bebé se tranquilizara y que TaeHyung pudiera dormir cómodamente, hasta que notó diminutas lágrimas en los ojitos turquesas — Tae, ¿Está llorando?

— No — Se aseguró de decirlo firme — Solo... se me entró una hormiga en el ojo — Secó rápidamente sus ojitos con sus puños — Estúpida hormiga.

Obviamente el rizado no le creyó.

Porque, en primer lugar, no había hormigas.

— Aw cariño, no tienes que mentirme — Se acercó al cariñosamente envolviéndolo en sus brazos, dándole un pequeño besito esquimal antes que uno en los labios.

— Eres muy cursi — Reprochó el ojiazul escondido en el pecho de su esposo, no pudo evitar restregar su nariz en la prenda y aspirar el ya conocido aroma.

— ¿Ya no quieres que lo sea?

— Solo estaba recalcando algo, tonto — Pellizcó levemente un pezón del contrario teniendo como respuesta un pequeño gritito, con una sonrisa triunfadora se acurrucó aún más en él.

— Eres malvado — Sobó un poco la zona lastimada y dio un besito en la cabellera rubia — Descansa, ángel.

La laptop no se iba a dañar si se quedaba toda la noche prendida, pensó JungKook, porque definitivamente no había ninguna forma que ocasionara que se moviera de ahí teniendo al pequeño cuerpo en sus brazos, quizás le iba a ser un poco difícil dormir con la lámpara encendida, pero bueno, tocaba hacer sacrificios.

— ¿Kook? — Susurró

— Dime, ¿pasó algo?

— Tu bebé no quiere dormir — Hizo un puchero inconscientemente.

Su mano inmediatamente fue al gran vientre.

— ¿Se comenzó a mover de nuevo?

— No, hablo de mí — Alzó su mirada para darle una sonrisa juguetona.

Le fue imposible no corresponderle. 

— Claro, había olvidado que ahora estoy a cargo de dos bebés.

— Sabes, si no fuera por la posibilidad de que la bebe comenzara a patear como loca de nuevo, te pidiera que me folles ahora — Sonrió inocente.

JungKook no supo cómo no se atragantó.

— ¡TaeHyung! No digas eso — Habló claramente avergonzado, sus mejillas un poco coloradas.

— ¿Qué? No dije nada malo.

— Lo sé, solo que lo dices de forma tan... cruda.

TaeHyung rio, amaba hacer eso. 

— Aunque esta vez no te pediría que me asfixi... — No pudo terminar el resto por la mano que le cubrió la boca.

— ¡No digas eso! Te puede oír — TaeHyung con un pequeño movimiento en su boca logró introducir dos dedos de la mano cercana y succionó fuerte antes de que JungKook los quitara de golpe — ¡TaeHyung!

— ¿Qué? — Ocultó una sonrisita — No está escuchando y si escucha no lo recordará — Alzó sus hombros — Creo que no es un mal momento para un poco de charla sucia, quizás podría venirme solo con eso.

— ¡TaeHyung! En serio.

El rubio soltó una carcajada. 

— Tranquilo, solo bromeaba, además no estoy de humor para venirme.

— Gracia a Dios — Susurró con algo de ironía. Sabía muy bien que, si su esposo en verdad se habría levantado con ganas, él tendría que hacer algo, bueno, tampoco es que se opondría.

TaeHyung se volteó lentamente hacia atrás para poder alcanzar su teléfono que estaba en la mesita de su lado de la cama. 

— Vaya — Vio la pantalla, sorprendido — Van a ser casi las dos y aún estás despierto — Frunció su ceño — ¿Qué estabas haciendo?

— Oh bueno, yo... estaba haciendo... yo... comprando... nada.

— Vamos, quiero saber que te mantenía despierto — Se acercó a él y se sentó en la cama con sus piernas cruzas y una almohada en su regazo.

— Estaba en mi laptop — Tomó la portátil que minutos atrás la había dejado a un lado y la abrió encontrando todo tal y como lo había dejado.

— ¿Puedo ver? — Pregunto con curiosidad.

JungKook asintió con algo de vergüenza mientras giraba su laptop hacia su esposo.

Lo primero que vio TaeHyung en la pantalla fue el pequeño conjunto de gorritos de diferentes colores, algunos con orejitas de uno que otro animal, al lado de aquella imagen estaba la descripción del producto, el precio que definitivamente estaba alto y en una esquina pudo observar el carrito virtual con cuarenta y cinco productos más.

Mentiría si dijera que no estuvo sorprendido.

Pero JungKook estaba comprando ropa para bebé.

Para su bebé.

¿Acaso podría existir algo más tierno en el mundo?

— ¿Estabas comprando ropa para nuestra bebé? — Le fue imposible haber ocultado una pequeña sonrisita.

— Bueno — Rio con algo de nervios — Estaba pensando que falta poco que nazca y no hemos ambientado, ni elegido su cuarto, o comprado algún mueble y todo eso.

— Oh, tienes razón, con todo lo que pasó y la gira, realmente lo olvide — Su carita se frunció en una mueca un poco triste.

— Lo sé, lo sé, también estuve así — Se apresuró a decir — Pero aún hay tiempo, podemos elegir cuál sería su cuarto, hacer que lo desocupen y que lo pinten, tú sabes, con unos dibujos o algo, ¿Te parece?

— Sí, me encantaría, Sol — Se arrastró hasta estar sentado al lado de su esposo — Solo que me siento un poco mal por haberlo olvidado, imagínate que cuando la tenga olvide donde la puse.

— No, no, cariño — Atrapó su mano y la acarició — Estuviste muy ocupado y abrumado por todo, no es tu culpa, además si olvidas donde la pusiste yo la encontraría por ti — Giró su cara para darle una pequeña sonrisa que inmediatamente fue correspondido — Así que ahora que estamos en eso. ¿Qué color te gustaría para las paredes?

TaeHyung sonrió y se acomodó mejor para seguir con la conversación. 

— Mm no estoy seguro, ¿Un verde tal vez?

— Me gusta amarillo.

— No me gusta mucho.

— ¿Por qué no?

— No lo sé, es como muy brillante, muy alegre — JungKook lo miro confuso — Yo me entiendo. ¿Qué tal el morado?

— Si va a ser morado, que sea un lila mejor.

— Me gusta — Estuvo de acuerdo — Y podemos pintar franjas blancas y... ¡Oh, podemos pintarle corazones como la habitación de Boo en Monster Inc!

El ojiverde sonrió ante el entusiasmo. 

— Pero yo quería que tengan flores — Dijo con un lindo puchero.

— También podemos agregarles flores — Alzó los hombros.

— ¿Sabes que pienso? — TaeHyung negó — Pienso que a este paso la habitación va a quedar un desastre — Se escuchó la risa del hombre mayor — Mejor podríamos contratar a un experto y que él se encargue de la habitación, pero con nuestras ideas.

— ¡¿Podíamos hacer eso?! — El rizado asintió divertido — Por Dios, y yo aquí comenzando a quemar mi cerebro.

Sonrió un poco y se acercó para besar sus labios. 

— ¿En serio querías pintarles corazones?

— ¡Si! Se ve bonito, al menos en la película se ve bien — Le dio un fuerte apretón en su mano para volver a ver la pantalla de la laptop.

— ¿Quieres ver lo que tengo guardado en mi carrito? — El ojiazul asintió efusivamente para prácticamente arrebatarle la computadora y comenzar a navegar y ver montones de prendas pequeñas.

Bueno, TaeHyung no era mucho de pensar en el futuro, y peor aun cuando estuvo ocupado y cansado por todo el trabajo que conlleva realizar gira – aunque él no haga nada - entonces realmente había olvidado todo aquello relacionado con lo que es la habitación, la ropa, los juguetes, la cuna y muchas más cosas que eran esencial para un recién nacido.

Y ahora teniendo a su esposo que quizás había exagerado un tanto al seleccionar las cosas, una pequeña emoción nació en él al ver cada ropita de vestir en un tamaño reducido, la cual muy seguramente su futuro bebé usaría muy muy pronto, el calorcito ya conocido se hizo presente en su pecho y la sensación de calidez lo baño por completo con tan solo ver un par de medias con un pequeño cerdito de los lados.

Increíble que un par de medias haya ocasionado eso.

No iba a negar que quizás estaba exagerando un poco con esto, porque sí, había demasiada ropa pequeña guardada en aquel carrito, y bueno, tampoco es que estaba en la página de una tienda específicamente decente o al menos barata.

Conoce a JungKook, sabe todo de él y conoce sus gustos específicamente por la moda y aún no sabe por qué le sorprendió un poco cuando vio los nombres de marcas importantes como: Tommy Hilfiger, Ralph Lauren, Burberry, Gucci Children's, entre muchas más que, para ser sincero, TaeHyung ni siquiera tenía idea que hicieran ropa para bebés.

La ropa era muy bonita, tenía que recalcarlo, había vestidos realmente preciosos, enterizos de colores e infinidades de pequeñas blusitas, además de eso había adorables mantas, sábanas y colchas con diseños de animalitos, flores, estrellas y uno que otro personaje animado.

A JungKook tampoco le importó haber comprado atuendos que eran específicamente para más de un año de nacido, y TaeHyung juró haber visto uno que era para mayor de tres años.

También compraron muchos juguetes, como sonajeros, chupones, biberones, pequeños aparatos con botones y luces, también había peluches y los pequeños peluches de animalitos que irían arriba de la cuna.

Siendo sinceros, no tenían ni idea de para qué servían muchas cosas o accesorios que habían comprado, no se sentía nada orgulloso diciendo que se dejó llevar por los colores, los dibujos y el aspecto de muchas cosas.

Pero bueno, no pudo hacer nada cuando JungKook hizo un par de clics e inmediatamente toda la ropa fue pagada y preparada para enviarla a su casa en Seúl aproximadamente de seis a nueve días, tal y como había visto en el pequeño mensaje que aparecio en la pantalla.

Después de eso siguieron hablando y se pusieron de acuerdo en varios aspectos, como elegir cuál sería la habitación del bebé, de qué tamaño sería la cuna que deberían comprar o incluso cuantas cunas deberían comprar.

Quizás exageraron un poco con esto.

— Creo que hay que pedir ayuda — Habló JungKook después de un pulcro silencio, su laptop ya se encontraba apagada y en la mesita de noche, ambos cuerpos estaban acurrucados en la bonita cama. JungKook tenía a TaeHyung en medio de sus piernas, acurrucado con su espalda y cabecita recargadas al pecho cálido de su esposo, que ofrecía íntimas caricias a su cabello y besitos húmedos en su cuello cada cierto tiempo.

— ¿En serio? — Su tono de voz evidentemente sarcástico.

— Me refiero a que alguien nos guíe, con las cunas, los pañales, toallitas y todo eso — Abrazo a su amado y hundió su nariz en la cabellera rubia olisqueando el delicioso aroma a vainilla.

— Lo entiendo, Kook, pero no te preocupes por eso ahora, ¿Si? — Giró un poco su cabeza ocasionando que JungKook salgo del espacio de su cuello, se dedicaron una bonita sonrisa antes de unirse en un beso algo intenso.

Cuando se separaron TaeHyung pudo observar las mejillas rojas de su esposo y los ojitos verdes que para su sorpresa estaba nerviosos y avergonzados.

— Hey — Llamó la atención del ojiverde, que alzó su mirada con sus mejillas a sonrojadas — ¿Qué pasó? — Dijo claramente confundido, se sentó de forma correcta y con algo de dificultad se dio la vuelta para quedar cara a cara con el rizado.

— Bueno — El ojiverde rascó su nuca con nerviosismo — ¿No crees que fue mucho?

— ¿Qué cosa?

— Esto de las compras, me refiero a que encargué mucha ropa, peluches, muebles y... ¿No crees que es algo exagerado? — Su tono de voz dudoso.

TaeHyung sonrió de forma amorosa.

— Nada de eso, Kook — Acarició lentamente su mejilla — Creo que es normal que estés emocionado por nuestro primer bebé, tú sabes, padre primerizo y todo eso, apuesto que para el segundo sabrás controlarte mejor — Sonrió tiernamente.

Vaya, JungKook tal vez lo habría visto desde ese punto de vista, pero realmente se perdió cuando había escuchado la palabra "segundo" de la boca de TaeHyung.

¿Un segundo hijo?

Mierda, ¿Dónde tenía que firmar?

— ¿S-segundo?

— Bueno sí... Oh, tienes razón — Chasqueó los dedos delante del rizado — Ya tenemos a Bam, este vendría a ser nuestro segundo, entonces para los próximos...

— Hablando de hijos humanos, ¿Tú quieres tener más hijos? — La chispa de esperanzas brillaba en sus ojos.

— S-sí, bueno, si me gustaría, ¿A ti no? — Habló con una pizca de tristeza al momento de la pregunta.

JungKook moriría de felicidad si fuera posible.

Obviamente sería unos años después de que naciera la bebé, pero es que nunca habían conversado sobre tener más hijos, nunca habían tocado el tema - no seriamente - de tener una familia numerosa, aunque el corazón de JungKook lo anhelaba con todas sus fuerzas y ahora que había escuchado eso de TaeHyung, realmente puedo explotar de la felicidad.

— ¡Si, si! A mí eso me encantaría — Se apresuró a decir — Solo que nunca lo hemos hablado bien y... no sé, no quería presionarte o algo.

— ¿Presionarme en qué?

— Bueno, tú vas a llevarlos — Quiso darse a entender — Me refiero a que tú eres el que vas a cargar con ellos nueve meses, y sufrir todas las cosas que vienen con un embarazo — Aclaró — En cambio yo solo soy el espectador que está muerto de miedo sin poder hacer nada si te sientes mal, lograr que te sientas bien cada segundo y consentirte en todo lo que puedas querer.

— Sabes, viéndolo de ese modo, creo que eres tú el más jodido — Soltó una pequeña risita, lentamente se acercó a su esposo y lo abrazo del cuello, rodeándolo con sus brazos — Claro que quiero tener más hijos contigo y tal vez dos gatos y un perro también.

— ¿E-en serio?

— Por supuesto que sí, sol — Besó su mejilla tiernamente — ¿Qué pasó con la idea de formar nuestro propio equipo, ¿eh?

JungKook lloraría, en serio.

— No sé qué haría sin ti, Kim TaeHyung — Rozó sus narices moviéndolas en un suave vaivén — Amor de vida, mi precioso girasol.

— Me encanta cuando te vuelves todo empalagoso, dime más.

— Mi lindo ángel, padre de mi bebé y de mis próximos hijos, eres mi todo, Tae — Su tono de voz completamente dulce y armonioso, como si hubiera recitado una melodía completamente suave y pura, ambas pares de ojos brillaban y con sus corazones complementándose en cada latido que dieran.

— Te amo, JungKook.

— Yo lo hago mucho más, amor — Finalmente dio un profundo beso, lleno de todo el amor y protección que tenía para dar.

Solo para él.

Solo para su hogar.

Se quedaron un momento más abrazados en aquella posición, fue inevitable para TaeHyung no acurrucarse en el hombro de su esposo y embriagarse del delicioso aroma que tenía JungKook para dar, las suaves caricias en su cabello lo hacían caer cada vez más en un profundo sueño que estaba muy cerca.

— Vamos a acostarnos, Tae, ya es muy tarde — Susurró JungKook en el oído del contrario recibiendo como respuesta un pequeño quejido.

Sin esperar más el ojiazul a regañadientes fue obligado a separarse del cuerpo de JungKook para acurrucarse en medio de la cama junto al lío de almohadas y mantas que tenían.

JungKook rápidamente se dirigió a pagar la lámpara dejando la habitación en una tranquila y agradable oscuridad, se metió bajo las sabanas y buscando de inmediato al pequeño cuerpo de su esposo para poder abrazarlo por detrás, una mano en su cadera y su cabeza apoyada en el hombro del mayor.

Mañana tendrían un vuelo y él se encargaría que su esposo haya descansado muy bien, besó su mejilla y se mantuvo ahí varios segundos escuchando unos pequeños suspiros.

Comenzó a cantar cuando se dio cuenta de que el ojiazul aún no estaba dormido del todo, su voz salió despacio y lenta, entonando una tranquila melodía, tarareando en los coros mientras acariciaba muy lentamente el vientre redondo.

La respiración de TaeHyung se volvió lenta y tranquila, llevando paz a todo el interior y corazón del menor, besó la cabellera rubia y se acurrucó a lado del cálido cuerpo para que minutos después pueda conciliar su propio sueño.

Y tal vez aquella noche soñó con varias cabecitas castañas y rubias, quizás uno que otro cachorro más y hasta un gato blanco, todos ellos dentro de una bonita y grande casa, correteando por los pasillos, las habitaciones y ocasionado uno que otro desastre dentro del hogar.

Lleno de amor, alegría y libertad, un hogar que se había esmerado en construir a través de los años, y obviamente no pudo faltar el gran amor de su vida como complemento principal en aquel sueño.

Pero bueno, eso solo fue un tal vez.

Y quizás, solo quizás, en un futuro no muy lejano aquel sueño se convierta en una realidad.


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