Ꜥꜥֶָ֢🎙ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 11
Cuando TaeHyung despierta no tiene ni idea de dónde está.
Su vista es nublosa, tiene que parpadear varias veces para ver con claridad, ve a su alrededor y con tan solo ver las paredes blancas y pulcras, y con oler aquel aroma característico del lugar, sabe que está en un hospital.
Su cabeza ya no duele lo cual es un alivio, quiere sentarse, pero su cuerpo es algo débil y no lo permite, mira su mano izquierda que se encuentra con una intravenosa que conecta a dos tipos de sueros, también tiene una especie de aparato que mantiene atrapado su dedo de en medio marcando uno que otro número.
Suspira cansado, mira su estómago y nota que está igual que abultado que antes, supone que es buena señal, así que con su mano libre de agujas lo acaricia levemente por encima de su ropa y agradece que no le hayan puesto una de esas horribles batas de hospital.
Su mente regresa a lo sucedido de repente, recuerda la discusión que tuvo con aquella desagradable persona, la rabia y la furia que sintió en el momento, y el dolor que sintió después en su cabeza y en su vientre, su respiración obstruida, más los leves espasmos en todo su cuerpo.
Las pequeñas ganas de llorar se acumulan, se maldice internamente recordando todo, quizá si no se hubiera alterado, ahora no estuviera en aquella incómoda cama de hospital y tampoco hubiera puesto en peligro a su bebé, aunque no sabe que rayos fue lo que pasó, el fuerte dolor que sintió en su vientre le hace indicio de algo, es inevitable que no quiera llorar.
Voltea a su izquierda y ver aquel cuerpo que está dormido en un bonito sillón que está pegado a la cama, apenas sonríe.
JungKook está dormido, en una posición incómoda que definitivamente le pasara factura a su cuello más adelante, los bonitos rizos castaños caen por su rostro, con su cabeza apoyada en el brazo del sillón, su boca ligeramente abierta dejando escapar pequeños sonidos de vez en cuando y con una de sus manos encima de la camilla donde se encuentra TaeHyung, rozando un poco el brazo de este.
Con su mano cercana, logra tomar la mano del rizado entre la suya, le da un pequeño apretón esperando una señal de vida por parte de su esposo, bufa cuando ve que ni siquiera se inmuta ante aquello, así que no tiene más opción que aumentar la fuerza del agarre y no es hasta que entierra sus cortas uñas que JungKook despierta en un pequeño saltito.
La primera reacción del recién levantado es mirar hacia la cama en donde está TaeHyung, encontrándolo ahora despierto, con las comisuras de sus labios levemente alzadas y su mirada un poco afligida.
— Tae — Se incorpora de manera inmediata y agarra la mano de TaeHyung entre las suyas para dar un besito en ella, le regala una sonrisa — Hola, amor, ¿Cómo te sientes? — Su tono es suave.
— Bien — Susurra — Me siento mejor — Su mirada va hacia su pancita con preocupación — Kook, el bebé está...
— Hey, hey, tranquilo, ¿sí? — Da otro besito en la mano del ojiazul — Está bien, nuestra bebé está bien.
Y eso para TaeHyung es como el cielo, un enorme alivio se centra en su pecho, su corazón que había comenzado a latir de forma errática se llena de una agradable calma y alivio. El mayor asiente con su mirada baja, incapaz de sostener su mirada con la de JungKook , ya no puede más, las lágrimas caen de los bonitos ojos azules, deja salir pequeños sollozos y lloriqueos, se cubre su cara con sus manos en un intento vago de que no lo vean.
JungKook se apresura a acercarse a un más a él.
— No, no, no, precioso, no llores — Habla rápido y en tono preocupante, lucha un poco en quitar ambas manos que cubren la carita de su esposo — Mírame, por favor, mírame — Lo toma del mentón para alzarlo un poco, lo ve con su rostro rojo y sus mejillas levemente húmedas, los iris azules totalmente cristalizados — Nuestra bebé está bien, mi amor, tú estás bien, no te preocupes.
Su voz sale rasposa, JungKook mentiría si dijera que no siente aquel horrible nudo en su garganta al momento de hablar, acuna el rostro del ojiazul entre sus manos, con sus pulgares trata de secar los ojitos llorosos y le da un beso en los labios. Es suave, lento y lleno de todo el amor que tiene, apenas mueven los labios, pero aun así es dulce y cálido, muy cálido, que logra que el corazón de TaeHyung lo esté también.
— Fue mi culpa... — Logra decir el mayor en un susurro, pero JungKook lo interrumpe en otro beso igual que el anterior.
— No, cállate, ni siquiera lo pienses — Los ojos verdes para ese entonces ya están húmedos — No fue tu culpa, ¿me entiendes? Nuestra bebé está bien — TaeHyung asiente conteniendo uno que otro sollozo, el ojiverde le sonríe suave y le da un abrazo, el mayor tiene que levantarse un poco para lograr que las manos de su esposo pasen por su espalda abrazándose a ella, regalando suaves caricias.
TaeHyung también se aferra al torso de su esposo, esconde su carita en el espacio existente en el cuello del mismo, restriega su nariz como siempre lo suele hacer en momentos difíciles en el que lo necesita, aspira el aroma inigualable de JungKook que lo traslada a ese lugar de calma y serenidad, se arrulla en él con delicadeza, las lágrimas paran y el ojiazul quiere quedarse ahí toda su vida.
Lamentablemente el abrazo se rompe, JungKook presiona un besito en su frente.
— Estamos bien — Le regala una sonrisa dulce para alejarse un poco y dejar un beso en la abultada pancita — Voy a avisar que despertaste, ¿sí?
TaeHyung asiente y ve como el ojiverde camina hacia la puerta, con su cuello moviéndose de lado a lado, y sale con cuidado, deja escapar un gran suspiro y trata de acomodarse en la cama, que no es muy cómoda, cabe recalcar, visualiza su teléfono en una mesita pequeña a un lado de su cama y se estira para cogerlo.
Hay varias notificaciones, muchas en realidad, y no es como si tuviera sus redes sociales instaladas, sino que son muchas llamadas perdidas de su familia y mensajes de texto de SeulGi, YongSun, JiYeon, Ji-Eun, MinYoung, hasta una que otra proveniente del teléfono de su Nana, y mensajes de varios amigos, su ceño se frunce, y antes de que pudiera revisar las decenas de mensajes que tiene, JungKook entra seguido de una enferma con un bonito uniforme con pequeños ositos estampados.
— Buenas noches, Señor Kim, vamos a hacerle un chequeo rápido, ¿está bien? — Pregunta amablemente la chica, a lo que TaeHyung solo asiente.
La joven lo comienza a examinar, anota el número que aquel aparato en su dedo marca, toma su presión en su brazo derecho y le hace unas pocas preguntas, pasa el estetoscopio alrededor de todo su estómago anotando una que otra cosa, mientras que JungKook está a un lado de la cama mordiéndose una uña, seguramente muy nervioso.
Le alza la hoddie negra exponiendo la pancita abultada, deja aquel bloc de notas en donde había estado anotando todo.
— Voy a hacer un poco de presión y me dices si te duele o no.
La enfermera con sus manos presiona a un costado de la pancita, algo fuerte haciendo que la piel se hunda, voltea hacia TaeHyung esperando una respuesta, que afortunadamente es un no, la enferma sigue haciendo el mismo procedimiento en toda su pancita teniendo la misma respuesta en todas.
Por último, anota algo más en su libreta.
— Bien, no hay nada de que preocuparse — Ambos futuros padres suspiran aliviados — No hay dolor en la zona, es buena señal, aunque te recomendaría que trates de comer algo, te estamos teniendo hidratado, pero ayudaría si ingirieres una galleta o algo ligero. Mañana por la mañana el doctor vendrá a revisar y a darte un diagnóstico concreto de acuerdo a los exámenes — Inconsistentemente mira su brazo encontrándose con una bandita — Eso es todo, descansen — Se despide con una sonrisa amable para retirarse.
JungKook se acerca a él y da un besito en su frente, para luego sonreírle, mostrando sus dos hermosos hoyuelos, TaeHyung no puede evitar escapar una sonrisita también y se levanta un para capturar los labios de su esposo en un beso.
— Mh, JungKook , tengo muchas llamadas perdidas de mi familia — Informa cuando el beso paró — ¿Sabes que...
JungKook suspira y duda al hablar.
— Cuando te sacamos del recinto había muchas personas afuera, ellos vieron una ambulancia salir, la gente especuló que algo malo había pasado contigo — Acarició la mano del mayor — Al parecer la noticia viajó rápido y ahí fue que llamaron, pero ya les dije que toda está bien.
— ¿Todo mundo sabe que estoy aquí?
— Bueno... solo son rumores, no es nada confirmado.
TaeHyung asiente con su mirada fija a la pared de al frente.
— Lo lamento mucho, bebé. Sé que esto te a afecta...
— No, está bien.
— Tae...
— Estoy bien —Le da una sonrisa, falsa obviamente.
El menor suspira pesado ante tal respuesta.
— Voy a traerte algo de comer.
— No tengo hambre.
— Vas a comer algo, ¿sí? — Pide amablemente, y pone los ojitos de cachorro que TaeHyung definitivamente no puede negarse — Aunque sea una galleta, ¿está bien?
— Bien — TaeHyung se resigna acariciando la mano más grande.
— Vuelvo en un momento — Le da una pequeña sonrisa y deposita un besito en los labios antes de irse.
TaeHyung intenta relajarse en aquella cama, pero le es casi imposible, no sabe por qué le abruma tanto la situación, le es cansado y definitivamente no quiere lidiar con eso, al menos no por ahora.
Acaricia su pancita, y anhela poder sentir a su bebé, pero tal parece que su niña está dormida que no siente ningún movimiento dentro suyo, de una u otra forma eso lo pone triste, sería mentira si dijera que no se sentía culpable.
Es su culpa que ahora esté en esta camilla de la clínica, su culpa que ahora tenga una intravenosa pegada a su mano con dos clases de sueros conectada a ella, su maldita culpa de poner a su bebé en peligro.
No puede dejar de sentirse terriblemente culpable, su garganta arde por el esfuerzo de contener las lágrima, se coloca en posición fetal, dando la espalda hacia la puerta de la habitación, con la fina sabana celeste se arropa hasta el cuello y trata de sentirse bien, lo cual es casi imposible en estos momentos, sabe que está mal y tan solo quiere poder acurrucarse con su esposo y escuchar todas aquellas cursilerías que tanto adora, sin embargo no quiere preocupar aún más a JungKook, porque el odia ver el rostro lleno de preocupación con una leve pizca de tristeza en él.
Cuando escucha la puerta abrirse y a la voz de JungKook, cierra sus ojos y hace lo posible para relajarse y controlar su respiración, siente la mirada ojiverde sobre él, escucha un suspiro y siente una pequeña presión de los bonitos labios rosados de su esposo en su frente, en su mejilla y a un costado de su pancita, escucha un susurro a un lado de su oído, aquellas palabras que hace que se sienta cálido y protegido, los "te amo" que le da su esposo siempre tiene aquel efecto en él y no es la excepción cuando esa noche escucha un "Te amo con toda mi vida" tan íntimo y tan sincero.
Y eso es suficiente para que su corazón se tranquilice, pero no tanto para que él pueda conciliar el sueño todo lo que resta de la noche.
Odia cuando sucede, definitivamente detesta la sensación de haber dormido tan solo cinco miserables minutos cuando lo despiertan. Bueno, tampoco es que haya dormido tanto, sin embargo, sabe que al menos durmió, aunque sea una hora, lo cual es ridículamente imposible que solo haya dormida cinco minutos.
Lo primero que ve es a JungKook a su costado, con una ridícula sonrisa en su rostro y en aquella mesita una bandeja con un desayuno que no se ve nada mal.
Su cara es seria, frunce su ceño y gira su cuerpo hacia el otro lado ignorando a la persona que está ahí, antes de que pueda seguir disfrutando de su sueño las grandes manos del ojiverde lo giran.
— Buenos días, panquecito.
— JungKook, no soy un pan — Reniega el ojiazul ante tal apodo, cubre su cara de la molesta luz.
— Levántate, ya es tarde, tienes que desayunar algo.
— ¿Qué hora es?
— Son las 7:46 de la mañana.
— Ay Dios, me niego a levantarme tan temprano, olvídalo — Toma la manta entre sus manos y se cubre hasta la cabeza.
JungKook ríe ante el pequeño berrinche, se acerca a un costado de la camilla y aplasta un botón que hace que la parte superior de ella se alce. TaeHyung se sorprende cuando la cama se inclina logrando que queda prácticamente sentado en ella. Finalmente se resigna.
— Buenos días, sol — JungKook no le responde, solamente se acerca a él y le propina un dulce beso en los labios, lo que toma por sorpresa a TaeHyung, de igual forma se lo sigue — Eres asqueroso.
JungKook suelta una pequeña carcajada.
— No seas gruñón, trajeron un cambio de ropa limpia, puedes cambiarte y podemos desayunar después.
El mayor asiente algo perezoso, se sienta correctamente y se pone de pie por el lado de donde tiene conectado el suero, se apoya un poco en aquel soporte de metal en donde están ambos, porque no es como si pudiera sacárselos, arruga su frente cuando lo ve.
— ¿Ese no estaba mucho más abajo? — Definitivamente recuerda que aquel suero lleno de un líquido transparente estaba casi a terminar y ahora está literalmente lleno.
— Sí, pero lo vinieron a cambiar cuando estabas dormido — Responde tranquilo — En el baño está el cambio de ropa y algunas cosas que quieras utilizar, ¿Quieres que te ayude? — TaeHyung asiente.
Es más difícil de lo que creen, no pueden quitar el hoddie negro que trae puesto sin mover los tubos y el suero en su mano, así que no se les ocurre más idea que pasar cada bolsita por la manga de su abrigo para poder sacarlo, así mismo para ponerse la prenda nueva, también casi hacen caer aquel soporte de metal y JungKook casi saca la aguja en la mano de TaeHyung, quitando eso, todo sale bien.
TaeHyung con su boca limpia y todas sus necesidades hechas, está listo para ingerir su desayuno, se asienta en la cama y ve como el menor le pone una bandeja en la mesa especial que no tiene ni idea de cómo se llama.
El desayuno no se ve mal, hay tostadas con un botecito de mermelada y mantequilla, un humeante té, un gran tazón de frutas, con algo de yogurt, pasas y granola, pero definitivamente no comerá lo que hay dentro del pequeño vaso blanco.
— Ni creas que voy a comer eso.
— ¿Qué? ¿Por qué no?
— No son ni las ocho y quieres que coma... lechuga.
— Tendrás que hacerlo, yo no te elegí el desayuno, fue recetado por el médico.
— ¿Hablas en serio? Tomate, lechuga, pepino y... ¿Qué es esto? ¿zanahorias?
— Pensé que te gustaban.
— Sí, pero... — Oh no, los ojos de cachorros volvieron.
TaeHyung piensa que serán su perdición algún día.
No tiene más opción que comer todo su desayuno bajo la mirando de su esposo que está asegurándose de que ingiera todo, el igual estaba haciendo compañía con su bandeja de desayuno en sus piernas. El tiempo pasa rápido, cuando terminan de comer han pasado solo treinta minutos, con conversación de por medio, por supuesto, el menor aplasta un botoncito en la pared y de inmediato un enfermero entra y retira ambas bandejas, no tuvieron que esperar ni cinco minutos para que el mismo enfermero entre y avise que el doctor llegaría de inmediato.
Bueno.
Su tranquilidad se fue a la mierda.
No sabe por qué, pero puede que TaeHyung haya sentido algo de... ¿Miedo? Sí, podría ser.
Sabe que su bebé está bien, JungKook ya se lo dijo e incluso las enfermeras, pero está consciente de todos aquellos síntomas que ha venido notando esta última semana, los dolores de cabeza, las diminutas puntadas en su vientre, los vómitos y entre otras cosas que no quisiera recordar. Sabe que nunca le contó a nadie, sabe que siempre que JungKook o cualquier otro le preguntaba por su bienestar respondía que todo estaba bien, sabe que ha venido mintiendo, y algo muy dentro de su pecho sabe que si él hubiera dicho algo quizás ahora no estuviera en esa estúpida cama.
JungKook ya no está a su lado, se ha ido al baño a lavarse las manos, siempre es tan limpio, acomoda su manta encima de él, mueve un poco sus pies de lado a lado, una manía que desde siempre ha tenido cuando está nervioso, no sabe ciertamente en donde colocar sus manos, mueve sus dedos mientras se truena uno que otro, su labio inferior ahora está atrapado entre sus dientes, mordiéndolo para evitar soltar alguna idiotez o entrar en desesperación, y como si la vida se pusiera contra él, un señor con una larga bata blanca entra mucho más temprano de lo que esperaba, al mismo momento JungKook sale del baño.
No lo conocen, obviamente, su último chequeo fue hace unas tres semanas, y ahora que están en otra ciudad, un nuevo doctor los vería, conociendo absolutamente todo acerca de la salud y del desarrollo del embarazo. El doctor - con nombre desconocido - entra con una carpeta en sus manos, un bolígrafo y unos lentes que se los pone antes de verlo.
— Buenos días, Señor Kim, un gusto conocerlo, Doctor Bristol — Se acerca y estrecha su mano, TaeHyung le responde un "hola" simplemente, JungKook por su lado, saluda efusivamente al médico, hizo un poco de conversación con él y hasta agradeció el haber venido.
— Me siento honrado en atenderlo, aunque me hubiera gustado conocerlos en otra situación — Abre la carpeta que traía en sus manos — Tengo entendió lo qué pasó anoche, ataque de pánico, ¿no? — El mayor solo asiente — ¿Podrías decirme qué pasó exactamente anoche?
— Fue solo un idiota que dijo algunas cosas, me enojé y... sentí un mareo y la cabeza me dolió, igual que el vientre y desperté aquí.
El doctor asiente y lee algo en la carpeta.
— Me hicieron llegar tu historial médico, todas tus anteriores consultas con el obstetra y debo felicitarte, has sabido llevar muy bien el embarazo a pesar de estar en la gira — Le da una sonrisa amable.
— Gracias — Susurra TaeHyung , no es una actitud normal en el, porque al más pequeño le encanta cuando lo alagan por algo, su esposo lo mira con un poco de confusión.
— Debo mencionar que es raro que algo así te haya pasado, a pesar de las cosas que el enojo puede producir, no tendría que llegar a estos extremos, tomando en cuenta que tu embarazo y salud estaban en completo orden — Lo mira fijamente — Es mi deber preguntar, Señor Kim, ¿Se ha sentido bien durante esta última semana?
Mierda, el señor lo estaba viendo exactamente como las niñas metidas de la iglesia que te ven como si conocieran todos tus pecados. Traga saliva.
— Mh... s-sí — Tartamuda un poco — Digo, sí.
— Bien, necesito sacar un diagnóstico lo más puntual posible y viendo tu historial médico, algo me dice que no estás diciendo la verdad — Suspira — No quiero que se sienta presionado o algo pareció, pero necesito saber que ha pasado para mantener tu salud en buen estado — TaeHyung asiente ligeramente — Se lo preguntaré de nuevo, ¿Se ha sentido bien durante estas últimas semanas?
TaeHyung sabe que es hombre muerto, apreció su corto tiempo en la tierra, mira al doctor esperar pacientemente su respuesta y no puede ignorar la fija mirada a su costado que recibe de JungKook. Sabe que tiene que decir la verdad y así lo hace.
— No — Suspira, no puede evitar ver a su lado y encontrarse con la mirada de su esposo que no puede descifrar correctamente.
— Está bien, ¿Puedes decirme que has estado sintiendo?
Su mente está en blanco ahora, no sabe si es porque en verdad no se acuerda o simplemente él se rehúsa a hablar, es patético.
— Te parece si hago unas preguntas y me respondes, ¿Sería mejor para ti? — TaeHyung asiente. No está listo — ¿Has sentido mareos o algo por el estilo? — Pregunta el médico, que ahora se ha sentado en una silla cercana, anotando una que otra palabra en su tableta.
— Sí — Dice en voz baja.
— ¿Son fuertes?
— Mm, no, la mayoría han sido rápidos y suaves.
El hombre más adulto asiente.
— Qué hay de vómitos, ¿Has tenido?
— También — Hay un silencio y el médico lo mira y le hace una seña para que siga — Bueno, eran un poco frecuentes, después de comer, a pesar de no tener apetito, mh... a veces vomitaba después de tomarme las pastillas.
— ¿Las vitaminas? — Asiente — Bueno, quizás ya sabemos la razón por la que te encontrabas un poco débil. ¿Dolores de cabeza?
— Muy pocos.
— ¿Desde cuándo empezó esto exactamente?
— Mm.... un poco más de una semana, quizás dos.
Trata de alcanzar discretamente la mano de su esposo, que está tan solo a una pulga de distancia de la suya, pero su pecho se oprime un poco cuando el ojiverde la quita, apenas puede rozarla.
JungKook ya no lo está viendo, sus brazos están cruzados en su pecho, su mirada baja, sin embargo, TaeHyung sabe que está escuchando absolutamente todo.
— ¿Has tenido punzadas o pequeños dolores en tu vientre?
Esto es más difícil de lo que creía.
— Mmh — Tiene miedo de responder, de igual manera lo hace — Sí, eran pocos, pero muy leves y cortos.
El doctor asiente y anota algo, el silencio reina durante unos segundos, y definitivamente hace que TaeHyung se desespere, mantiene su mira fija en su esposo, tal vez esperando que él lo vea y le dé al menos una mirada tranquilizadora.
No sucede, así que sus ojitos se vuelven acuosos ante tal indiferencia.
— ¿Has ingerido alguna bebida que contenga alcohol?
— No — Responde inmediatamente.
— ¿Y has fumado?
Esa pregunta lo impacta ligeramente, sabe que no lo hizo, pero la culpa de a ver pensado en hacerlo sigue ahí, el recuerdo de tener el cigarrillo entre sus dedos lo atormentan en ese mismo momento, aquel palito de fósforo y la leve quemazón en sus dedos a causa de la llama del fuego que aún puede sentir.
Y sin saberlo se hunde en sus pensamientos, logrando que ambos hombres en la habitación lo miren a causa del silencio que hubo.
— TaeHyung — Dice JungKook de manera fuerte, trayéndolo de vuelta, su mirada es seria cuando lo ve, sin embargo, sus ojos tienen una pizca de esperanza, anhelando que la respuesta a esa pregunta sea un no.
— No.
El médico hace unas cuantas preguntas más, que TaeHyung responde con completa sinceridad y un poco de vergüenza, con la opresión en su pecho aun instalada, el nudo en su garganta y la fuerza que pone para evitar que las lágrimas salgan. Minutos después el doctor dice su diagnóstico.
— Puedo decir, Señor Kim, que pasaste por una leve etapa, afortunadamente, de un trastorno de ansiedad durante tu embarazo — Comienza a hablar — Sucede cuando hay algún suceso o noticia que ha tenido un fuerte impacto en nosotros, ocasionando así que tu mente se preocupe solamente en el hecho y descuide a la parte física de tu cuerpo, en muchos casos logrando un alto grado de estrés, que en tu estado puede afectar — Explica — No sé qué habría pasado y no deseo saber por qué no me corresponde, pero eso en verdad afectó a tu estabilidad, tanto mental como físicamente, teniendo como consecuencia la falta de apetito, los dolores de cabeza, los vómitos, entre otros.
El ojiazul asiente con su mirada baja, sus ojitos un poco llorosos.
— En tu caso, como no hubo manera de haberlo detectado antes, se fue acumulando durante los días; la falta de alimento, de proteínas, las vitaminas, llegando un punto en que él se te fue imposible no explotar y haciendo que todo suba y te afecte, aquí entra el fuerte dolor de cabeza que sentiste, al igual que el dolor en tu vientre.
Una lágrima ya rueda sobre su mejilla.
— Afortunadamente, cuando llegaste, pudiste recuperarte, aceptaste los medicamentos y las vitaminas muy bien — Felicitó el médico — Tu bebé no sufrió ningún daño, la cual es muy buena señal, ya que, en estos casos, el bebé puede sufrir un pequeño porcentaje del trastorno o suelen estar por debajo de su peso ideal. Revise los resultados de tus exámenes y lo único que puedo decir es que está cerca de contraer un poco de anemia, mandaré que lleves una dieta alta en hierro para que podamos evitar cualquier problema en un futuro.
TaeHyung se siente terrible, y como si fuera poco...
— Tengo entendido que hoy en la noche tienes un show — Eso definitivamente llama su atención — Me temo que no podrás hacerlo.
— ¡¿Qué?! ¡No! — Exclama inmediatamente — No puedo cancelarlo, tengo que hacerlo, es... es el único concierto que tengo aquí — Ruega con su voz que sale un poco rasposa — No puedo hacerle eso a ellos — No puede cancelar un show, odia cancelar un show, lo detesta, cada vez que lo hace se siente totalmente terrible, incapaz y patético por no poder cumplir con sus fans.
— Lo lamentó, pero lo mejor para ti en estos momentos sería descansar mucho y dar un show ahora no sería recomendable.
— No, yo puedo darlo, me siento bien, estoy mejor... lo juro.
— ¿Podrías obedecer una maldita orden por una vez en tu vida, TaeHyung? — Habla JungKook por primera vez, su voz sale fuerte, seria y molesta. Lo mira con su rostro completamente serio y su mandíbula tensa.
— Pero...
— Lo siento, TaeHyung , me temo que no podrás salir al escenario hasta que te recuperes completamente, por el bien tuyo y el de la bebé.
TaeHyung asiente apenas, de los bonitos iris ya salen pequeñas gotas saladas, sus manos aprietan la sábana con fuerza, sus nudillos convirtiéndose blancos poco a poco. Duele tanto, sin embargo, no puede quejarse.
Lo merece.
Sabe que lo merece.
— Y no se preocupen, todo el posible peligro ya pasó, mejor enfocarse en los próximos meses que suelen ser los más pesados tanto para el padre y para el bebé.
Nadie habla después de eso, el hombre mayor se queda unos minutos anotando una que otra cosa en su libreta, TaeHyung puede amar el silencio, pero en este mismo momento lo está odiando.
El médico se despide amablemente y avisa que le comunicará a su manager sobre todas las nuevas condiciones y nueva dieta que tendrá que llevar. JungKook, inesperadamente para él, se levanta y cruza un par de palabras con señor, acompañándolo a salir.
TaeHyung se queda solo en la habitación, las cuatro blancas paredes lo encierran. El silencio, por más sorprendente que sea lo abruma en su máximo esplendor, seca de manera brusca sus lágrimas, se restriega la nariz con dureza y toca su estómago esperando al menos una señal de la personita ahí adentro.
JungKook entra a pasos lentos varios segundos después, su mirada se fija en TaeHyung, sin embargo, la mirada del ojiazul está en algún punto de la pared.
De nuevo silencio.
Hasta que JungKook habla.
— ¿Has estado sintiéndote así por dos malditas semanas y no se te ocurrió haberme dicho algo? — Reclama, su voz es alta, casi llegando a gritar — ¡Responde!
El mayor se sobresalta ante tal grito, más lágrimas amenazan con salir, el nudo en su garganta es terrible, agradece que su cabeza no duela.
— JungKook ...
— ¡No! ¡Responde la maldita pregunta!
Niega con su cabeza repetidamente con sus ojos bien cerrados, incapaz de contenerse, su voz sale quebradiza.
— Lo lamentó tanto.
— ¡No, no lo lamentas! si lo hicieras no me hubieras mentido cada vez que te pregunte si te sentías bien. ¡¿En qué rayos estabas pensando?!
TaeHyung sigue sollozando sentado en aquella cama, limpia sus ojos cuando su vista se vuelve nublosa, no le gusta el tono en el que le habla JungKook, lo detesta y lo odia, su corazón se estruja en cada palabra que recibe.
— L-lo siento mucho — Dice en un susurro, su voz entrecortada.
— Esto no es otro de tus juegos, TaeHyung. ¿Entiendes eso?
JungKook suspira fuerte, frustrado, se da la vuelta y pasa una mano por su cabello, jalando unas pocas hebras a la vez, restriega su cara antes de hablar.
— ¿Lo hiciste?
— ¿Qué?
— Fumar, ¿Lo hiciste? — Ahora su tono de voz es diferente, es bajo y se escucha decepcionado.
— No, no lo hice, lo juro...
— ¡No me mientas, TaeHyung ! — Se acerca a paso rápido hacia el cuerpo en la cama, lo toma por los hombros agitándolo ligeramente, asustando un poco al chico de ojos azul — Mírame y dime que no lo hiciste.
TaeHyung lo ve con sus ojos de par en par, algo impactado por la brusquedad y la sacudida de segundos antes. Hace contacto visual con los iris verdes y habla.
— No lo hice, JungKook.
El rizado se queda callado, parecía que estuvieran en una guerra de miradas, el verde se topa con el azul, se observan con firmeza, tratando de descifrar los miles de emociones que juegan en este momento.
JungKook lanza un suspiro aliviado momento después, sabiendo que su TaeHyung no le está mintiendo, porque él lo conoce muy bien, y su pecho se calma un poco.
— Encontré una cajetilla tira a un lado del tacho de basura hace días — Cuenta, ahora más tranquilo — Solo había once cigarrillos, necesito saber qué pasó con el otro.
TaeHyung traga saliva, aún mantiene el contacto visual, nota que los ojos esmeraldas están húmedos al igual que los suyos, no quiere hablar, pero tiene que hacerlo.
— Yo lo tomé — Baja su mirada, avergonzado.
— Tae...
— No lo prendí — Susurra — Te juro que no lo prendí — Agarra en sus puños las mangas de la camisa de su esposo, apretándolas fuerte — No lo hice.
— ¿Por qué...? ¿Por qué no me dijiste nada?
TaeHyung piensa su respuesta y habla con su mirada baja. Miente.
— No quería molestar.
— No. Tú no eres así — Habla firme — No te importa molestar cuando se trata de mí, no te importa levantarme a las tres de la mañana por un antojo tuyo, no te importa pedirme cualquier capricho que se te dé la gana, y estoy seguro de que sabes que a mí no me importa cumplírtelos todo — Su voz sale temblorosa — Te traería la maldita luna si quieras.
— JungKook...
— Necesito que me digas la verdad, TaeHyung — Acaricia con amor la mejilla, llevándose un par de lágrimas en el camino — Por favor.
— Tenía miedo — Deja salir finalmente en un susurro, abre su corazón y su mente por completo hacia la persona que más confía en el mundo — Tengo miedo.
— ¿Miedo de qué? ¿Miedo de mí? — Ruega preocupado por una respuesta — Dime.
TaeHyung niega con su cabeza, una y otra vez, las lágrimas salen sin permiso, al igual que los sollozos que ha venido soportando
— No llores, por favor — Se apresura a tomar entre sus manos la carita del más pequeño, algo desprolijo pasa sus pulgares por las mejillas empapadas de lágrimas — Mírame — Los ojos azules están cristalizados, como dos grandes diamantes que brillan a la luz de la luna.
— Tengo miedo de volver a ser como antes.
El corazón de JungKook se rompe al oír aquellas palabras, la amargura con la que TaeHyung dice aquellas palabras solo hacen que su pecho se estruje, odia ver las lágrimas rodar por los bonitos pómulos del ojiazul, es imposible no sentirse insuficiente por no poder hacer que se sienta bien.
— Cuando salieron las fotos, todo se salió de control — Cuenta TaeHyung incapaz de seguir manteniendo su mirada — Hubo comentarios — El maldito miedo en su garganta vuele — Muchos comentarios, todos era horribles, JungKook, y no, no sé qué me pasó, pero me sentí mal, muy mal y recordé como éramos antes, fue horrible, Kook — No puede hacer nada más que lanzarse a los cálidos brazos de su esposo, que, para su suerte, lo atrapan de la misma manera que siempre lo han hecho.
JungKook lo abraza por la espalda, da suaves caricias en su espalda intentando tranquilizar al menos un poco al pobre chico en sus brazos, escuchando los sollozos que van directamente en su oído como si fueron miles de puñaladas directo a su corazón.
— Pude ayudarte, Tae.
— No, quería probarme, quería superarlo por mí mismo — Dice entre lloriqueos — Quería probar que tan valiente soy, pero no pude.
— Hey, mírame — Rompe el abrazo y con sus manos sostiene ambas mejillas — Eres el chico más valiente que conozco — TaeHyung niega con su cabeza repetidamente — Soportaste tanto dolor por años, sacrificaste muchas cosas de ti, aguantaste montones de mierdas, por ti, por los dos — Hace una pausa y sonríe — Eres más valiente de lo que crees.
— Casi pongo en peligro a nuestra niña, Kook — Dice en un hilo de voz.
— No vuelvas a decir eso nunca más, no fue tu culpa, amor.
— No lo resistí, no pude ser fuerte, JungKook.
— Y está bien, escúchame — Ambas miradas chocan — Está bien, no siempre tienes que luchar solo, no siempre tiene que ser fuerte, a veces hay que bajar nuestras defensas para poder sentirnos humanos — Da una pequeña sonrisa, el par de hoyuelos se hacen notar — Y está bien, porque siempre voy a estar aquí para sostenerte.
Ambos se funden un abrazo, no hay lugar para el espacio personal ahora mismo, ambos cuerpos están pegados entre sí, disfrutando de la calidez que brindan ambos corazones lastimados, JungKook presiona un largo beso en la coronilla de la cabecita rubia y abraza el cuerpo más pequeño aún más, como si en cualquier momento se lo arrebataran, justo como solían hacerlo.
— Tuve tanto miedo — Expresa bajito — Cuando te vi... — Traga saliva — Cuando te vi en el piso, con tus manos sobre tu vientre, los miles de lágrimas en tu rostro y rogando para que parara tu dolor, sentí miedo — Suelta un sollozo pequeño — No pude hacer nada.
— Estoy bien, sol — Asegura el mayor.
— Lamentó mucho haberte gritado.
El abrazo no se rompe en un largo tiempo. No les molesta estar durante un buen rato en los brazos del otro, lo adoran, JungKook acaricia en cabello lacio mientras regala pequeños besitos a su alrededor, esperando oír como los sollozos se disminuyen poco a poco hasta tan solo escuchar la suave respiración que le regala TaeHyung.
Eventualmente se separan, los pulgares de JungKook van directamente a eliminar cualquier rastro de humedad que existan en ambas mejillas, los pequeños ojos azules están rojizos, hinchados, siguen cristalizados y algo soñolientos, al igual que el color carmesí que pintan ambos pómulos, el cabello rubio está desordenado y algo húmedo por el sudor, trata de arreglar el flequillo poniéndolo a un lado y tratando de peinarlo un poco.
Finalmente, no puede evitar depositar un suave y dulce beso en los labios, que el ojiazul enseguida lo sigue, es lento y puro, exactamente lo que ambos necesitan en ese momento.
— ¿Quieres dormir un rato? — Pregunta aun cerca de los labios del contrario, TaeHyung asiente.
Y no esperan mucho para recostarse en la estrecha cama, TaeHyung hace lo posible para que el cuerpo de su esposo entre al lado del de él, dejando un gran espacio en la camilla, con cuidado de no lastimarse la mano en donde tiene conectado en suero, por supuesto.
JungKook se saca las botas de color marrón quedando en un par de calcetines divertidos, al igual que la chaqueta negra para sentarse con cuidado de no romper nada en el camino, se recuesta y estira su brazo llamando la atención de TaeHyung, que inmediatamente se recuesta en él, acuesta su cabeza en el pecho del rizado, tratando de encontrar el lugar exacto en donde pueda escuchar los latidos de su corazón, lo abraza con su brazo más cercano, enreda sus piernas con las de su esposo y se acurruca en su espacio seguro y libre de maldad.
El ojiverde acaricia la cintura del mayor y con su otra mano acaricia el estómago hinchado que está a su vista, dando pequeños y suaves toques.
No tiene que esperar mucho para que el color azul de los ojos de su esposo ya no se vea más, la suave respiración y los leves movimientos le avisan que TaeHyung ya está profundamente dormido, se estira para darle un besito en la coronilla mientras sigue acariciando el pequeño cuerpo a su lado.
— Descansa, ángel.
El sueño varios minutos después lo vence también, sus párpados se cierran poco a poco y lo único que recuerda antes de caer en los brazos de Morfeo, es el pequeño golpecito que siente en su mano, proveniente del pequeño ser que está creciendo dentro de TaeHyung.
Y finalmente se calma, su pequeña niña se hace notar y le avisa que está bien, ve por última vez al cuerpo cálido a su lado y eso es suficiente para fundirse contra él y caer en un profundo sueño.
Su familia estará bien.
¿Y cómo lo sabe?
Bueno, él se encarga de eso.
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