Capitulo 30
17 de Septiembre de 2009.
—Elige uno Andrew, como regalo de cumpleaños.
—Pero mi cumpleaños fue hace tres meses—dice el niño de trece años, su padre le ofrece una sonrisa amarga antes de agacharse a su altura acariciando su cabello.
—Tarde en convencer a tu mamá que te dejara tener un perro, vamos, hay muchos aquí que quieren un hogar.
Andrew asiente mientras su padre agarra su mano, una vendedora amable en la perrera le sonríe al pequeño niño, quien con cierto temor, la sigue hasta donde tenían a todos los perros. Lo animales ladraban de manera eufórica mientras veían a Andrew, muchos de ellos movían la cola y daban vueltas para llamar la atención del pequeño castaño.
El chico pasea en las diferentes jaulas mirando a todos los perros, la cuidadora de la perrera le comentaba sobre algunos de los animales que tenían guardado ahí. Andrew quería un Dalmata, como los de su película favorita, pero estaba claro que ahí no tenían dálmatas.
Cuando llegan a una jaula entre un perro peludo, y otros dos que ladraban pegados contra la reja, Andrew observa un pequeño perrito. Era parecido a Snoopy, de color blanco, pequeño, con grandes manchas negras, una le tapaba de manera graciosa un ojo, la oreja y la cola. El pequeño perro se acerca a Andrew, el chico coloca sus dedos agarrando la reja, dejando que el perro lo olfatee.
—Ese es el mas nuevo, su antiguo dueño lo tiro al desagüe, creemos que es porque fue el mas pequeño de su camada.
El pequeño perro lame los dedos de Andrew, el chico sonríe.
—Este quiero.
La cuidadora de la perrera sonríe y abre la reja, el pequeño perro mueve la cola ansioso mientras que Andrew lo alza y ríe a carcajadas cuando el animal lame todo su rostro. Contento se voltea a su papá quien le sonríe sacudiendo su cabello, los tres caminan a la recepción donde la chica habla.
—Este perrito tiene preparado sus papeles de adopción—dice la cuidadora—Solo debes poner su nombre, firmar y es todo tuyo.
Andrew sonríe mientras se acerca a los papeles de adopción, en letra desprolija escribe el nombre de su nueva mascota. Su papá lee sobre el hombro de su hijo, pensando que tal vez era un nombre tonto, pero a Andrew le gustaba.
Picasso Whest fue adoptado aquel día por Andrew.
29 de Septiembre de 2014.
Aalyiah estaba cansada del internado, estaba cansada de ir ahí, y hacer lo mismo de siempre, las mismas clases y la misma gente. Lo bueno de ese año, es que no debía ver a Jude, el chico ya se había recibido y fue libre de irse, lo que dejaba a la chica muy feliz de echo.
Ella acaricia las medias largas de su uniforme, estaba sentada detrás del internado, oculta donde nadie pudiera verla, juega con el encendedor entre sus dedos, se lo había robado a Harvey en un intento absurdo de evitarle que siga fumando. Aunque Harvey estaba afuera, y ella encerrada en ese internado, entonces el chico podía comprarse mas encendedores, mira el pequeño artefacto entre sus manos.
Comienza a jugar con el, viendo la roja llama, y luego saca su dedo.
Pega un sobresalto cuando Bastian se sienta a su lado.
—Hola—saluda el menor amable ella sonríe—No te vi en las plegarias.
Ella suspira, por años estuvo alejándose del lado de la iglesia del internado, no quería rezar a un Dios. No quería hacer nada de eso.
—Solo quería huir de las monjas, bastante que rezan a mi lado en alguna recaída o algo así.
Ella agarra su mochila, en el interior había algunos cuadernos, y otros papeles, remueve su mano en el interior agarrando el folleto de la escuela que tenia una frase bíblica en el centro y le prende fuego, Bastian la mira intrigado mientras que ella contemplaba las llamas arder.
18 de Febrero de 2016
Harvey había ido aquella semana como visita aprovechando que su universidad no tendría clases, ambos amigos se mostraron demasiado alegres de compartir un momento a solas, pero todos sus planes se vieron interrumpidos cuando al ingresar a la casa del castaño, se encontraron a Picasso gimoteando de dolor y con vomito a su lado en el suelo.
Andrew caminaba nervioso por la veterinaria, quería ya ver a su mascota y que le dijeran algo. Harvey estaba con los brazos cruzados moviendo su pie con nerviosismo, la puerta de la veterinaria se abre donde ingresa Aalyiah quien corre a los brazos de su novio, el castaño se aferra a ella con fuerza.
—Es como mi hijo—susurra.—Aun tiene muchos años, es pequeño.
La chica quiso convencerle de que tomara asiento, pero Andrew negó, caminar era lo único que parecía calmar su ansiedad. Un rato mas tarde, los tres llevaron la mirada a la veterinaria que había salido.
—Su perro se encuentra bien, descubrimos que se intoxico con unos alimentos, debería tener mas cuidado, el estomago del perro es muy sensible.
—¿Qué?—dice Andrew—Pero él come su comida normal, claro a veces le doy sobras, pero son cosas sanas para ellos.
El veterinario suspira viéndolo.
—Lo que encontramos en su estomago fueron alimentos que provocaron la infección y si seguía así podía morir, alimentos que no eran buenos para un perro. Debería asegurarse de que nada se le caiga mientras cocina, preparare los papeles para que firme, estará en revisión esta noche, pero puede verlo.
Aalyiah ingresa a la habitación, Picasso mueve lentamente la cola viendo a la pelinegra, ella sonríe acariciando al animal y deja besos en su peluda cabeza, Andrew aprieta sus puños enojado.
—Ya vuelvo.
—Andrew...—lo llama Harvey pero el chico ya salio del veterinario.
Andrew estaba enojado, demasiado a decir verdad, pocas veces llegaba a estar tan enojado. Solo había una persona que vivía con el en la casa, Picasso comenzó a sentirse mal cuando Andrew volvió de la cita en la que se colaron a una boda con Aalyiah. Todas las señales de que su perro estaba mal estaban ahí, pero Andrew fue ciego, no lo vio venir.
Entra enojado a su casa, y camina al cuarto de su mamá. Abre la puerta sin molestarse en tocar, sobresaltando al novio de su madre y a Tatiana, la mujer se acomoda el camisón rosado de seda, mientras que el chico joven decide taparse con la sabana.
—¿Qué diablos le dabas de comer a mi perro?
—¿Qué?—dice Tatiana parándose—Andrew, no puedes entrar asi como así...
—¿¡Que le dabas a mi perro de comer cuando yo no estaba!?—grita enojado—Encontraron malos alimentos en su estomago, ¿tanto te costaba darle comer un poco?
—Solo le daba algo de comer para que no molestara...
—Así follas tranquila con el primero que se te cruce, ¿verdad?—dice Andrew escupiendo cada palabra. Tatiana se pone roja de ira viendo a su hijo.
—Ten mas respeto conmigo.
—¡No tienes respeto ni por ti misma!—le grita enojado.—Casi matas a mi perro dándole de comer lo primero que encontrabas para que te dejara tranquila, a mi prácticamente me echabas a la calle con trece años para tirarte a tus ligues, ¿Qué clase de respeto quieres que te tenga si tu no tienes respeto ni por ti?
—¡Hice todo por ti!—grita Tatiana—Te di un techo a ti y a ese estorbo de animal mientras tu papá se iba con su secretaria.
—¡Me empezaste a tratar como un inquilino cuando comenzaste a ser una prostituta acostándote con chicos que podrían ser tu hijo!
Una bofetada atravesó el rostro de Andrew, el chico aprieta la mandibula con fuerza, Tatiana tenia los ojos rojos, al igual que manchas rojas de furia le salían por la piel. Estaba demasiado molesta, y Andrew se daba cuenta de ello.
—¡Vete! Tu vago de mierda, y ese maldito perro se van de mi casa.
—¿Yo vago? Trabajo maldita sea, ¡trabajo y estoy deseoso de irme! ¡Y eso hare! , no te soporto mas entonces puedes traerte todos tus putos y quedarte sola—grita enojado mientras va a su habitación.
**
Aalyiah acaricia el cabello de su novio, el chico tenia su mejilla apoyada en su vientre mientras ambos reposaban en el sillón. Harvey deja unas tazas con café frente a ellos mientras se sienta en el otro sillón. Cerca de ellos estaba la maleta de Andrew.
Tal como el castaño dijo, huyo de la casa de su madre, la dejo con quien fuera que sea su ligue, y no sabia donde ir, asi que termino en la casa de su novia y mejor amigo. Andrew comprendió en ese momento que estaba solo, aunque las cosas estaban bien con Lily, no iba a pedirle un favor enorme, su papá la ultima vez que lo vio, lo echo de la casa, y no tenia a nadie mas en Nags Head en ese momento.
—Puedes quedarte todo lo que quieras—dice Lydia dejando unas galletas recién sacadas del horno sonriendo—Tengo la vieja habitación de Brayden, solo debo acomodar unas colchas, pero puedes quedarte ahí, y Picasso claro.
Andrew suspira sentándose con normalidad.
—Solo...serán unos días, lo prometo.
—No seas ridículo cariño, quédate cuanto quieras—dice ella pellizcando su mejilla. Andrew sonríe de lado y suspira agarrando el café.
Aalyiah acaricia su mano con una mueca de preocupación en su rostro, temía que todo lo que pasara fuera malo para Andrew, que eso lo afectara demasiado y el chico se vea sumido en la depresión que no lo dejaba salir.
Ella se apoya en su hombro mientras lo abraza.
Harvey los observa un buen rato en silencio.
21 de Febrero de 2016.
Hacía solo tres días que Andrew vivía con ellos, y dos que Picasso lo hacia. El perro estaba bajo sumo cuidado, dormía con el chico en la cama y solo comía su comida balanceada. Esos días que Andrew vivio con ella, el chico se la pasaba mas tiempo trabajando que haciendo otra cosa.
El lunes, Aalyiah estaba completamente distraída en sus pensamientos, ni siquiera prestaba atención a lo que el profesor de matemática estaba diciendo en ese momento. Ella mira a su lado, Suki tampoco prestaba atención a la clase, se encontraba dibujando en su hoja.
El dibujo de Suki trataba de una persona sentada en un banco, frente a él había una hoja y un lápiz. Pero su cabeza era una pantalla de computadora y tenía colores psicodélicos, era un buen dibujo.
Aalyiah no tenía mucho trato con los padres de Suki, por lo poco que sabe, su padre es un hombre reservado y estricto, fiel a su cultura japonesa y demás. La razón por la que le desagrada Heaven, es porque la chica de cabello azul va en contra de todo lo que el cree. La chica asiática mira a su amiga antes de ofrecerle una sonrisa.
—¿Estas bien? luces seria—dice ella agarrando la carpeta de Aalyiah quien tenia su hoja en blanco y comienza a dibujarle flores en el contorno de la hoja.
La pelinegra iba a responder cuando el profesor las llama diciendo que si hablaban de algo tan importante, al lo mejor podían hablarlo todos.
Minutos después, las cuatro amigas estaban en el patio del colegio. En Nags Head era un lunes soleado y bastante lindo para ser invierno, el viento era suave y las nubes grises se desplazaban con tranquilidad por el cielo azul.
Aalyiah decide contar lo que sucede, que Andrew fue echado de su casa y que ahora vive con ella, Heaven bromea sobre ello de tener a un novio viviendo bajo su techo.
—Tengo miedo por Andrew, en realidad—dice abrazándose las piernas.—Siento que todo esto es...mucho para él. Casi matan a su perro y lo echan a la calle. No quiero que este así, pero no se que hacer.
—Lo mejor que puedes hacer, es estar ahí para él—dice la chica asiática, Aalyiah hace una mueca negando.
—Eso no servirá.
—Vamos, Aaly—dice Heaven—A veces sostener la mano de alguien para asegurarle que todo sigue en pie, es mas que suficiente.
Andrew sirve café algo distraído, se pasaba gran parte de sus tardes trabajando, y es que se sentía culpable. Vivir con Aalyiah no era tan malo, en realidad cualquier chico desearía vivir con su novia, pero Andrew no quería vivir gratis. Y Lydia no aceptaba el dinero del joven.
Así que Andrew ahorraba suficiente para comprarse un pequeño departamento. El chico suspira cuando termina de limpiar una mesa, y revisa su celular una vez mas. Cuando siente unos brazos rodeando su torso y un grito feliz.
—¡Andrew!—grita la voz de Kale. Andrew se voltea y abraza al rubio.—Oh Andrew, te echaba mucho de menos.
—Yo también te echo de menos, cuando veo dos chicos besarse pienso en ti y en que estarías diciendo algo sobre Ryan.
El rubio rie separando el abrazo, Andrew mira sorprendido que Harvey estaba ahí, pero no solo, la chica castaña con anteojos redondos lo acompañaba. Gabrielle abraza a Andrew.
—Pensé que no venias.
—Si bueno, Harvey me hizo venir—dice ella abrazando a Andrew.
—Creí que estaban peleados.
—Harvey es un idiota—dice ella rompiendo el abrazo y se acerca a Harvey abrazandolo por el torso—Lamentablemente, quiero a este idiota.
Harvey rueda los ojos con diversión antes de besar cortantemente los labios de su novia, Kale tira del abrigo de Andrew comenzando a contarle un montón de cosas de su universidad y de sus compañeros. Cuenta que hace poco, Ryan se puso celoso porque otro chico lo invito a una cita.
—Se ve que Ryan no entiende que estoy con él—dice rodando sus ojos—Y le dije que no me gustan sus celos, pero el seguía y seguía. Las relaciones a distancia son tan complicadas.
—¿Por qué no se sientan? Pediré café y me sigues contando todo.
—Claro, oh tengo mucho que contarte—dice Kale mientras se dirige con Gabrielle y Harvey a una mesa. El castaño sonríe mientras mira a sus tres amigos dirigirse a una mesa, ni hacia falta que Harvey o Gabrielle digan algo, porque la voz de Kale era suficiente para callar el silencio.
Andrew se dirige a la cocina preparando los cafés, cuando su celular vibra. Saca leyendo el mensaje de su prima Coco.
Necesitaba huir de Nags Head, necesitaba respirar.
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