Capitulo 24
11 de Diciembre de 2014
—¿Enserio estas terminando conmigo?—pregunto Jude demasiado molesto mientras le clavaba una mirada furiosa a la morena, ella suspira jugando con sus dedos algo temerosa de mirarlo a los ojos.
Había muchas razones por las que Aalyiah quería cortar su relación, desde los estúpidos celos del muchacho, hasta los comentarios desagradables que solía hacerle, e incluso las cantidades de veces que en las recaidas Jude le repetía una y otra vez que no podía simplemente abandonar todo para consolarla mientras que ella lo hacía.
—No puedo creer esto, ¿es porque estas enamorada de ese chico de primaria acaso?
—Bastian solo es un año mas joven que yo, y no me habla.
—No es mi culpa que no te hable, solo le dije que eres mi chica...pero bien, lo lamento, ¿feliz?
—Lamentándolo no arreglas nada—murmura alzando sus ojos para verlo.
—¿Tu enserio crees que alguien podría llegar a amarte como yo lo hago Aaly? ¿Crees que alguien realmente te querrá cómo eres? ¿con todo lo que tienes?
La chica se muerde levemente el labio mientras juega con sus dedos escuchando lo que Jude le estaba diciendo, el chico se para, agarra su barbilla levantando su mirada, le sonríe besando su frente dándole una pequeña caricia.
—Yo te quiero tal cual eres, y puedo intentar para ser como tu quieres que sea, ¿lo sabes?
Ella asiente mirándolo, Jude besa sus labios cortantemente, se sienta a sus lados entrelazando sus dedos.
13 de Enero de 2016
—Vamos Picasso, atrápala—dice Aalyiah tirando la pelota de goma de color azul, el juguete favorito del animal. Pero aun así, Picasso no se mueve, se queda echado en la cama sin muchos animos mirando como la pelota daba vueltas en la habitación, al lado de él su plato de comida de color violeta estaba lleno de croquetas al igual que su plato amarillo tenía agua. Aalyiah se agacha dandole unas caricias a a mascota.
Andrew se acerca a ambos mientras sostenía las dos tazas de café.
—¿Que le pasa?
El muchacho lleva la mirada de Aalyiah a su mascota, deja las tazas en la mecita de café con cuidado mientras se acercaba. Acaricia a su mascota mientras soltaba un suspiro.
—Creo que solo esta cansado.
—¿No deberías llevarlo al veterinario?
—No debe ser nada grave, ¿verdad bebe?
El animal dio unos vagos lengüetazos en la mano de su dueño y luego en la de Aalyiah, se hizo una pequeña bolita encima de su cojín y se echo a dormir. Ambos lo observaron unos segundos hasta que decidieron levantarse para ir a beber sus tazas de cafés y buscar alguna película para ver aquella tarde.
Ambos vieron aquella película sin prestarle realmente atención, pues a la mitad de ella ya se encontraban besándose, sus lenguas se acariciaban mientras que sus cuerpos exigían, las manos del chico se situa debajo de la remera, Aalyiah siente que su piel ardía bajo el contacto, y cuando los labios de Andrew acariciaron su cuello, empezó a temblar ligeramente. Con seguridad puso las dos manos en los hombros de Andrew alejándolo suavemente.
—¿Estas bien?—pregunta él y Aalyiah asiente.—Solo no quieres, ¿no?
Cuando asintió, Andrew le da una pequeña sonrisa, le acaricia la pierna de manera afectuosa y se estira agarrando su taza para beberla.
—¿Estas enojado?—pregunta ella, Andrew niega.—Hace mucho que yo no...
—Lo se—es su respuesta y la mira—Pero no estoy enojado porque me hayas dicho que no.
—Bueno, es que...—comenzó ella y Andrew la interrumpe suavemente.
—Te dije que lo se, no estoy enojado Aalyiah, enserio—dice viéndola y suspira, la agarra de la mano acercándola a su cuerpo. Ella se apoya en su pecho luego de acomodarse abrazándolo por el torso. Andrew decide cambiar de pelicula mientras le acariciaba de manera distraída el cabello.
El la mira y le sonríe donde se marca un pequeño hoyuelo en su mejilla, besa el pequeño hueco y se acomoda nuevamente mirando la película, Picasso se acerca a ellos y se acurruca en la alfombra al lado del sillón.
14 de Enero de 2016
Lily hacía un enorme trabajo por ignorar al chico en el horario laboral, no importara cuantas veces Andrew quisiera acercarse para hablar con ella. La pelirroja ponía todas las barreras en alto negándose a escucharlo. Así que desistió de acercarse, pensando que luego en algún momento podría hablarle.
Su turno laboral marcho con demasiada normalidad, hablo con la señora Thompson cuando fue a servirle su café, limpio algunas mesas y luego se acerco a un hombre que llevaba un buen rato sentado frente a su computadora portátil pensando que escribir
—¿Ya pensó que tomara?—pregunta Andrew, el chico de cabello negro levanta la mirada y se encuentra con la mirada del chico.
—Hola Andrew.
—¿Nos conocemos?
—Soy Rafael—dice él, Andrew abre sus ojos con sorpresa, se veía tentado a decirle que no lo reconoció con remera, ya que siempre que Rafael estaba en su casa estaba sin remera mostrando su torso desnudo y trabajado.
El castaño sonríe. Rafael pudo ser el único de las parejas de su madre que llego a agradarle de enserio, tenían pequeñas conversaciones en las mañanas cuando se despertaban, a veces Rafael jugaba a los videojuegos con Andrew mientras que Tatiana estaba ocupada en otras cosas. Si, le llevaba mucha diferencia de edad a Tatiana, pero ninguno de los novios de su madre estuvo dispuesto a tener una pequeña conversación con él. Aunque algunos le daban dinero para que se desapareciera por esa tarde, esos también valían la pena.
—Ey Rafael, ¿Cómo te encuentras?
—Oh, estoy terminando unos planos—dice el chico—¿Cómo esta tu madre?
Andrew sonríe un poco, aún seguía con su chico del mes, el pelirrojo de cabello largo con cuerpo de surfista. ¿Qué tenía su madre con los chicos musculosos?, ha visto fotos de su padre en la juventud y el hombre tenía una ligera panza desde entonces.
—Ella sigue...siendo ella—dice Andrew viéndolo—Lamento que hayan terminado, el lado bueno es que no deberé decirte papá
El chico ríe libremente ante la broma de Andrew.
—¿Puedo preguntarte algo personal, Andrew?
El castaño toma asiento frente al morocho, Rafael se rasca la ligera barba luego de cerrar su laptop.
—¿Te molesta que haya salido con tu madre?
Andrew se piensa un poco su respuesta jugando con su lapicera.
—Antes me parecía raro, por un lado creo que es mi culpa, me tuvo a los veintitantos, le arruine toda su juventud o una mierda asi, se separo de mi papá a los treinta y cinco cuatro meses deprimida hasta que vio una película o algo asi y bueno...empezó desde entonces, era incomodo, cuando tenia dieciséis tenia compañeros queriendo acostarse con mi mamá. Luego fue costumbre—se encoje de hombros —Pero no tiene porque molestarme con quien tiene...sexo o no, me parece algo raro que alguien joven, la quiera a ella.
—Si te digo que tu madre me parece sexy te daría asco, ¿no?
—Si, y ya lo hiciste
Rafael sonríe un poco.
—Perdona entonces—dice.
Ambos hablan un poco mas, se comparten sus instagram y Andrew se levanta para llevarle su café a Rafael. Mientras lo prepara, observa a Lily quien estaba muy concentrada limpiando unos vasos, el chico se peina hacia atrás acercándose a Lily, apoya su cuerpo en la barra cruzado de brazos.
—¿Estas enojada, no?—pregunta, ella lo observa.—Lily, yo fui claro del dia uno, no quise ilusionarte o una cosa asi.
—Ya no importa, Andrew, lleva tu pedido, debo terminar de limpiar—dice ella alejándose mientras entra a la cocina. Andrew infla las mejillas bufando mientras lleva la bandeja con los pedidos.
Las mejillas de Aalyiah se estaban entumeciendo en su rostro mientras que frente a ella, Suki tenía un bloc de dibujo y la estaba retratando dibujando demasiado concentrada, aquel día de invierno hacía un agradable clima para sentarse en el patio de la escuela durante el receso, y mientras las amigas esperaban a las demás, Suki quiso practicar su dibujo.
—Puedes dejar de sonreír si quieres—dice Suki concentrada en su hoja, Aalyiah se masajea las mejillas mientras adopta una postura mas cómoda.
—¿Cómo esta tu hermana?
—Emiko esta bien, sigue siendo un pequeño dolorcito, pero sigue haciendo lo tipico de ella que es enloquecerme y básicamente ser feliz—dice encogiéndose de hombros—Por lo menos, ya no se sube mas a las escaleras mecánicas desde que el gemelo ese la atrapo.
La pelinegra sonríe viendo como estaba quedando su retrato que Suki estaba haciendo, había copiado exactamente su pequeña sonrisa y la pequeña arruga que se forma al costado de sus ojos. Tenia un gran talento para el dibujo, Aalyiah apenas si le salía dibujar personas en forma de palitos.
—Tienes talento—dice la chica con una sonrisa.
—Gracias, me ha costado muchos años y demasiados malos retratos para llegar a lo que estoy haciendo—contesta Suki provocando la risa de la pelinegra.
—Lamento tardarme, la concejera escolar me freno para hablar de mi nota y las universidades que puedo aspirar—dice Heaven sentándose en el suelo junto a su bolsa de snacks junto a Hannah. La peliazul abre su bolsa comenzando a comer su contenido repartiéndole a todas sus amigas.
—¿Ya saben que harán o irán después de la escuela?—pregunta Aalyiah abrazándose las piernas. Suki es la primera en hablar sin levantar la mirada mientras seguía perfeccionando los detalles del dibujo.
—Intentar convencer a mi papá que no me mande a Tokio—dice Suki rodando sus ojos.
—Quiero estudiar abogacía en nueva york, y tal vez acepte la propuesta de mi hermana y me busque una agencia de modelaje de tallas grandes, al final eso no suena tan mal—comenta la rubia comiendo de la bolsa de Snacks. Heaven andaba demasiado distraída buscando algo en especifico de la bolsa, que hasta que Aalyiah no le llamo la atención no la miró.
—¿Tienes planes, Heav?
—La verdad no, quiero ser aprendiz de mamá, tal vez conseguir trabajo aquí mientras lo descubro. Es tan injusto que nos digan que a los diecisiete hay que buscar algo para dedicarnos toda nuestra vida—dice negando—¿Que hay de tí?
—La verdad no lo pensé. No creí que tendría un futuro en el cual pensar.
Las chicas hablan un poco del futuro que se estaba acercando, un pequeño nudo aparece en el estomago de la pelinegra, a ella le gustaba escribir, siempre fue su pasión, desde poemas, hasta pequeñas historias de amor. Contando todo lo que ha sucedido.
Pero a la vez pensaba en Andrew, hacia poco que su relación había comenzado, y a pesar de que todas las cosas estaban de maravilla entre ellos. Se veía forzada a que algún día comenzarían a tener la conversación de ¿Qué pasara en el futuro?
Distraída en sus propios pensamientos, no alcanzo a escuchar a alguien advirtiendo de que se corra, cuando una pelota golpeo su cabeza con demasiada fuerza. La chica se masajea el cuero cabelludo dándose la vuelta, Evan se acerca trotando agarrando la pelota, sin decir mucho se da vuelta, la pelinegra frunce el ceño levantándose y se acerca a eso.
—¿Qué fue eso?—pregunta.
El rubio se detiene suspirando, mira a Aalyiah acercándose.
—¿Qué no estamos en una tregua rara? La pelota se escapo, lo lamento
—Tu nunca te disculpas
—Ya te dije, considéralo una tregua rara.
—No confío en ti.
—No me importa Aalyiah, no todo se trata de ti, te golpee por accidente, te pedí perdón, ya supéralo, no todo tiene que ver con que soy el villano.
De todas formas, Aalyiah tenia una pequeña preocupación en su pecho.
Cuando termino el receso escolar, se dirigió a su casillero para buscar los libros que necesitaba para hacer un trabajo para biología. Al abrir el locker, un pequeño papel cae de este, lo abre encontrándose una pequeña descripción.
"Hasta las mas puras son unas niñas malas por dentro".
La pelinegra hace una bola con el papel, y camina al cesto de basura tirándolo.
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