Capitulo 23
5 de Octubre de 2013
Aalyiah estaba sentada en el sillón de la biblioteca, leyendo las ultimas paginas del libro del club de lectura que habían elegido para aquella reunión. Aun faltaban un par de horas para que las personas del club se reunieran, pero ella le gustaba disfrutar de aquellos momentos de soledad en los que se sentaba a leer por horas.
En cuanto a Jude, ellos seguían en la misma, Aalyiah apoyándolo, él no. Peleaban, demasiado, cuando Jude iba al cuarto de ella con la intensión de hablar, pero de alguna forma terminaban discutiendo y él se daba vuelta para irse. A veces la acusaba de estar a la defensiva, siempre recriminando lo mismo, y ella lo quería, sentía que su corazón latia de nuevo después de ser arruinado por Quentin. Pero cuando Jude no le daba apoyo, no le daba el cariño que ella quería que le diera, se sentía tan dolida.
—Hola Aaly—escucha una voz masculina y suave llamarla. La chica levanta la vista de su libro y sonríe al ver a un muchacho de cabello negro y ojos dulces de un color azul.
—Hola Bastian, ¿Cómo estas?
Bastian era un chico un año menor que Aalyiah, la chica lo conoció en la primera reunión del año del club de lectura. Bastian había ingresado aquel trimestre al internado, sus padres lo trajeron con la esperanza de que aquí él tuviera mas control sobre su parkinson, ya que ellos al estar fuera mucho tiempo no lo veían demasiado. Aalyiah fue la primera amiga de Bastian cuando este llego al internado demasiado asustado como para conocer a alguien mas.
—Encontré esto en el jardín y pensé que podría gustarte, me hizo acordar a tí—dice extendiéndole una pequeña flor que toma con cuidado.
Examinó la pequeña flor de un brillante color amarillo antes de colocarla entre las paginas de su libro. Pero antes de que pudiera agradecerle, o decir algo mas, otra voz se levanto entre ellos.
—¿Que le haces regalando flores a mi chica?—pregunta Jude mientras se acercaba a Bastian luciendo bastante molesto, el chico moreno murmuro unas palabras.
—Solo...pensé que le gustaría.
—Bastian solo fue amable—le replica Aalyiah molesta mirando al chico.
—No quiero que aceptes flores de cualquier chico.
Aalyiah no alcanzó a replicar que Jude ya se estaba alejando para acomodar las cosas para el club de lectura, quiso disculparse con Bastian, pero el moreno agacho la mirada y se fue corriendo de la biblioteca bastante avergonzado.
3 de Enero de 2016
—Aquí tiene señora Thompson—dijo Andrew mientras le dejaba el café junto a un muffín, la señora le sonríe amablemente—¿Hoy no hay crucigramas que realizar?
—No cariño, pero quería encontrarme contigo, te tengo un regalo.
—¿Para mi?—pregunto el joven demasiado sorprendido por aquello, siempre fue amable con todos sus clientes, incluso con aquellos que no se lo merecían. Y aunque llevaba atendiendo muchos días a la señora Thompson le sorprendía demasiado que ella le haya dicho que tenía un regalo.
La mujer saca de su enorme bolso una pequeña bolsa blanca extendiéndosela al joven, Andrew la toma encontrándose con un gorro tejido de color rojo y con un pon pon de color azul en la parte de arriba de la cabeza, el muchacho sonríe colocándoselo en la cabeza.
—¿Como me veo?
—Luces encantador.
—¿Paso un buen año nuevo?
—Oh de lo mas encantador, mis hijos y nietos han venido, fue lo mas agradable. ¿Y tu cielo?
Andrew abrió la boca para contestar, había pasado un buen año con su segunda familia si era honesto. Su madre nunca le interesó donde la paso o con quien, y el resto de sus familiares ni siquiera se molestaron en preguntar, Andrew carraspeo asintió.
—Si, en la casa de mi novia de echo...no llevamos hace mucho, pero siempre fue una buena amiga por años.
—Las mejores relaciones se nace de la amistad o eso es lo que creo al menos, así conocí a mi marido y mis hijos a sus parejas—dice la señora con una amable sonrisa. Andrew se la devuelve y comienza a trabajar, era increíble, había llamado a Aalyiah su novia, esperaba que los sentimientos de ella fueran tan grandes como para considerarse una.
9 de Enero de 2022
Picasso se pasa la lengua por todo el hocico mientras mira a su dueño poner en una pequeña canasta diferentes tipos de alimentos, era demasiado temprano aquel día, pero Aalyiah y él habían planeado un picnic y un viaje a uno de los pueblos cercanos para poder disfrutar, miro a su mascota con atención, Picasso mueve la cola demasiado alegre y le da un pequeño pedazo de pan que el perro saborea.
Los ruidos de unos pies arrastrándose le llamaron la atención, se había acostumbrado tanto a la presencia de Rafael, que encontrarse con otro muchacho lo tomo desprevenido. Este chico tenía la piel bronceada, y un cabello largo y pelirrojo que le llegaba debajo de los hombros, un cuerpo demasiado tonificado con un tatuaje de un sol en su pectoral izquierdo. Los ojos del chico se detienen ante comprobar la presencia de Andrew.
—Oh...debes ser el hijo de Tatiana. Soy Malcom.
—Su nuevo novio—confirma sin molestarse en estrechar la mano que le ofrecía, Malcom retiro la mano pasándosela por los pantalones.
—Andrew no lo molestes, Malcom querido, ¿te molestaría cortar el jardín delantero?
El chico pelirrojo sonríe antes de alejarse dejando a madre e hijo solos. Tatiana tenía puesto una bata de color rosa con la inicial de su nombre bordado y estaba descalza, el chico continua guardando cosas en la canasta.
—Me estaba agradando Rafael—dice él.
—Era muy niño.
Andrew finge toser para ocultar la risa que quería largar llevándose una mala mirada de Tatiana.
—Tengo una cita, la comida de Picasso esta en el armario, volveré tarde.
Agradecía que pudo conseguirle un nuevo motor al auto en aquellos días y que se lo pudieran colocar para así poder hacer su viaje, tras despedirse de su mascota y de su nuevo ligue que movía la maquina de cortar césped, se sube al vehículo y comienza a conducir para buscar a la chica.
Aalyiah se subió utilizando unos jeans oscuros y un lindo cárdigan de color rojo oscuro, al subirse al auto le da un beso en los labios, coloca la música y ambos emprenden su viaje a la ciudad vecina de Nags Head.
Al llegar, dieron unas vueltas hasta que decidieron hacer su picnic en un lindo y enorme parque en el centro de la ciudad. Estiraron la manta en el suelo y sacaron las cosas para comenzar a comer, la cita iba tan bien, se agarraban la mano y no había silencio incomodos, solo eran ellos en aquel parque hablando.
Al terminar toda la comida, guardaron las cosas y la canasta en el auto decidiendo explorar un poco, y mientras mas caminaban por el parque, se dieron cuenta que frente a ellos se levantaban unas enormes carpas blancas y había gente con ropa semiformal, ambos se detienen con las manos entrelazadas.
—Es una boda—dice Andrew tras distinguir a los novios.
—Hay que ir, será una aventura—opina Aalyua.
—No podemos colarnos en una boda.
—Es una aventura—añade ella tirando de su mano.
Lograron burlar la seguridad del lugar y mezclarse con el resto de los invitados como si pertenecieran a aquel lugar, llamaban demasiado la atención debido a que sus ropas no combinaban con la ceremonia, pero mientras que Andrew estaba nervioso, Aalyiah actuaba con normalidad como si colarse a una boda fuera algo de todos los fines de semana.
Bebieron pocos tragos, y comieron aun mas. Pero los familiares empezaron a darse cuenta de ellos dos, al igual que los novios, y cuando vieron a los hombres de uniforme acercarse a ellos, el chico agarro la mano de Aalyiah y jalo de ella echando a correr, ambos reían como niños pequeños que hicieron una travesura.
Llegaron a la zona del parque que estaba mas habitada para el resto de las personas y localizaron el auto de Andrew a unos pocos metros.
—Es injusto, ni siquiera bailamos el vals.
Andrew la mira jadeando por la carrera, saca su celular de sus bolsillos y teclea algo antes de que una canción melódica empiece a sonar, con una sonrisa extiende la mano a su novia.
—¿Me permites?
Aalyiah agarra su mano y Andrew la acerca a él dandole un giro y comienza a bailar moviéndose de lado a lado en aquel parque, los demás los miraban pero no le prestaban demasiada atención mientras que los dos adolescentes bailaban escuchando atentamente en el celular.
—¿En que piensas?—pregunta Andrew mientras bailaban, la chica le da una sonrisa encogiendose de hombros.
—Me gustaría que este día fuera eterno.
—A mi también—susurra acariciando su mejilla y ambos se dan un dulce beso, cuando la música termina y se reproducen los anuncios de Spotify, Andrew agarra su celular pausando la canción y con las manos entrelazadas se encaminan a seguir explorando la ciudad antes de que tuvieran que volver.
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