10 de Julio de 2012

La chica iba seguido a la playa con la excusa de encontrarlo, esa vez había ido sola porque no convencido a Paige de que vaya con ella, y no quería que su hermano hiciera preguntas asi que termino sola. Coloca una toalla en la arena y se pone protector solar mientras busca con la mirada a aquel rubio que la tiene dando vueltas en su cabeza.

Niega cuando piensa en lo patética que estaba siendo en ese momento, y se levanta agarrando su toalla para irse. Camina con la mirada gacha y choca contra el pecho de un chico, sin querer derramando las bebidas haciendo que su pecho se ensucie.

-—Mierda! Lo siento—dice la voz masculina, esa voz. Aalyiah levanta la vista encontrándose con el dueño de ojos verdes azulados que ronda por su cabeza.

—No te preocupes—dice y se limpia el pecho con la toalla.

—Ey, ¿eres a la que golpee con la pelota el otro día?—ríe.—Se ve que estamos destinados a encontrarnos de esta forma

—Tal vez.

Ambos se quedaron en un pequeño silencio que podía parecer incomodo, ¿Qué pretendía ella en ir a la playa todos los días para saber si lo encontraba? ¿ahora que diría? jamás se puso a pensar en eso, iba a irse demasiado avergonzada, pero para su suerte Quentin la detuvo.

—Ey, estoy con un amigo pero ya va a irse...¿quieres acompañarme con un batido de cortesía por ensuciarte?

Ella le sonríe y asiente siguiéndolo.

5 de Septiembre de 2015

Hace una mueca mirándose en el espejo, se había colocado la falda y la remera que Andrew le había seleccionado, llevaba su cabello ondulado y oscuro suelto, en sus manos sostenia una pañoleta color rosa y decidió ponérsela encima de su cabeza haciendo un lindo moño. Acerca su cara al espejo y se pellizca las mejillas para añadir algo mas de color a su pálido rostro, su mamá la llama para el desayuno, luego de contestar un "voy", se aplica su perfume favorito y un brillo labial, sonríe el espejo. Estaba feliz con el reflejo que ella veía, mira las fotografías en este, y baja tras la segunda insistencia de su mamá.

Desde que Harvey había echado a su padre, nada se ha vuelto a saber del hombre, no a pisado la casa, no ha llamado, es como si la misma tierra lo hubiera tragado. Y Aalyiah se sentía mal de que eso la alegrara, porque el echo de que su papá no estuviera cerca, significaba de alguna forma mas libertad, como por ejemplo, haber salido del internado y estar en su casa. Aunque hizo algunas amistades en el internado, nada podía compararse con estar en su hogar.

Su mamá le deja el plato de tostadas y huevos revueltos junto a una taza humeante de café con leche frente a la adolescente, besa su mejilla con ternura.

—No te olvides de tus medicamentos—dice Lydia mientras se voltea buscando la taza.

Aalyiah observa aquella pastilla, en el internado los controlaba, eran obligados tomarlas siguiendo todo el régimen. No es que esos medicamentos pudieran sacar su VIH, curarla de todo, pero servía para controlarlos, para que no evolucionaran. "Para que no te mueras joven" solía bromear su compañera de cuarto. La adolescente observa a su mamá que habla de algo sobre el trabajo aun dándole la espalda, Aalyiah muerde su tostada y se guarda la pastilla en el bolsillo de la falda.

Luego de desayunar, que su madre la lleve al colegio y le desee un buen primer día, Aalyiah se baja del auto viendo el gran edificio, con los ladrillos visto y la bandera de estados unidos afuera. Mientras todos los adolescentes llegaban, caminando, en bicicleta o en lo que sea mientras buscan a su grupo.

Un mensaje en su celular hace que lo desbloquee y lea lo que Andrew le mando. "Ten un excelente primer día solecito, sonríe, tu sonrisa es lo mejor". Automáticamente la adolescente sonríe y sube los escalones mientras va adentro del edificio, camina por los pasillos hasta la dirección, donde retira su horario y el número de su casillero, una vez que los tiene camina hacia donde estos se ubican, sonríe al encontrarlo y pone la clave hasta abrirlo. Suspira abriendo su mochila y decide comenzar a decorar su interior colocando unas fotografías y sticker que había comprado de sus películas favoritas. 

Un olor masculino llena sus fosas nasales, un chico se apoya en el casillero, de piel tan blanca que parecía que su piel nunca toco el sol, cabello rubio platinado que le recordaba a Andrew cuando se lo había teñido y ojos verdes oscuros. El chico le sonríe, Aalyiah le devuelve una sonrisa algo tensa y sigue decorando su casillero.

—¿Por qué todas las chicas hacen eso?—pregunta.

—Supongo que para que se vea bonito—dice encogiéndose de hombros.—No se si todas las chicas lo hacen, pero yo si lo hago.

—Nunca te eh visto por aquí.

—Es el primer día de clases—comenta Aalyiah y él ríe como si fuera el chiste del siglo. Como si Aalyiah pretendiera ser cómica. La chica decide ignorarlo nuevamente. Su presencia le estaba molestando y también la hacía sentir demasiado incomoda en aquel momento. 

—Me refería a que no te vi por el pueblo antes, recordaría alguien como tu.

—¿Esa frase realmente alguna vez te ha servido?—pregunta sin preámbulos la pelinegra. Él rie, hasta sus dientes eran blancos de una manera brillante que seguramente podría ser modelo de pasta dentífrica.

—Pues si, a veces si—dice viéndola de arriba a abajo—Solo te hago un favor, no estas tan buena como creas. 

—Y aún así, fuiste tu el que te acercaste—dice ella dándose la vuelta para irse, cuando en eso siente un golpe en su parte baja, furiosa se voltea a ver al rubio—¿Que acabas de hacer?

—Oh vamos, no hagas un drama. Para alguien como tu sería un halago.

—¿Mi primo te esta molestando?—pregunta una voz femenina quien estaba a unos pocos metros de ellos, la chica era bastante mas baja que Aalyiah pero eso no parecía serle ningún inconveniente. Tenía botas del estilo militar, una falda blanca a cuadros negros y una remera negra con la pintura de la Mona Lisa. Llevaba su cabello azul suelto y le llegaba por un poco debajo del hombro, se coloca frente a su primo cruzándose de brazos—Evan, ¿estas siendo un cerdo sexista como acostumbras a ser con las mujeres?

—No jodas Heaven—dice el chico rubio, la chica de cabello azul observa a la pelinegra y luego vuelve su vista al rubio.

—No puedes ser un cerdo sexista con todos Evan, ella te rechazo como esta en todo su derecho a hacerlo porque no le interesas. ¿Te interesa?—pregunta viendo a la pelinegra, esta negó levemente.—¿Ves? no es tan difícil preguntar como yo lo hice, sabes hablar desde el año puedes preguntarle amablemente, y si ella te dice que no, es para que te des vuelta y te vayas del pozo que viniste, no para que le des una nalgada. Me da vergüenza decir que somos de la misma familia.

Evan quien parecía demasiado molesto de no tener nada que replicarle después de todo el discurso de la chica de cabello azul le dice.

—Y a mi me da vergüenza saber que tengo de prima a una tarada—dice rodando sus ojos y se aleja no sin antes despedirse de Aalyiah— Adiós preciosa

—Perdónalo, creo que a mi tía se le cayó de bebe—comenta la chica de pelo azul cuando se quedan solas y se voltea a verla, tenía una nariz pequeña y redondos ojos de color grises que le recordaban a su hermano—Es muy vergonzoso decir que somos primos, prefiero ignorar ese echo, hasta que lo debo ver en las festividades.

—¿Es asi con todas?

—¿Evan? Ladra mas de lo que muerde honestamente, aunque si, eso de las nalgadas lo hace con muchas y es un idiota—dice negando antes de verla y le da una sonrisa amable—En fin, soy Heaven, y tu debes ser nueva.

—¿Soy tan obvia?—pregunta jugando con la correa de su mochila.

—Hum bueno, un poco, ¿me dirás tu nombre o lo voy a adivinar? Si me lo preguntas, tienes cara de Eloise.

—Soy Aalyiah.

Heaven chasquea su lengua y ríe.

—Estuve cerca—dice—Y dime Aalyiah, ¿quieres sentarte conmigo y dos amigas en el recreo?

Lo pensó un poco, no quedaba bien rechazar a la primera chica que fue amable con ella en toda esa mañana y la ayudó a alejar al chico que casualmente era su primo, así que asiente con la cabeza. Heaven le sonríe y ambas aprovechan aquel momento para conocerse, mientras que la pelinegra la lleva por los pasillos de la escuela llevándola a su primera clase que ambas compartían.

Cuando suena el primer timbre, la peliazul entrelaza su brazo con la chica y la guía por los pasillos de la escuela hasta salir al patio donde muchos estudiantes aprovechaban el sol echando la cabeza hacía atrás y hablaban todos en grupos. Hasta ahora no era muy diferente al internado, salvo que no había nadie controlando si tomo o no sus pastillas. 

Se acercan a dos chicas que estaban hablando de algo, una de ellas tenía el cabello rubio oscuro y levemente rizado, su cara era redonda y su cuerpo rollizo con demasiadas curvas. Mientras que a su lado había una chica de rasgos orientales, con un cabello negro lacio demasiado largo hasta por debajo de la cintura, las dos vestidas con cómodas prendas para sobrevivir las horas escolares con aquel calor. 

—Chicas, les presento a Aalyiah—dice Heaven atrayendo la mirada de las dos jovenes—La salve del cerdo sexista de mi primo

—Suena a que es tu protegida—habla la rubia comiendo de sus galletas de arroz. Heaven se encoge de hombros y se sienta en el suelo, mira a Aalyiah y palmea a su lado invitándola a sentare.

—Me llamo Suki—habla la chica de rasgos orientales extendiendo su mano, Aalyiah la toma estrechándola-—Ella es Hannah

—Hola—dice la rubia sonriendo—Me gusta mucho tu remera

Aalyiah mira el vestuario de las dos chicas. Suki llevaba pantalones cortos y una remera celeste, Hannah llevaba una remera gris y jeans, aunque hacia calor ya que el verano aun no llegaba a su fin.

—¿Qué tal tus primeras horas?—hablo Suki—Aunque ya conociste al cerdo de Evan, no te preocupes, a muchas nos hizo lo mismo.

—Lo peor es que muchas le dieron su atención—dice Heaven rodando sus ojos.

—A mi nunca se me acerco, salvo para llamarme vaca—dice Hannah, Aalyiah frunce el ceño.

—Sin duda son tan idiotas, exigen demasiado y cuando les dices que no actúan tan ofendidos, no podemos darles todo en bandeja siempre, y a veces no tienes ganas de darle atención. No tienen porque recurrir a los insultos solo porque eso los ayuda con su pequeño ego.

Por un segundo el grupo se quedo en silencio, Aalyiah tuvo miedo de decir algo incorrecto, pero luego las tres ríen.

—¿Dónde estuviste toda nuestra vida?—pregunta Heaven y Aalyiah sonríe encogiendose de hombros mientras se quedaba con ellas. 

**

—¡Esclavo dame mi batido!

Andrew le echa una mala mirada a la pelinegra que le sonríe inocente, luego sus labios se curvan en una sonrisa, era difícil fingir enojo con la chica. Alayiah espera sentada mientras mira su whatsapp donde las chicas estaban hablando.

Había echo una buena conexión con Heaven, Hannah y Suki, eran chicas bastantes agradables que la hicieron sentir cómoda y bienvenida a su grupo. Hablaron de sus gustos musicales, descubrió que todas tenían un fanatismo por las películas del género musical, Heaven es vegetariana y le gusta demasiado todo lo que tuviera que ver con el tarot, Hannah era fanática de las bandas de rock, y Suki nació en Japón y se mudaron con sus padres cuando ella tenía siete años.

Levanta la vista cuando Andrew deja su batido y unas papas fritas.

—Eres una asquerosa por mezclar eso.

—Tu te pierdes la delicias de la vida, si mi registro de vida es de diez años quiero vivir.

Andrew la mira molesto y le da un pequeño golpe en su frente. La adolescente se queja acariciándose la frente. El celular de la chica vibra, Aalyiah lo pone en silencio mientras que Andrew alza una ceja.

—Mi solecito anda solicitada—dice divertido—¿Tu primer día de clases estuvo bien?

Aalyiah pasa la mirada por la cafetería, había un padre y su pequeño hijo comiendo una hamburguesa, una mujer mayor tomando un café, y unos amigos reunidos en el fondo de una mesa. Vuelve la vista al castaño que espera su respuesta robándole una papa.

—Bien, hice amigas nuevas en mi primer día—comenta tomando su batido de frutilla—Y un chico me toco el culo

Andrew casi se atraganta con la papa frita, lleva una mano a su pecho dándose golpes.

—¿Eh?

—Fue una nalgada porque no le daba atención.

—Dime que le partiste la nariz.

—No—murmura—Pero ahí apareció Heaven, resulta que son primos y su relación es más bien tensa. Evan es un idiota—Dice y lo señala.—No le digas esto a Harvey, él es capaz de venir hasta aquí solo para darle una lección porque es malditamente sobreprotector

—Y por una razón lo es. ¿No?

Aalyiah recibió esas palabras como un golpe, deja el batido de lado y se levanta caminando a la salida mientras escucha a Andrew llamarla. Camina por el centro del pueblo mientras suspira, el sol golpeaba su piel y odiaba el echo de sentir su espalda sudada.

Ignora el echo de que Andrew la llama, pero se detiene al escuchar a un auto frenar de golpe. Andrew estaba delante de este, se disculpa y trota hacia la chica que lo mira.

—Perdona, no quise decir eso.

—Tengo muy presente que fui una idiota, y una niña que vivía en su cuento de hadas Andrew, creyendo todo el amor rosa y esas mierdas. Créeme, se encargaron de dejar una marca para que me acuerde—dice cruzándose de brazos.—Pero que lo hayas dicho como si siguiera siendo ingenua me molesto

Andrew apoya las manos en los hombros de la chica y besa su frente.

—Esta bien, perdona—dice y ella suspira asintiendo—Vamos, dejaste tus papas a medio comer...y no pagaste

Ella rueda los ojos mientras que él la abraza por los hombros caminando de regreso a la cafetería.

—¿Escribiste algo en el cuaderno que te regale?

Aalyiah sonríe, claro que había escrito algo, algunos poemas, ideas de una historia de amor. Historias cortas cuando le agarraba la inspiración a mitad de la noche, o sentimientos cuando estaba nostálgica.

—Algo—admite volviendo a sentarse en su lugar bebiendo su batido. 

—¿Cuándo podre leerlo?

—Cuando publiquen alguna historia mia—dice viendo a Andrew, él le sonríe besando su frente.

—Serás la mejor escritora y todos querrán publicar tus historias. Y cuando así sea, seré el primero en hacer fila para tener el ejemplar—dice guiñándole un ojo y continua trabajando. 

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