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Parte única.

● Canción: Little Miss perfect (Male version/ cover español)

● Inseguridad
● Relación Homosexual.
● universo Na'vi
● Perspectiva de Neteyam.

>❣️<

La tan anhelada perfección


¿Acaso se puede alcanzar la perfección?
¿Puede alguien ser acaso tan pulcro?

Todo na'vi que a interactuado con su ser lo ha señalado. Le caracterizan por ser alguien que despierta con los rayos del sol y duerme al último aliento del eclipse.

🎼Listo, pulcro y estricto. Nunca, atajos miro. Siempre a tiempo llegare pues a mi salón presido.

—¡'Teyam!

Tuktirey, la menor de los Sully omatikaya. Le saluda con su radiante sonrisa.
Su saludo es correspondido por otra blanca sonrisa que deja ver sus colmillos gatunos.

—Tuk, ¿No deberías estar con nuestros hermanos acaso?

Cuestiona el primogénito.
Hace ya más de 3 meses que la guerra con las personas del cielo llegó a su fin.

—Me he aburrido. Quiero pasar tiempo contigo.

Le reclama a la vez que golpea levemente el pecho del mayor donde yace una cicatriz que deja en claro su victoria sobre la muerte.

—Madre se molestará si se entera que te encuentras aquí.

Las costas a primera hora del día no son lugar adecuado para una pequeña na'vi.
Son alrededor de las 5:00 am.

—¿Porqué tu puedes estar aquí y yo no?

Con sus mofletes inflados señala con fingida molestia.
Neteyam sonríe divertido.

—Sabes que tengo labores que cumplir. He quedado para ayudar con la pesca matutina.

Responde cargando en brazos a la pequeña regresando sobre sus pasos hacia el marui familiar. Tuk parece no aguantar mucho y siendo adormecida por el calor corporal de su hermano cae en un profundo sueño otra vez.

Esto divierte al mayor quien suelta una pequeña risa. La deja recostada en aquella construcción para luego regresar hacia la costa.

🎼No suelo beber mucho. A Paul McCartney escucho. Si preguntan como estoy diré -bien-

La diferencia entre culturas era muy notoria.
Mientras los Omatikaya danzaban y cantaban con auténtica euforia y alegría.
Los metkayina preferían hacerlo con más calma y preparaban bebidas exquisitas de las frutas que se daban en las áreas boscosas.

—Bro. Debes probar esto, enserio. ¡Es delicioso!

Exclama el segundo en la línea, Lo'ak.
El cual parecía más adaptado a estas celebraciones que a las de su pueblo originario.
Incluso se le notaba encantado con aquellas exóticas bebidas que Tsireya le ofreció.
Neteyam suspira.

—Lo'ak, sabes que no tolero mucho esta clase de bebidas.

Le hace saber, el otro se alza de hombros y responde.

—Tu te lo pierdes. Pero esto enserio es delicioso. Aún no entiendo porque no lo hacíamos en casa.

El mayor se ríe ante el comentario de su hermano mientras lo ve alejarse con la metkayina a su lado.

Ciertamente se sentía un poco fuera de lugar. Sus hermanos parecían adaptarse con gran facilidad, pero en su caso no.
Estaba realmente arraigado con sus costumbres que le era difícil aceptar las nuevas.

Una presencia a sus espaldas lo hace girar para ver de quien se trataba.

—¿En que tanto piensas chico bosque?

Ao'nung. El primogénito y siguiente Olo'eyktan de los na'vis oceánicos.

—Nada en especial.

Se hace a un lado para dejar que el metkayina se siente a su lado.
Ao'nung a pesar de haberse comportado de lo peor cuando llegaron con el tiempo pudo empezar a congeniar con él.

Aunque seguía la rivalidad entre él y Lo'ak. Eso nunca cambiará, lo tiene por seguro.

Ambos primogénitos y hermanos protectores. Eso les hizo entablar una amistad.
Neteyam lo veía como alguien fuerte y honorable, descartando su infantil personalidad. Sentía como su estómago se revolvía con su presencia.

—Si claro. Incluso tu extraña hermana parece más alegre.

Esto hace fruncir el ceño del omatikaya.
Ao'nung nota esto y se muerde la lengua al darse cuenta de que su comentario no fue bien recibido.

—Kiri no es extraña, Ao'nung.

—Lo sé. Perdona, es... la costumbre supongo.

Neteyam lo ve con sus iris color oro. Nota lo arrepentido que está el otro, así que lo deja pasar.

—Esta bien, se que no lo dices con malas intenciones. Pero que no se repita.

Dice firmemente el azul oscuro y el otro asiente en respuesta.
El de ojos azulinos nota la inquietud de Neteyam. Se ha especializado en el lenguaje corporal ya que bajo del agua no se pueden comunicar verbalmente.

Ve como la delgada cola azul oscuro se remueve de un lado a otro, como sus orejas están levemente agachadas y uno de sus dedos emite un movimiento constante.

—Hey. ¿Te encuentras bien?

Cuestiona esperando una respuesta.
Si algo a aprendido del otro es su posición defensiva. Y no solo en batalla, Neteyam a desarrollado el mal hábito de hacer a un lado sus emociones.
Eso le preocupa a veces.

—Por supuesto, ¿porqué no lo estaría?

Ao'nung no está convencido con tan mala mentira, pero sabe que aunque insista no obtendrá otra respuesta.
Suspira y se pone de pie.

—De acuerdo, bien disfruta lo que queda de fiesta. Y dile al skxawng de tu hermano que se aleje un poco de Tsireya.

Dice con molestia causando gracia en el omatikaya. Se despiden con una movimiento de manos.
Neteyam suspira, de hecho no estaba bien. Se sentía tan ajeno a todo, pero si sus hermanos estaba cómodos con todo, él no era quien para quejarse y arruinarle la diversión a los demás.

Lanza una última mirada y se va directo al marui familiar dispuesto a dormir.
Neytiri lo observa detenidamente.

A ella era a la única que no puede mentir o engañar.

🎼Fui adoptado cuando tenía dos. Mis padres me mimaron tanto a veces pregunto ¿Porqué, tan lejos he llegado?


A pasos lentos se va. Escucha tan lejano la música de los tambores a sus espaldas.
En silencio ingresa a la carpa.
Se deshace de su fajero y demás accesorios.

No nota la presencia que se aproxima a sus espaldas. No hasta que escucha el ruido de las cortinas de tela ser abiertas. Se alerta y da vuelta encontrando a su madre.

Era obvio que no la escucharía, Neytiri le ha enseñado todo lo que él sabe de sigilo. Baja la guardia.

—Mi niño ¿Sucede algo?

Pregunta con leve preocupación.
El bienestar de sus hijos siempre será su mayor prioridad ante todo.

—Si madre. Todo en orden.

Mentira. Y Neytiri lo sabe, incluso Tuk sería mejor mintiendo que su hijo mayor.

—No quieras intentar mentirme. Sabes que me daré cuenta.

Dice tomando asiento en una hamaca. Neteyam se siente acorralado y descubierto. No puede mentirle a esa na'vi.
De igual forma toma asiento al lado de su madre y recuesta su cabeza en las piernas de esta a la vez que la hembra omatikaya le acariciaba su cabello trenzado.

—Mamá, ¿Porqué no puedo adaptarme como los demás? Incluso Kiri parece hacerlo.

La felina lo medita un poco antes de dar su respuesta.

—Mi Neteyam, todos reaccionan de diferentes maneras. Entiendo lo que dices, eres nuestro primer hijo después de todo, pasaste más tiempo en el bosque que tus hermanos.

Neteyam piensa en eso.

—Para tu parecer, Tuk, Lo'ak y Kiri se adaptan con mayor facilidad. Pero es porque cada uno tiene un pensar diferente. Pero tú tienes una conexión especial con nuestro hogar.

—¿conexión?

—Si, es esta conexión con tu hogar la que te impide aceptar a un lugar ajeno. Recuerdo cuando corrías por doquier, escalabas todo árbol que tus ojos pudieran ver. No había forma en la que alguien pudiera detenerte.

Neytiri sonríe y Neteyam se contagia de esa sonrisa.

—¿Para ustedes también es difícil?

—Claro que lo es, pero como he dicho, cada quien reacciona de diferentes formas.
Tu padre por naturaleza es alguien con un fuerte sentimiento de curiosidad.

Le hace saber, y en efecto Jake Sully es alguien que se fascina por todo aquello tan ajeno a su mundo originario.

—Entiendo eso. Gracias mamá.

—Recuerda hijo, eres un Sully y los Sully's siempre están unidos, somos tu familia y estamos aquí para ti.

Neteyam sonríe, mientras es adormecido por el suave toque de su madre y la melodiosa voz de esta contándole una historia en melodías.

🎼Lo veo pasar. Justo a mi lado, mi corazón estalla pero no digo ni una oración. Eso sería absurdo para el chico perfecto.


El fin del eclipse se hace ver.
Los rayos del resplandeciente sol lo hacen abrir los ojos. Toma sus cosas y se viste para realizar sus tareas diarias.

—¡Hola Neteyam!

Saluda alegremente Tsireya la cual venia con un cesto de frutas frescas.

—Tsireya, un gusto verte.

Regresa el saludo de manera cortés. Caballerosamente le ayuda con aquellas frutas, ella agradece y le indica hacia donde debía dejarlas.
Se aproxima al marui de la familia principal.

—Hijo de Jake Sully, es un gusto verte.

Saluda el Olo'eyktan. A lo que Netayam realiza el saludo "Te veo" con honor para el jefe.
Realiza lo mismo para la Tsahik, Ronal.

—He venido con el encargo de Tsireya señor.

Hace saber, Toniwari sonríe ante la impecable educación del joven.
Totalmente digno de su linaje.

El omatikaya deposita la cesta en una mesa cercana, recibiendo el agradecimiento de Ronal.

—Gracias, Neteyam.

—A su servicio Tsahik.

Ambos jefes mantienen su sonrisa y un profundo agrado hacia el joven na'vi.

—Primogénito de Jake Sully. He pensado y quisiera que Ao'nung aprendiera de ti, como futuro olo'eyktan debe pulir sus habilidades en combate como un digno guerrero y veo esas cualidades en ti. Si no es molestia claro.

El azul oscuro se nota sorprendido ante el repentino comentario. Pero entiende de inmediato la orden.

—Lo que usted ordene Olo'eyktan. Con su permiso he de retirarme.

Con respeto se despide de ambos y abandona el marui.
Una vez fuera no puede evitar el meneó feliz de su cola y un pequeño festejo en su voz.

Todo bajo la mirada azulina del primogénito metkayina.

—¿Qué te sucede chico bosque?

La profunda voz lo deja paralizado por unos segundos. Rápidamente trata de recomponerse, sus orejas se agachan con vergüenza de su infantil comportamiento.

—¿Qué te ha dicho padre para que estés tan feliz?

Cuestiona con una sonrisa y una ceja alzada. Ciertamente le gusta ver tan feliz al contrario y odiaba verlo decaído como la noche anterior.
Pero lo oculta y sigue con su actitud de siempre.

—No es nad- ...

—Ao'nung, hijo mío.

Interrumpe Tonowari, captando la atención de ambos na'vi.

—Padre.

Saluda el turquesa hacia el mayor.
Neteyam se endereza y coloca firme ante la presencia del líder.

—Como futuro Olo'eyktan y mi primogénito, debes ser una digna presencia de respeto. Es por ello que he decidido tu entrenamiento al lado del hijo de Jake Sully. Neteyam.

Sentencia como una orden que Ao'nung debería seguir al pie de la letra.
No se ve conforme con su decisión, hace ver su molestia y Tonowari lo nota, eso le hace fruncir el ceño.

—Neteyam, dejo a mi hijo a tu disposición.

—Lo que usted ordene Olo'eyktan.

Ambos se despiden y van en busca de sus armas para el entrenamiento de Ao'nung.

El turquesa se nota molesto, la repentina decisión de su padre deja en claro que no lo cree suficiente, odia de sobre manera ser comparado e infravalorado.
Caso contrario era Neteyam quien parecía saltar en las nubes y su cola lo demostraba.

—¿Ya estas listo?

—Vamos.

Neteyam propone ir al bosque, Ao'nung se especializa en el agua, así que no tiene nada que enseñarle en el mar. Su fuerte está en las copas de árboles y pretende llevarlo hacia allí.

Caminaron durante varios minutos hasta llegar al claro donde descansa el Ikran del omatikaya.
En otros tiempos el corazón de Ao'nung se habría detenido, pero ahora se había acostumbrado a la inmensa bestia.

Acomodaron sus cosas e iniciaron con lo que parecía ser el castigo de Ao'nung y el comienzo de un estricto maestro.

—Endereza la espalda.

Ao'nung gira sus ojos con fastidio. Odia recibir ordenes.

—Tensa más el arco. Esta en una mala posición.

El azulino decide ignorar la orden y lanza la flecha, la cual no avanza mucho y lo único que consigue es que la cuerda le golpee en la mano. Sacudiéndola ante el ardor.

—Te lo dije, pero no escuchas.

Neteyam suspira, toma la mano del contrario revisando la herida.
Estas tienden a ser dolorosas por la fuerza de tensión.

—Si explicaras mejor no hubiera fallado.

—Soy una gran maestro, tú eres un terco.

Ao'nung gruñe, esta cansado, hambriento y con sueño.
El Sully nota el fastidio en el otro. Por lo que decide descansar, si algo sabe es que las cosas con mala actitud nunca funcionan.

—Mierda, esto duele.

Se queja el futuro Olo'eyktan. El azul oscuro suelta una leve risa que llega a oídos del más alto haciendo a sus orejas moverse.

—Para ser un chico pez, no lo haces tan mal.

—¿Es eso un cumplido acaso?

Canturrea el acuático en forma divertida.

—En tus sueños.

Dice en forma de broma Neteyam, Ao'nung ríe también.
La compañía era agradable, dejando de lado la estresante enseñanza de arco y eso que todavía no entraban a la parte del comportamiento.

—Papá parece encantado contigo.

—Lo dice a menudo. Tienes un padre increíble.

—Por supuesto, eres el hijo perfecto que cualquiera querría.

El ambiente se nota tenso.
Ambos lo notan y buscan cambiar el tema lo antes posible.

—¿Y como va tu día? / ¿Y como va tu día?

Preguntan a la vez, ríen ante eso.
En medio de las risas, Ao'nung acomoda una trenza detrás de la oreja del omatikaya.
Este lo ve sorprendido y con el pecho a mil.

El metkayina se aclara la garganta.
Un tono rojizo se hace presente en el rostro de Neteyam, indicando un sonrojo. Al igual que en el Na'vi turquesa.

—¿A que ha venido eso?

—No lo sé, solo... has como que nunca pasó.

Dice Ao'nung cubriendo su rostro y dejandoce caer al suelo. Neteyam sonríe. Hace tiempo que ha aceptado estar perdido por el otro primogénito.
Sus sonrisas coquetas y su actitud lo hicieron caer ante él.

—Fue lindo.

Susurra pero el otro alcanza a escucharlo. Los azulinos cruzan con el oro.
La delgada cola se agita de un lado a otro, se nota nervioso.

No se necesita ser un gran genio para descubrir lo que le pasaba. Ao'nung lo nota, desde hace tiempo lo hace. Pero ambos son machos y ese es el porqué de su silencio ante la situación. Sin mencionar que ni él mismo entiende sus sentimientos.

—Creo que debemos regresar. El eclipse se aproxima.

Comenta Ao'nung, poniéndose de pie y tendiéndole una mano a su acompañante.
Nota el sudor al tomar su mano y el leve temblor.

Sonríe.

—Si, vamos.

Neteyam siente la necesidad de expresar todo lo que su corazón alberga.
Neytiri se dio cuenta sola y le aconsejo que debe sacar sus emociones antes de que sea más difícil y termine por ahogarse en ellas.

Pero de nuevo el solo pensamiento de hacer algo moralmente fuera de lugar lo hacen callar.
Sumergido en sus pensamientos choca contra Ao'nung. Queda pegado al fuerte brazo, dejando que este sienta el descontrol de su pecho perfectamente.

Haciendo que el corazón contrario se agite también.

🎼 No, no, no, no. No arriesgare mi trono hoy. Amor, es algo que no he sentido.
Listo, puntual, hetero y normal. Chico perfecto ese soy yo.

Los sucesos de esa tarde lo dejan pensando. Ao'nung derriba su barrera de una manera tan fácil.

—Neteyam, bienvenido.

Saluda Jake, su padre. En cuestión de segundos es interceptado por Tuktirey siendo apresado en un abrazo que corresponde.

—Huele muy bien.

Comenta, Lo'ak le ofrece un plato de comida. Lo recibe.

—¿Como te fue hoy, profesor?

Cuestiona en un tono bromista Kiri. Neteyam ríe un poco y les cuenta lo sucedido, omitiendo cierto detalles claro.
Todos se van a dormir. Pero él no puede.

Sale del marui y camina por la costa divisando a una silueta que cree es Ao'nung.

—¿Neteyam?

Pregunta Tsireya. Extrañada de verlo a esas horas. El omatikaya tiene la fama de ser alguien que duerme temprano.

—Tsireya, hola.

Saluda.
La metkayina nota rápidamente el estado de ánimo del contrario. Ella y su hermano especializados en el lenguaje corporal.
Le hace tomar asiento junto a ella.

—¿Sucedió algo hoy?

—No, ¿porqué lo preguntas?

—Neteyam. Se por tu comportamiento que algo te preocupa. No tengas miedo, puedes contarme.

El primogénito lo medita un poco. La mujer metkayina es alguien de confiar y quizás sacando eso de su sistema le haga aclarar todas sus ideas.

Le relata a la chica su situación, desde cuando fue que empezó a sentir atracción por esa persona. Omitiendo la parte de quien se trataba.
No pasó mucho para ser descubierto.

—Ao'nung a veces es un poco despistado.

Esta aclaración hace a Neteyam encogerse en su lugar y sonrojarse. Tsireya lo calma diciendo que no dirá nada.

El omatikaya le explica su inseguridad y el como le hace sentir.

—No soy todo el mundo pero a mi parecer no hay nada de malo. Si Eywa aprueba su relación nada más importa.

—Es más fácil decirlo que hacerlo. Tsireya, ambos somos machos.

—¿Y qué? Todos tienen el derecho de amar a quienes quieran.

— Ese es el problema, Ao'nung no parece interesado en nadie.

—Pero ¿Eso no es algo bueno?

— No, si se trata de un macho. El necesita una hembra y yo no soy una.

Tsireya lo piensa.
Neteyam esta aferrado a la idea de hembras y machos. ¿Siquiera es eso un problema? ¿Qué más da si son machos?

—No lo sabrás si no lo compruebas. Tu silencio no arreglara nada, Neteyam.
Si te corresponde en hora buena y si no a otra cosa, eres alguien muy especial y quien no lo note es porque será ciego.

El omatikaya ríe levemente.
¿Qué hizo para merecer a una amiga como Tsireya?

—Gracias Tsireya, por todo.

—No es nada y si mi hermano te lastima yo lo lastimaré a él.

Dice sonriente abrazando al mayor.

🎼Una noche vinieron, mucho se divirtieron su risa a mi me cautivó. ¿Qué? Platónico es esto.


Los padres omatikaya y metkayina organizaron una reunión entre ellos para convivir. Tuktirey insiste en ir con ellos, Jake esta apunto de negarse hasta notar la mirada de su esposa.

—Iras con nosotros, Tuk.

Dirige sus ojos de regreso a su mujer la cual asiente en aprobación a su respuesta.
Deja a cargo a Neteyam, recibiendo quejas de los demás.

—¿Qué tal si invitamos a Tsireya?

Ofrece Kiri queriendo ver a su amiga, es rápidamente apoyada por Lo'ak ante la mención de la chica.

—Padre se molestará. No hemos pedido su permiso.

Sentencia el mayor.

...

No sabe exactamente como termino con Tsireya, Rotxo y Ao'nung en su marui.
Pero allí estaba. Jugando a un juego humano, llamado verdad o negación.
Consiste en decir de quien gustan o negarse y tomar un trago de una bebida parecida al alcohol humano.

—Tu turno Lo'ak.

—Es una hermosa mujer, es dulce y adorable.

Tsireya sonríe enternecida.

Todos ríen menos Ao'nung, él solo imaginaba mil manera de desaparecer al na'vi.

—Tu turno, Ao'nung.

La atención se centra en él y un par de ojos dorados lo ven detenidamente, sin pensarlo toma la botella. Neteyam se siente decepcionado, sus orejas se agachan.

Tsireya y Kiri lo notan, cruzan miradas. Ambas saben lo que le ocurre.

Mientras Rotxo se carcajea, su amigo hace tiempo le a contado su flechazo.

—El eclipse se hace mayor. Creo que deberías volver.

Señala Kiri, Tsireya se extraña pero rápidamente entiende el plan.
Ella apoya la idea y le pide a Lo'ak acompañarla. Este no se niega.

—Nos veremos más tarde hermano.

Se despide Lo'ak y Neteyam alza la mano en señal de despedida. Ao'nung intenta ponerse de pie siendo detenido por su hermana. La cual le dice "¿perderás esta oportunidad?" Así que prefiere quedarse.

—Rotxo, ¿Podrías acompañarme a buscar caracolas? A esta hora se ven las más preciosas.

—Eh, claro. Vamos, conozco un lugar perfecto donde pueden haber.

Neteyam frunce el ceño. Y se niega.

—Neteyam. Rotxo es alguien de confianza, tu hermana esta en buenas manos.

—Si viejo. Puedes confiar en mí.

No muy seguro, accede. No sin antes amenazarlo con clavarle una flecha en el cráneo si se hace el listo con ella.
Atemorizado asiente y se retiran.

Y el silencio gobierna el ambiente entre ambos jóvenes.
Ao'nung y Neteyam por primera vez no saben que decir.

El omatikaya hace uso de todo su valor rompiendo el incómodo silencio.
Piensa iniciando con un "¿Como va tu día?" O un "¿Cómo estás?"

Lo piensa tanto que se confunde.

—¿Como día va tu estás?

Enseguida se cubre la boca con vergüenza por su tonta equivocación.
Ao'nung arquea una ceja con confusión.

—¿Qué... cosa?

—Yo-... eh-...

No lo soporta más y estalla en una potente carcajada.
El rojo se apodera del rostro del omatikaya pero a pesar de ello no puede evitar sentirse tan atraído por aquella risa.
El turquesa ríe tanto que le duele el estómago y una lagrima sale por su ojo.

—agh. Mierda.

Se quejó Neteyam dejandoce caer de espaldas al suave suelo con telas, cubrió su cara con su antebrazo.
Al cesar la risa del otro ocupo su mirada en el apenado na'vi.

—Hey, es divertido. Ríete un poco.

Dijo bromista, pinchando con su dedos el estómago del azul oscuro.

—Olvida que dije eso por favor.

—Oh, eso nunca pasará.

Ambos rieron.

🎼Todo fue emocionante, él era fascinante. El tiempo sin duda con él se esfumó. Icónico fue el resto.

Pasó tiempo entre risas y bromas.
Hasta que Ao'nung notó que debía regresar a su hogar para descansar. Era tarde.

—Creo que es mejor que empiece a irme.

Comentó Ao'nung, Neteyam analizó la posición de la luna, dándose cuenta del tiempo transcurrido.

—Por Eywa. Hemos demorado mucho.

—Tal vez. Padre no se molestará, al fin y al cabo te adora.

El Sully soltó una risilla y decidió acompañarlo hasta su marui. Salieron del propio y se detuvieron frente a este sin querer irse.

🎼Afuera fue, le acompañé. Contó una broma yo me ahogue. Mi cabello acarició y por primera vez disocié.

Bajo la luz del eclipse ambos conversaron.

—Y entonces así fue como descubrí que a Tsireya le causa alergia el pelo de viper lobo.

Neteyam soltó una risa un tanto estruendosa. Se cubrió rápidamente la boca y vio con preocupación al contrario.
Ao'nung de extraño.

—¿Qué sucede?

—Es solo, mi risa ¿No es un poco irritante? Además, mis dientes frontales son un poco... raros.

Ahora si, el metkayina estaba más que confundido.
¿Llamaba a esa bella sinfonía algo "irritante"?
¿Y a aquellas perfectas perlas "raras"?

—¿Qué mierda hay de malo? Yo lo veo como algo precio-...

Ao'nung y Neteyam enrojecieron.
El omatikaya se sentía enternecido y halago. Tanto que pudo incluso llorar.

Sin evitarlo, el turquesa pasó a acariciar una trenza del cabello ajeno.
Todo de su ser le parecía en extremo, hermoso.

—¿Ao'nung?

—Dime.

El primogénito Sully se sentía nervioso, ni siquiera en una ferviente batalla sentía tantos nervios como ahora.

🎼Algo nació, perdí el control...
Al fin lo beso, pero ¡No! ¡En mi ventana vi un rostro! El juicio me dejó.


Tomó aire y sin pensárselo mucho se lanzó a besar aquellos labios turquesa que le atraían tanto.
Ao'nung retrocedió un paso por el repentino empujón de la boca contraria. Más no se alejó y con un leve empujón de su cabeza se pego más a aquella boca recibiendo y correspondiendo al acto.

Neteyam casi salta de la emoción al ver que no era rechazado, su cola lo demostraba al enrollarse con la fuerte del contrario.

Sus manos se enlazaron, sus bocas se movían una contra la otra, acariciándose mutuamente.
Al separarse, la sangre de Neteyam se heló, al ver a los jefes y a sus padres observándolo detenidamente.

Ao'nung notó el cambio repentino girando su vista, notando lo mismo.

—Neteyam... ¿Qué...

—Padre... Yo puedo explicarlo es-...

—He visto suficiente. Hablaremos luego. Tonowari, Ronal, lamento los inconvenientes.

Neteyam empujó levemente a Ao'nung y dándole una última mirada agacho sus orejas y cabeza caminando tras sus progenitores. Hasta que lo perdió de vista.

—Ao'nung, ven hijo.

Llamó su madre Ronal. Y de igual forma los siguió.

🎼No, no, no, no. No perderé mi trono hoy. Amor es algo que no he sentido. No perderé mi trono hoy.
¡Amor! No lo he sentido.
Mejor, induzco amnesia y afirmo con certeza cuando dijo que no hubo nunca nada al final.

Nunca lo vale. Si eres el chico perfecto.


Los Sully iban en silencio. Hablaron afuera, no querían despertar a sus hermanos.

—¿Sabes lo que has hecho, Neteyam?

—Jake.

Llamó amenazante Neytiri. Su esposo estaba actuando como un auténtico skxawng.

—Si señor. Se lo que estaba haciendo.

No huirá como un cobarde. Hará frente y dará la cara.

—¡Es una locura!

Neytiri no pensó dos veces y se coloco del lado de su hijo, posicionándose en medio de ambos machos. A la defensiva contra su marido.

—Jake, es tu hijo.

—Y como mi hijo he de corregirlo.

—Este no es un escuadrón y lo sabes. Esta es una familia.

Toruk Makto se tomó el puente de la nariz.

—Neytiri, esto no puede ser.

—¿Porqué no? Dame una razón.

—Bueno, ellos son...

—¿Machos los dos?

—Si.

Eso le dolió a Neteyam, el cual pegaba su rostro al pecho de su madre siendo protegido.
Quiso incluso llorar ante eso.

—¿Y el problema? ¿Dónde está?

—Ellos son, diferentes. No es algo que-...

—Tú y yo también eramos diferentes.

Jake le miró asombrado, ella tenía un punto.
No es que en su mundo no se diera eso pero era un poco extraño a él, fue criado como soldado y con ciertas creencias.

—Ma'Jake. Es tu hijo, merece el apoyo de su familia. Todos lo aceptan ¿Porqué tu no?

—Yo... Yo...

—Creí que habías dejado atrás esas actitudes de humano.

Lo meditó un rato. Y luego habló.

—Neteyam, firme y al frente.

Neytiri le siseo con furia, mostrando sus colmillos. Neteyam se libero de sus brazos e hizo lo ordenado.
Todo bajo la furiosa mirada de la mujer omatikaya.

—¿Estás de acuerdo con esto? ¿Estás seguro?

—Si señor. Absolutamente seguro.

—¿Tú estás... de Ao'nung...

—Lo amo. Señor, me he enamorado del primogénito metkayina, Ao'nung.

Jake Sully, suspiró. Vio a su hijo y no vio ningún rastro de arrepentimiento o inseguridad. Solo firmeza y decisión.

—De acuerdo. Si eres feliz, aceptaré eso. Me tomará tiempo asimilar las cosas pero esta... bien.

El ambiente finalmente se relajó.
Neteyam sintió que por fin respiraba.

—Señor... ¿Puedo...

—Ve.

Con la afirmativa, le dio una abrazo a su padre y salió corriendo bajo la oscuridad y brillo lunar en busca de Ao'nung.

—¿Era eso tan difícil?

—Amor, ¿Te he dicho alguna vez lo agradecido que estoy de que seas mi esposa?

Neytiri sonrió y le dio un merecido golpe.

...

En el marui real. Era todo lo contrario.

Tonowari rebosaba de felicidad.

—¡Esto es increíble! ¡Qué elección más maravillosa. El hijo de Jake Sully es absolutamente aprobado por nosotros!

Ao'nung estaba totalmente fuera de lugar.
Esperaba un regaño, ser reprendido e incluso un castigo por su imprudencia. La cual cometería mil veces más si pudiera.

—¿Entonces... no están molestos?

—¿Molestos? ¿Porqué? Neteyam Sully es más que digno del liderazgo del clan.

—¿Y tú madre?

—¿Qué puedo decir? Estamos más que encantados con ese chico. Además hace unas lunas atrás Eywa me mostró una visión. No tenía sentido hasta ahora.

Tsireya soltó una risita que llamó enseguida la atención de Ao'nung.

—¡Tú sabias de esto!

Le recriminó mientras su padre seguía alabando las grandiosas cualidades del Sully mayor.

—Tal vez.

—Padre, madre. Puedo ir con-...

—¡Por supuesto que puedes!

Exclama el Olo'eyktan aún en su emoción.
Ao'nung no espera más y sale en busca del omatikaya.

Lo ubica a unos cuantos metros del marui Sully. Lo que escucha al acercarse lo estremece y lo hace enrojecer.

—Lo amo. Señor, me he enamorado del primogénito metkayina, Ao'nung.

Escucha a Neteyam decir.
Le escucha también decir que irá en su búsqueda, se esconde y lo deja correr un poco. Para luego correr tras de él y lo intercepta por detrás.

Sacándole un susto.

—¡Ao'nung!

—También lo hago.

—¿Eh, qué...

—También me he enamorado.

Neteyam analiza lo que ha dicho y enrojece. Entendiendo que ha escuchado todo.

—Tú skxawng.

—Vamos, dilo. Quiero escuchar que lo digas.

Insiste Ao'nung con una sonrisa coqueta, ocultando su rostro en el hueco de su cuello, aún desde atrás, y abrazando su cintura.

—Eres un idiota, no lo haré.

Ao'nung sonrió, le gustaba molestarlo.
Neteyam pudo sentirlo contra su piel el como aquella maliciosa sonrisa se implantaba en el rostro del azulino verdoso.

—Lo soy, ambos somos un par de idiotas.

Ambos rieron.


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