Little Lucifer Space
La primera vez que vi a Lucifer usando mameluco y chupete, fue una tarde en la que revisaba los pasillos del hotel esperando que todos nuestros huéspedes; ya estuvieran dormidos.
Mientras echaba un vistazo a mi alrededor con las puertas de las habitaciones constantemente cerradas, la luz de una de estas seguidas de la risa de un "niño" llamó mi atención. ¿Era acaso que Charlie había aceptado el asilo de un niño pecador sin mi consentimiento previo?
Me asomé un poco por la abertura de la puerta y lo primero que noté fueron todos los juguetes regados, alterando mi paz mental con tanto desorden. Pronto, alcé un poco más la mirada, encontrándome con el dichoso niño quién estaba recogiendo algo de espaldas así que aún no veía su cabeza; debí imaginar de quien se trataba apenas vi el mameluco celeste lleno de estampados de patitos amarillos, pero no quise pensar mal.
Fue cuando finalmente ví su cabeza que me quede en shock, era el rey, estaba usando un chupón para bebé en la boca, él no me había notado todavía. Se había puesto de pie, tomando uno de los peluches del suelo yendo a acomodarlo, parece que ya se había acabado el juego.
Yo seguía paralizado, seguía sin entender. Las preguntas en mi mente me estaban matando, pero decidí no hacerles caso a las voces de mi mente que suplicaban respuestas.
Pero tendría que ser en otro momento, pues el rey y yo hicimos un contacto visual tan corto; que se hizo eterno.
Después de eso tuvieron que pasar dos semanas antes de que "Luci", volviera a ponerse mameluco y chupón. Parece que aún con toda su fuerza de voluntad, no soporta estar tanto tiempo fuera de su "pequeño espacio".
Esa noche; nuevamente me decidí a revisar los pasillos, ya no buscaba a ningún otro pecador, lo buscaba a él. Para mi suerte, estaba en la misma habitación del hotel dónde hace un par de semanas tuvimos ese contacto visual tan incómodo. Pero ahora, si estaba en búsqueda de respuestas, por lo qué no importaba que tan incómodo fuese, le sacaría la verdad.
¿Era acaso este un fetiche nuevo del qué yo no me haya enterado? ¿Acaso el estaba loco?
De nuevo la risita de bebé.
Me acerqué cuidadosamente abriendo la puerta, encontrándome con esa escena de la que no había podido borrar de mi mente desde hace semanas. Lucifer estaba en el suelo, usando un chupete en la boca mientras, jugaba con un par de peluches en las manos, en esta ocasión dos patitos.
Él hacía sonidos cómo si fuera un bebé, estaba tan confundido y nervioso. ¿Qué se supone que me dirá?
Apenas me vió tiró los peluches y retrocedió asustado sollozando, me acerqué todavía más al ver eso.
—¿Su majestad? ¿Lucifer?
Pregunté tratando de hablar suave para que no me tuviera miedo y supiera que no estaba en su contra, pero esto solo lo alteró más, cubriéndose con sus brazos el rostro.
Me acerqué hasta quedar frente a él y me agaché, le relajé los brazos, poco a poco para que me viera. Estaba hecho una bola de lágrimas, tenía espasmos de los sollozos, él en serio estaba asustado y, sin mirarme, se quitó el chupón de la boca; hablándome entre sollozos.
—No le digas a nadie... Por favor... Te lo suplico, haré lo que quieras
Me sorprendí, pero quise aprovechar el momento.
—¿Y por qué lo haces?
La curiosidad me estaba matando.
—¿Eh?
—¿Por qué lo haces? ¿Por qué haces todo esto? ¿Te genera alguna especie de placer fetichista?
Él negó repetidamente en ese momento alterado.
—No, no lo hago por fetiche...
Suspiró.
—¿Y bien?
Pregunté una vez más, esperando entonces una respuesta más precisa a todo lo que estaba viendo.
—Yo...
Dudaba a sus siguientes palabras.
—Lo hago... para sanar...
Me quedé sorprendido ante esas palabras, pero no dije absolutamente para que continuara con la explicación.
—Yo... bueno... Si, mucha gente lo utiliza de fetiche, no te voy a mentir, así fue cómo lo conocí, pero... Yo no lo uso cómo fetiche, no me genera ningún placer sexual, solo quiero... Jugar, sentirme pequeño, sin estrés, eso es lo que hace el "little space"
—¿"Espacio pequeño"?
—Es un espacio seguro en dónde todo el estrés adulto no existe...
—... Por qué tú eres el bebé
Él se sorprendió en ese momento al ver que yo había entendido todo lo que me había dicho. Yo estaba más sorprendido de ese hecho:
¿Un estado mental en el qué alguien actúa cómo un bebé o un niño pequeño para sanar sus heridas del pasado o simplemente escapar de la realidad? Pocas cosas habían hecho flagelar mi sonrisa, y esta era una de ellas.
—Por favor, no le digas a nadie te lo suplico, haré lo que quieras, pero por favor...
Suplicaba incluso con sus manos juntas.
—No le digas a Charlie...
Me encontré dudoso de sus súplicas, pero él en serio no quería que nadie se enterara... Cuándo, vino a mi mente una idea.
—... De acuerdo, no le diré a nadie _Soltó un suspiro de alivio._
—Gracias...
—Un momento
—¿Qué cosa?
—Aún no hemos hablado de los términos y condiciones de mi silencio, su majestad...
Su expresión se volvió una de fastidio y rodando los ojos me preguntó:
—¿Qué es lo que quieres?
—Un favorcito, yo escojo, qué, cómo, cuándo, dónde sin que tú puedas negarte
—... Bien
Resopló.
—Pero no te daré la corona, no le harás daño a nadie, en especial a mi hija
—Auch, me duele que piense así de mi, su alteza, o debo decir...
—Ya, solo... Hagamos el maldito trato
Estiró su mano para que la estrechara, y solo pude soltar una pequeña risita ante su comentario.
—Cuida tus palabras, los bebés no dicen groserías
—Oh, púdrete y solo estrecha mi mano
—¡Ah-ah, ah!
Negué con mi dedo levantándome y poniendo mis manos tras la espalda.
—¿Eh?
—No haré un trato contigo si sigues siendo grosero, en ese caso, según las reglas de tu juego, debería castigarte, ¿No? Yo soy el mayor aquí mientras estés en tú... Pequeño espacio
Él se sonrojó abruptamente y desvió la mirada sin saber que decir. Parece que él estaba de acuerdo conmigo... Yo solo estaba bromeando... Pero ahora... Podría tener completo control sobre él, en esta habitación yo era quién podría hacer cualquier cosa y él tendría que obedecerme. Y no iba a desaprovechar ni un minuto de mi nuevo poder...
Me fui a sentar a la orilla de la cama alojada en la habitación, y ya cómodo, palmee un poco mis piernas.
—Ven aquí
—No quiero
Comentó nervioso y se giró a verme esperando que todo fuera una broma.
—Esto es estúpido Alastor, tú y yo sabemos que no soy...
—¿Un bebé? Pensé que sí, tal vez entonces deba decirles a todos ya que nada de esto es... En serio...
Me gruñó, pero avergonzado y de mala gana se acercó a mí.
—Recuestate
—...¿En serio me vas a dar de nalgadas?
—Por supuesto, así se castiga a un niño que acaba de decir groserías
Respondí con algo de entusiasmo, creó qué, me emocioné demasiado con mi nuevo poder.
Él se encontraba en negación, pero, después de dudarlo por unos momentos más, se recostó sobre mi regazo bocabajo y yo lo acomodé para poder hacer el trabajo más ligero.
—Bien, dijiste tres groserías, serán tres nalgadas por cada una, es un castigo corto
—Ya, solo, hazlo y deja de torturarme
—Cómo quieras
Le di tres nalgadas, de forma continua, sin espacios de tiempo. No fueron muy duras, ni con tanta intensidad, pero supongo que la vergüenza de haber sido castigado por primera vez, hicieron que Lucifer se pusiera a llorar.
—¿Acaso quieres que te vuelva a pegar?
Él negó muy asustado, otra vez estaba en su "pequeño espacio".
—¿Serás un niño bueno?
Él asintió.
—De acuerdo...
Lo levanté de mi regazo y lo puse frente a mi. Él se cubría la retaguardia, en serio era un niño en ese estado, no me podía aprovechar de su estado indefenso, hasta yo tengo mis límites.
—¿Te portarás bien?
Él volvió a asentir, con la mirada agacha, mientras seguía llorando.
Me levanté de la cama y lo miré un poco antes de acariciarle la mejilla, en ese momento alzó su mirada llena de lágrimas y yo solo pude verme complacido de eso.
—Buen chico
Él en ese momento me abrazó, quedé en estado de estupefacción ante el acto, pero no podía hacer nada.
Solo le di un par de palmaditas en la cabeza. Y cuando me soltó, le dije:
—Ya puedes volver a jugar, más tarde terminaremos el trato
Asintió y luego se fue a seguir jugando mientras se limpiaba las pocas lágrimas que le quedaban.
Han pasado casi 6 meses de ese suceso... Y aún no terminamos de cerrar el trato.
Yo soy el cuidador del pequeño Luci desde ese entonces... Supongo que quién terminó más beneficiado, fue esa pequeña bola de llanto y mocos, a la que llamo "Mi pequeño".
... Esto no es exactamente cómo me lo había imaginado cuando acepté...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro