Narra Jungkook:

Ya llevábamos un rato metidos en el interior de aquel tronco. Tae me abrazaba, mientras yo trataba de que mi cuerpo dejase de temblar.

- Kookie estás muy frío... - Su voz salió preocupada y escondí mi rostro en su cuello. Un trueno resonó y me hice más pequeño en los bracitos del otro. – Shhh...tranquilo Kookie... - Susurró, mientras acariciaba mis orejitas que, en ese momento, se encontraban casi pegadas a mi cabeza. – No debiste venir así.

- Te lo prometí. – Salí de mi escondite y lo observé. – No quería dejarte solo... - Sus labios tocaron suavemente mi frente y luego, ambas mejillas.

- Pero ahora estás mojado y tu carita está caliente... - Me abracé a él.

- No quiero dejarte Tae...

- ¡Jungkook!. – Ambos observamos hacia el mismo lugar. - ¡Kookie!...¡¿Dónde estás?!

- ¿Ese es tu papá?. – Asentí. – Debes ir con él... - Mis ojos se abrieron.

- No...yo quiero quedarme contigo. – Ambos observamos como el agua comenzaba a ingresar en el tronco, mientras mojaba todo a su paso.

- Yo debo irme Kookie...

- ¡No!...Tae debe quedarse con Kookie... - Mis ojitos se aguaron. El mayor se levantó conmigo en brazos. – No...no quiero...quiero quedarme contigo.

- Tranquilo Kookie... - El zorrito sonrió y dejó a Vante sobre mis manos.

- No... - Mi cuerpo se sentía débil. – Tae...

- Shhh... - Avanzó hasta salir de aquel lugar y comenzó a acercarse a la voz de papá.

- ¡Jungkook!

- Gracias Kookie.... – Me dejó suavemente al pie de un árbol y tomé su mano.

- ¡No!..¡No quiero!

- Gracias por ser mi amigo... - Dejó un beso en mi mejilla y se zafó de mi agarre.

- ¡No!... – Sin poder evitarlo comencé a llorar al ver a aquel niño alejarse cada vez más.

- ¡Kookie!. – Sentí los brazos de papá envolverme. – Mi bebé...pequeño... - Me levantó en sus brazos y comenzó a alejarse del bosque.

- ¡No!

- Kookie tranquilo bebé...iremos a casa. – El mayor acariciaba mi espalda.

- ¡Tae!...¡Tae!... – Apreté el peluche en mi mano y mi llanto se hizo cada vez más fuerte.

- Calma bebé...

- ¡TAE!...

Narra Namjoon:

Habíamos llegado a casa hace media hora. Mis ojos se cerraban fuertemente al escuchar a mi cachorro...

Jungkook no había parado de llorar. Tenía fiebre y ésta solo iba en aumento. Jin estaba desesperado.

- Nam... - Mis ojos se abrieron en cuanto vi su pechito subir y bajar rápidamente. – Kookie... bebé tranquilo. – Su llanto aumentó y me acerqué rápidamente al mueble, para buscar su inhalador. – Bebé por favor... - Mis puños se cerraron en cuanto vi que el menor se negaba a recibir aquel aparato, mientras su cuerpo se retorcía en busca de aire. - ¡Kookie!

Recordé la primera vez que estuvieron aquí y sin pensarlo, recosté a Jin a su lado y acerqué al menor a su cuello.

- Bebé respira...es papi... - Hablé con voz rota. – Vamos cariño...no nos hagas esto...sé que puedes - Luego de un par de minutos, ambos suspiramos al ver como su respiración se hacía cada vez más tranquila. – Eso es cachorro. – De a poco, sus ojos se cerraron, mientras las últimas lágrimas caían por sus mejillitas.

- Mi pequeño... - Jin abrazó al menor y besó su frente repetidas veces.

- Tae... - Un suave suspiro salió de sus labios.

Mi vista viajó hasta aquel oso de peluche. Lo tomé con cuidado, para luego acercarlo a mi rostro. En cuanto capté el tenue aroma a nuez, lo dejé en las manos del cachorro.

- Nam...

- Debo ir a buscarlo... - Susurré.

- Pero...

- No me importa lo que los demás digan...si ese cachorro está afuera, no me perdonaría que algo le pase...y Kookie tampoco... - Dejé un beso en la frente del omega y acaricié con cuidado las orejitas del menor. – Trata de que duerma...mantente tranquilo. – Jin asintió y sin más, me coloqué un abrigo y salí de la casa. La lluvia había mermado, así que por lo menos podía ver el camino.

Corrí nuevamente hacia el lugar donde encontré a kookie. Al llegar, traté de localizar el otro aroma, pero no podía. El suelo estaba lleno de lodo, por lo que cualquier pisada fue borrada. Seguí unos metros más y llegué a un pequeño lago. Me acerqué a un tronco bastante grande y pude distinguir el aroma a fresas de mi pequeño, pero no había nadie más y el interior estaba totalmente mojado.

- ¿A dónde fuiste cachorro?

Salí de allí y comencé a rodear el bosque. Si se había escondido en un tronco todo este tiempo, debía haber ido a buscar otro. Sabía que en los límites había muchos árboles viejos y la gran mayoría, se encontraban vacíos.

Después de un rato, suspiré al llegar. Me acerqué con cuidado a cada tronco, pero nada. Estaba a punto de regresar, cuando un lloriqueo hizo que observara un pequeño arbusto. Caminé con cuidado y al agacharme, sonreí al sentir el aroma a nuez. Entre las hojas una pequeña bola de pelos me observó fijamente.

- Aquí estabas... - Susurré. – Tranquilo, no te haré daño... - Sus colmillitos salieron a flote y pude escuchar un pequeño gruñido. – Tu nombre es Tae ¿verdad?. – El zorrito solo me observó expectante. – Soy el papá de Jungkook... - Sus orejitas se pegaron a su pelaje. - Él te necesita...por favor ven conmigo...

Después de un par de minutos, que me parecieron eternos, el pequeño animal se acercó hasta mí. Sonreí y, con cuidado, lo tomé en mis brazos. Lo coloqué dentro de mi chaqueta y comencé a correr de regreso.

La lluvia se mantenía calma, por lo que pude llegar sin ningún contratiempo. Al ingresar, fui en busca de una toalla.

- ¿Nam?

- En la sala. – respondí mientras secaba el pelaje del cachorro. Al voltearme, noté a Jin observando al pequeño animal. - ¿Cómo está?

- Se despertó luego de que te fueras, pero logré que usara el inhalador...no ha parado de llorar y quedó dormido hace unos minutos. – Asentí y dejé que el zorrito se sacudiera. Lo tomé en brazos y, junto a Jin, subimos al cuarto del menor.

Mientras más nos acercábamos, notaba al cachorro más inquieto. En cuanto abrí la puerta, lo dejé sobre el suelo. El animal corrió y subió de un salto a la pequeña camita. Sonreí al ver que olfateó y dejó leves lamidas en la mejilla de Kookie, para luego acurrucarse a su lado. El menor, aún dormido, se acercó lo más que pudo al pelaje del animal y enterró su rostro allí.

- Al parecer...no eres el único que calló por un conejito... - Susurré con dulzura al ver a Jin sonreír con pequeñas lágrimas en sus ojos. Salimos de allí y nos dirigimos a nuestra habitación. Al fin podría descansar sabiendo que mi familia estaba bien...

Narra Jungkook:

Abrí mis ojitos, al sentir algo peludo haciéndome cosquillas. Me senté de golpe al ver a aquel niño.

- ¡Tae!. – El mayor se despertó alarmado y lo abracé sonriente. - ¡Volviste!...¡te quedaste conmigo!. – Sus bracitos se aferraron a mi cuerpo y lo miré directo a los ojos.

- Perdóname Kookie...no volveré a dejarte nunca...

- Promételo... - Me separé y extendí mi meñique. Él sonrió y se sentó en la cama, para luego entrelazar nuestros deditos. – Si haces una pinki promesa, debes cumplirla.

- Lo haré... - Dejó un casto beso en la punta de mi nariz y sentí que mis mejillas se calentaban de a poco.

Papi entró a nuestro cuarto y tuvo que darle algo de ropa a tae, ya que se encontraba completamente desnudo. Pero antes, tuvo que bañarlo...nota mental, a tae no le gustan los baños.

En este momento estábamos en el comedor, el pelirrojo tenía su pelo mojado y bastante revuelto, ya que no había dejado que papi lo peinara.

- ¿Qué haremos ahora?. – Papá miraba fijo la mesa. – Nam, todo el mundo comenzará a preguntar.

- No me importa. – Respondió el mayor. – El cachorro se quedará y eso es todo. – Sonreí y observé a Tae.

- Está bien, pero ¿dónde dormirá?

- Se quedará conmigo papi. – El mayor me observó.

- ¿Estás seguro bebé?. – Asentí y me bajé de mi silla, para luego subir en la del otro cachorro y abrazarlo.

- Tae prometió que siempre se quedaría conmigo, y a mí me gusta estar con él...huele rico. – Los mayores nos observaron extrañados.

- ¿Cómo dices cariño?

- E-eso es cierto... - Murmuró el zorrito. – Kookie huele a fresas...y a mi m-me gustan las fresas – Vi a los mayores completamente sorprendidos.

- Nam...

- El destino es complicado...puso a un par de lobos y a un zorrito en la vida de un pequeño conejito.

- ¿Es un cuento papá?. – Lo observé confundido.

- Si...pero te lo contaré cuando crezcas.

- ¿He?...¿y eso porqué?...quiero escucharlo ahora. – Hice una mueca, inflando mis mejillas y oí una carcajada del mayor.

No se habló más del tema y comenzamos a desayunar. Al terminar, salimos al pueblo en busca de ropa para Tae. Muchas personas se le quedaban viendo. Algunas sonrientes, otros curiosos y unos cuantos con desagrado. Pero no importaba cual de todas ellas fuera, me mantuve siempre a su lado y nunca solté su manito.

El día había sido bastante agotador. Ya en la noche, ambos estábamos frente a frente en mi...nuestra cama. Sonreí al ver el destello en sus ojos azules.

- Taetae tiene lindos ojos.

- ¿Taetae?. – Asentí. – Me gusta... - Susurró y besó mi mejilla. – Todo en Kookie me gusta...

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El destino puso en el mismo camino a un pequeño zorro y un conejito bastante curioso que, sin importar todos los problemas...supieron permanecer juntos, como grandes amigos...

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- Kookie quiere a Taetae... - El zorrito solo pudo sonrojarse con aquellas palabras. - ¿Taetae quiere a Kookie?.

- Taetae quiere mucho a Kookie. – Dijo para luego dejar un dulce y tierno beso sobre los pequeños labios del menor logrando que este tomara un lindo color rosa en sus mejillas.

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Bueno...tal vez más que amigos....

Fin...?

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Hola a todos, llegamos al final (por ahora), de esta tierna historia. Gracias por haber leído hasta aquí. Realmente me gustó escribirla y me da penita terminarla (por ahora...por las dudas siempre recalco 😅😅😅).

La semana que viene tendrán nueva historia...(realmente estoy emocionada por esta 🥰🥰🥰). Ahora si, los dejo para que se preparen para dentro de unas horas.

PD: Hoy no duermo... 🤣🤣🤣

Los quiero mucho y, para los que se pasen a la otra historia, nos vemos la semana que viene😘😘. Y para los que solo pasaron por esta, gracias por leer y darle una oportunidad💜💜💜. Y para los que recién llegan, tengo otros fics en mi perfil, por si gustan darse una vueltita😅😅😘😘.