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9: "Déjaselo a Nayeon."

Im Nayeon era la mujer más dulce, orgullosa y posiblemente más organizada de lo que uno creía, en realidad, Nayeon era no sólo mi secretaria y mano de derecha. Sino mi mejor amiga. Al mudarme a Manhattan e ingresar a la Universidad por mi propios medios, conocí en aquellos pasillos a la coreana–para ese entonces pelinegra– Im Nayeon. Habíamos conectado desde el primer segundo, ambas teníamos sueños, y el haber nacido es Corea nos daba una ventaja para comunicarnos mejor en el campus. Nos graduamos juntas a pesar de que ella fuese un año mayor, pues había logrado quedar en su mismo grado.

Cuatro años después, ella me acompañó ciegamente a abrir mi propia disquera. Buscamos talentos para nuestra pequeña empresa en ascenso. Con esperanza de que haríamos lo mejor de lo mejor, cuando todo eran deudas, contratos y desconfianza a los inversores, Nayeon estuvo ahí para ayudarme. Cuando todo explotó y creció como espuma, Nayeon estuvo ahí para celebrarlo. Nayeon era mi mejor amiga, ella también era dueña de esa empresa aunque no lo creyera, y el ser mi secretaria, asistente y prácticamente mandar a todo el personal conmigo no era coincidencia.

Nayeon cuidaba de mi desde antes y después de graduarnos y abrir Park's Big Records en la famosa Fifth Avenue.

También seguía cuidándome a pesar de haberse enamorado profundamente de Jeongyeon, mi mejor amiga de la adolescencia.

Por supuesto hasta el día de hoy eso seguía.

Nada en nuestra relación era coincidencia, y es por eso que cuando Nayeon me regañó ese día, en medio de la calles de Manhattan a través del teléfono por un "error". Supe quién era mi mejor amiga para toda la vida además de Jeongyeon.

Y por eso el origen del típico "Déjaselo a Nayeon" cada vez que Jeongyeon y yo metíamos la pata.

No habría descontrol si tenías a Im Nayeon a tu lado.

Manhattan, New York.
Junio 2018.

En la mañana...

— ¡Park Bennet Jihyo!— Mi nombre completo–que sólo conocían Nayeon y Jeongyeon–, saliendo en un evidente enfado y alteración de parte de Nayeon. Podía sentir un escalofrío recorrerme por la espina dorsal cuando atendí esa llamada. ¡Maldita sea, Im va a matarme!— ¡¿Dónde carajos estabas?! ¡El celular lo tienes de adorno, me parece!

Cerré los ojos y trate de calmar mi respiración. Mientras caminaba a paso apresurado por las calles de Manhattan, era miércoles por la mañana, un día de semana, y la cautelosa en su trabajo Park Jihyo esta llegando tarde, ¿qué tan jodido está eso? ¡Mucho, demasiado, es mucho con demasiado diría yo! Nayeon quiere matarme más, y eso que ya la había convencido de perdonarme con lo de la mentira.

Esa maldita mentira estaba causando todo esto.

¡El que yo llegue tarde a trabajar altera el orden natural de las cosas, voy a romper la paradoja temporal!

— Nayeon–ssi... Te lo puedo explicar, ¿va? Sólo déjame tomar un taxi.— Dije con voz agitada mientras corría a la calle más cercana donde se parasen taxis.

— ¡¿Qué?! No-oh Jihyo, no vas a ir a la empresa, te va a recoger Jeongyeon. Mándame la ubicación, estoy jodidamemte molesta.— Mi culo. Está. Jodido.

— ¿Cuánto es "jodidamente molesta"?— Pregunté y Nayeon gruñó en la línea.

— ¡En lo que sigas así voy a cancelar tu suscripción de cafés ilimitados! — Advirtió Nayeon. — Agh, Jihyo, por favor manda la dirección. Y báñate, ¡los encargados de los estadios quieren hablar contigo y Dahyun! ¡¿Qué carajos les digo?!

¡Mierda, los estadios, Dahyun, todo!

— Al menos deja de gritarme para poder enviarle el mensaje...— Traté de calmar a Nayeon, pero la castaña no quería ceder ante mis suplicas. Podía sentir la patada que me mandaría volando a otro continente en mi trasero de parte de Nayeon. Mis glúteos empezaron a doler inexplicablemente por esa idea— ¿Nay?

Otro gruñido más. Eso sí es estar "jodidamente molesta".

— Púdrete, Park. — Replicó con hastío. Y la llamada para la salvación de mi pobre retaguardia en peligro de extinción acabó hasta ahí.

Ahora tocaba mandarle la ubicación a Jeongyeon. Esa era otra, ella no estaría molesta, se reiría en mi cara.

Me metí al chat de Jeongyeon, noté que me quedaba poca batería. En esos momentos no estaba para ello, estaba en plena calle, sin un jodido cargador. ¡Sólo quedaba rezar que no se quedara a medias el mensaje! Recé a todos los dioses que Jeongyeon estuviera en línea y no jugando Call Of Duty.

Adjunte la ubicación actual. A los segundos, para mí suerte, Jeongyeon estaba teniendo vida social, suponía que por una razón obvia, su novia quizá le había hecho dejar de lado su obsesión por los video juegos para centrarse en rescatar a la damisela en apuros–es decir, yo misma–, en medio de las calles de NYC.

"LMAO, qué perdedora eres UJB!!" Esa fue la famosa respuesta de Yoo Jeongyeon.

Empecé a teclear y respondí:

"Púdrete Jeongyeon, mueve tu trasero, tus sesiones de sexo corren peligro :')"

"te odio!!!!!" Respondió ella.

Empezó a mandar emojis e imágenes para burlarse de mi situación. Hasta que la pantalla de mi móvil se hizo completamente negra.

Yoo Jeongyeon es una idiota.

— ¡Maldita sea, lo que faltaba!— Dije entre dientes, mientras pasaba la palma de mi mano frustrada.

Ahora tocaba espera a Jeongyeon parada como un maldito semáforo por ella, quizá no estuviese pasando esto si... ¡Jeongyeon fuese tan imbécil!

Un par de minutos después. Divisé el característico color del Corolla de Jeongyeon. Mientras se detenía justo donde yo estaba de pie, la ventana del piloto se abrió revelando a Yoo con sus gafas para conducir, y un café en mano:— Te ves terrible— dijo con su tono burlón, y yo rodé mis ojos.

— Sólo vámonos— fue lo único que dije mientras subía al auto, sin mucho éxito Jeongyeon no pudo evitar soltar una risa escandalosa cuando vió mi aspecto de haberme revolcado y el moretón en mi rostro.— Ni se te ocurra...

Pero eso era imposible para Jeongyeon.

— ¡¿Joder, y ese ojo?!— No paraba de reír. Y yo de querer golpear su rostro. La miré asesina.

— ¡Ja! Muy graciosa, Jeongyeonnie. ¿Qué pensaría Nay de tí si le cuento que los ahorros para el auto nuevo los tiraste todos en un nuevo juego? — Amenace y la castaña fue bajando el tono de su risa.

— ¡Shhh, eso era secreto Jih!— Ahora la que reía era yo.

— ¿Me puedes explicar por qué pareces sacada del Cadáver de la Novia?— Preguntó mientras veía el camino.— Toma, acá está tu café. Expresso.

Ofreció con sus manos y yo tome el vaso caliente con una buena cantidad de café. Sentí el liquido bajar por mi garganta. ¡Ahora mi desayuno resulta ser un café negro, fantástico!

— No tengo ni la menor idea.— Respondí con cansancio— Anoche fue... Fue... ¡Bueno, te diré la verdad, no tengo ni idea de cómo fue!

— Estamos graves— al parecer Jeongyeon es vidente, o solo es muy obvio—. Yeonnie cree que fue mala idea llevarte allá, esta ardiendo.

— Lo sé— no era mentira, sabía se sobra que Nayeon colgaría mi cabeza en cuanto llegase a la empresa—, y por eso no le vayas a decir que amanecí en casa de una extraña.

— ¡¿Tú qué, Jihyo?!— Se alteró Jeongyeon y detuvo el auto de un frenazo en una de las calles, me miró confundida.— ¿Tú dormiste con...?

— Eso tampoco lo recuerdo— y tomé un sorbo del café, con aburrimiento.— Creo que me secuestraron los aliens y me borraron la memoria, parece hasta más creíble— mofé e hice una mueca de disgusto por la falta de azúcar en el café.

— ¿Te acostaste con la chica del bar?— Pregunta sin rodeos la castaña— ¿Qué? Podía ser obvio eso, por eso cuando tardaste más de dos horas pensamos en que te habías ido a casa con ella. Te dejamos mil mensajes, pero no contestabas, incluso dejé uno en la contestadora diciendo que Yeonnie y yo nos íbamos a un hotel para no molestar— Ahí estaba la explicación que más quería, ¿cómo por qué dejarías sola a tu amiga en un bar? Ella suspiró:— Cuando llegamos a tu casa y no te vimos, Nayeon empezó a alterarse tanto que ahora tiene la voz ronca de tanto gritar.

Quedé impactada con las confesiones de la castaña. ¿De verdad eso pasó mientras yo estaba probablemente inconsciente?

— ¿Tan calientes estaban que no preguntaron al menos a alguien si me habrán visto?—Jeongyeon me miró con vergüenza. Vaya, si que estaba arrepentida.— No tienen tanto derecho a enojarse conmigo. Jeongyeon, una llamada no era suficiente, ¡y si me secuestra!

— Te secuestró una belleza, al parecer— Bromeó pero yo no respondí con las mismas ganas—. Ya Jihyo, por favor perdóname, no fue muy seguro dejarte allí. Incluso si habían mujeres, quién sabe que hubiese pasado...

Justo lo que pensé.

— Te perdono. Pero no vuelvan a hacer, ¡Jeongyeon ustedes tienen sexo diario!— Ella negó divertida y yo reí un poco por primera vez en la mañana.

Nos quedamos en silencio unos segundos. Hasta que Jeongyeon rompió el silencio.

— Entonces... ¿qué tal la tal Anna?— Preguntó sin despegar su vista de las calles.

— Fue... interesante. —Dije con simpleza.

Interesante se quedaba corto a lo que realmente causó esa mujer en mí.

Realmente no tenía ganas de hablar de aquella mujer. No con Jeongyeon, ni Nayeon. Sabía que ellas tarde o temprano sacarían información sobre eso, sabía que también les diría una que otra cosa que me dejaría en evidencia.

No podía aceptarlo aún, realmente no era porque Anna no fuese una fantasía hecha verdad frente a mis ojos. Era todo por no saber ni recordar que sucedió realmente en la madrugada.

Jeongyeon pareció notarlo, ella me conocía mejor que nadie:

— Mierda, es cierto que ni siquiera sabes si se acostaron o no... —dijo en un murmullo para sí misma.

Y eso me hizo encogerme en el asiento de camino a mi casa.

Cuando llegue a casa mi felino favorito–el único en realidad– me había recibido en la entrada. Mientras quitaba la chaqueta y dejaba mis cosas tiradas por ahí acompañada de Jeongyeon por detrás, casi no pude anticipar los gritos de...

— ¡Jihyo!— Ahí estaba Nayeon de nuevo.

— Nayeon-ssi— dije preocupada.

— Yeonnie— dijo con todo enamorado Jeongyeon.

Sería una larga conversación.

— ¿Entonces, me estás queriendo decir que te perdiste toda la noche y no recuerdas nada?— Pregunta Nayeon a mi lado mientras abotono la camisa de vestir que normalmente usaba los miércoles.— ¡Eso no tiene ningún puto sentido, Jihyo!

— O créeme, nada tiene sentido en esta vida— La risa de Jeongyeon se escuchó, Nayeon y yo la miramos fijamente.

— ¿Qué? Me causa gracia que la tonta de Jihyo ni siquiera sepa dónde está parada.

— Mira nada más como te dejaron, Park.— Agarró mi cara sin previo aviso, mientras veía con detenimiento aquel hematoma oscuro alrededor de mi ojo.— ¡¿Estás segura de que no recuerdas quién fue?!

— Ya dije que no, Nayeon-ssi. Cálmate, mi Dios.

— ¿Yeonnie, algo en particular que quieras decirle a Jihyo?— La pregunta de Jeongyeon al fondo.

« ¡No me ayudes tanto, Jeongyeon! » Le lancé una mala mirada, cosa que ella respondió sacando la lengua mientras se protegía en la espalda de Nayeon.

— Que es una idiota por asustarme, dos veces en lo que va de esta semana, ¡Jihyo me tienes hecha un-...!

El teléfono de Nayeon sonó por quinta vez está mañana. Al parecer ya no podíamos retener a los dueños del estadio por más tiempo.

— ¿Hola? Sí...— Contestó Nayeon con voz ronca, esa que a Jeongyeon la ponía loca, y encima de la cama se veía como un cachorro cuando ve su juguete nuevo—. Sí, claro, iremos en camino. Hubo una emergencia— Escucho detenidamente lo que le decían por teléfono—, está bien. Muchas gracias Señor Harvey.

Nayeon me miró analizando mi vestimenta:— ¿Ya estas lista?

— ¿Ya se van?— hizo un puchero Jeongyeon, el cual fue besado por los labios de su novia, que aún no podía mantener la sonrisa en cara cada vez que me dirigía la palabra.

— Perdóname, amor. Sé que almorzaríamos juntas, pero el maldito Ethan Harvey es "demasiado bueno para seguir esperando".— Imitó la voz del hombre rubio de traje y corbata que era un egocéntrico de primera. Reí por dicha acción, mientras Jeongyeon tomo la mano de su novia y la colocó alrededor de su hombro, Nayeon ponía toda su atención en mí:— ¿Algo más que debas hacer? Tienes la agenda hasta el tope. He tenido que mandar a la mierda la colaboración con Coca-Cola— dijo con tono frustrado.

— ¿Y Michael Kors? ¿Aún sigue en pie?

— Él adora a Dahyun, Jih. No creo que deje de rogarle y mandarle flores.

Sonreí con suficiencia.

— ¿Ethan te saco de tus casillas hoy, no es así?— Me dirigí hacia a ella dudosa. Nayeon suspiró.

— Ethan es un patán, Jihyo. Pero esa no es mi preocupación. La verdadera preocupación aquí es ese golpe en tu rostro, necesitas más maquillaje— susurró y Jeongyeon acarició sus dedos para tranquilizarla. Pues Nayeon se veía extremadamente alterada cuando vió aquel golpe.

Me sentía mal, y bastante arrepentida por le hecho de haber desaparecido. Pero más porque Nayeon estaba constantemente detrás de mi y tratando de que yo hiciese la cosas como debían ser. Yo le estaba pagando de la peor forma, colocándole más trabajo sobre su espalda, más peso del necesario.

— Mañana pueden tomar día libre, estaré sola con Dahyun para afinar lo detalles de la gira— anuncié dulcemente y Jeongyeon la miró con ojos ilusionados.

— Seria un día perdido, Jih— aclaró Nayeon para no caer en la tentación de aceptar.— Además sabes que empezamos hoy las audiciones, un montón de personas van a venir, necesitas que este ahí.

— ¡Nayeon! Las audiciones son lo de menos, realmente serán rápidas— busqué convencerla, pero Nayeon cuando se trataba de trabajo, jamás cedía—. Es lo menos que puedo hacer por ti, siempre tienes todo bajo control, siempre es...

— "Déjaselo a Nayeon", sí Jihyo, me sé entero ese cuento. Te quiero, pero de verdad estás cosas no pueden pasar así como así. ¡Eres una figura pública en el mundo empresarial y espectáculo, ten más compasión y reza por tu trasero, porque la próxima no habrá piedad!— Advirtió Nayeon con tono amenazante.

Tomé la corbata del traje y empecé a colocarla, pero aparentemente Nayeon tenía otros planes y al verme luchar con el nudo para ajustarla, ella lo hizo rápidamente por mí:— No puedes ser más idiota, te llevamos a un bar y ahora resulta que rompes hogares— dijo mientras finalizaba el nudo de la corbata—, ¿debería mandarles una canasta de flores a las pobres?

« Qué mala idea, Im Nayeon »

Le había contado pocos detalles a Jeongyeon y Nayeon debido a la insistencia de la mayor, no podía simplemente dejarlo pasar como yo quería. Por eso es que antes de meterme a una corta ducha, Nayeon intentó exprimir mi cerebro para sacar toda la información que tenia, pero lamentablemente para ella y Jeongyeon fue una decepción cuando lo único que recordaba era: Anna, apartamento, rubia de 1.69 cm acechándome. Eso no decía mucho de lo que pudo haber pasado. Pero Nayeon dedujó que había hecho trizas una relación de dos lesbianas en Manhattan después de escuchar como desperté sin saber ni mi nombre en la cama de Anna.

Oh, y Jeongyeon se río de que la rubia bajita me intimidó a más no poder. ¡Gracias Anna!

— No creo que sea buena idea— arrugué la nariz—. Esa rubia es demasiado...

Jeongyeon rió sonoramente:— ¿Es qué, Jihyo? ¿Peligrosa? ¿Acaso te ladró o qué?

Eso fue lo que le faltó. Pensé para mis adentros.

— Cómo sea. Despídete de tu novia, hoy será un día largo— la dije a la castaña, quién automáticamente miró con típicos ojos de adolescente enamorada de siempre. Touché.— No vayan a empezar.

Jeongyeon y Nayeon se fundieron un abrazo, mientras estaban en su propio mundo mi teléfono recibía una llamada entrante:

«Kim Dahyun» Se leyó en la pantalla.

Sonreí y me aleje de las muestras de amor de Jeongyeon y Nayeon. No tenía ganas de ver como Jeongyeon la besaba como si fuese a la guerra o algo así.

— ¿Dahyunnie?— Hablé enseguida mientras Bbyou se sentaba en mi regazo buscando acomodo.

— ¡Jihyo-unnie!— Gritó alegremente la cantante pálida favorita de los neoyorquinos.

Kim Dahyun. Veintitrés años, la cantante más aclamada del país, y del resto del mundo, de talla internacional. Tenía diecinueve cuando la conocí. Una chica inteligente, decidida, arriesgada, noble por sobre todas las cosas, con un don para escribir y prodigio del piano. Hace cuatro años atrás cuando Nayeon y yo buscábamos talentos para lanzar al estrellato, nadie confiaba realmente en nosotras.

Luego de una cansada agotadora búsqueda por un talento joven y fresco. Dahyun apareció en nuestra pequeña oficina de las calles de Manhattan. SeulGi quién para ese momento era parte de nuestro pequeño personal, fue quién llevó a la chica pálida a nuestro despacho. Cuando Dahyun comenzó a bailar quedamos impresionados, y aún más cuando después de sus pasos divertidos de baile y carisma innegables, había pedido un pequeño piano para así tocar una pieza de Frank Sinatra en medio del pequeño cuarto de baile. Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que ella era la elegida, la voz de Dahyun era como la de un hermoso ángel, era suave, aterciopelada y sin duda iba bien con aquella canción. Su versatilidad era tanta que además de ser una artista nata y muy completa en cualquier aspecto, su simpatía era contagiosa. Nayeon no estaba tan convencida al inicio pero cuando Dahyun hizo un chiste que le sacó una gran carcajada, quedó enganchada con la chica.

Al día siguiente se había tomado la decisión, prepararla para cumplir sus sueños.

Dahyun era una chica coreana que había nacido en Nueva York, ya que sus padres viajaron a Estados Unidos antes de su nacimiento, decidiendo quedarse al final. Así fue como la fantástica y carismática, Kim Star, nació un 28 de Mayo de 1995 en el distrito de Brooklyn, con el don de encantar a las personas más tarde con su increíble poder en los dedos de las manos para tocar piezas dignas de ser escuchadas por todo el mundo.

Así fue como un 22 de Abril de 2016, Dahyun, un año después, había lanzado su primer sencillo: "Missing U". Canción que más tarde se convertiría en un hit, donde todos los canales de televisión hablaban de la nueva cara fresca y asiática creciente, más su voz, sus letras, y la melodía suave de aquella canción sonó por al menos tres semanas consecutivas en todas las radios más famosas de USA.

Orgullo era lo que sentía por esa chica, quien había llegado a aquel estudio alquilado a abrir no sólo las puertas de su nueva vida sino las de Park's Big Records.

Dahyun era el emblema de nuestra empresa. Prácticamente cada persona que pisaba ese lugar había sido fanático primero de Dahyun, y la misma chica se había encargado de darle consejos a algunos novatos.

A pesar de ser su jefa frente a la demás, éramos íntimas en el sentido amistoso. En más de una ocasión había hecho caridades para ella, o había salido junto con Nayeon a alguna cena de negocios.

Dahyun en los últimos tres años había lanzado tres álbumes de estudio. Varios videos musicales. También asistido a premiaicones y tuvo su primer concierto en Nueva York con una asistencia de 200 personas en su primera vez presentadose.

Ahora, después de tanto esfuerzo. La chica pálida estaba por sacar un nuevo vídeo musical, un nuevo disco y por supuesto iniciar su primer tour mundial fuera de los Estados Unidos, alrededor de países de Asia, Europa y parte de Sudamérica.

Mi corazón se calentó en orgullo en cuanto pensé en aquello. Hoy era el día de audiciones, Dahyun, Nayeon y yo, éramos conscientes.

— Jihyo-unnie, ¿cómo te sientes? ¿Cómo ha estado la semana?— Pregunta Dahyun con tono soñador.

— ¡Ah, Dahyunnie! Ha sido increíble estos últimos días— Quizá era una mentirilla eso, pero era lo de menos.— ¿Lista para las audiciones hoy?— Cambie el tema rápidamente.

— Justo para ello te llamaba. Aunque me gustaría que me dejes hacerte video llamada, estoy arreglandome en este momento— rió bajito.

— Enseguida, Kim— Acepté.

Colgué la llamada, e inmediatamente la foto de perfil en la aplicación de mensajería se hizo presente. Atendí aquella videollamada y el chasquido de dos lenguas detrás de mí sonaba a mi lado, rodé los ojos por las acciones imprudentes de mis mejores amigas. Al contestar la llamada, en mi pantalla apareció la imagen de la pelinegra con el cabello ligeramente recogido a los costados. Una blusa blanca de ensueño, y por supuesto su habitual maquillaje, se veía juvenil y radiante. La blanca dentadura de Kim Dahyun se veía más amplia que nunca. Al parecer alguien estaba feliz:— ¡Jihyo...!

— Kim— Saludé al ver a la más pálida— Linda blusa— añadí.

Los besos de Nayeon y Jeongyeon resonaron al fondo de la habitación:

— Lindo show el que te están ofreciendo allá atrás— rodé los ojos sabiendo a lo que se refería— ¡Nayeon-unnie, soy yo, Dahyun!— Llamó a la castaña y al parecer Nayeon volteó frenéticamente dejando bajo sus brazos a una Yoo frustrada, que abrió sus ojos en sorpresa con el labial de Nayeon corrido sobre sus labios la imagen de su ídola en la pantalla. Yoo salió disparada de la habitación, haciéndome reír a mí y a Kim—. Oh Nay, no pensé que ella todavía fuese tan penosa con respecto a ser mi fan— soltó una risilla.

Nayeon saludó a la menor:— ¡Lo sé! ¿Puedes creer que te ha visto más veces de lo que me ve a mí en semanas y aún teniendo la oportunidad, huye despavorida?— Bromeó Nayeon acerca de la vergüenza de su novia con la superestrella— ¿Cómo va todo Kim, has descansado bien estos días?

— Todo excelente chicas, he estado trabajando en algunas partituras de la nueva canción, eligiendo el concepto. Desde que el sobrino de Jihyo-unnie me dijo "gallinas con propulsores", he pensado que quizá lo que quiero para el vídeo es muy aburrido— Bromeó dulcemente con una suave carcajada. Nayeon soltó una rió también, el recordarle la ocurrencia e idea millonaria de Jungkook. ¡Oh Jungkook, no lo he llamado todavía!— Iré un poco tarde hoy...

— ¿Y eso?— Preguntó Nayeon tomando asiento.

Las blancas mejillas de Dahyun parecieron tomar un color carmesí por unos segundos. Vi los nervios en su mirada café. Nayeon y yo nos miramos disimuladamente ante eso.

— Saldré a almorzar con alguien— Respondió con simpleza.

Nayeon enarcó una ceja divertida:— ¿Algo que debamos saber?

Ella negó.

— En realidad... No. Sólo que esperen hasta las diez como mínimo. ¡No vayan a empezar sin mí!

— Claro, claro. Ahora tú eres la jefa— jugué con ella y las tres reímos—. Espero que todo salga bien hoy, he escuchado que las redes explotaron cuando diste la noticia.

— ¡Y Sam me informó esta mañana que has subido de seguidores, increíble como siempre!— Agregó Nayeon felizmente.

Dahyun negó con una sonrisa. A pesar de tener fama y millones de personas observándola todos los días, el ser el ídolo de muchas personas no era lo que le importaba, sino más bien su música y el mensaje de esta. Disfrutar sus canciones y presentarse era su verdadera prioridad. Ese punto siempre lo daba entender en entrevistas.

— Es una grata sorpresa eso, Unnies. Han sido años de esfuerzo, les agradezco mucho— sonrió adorablemente, como sólo Kim Star sabía hacerlo. Su simpatía me hizo sonreír igual o más amplio:— Creo que me gustaría que este video sea completamente distinto.

— ¿Qué estará maquinando esa cabeza tuya, ah?— Pregunté con una ceja alzada.

— Estos días le comenté a Momo que me gustaría una chica japonesa para el vídeo— Nayeon asintió mientras anotaba dichas instrucciones.

— Actrices asiáticas, entiendo— asentí pensativa—, supongo que le vendría bien a tus videos eso, siempre sueles salir tú. Me gusta ese cambio— adulé a mi querida artista, pues si, su cabeza siempre solía estar llena de buenas ideas.

— Si, espero que entre tantas personas haya una que puedan cumplir el papel, o al menos que tenga rasgos. Nueva York siempre nos sorprende— lo último dicho fue algo en lo que estaba de acuerdo. Pues anoche más o menos lo comprobé... ¡Mierda, ojalá recordar qué coño-...!

— Claro Dahyunnie, estoy segura de que más de una japonesa habrá, y si no la hay, tenemos a Hirai— solté un bufido cuando mencionó a la coregrafa de Dahyun.

Dahyun solo sonrió, pude ver como sus mejillas se sonrojaban ligeramente cuando mencionábamos a Momo, pero no le di mucha importancia: — Cómo sea, las veré a las diez— Nos despedimos y acordamos encontrarnos en la oficina general para hablar sobre algunos patrocinios, reunirnos luego con Harvey y por supuesto el inicio de las audiciones.

Fue un día largo de trabajo, y entre tantas cosas, una persona o más bien... Un nombre, no dejo de atormentar dulcemente mi patético cerebro.

Anna. Ese era el nombre que no podía soltar ni siquiera mientras escuchaba al estúpido Señor Harvey contar chistes sobre su quebrado matrimonio.

¿Quizá debí haberme quedado más tiempo esta mañana? Nunca lo sabría con exactitud.

Horas más tarde, el personal de la disquera y la empresa en general cruzaba las puertas de salida directo a sus hogares.

Mientras algunos ya estaban en su hogar, Nayeon y yo permanecíamos sentadas en la larga mesa de la gran oficina que ella poseía. La secretaria tenía una de las mejores oficinas entre todo el lugar, y eso era del conocimiento de todos, incluso Nayeon en algún punto al ser tan respetable en la empresa por su carácter de mano dura con los demás, quizá habíamos considerado ponerle una asistente a mi asistente, aunque suene tonto.

Cada una estaba sentada en un extremo de la mesa, los lentes de lectura de Nayeon descansaba en su nariz al igual que yo, ella tenía su cabello liso en una coleta y el flequillo levemente desordenado pues había pasado su mano varias veces por sus sienes debido a su frustración tratando de leer algunos contratos. Ambas estábamos en nuestro mundo trabajando, esperando por la llegada de Jeongyeon al lugar.

Hace nada habíamos finalizado las audiciones, y para ser honestos fue el primer día más pesado posible, Dahyun tuvo que tomar galones de agua pues sudaba de los nervios, a mi me dolía la lengua de tanto hablar al ser la jefa y por supuesto a Nayeon le temblaba el ojo porque creía que podrían salirle arrugas de tanto fruncir el ceño.

Para colmo luego de las audiciones estuvimos de un lado a otro en llamadas, conferencias y reuniones largamente tediosas. Todavía no estábamos ni cerca de acabar aquella larga de semana de trabajo, organizar las promociones de un álbum seguido de un tour sorpresa no sonaba como lo más bonito para nadie aquí. A veces tenía que pedirle a algunos empleados que trabajaran horas extras, daba la casualidad de que esta empresa daba buena entrada de ingresos como para pagar dichas horas, mantener las instalaciones óptimas y era suficientemente gigante para albergar a las filas y filas enormes de gente que llegaron hoy a audicionar por Dahyun.

Para mala suerte, hoy no hubo japonesas, y aunque hubieron talentos natos. Ninguna era por más que fuesen interesantes y lindas, lo que Dahyun buscaba para su video. Nayeon y yo estábamos de acuerdo con todo lo que ella quisiese, pero Im le dió una charla de por qué debía escoger pronto, además de darse la optunidad. Después de todo, nada nos aseguraba que estos tres días pudiese llegar la indicada.

Y ojalá fuese chiste, pero eso también aplicaba para mí.

No pude dejar de pensar en la tontería de tener novia para el sábado con mi familia. Jungkook al parecer tuvo un resfriado de tres días y Namjoon se dignó a llamarme cuando a este le subió la fiebre en la universidad, llamamos al doctor personal de la familia para que pudiera hacerle un chequeo y enviarle sus recipes para el debido tratamiento. Eso quería decir, Jungkook estaría al menos hasta el Sábado sin venir a trabajar o cursar sus estudios.

Eso podía ser tanto una ventaja como desventaja. Quizá si Jungkook no fuese de los que se recuperan rápido estaría más tranquila sabiendo que la bendita reunión podría posponerse, pero no era así.

De todas maneras eso ya no tenía que ser un esencial ahora mismo.

Y eso Nayeon lo sabía mejor que nadie, la castaña se percató durante todo el día de mis pequeños momentos de distracción, hice mi mayor esfuerzo por no hacerlo notar, pero ella y Jeongyeon me conocían demasiado bien. Incluso en una de las audiciones hubo una chica llamada "Anne" y me atraganté con el café para toser fuertemente, Nayeon no pasaba esos detalles por alto y quizá ahora que había soledad y tranquilidad en la oficina querría hablar de eso.

Entre el trabajo, la mentira, Jungkook enfermo y... lo ocurrido ayer. Estaba agotada mentalmente, estaba más que segura que al final del día estaría exhausta.

Nayeon notó mi cansancio, ciegamente conoce todo lo que pasa por mi mente justo ahora, es como una vidente cuando se trata de Jeongyeon y yo.

Cuando ella levantó sus gafas con sospecha en sus ojos, supe cual sería su próximo movimiento. ¡Demonios, lo que faltaba!

— ¿Todo bien con... Kook?— Preguntó suavemente, sin intenciones de adentrarse a algo más profundo que eso.

Suspiré, eso me tenía de un humor pésimo en las últimas horas de jornada laboral.

— El médico dijo que sólo fue un tonto resfriado, más no debió salir así, pudo haberse desmayado o algo peor. No entiendo como Nam me lo dijo tarde— Dije aquello con hastío. No culpaba a Namjoon de que Jungkook estuviese en peligro, solo era mi yo sobreprotector actuando por mi sobrino. De igual forma no me gustaba la imprudencia de su padre en ocasiones— Hablé con él hace nada, al menos le bajo la fiebre con el medicamento.

Nayeon pareció entender y siguió preguntando:— ¿Y eso es lo que te tiene así? Supongo que Nam estaba ocupado Jih, Jungkook ya es grande, a veces a su padre esta bien que se le olviden esas cosas— tranquiliza la castaña.

Y era cierto, Jungkook ya era un hombre hecho y derecho, no tenía porque estarme preocupando como si... como si fuese mi hijo. Pero eso era lo que siempre hacía, pues lo quería tanto como para verlo mal por una inofensiva gripe.

— Si Nay... Pero, ya sabes lo que pienso, Kook es mi sobrino y por más que no quiera cuidarlo de esa manera algo me dice que-...

— Que eso debería ser así— completó por mí con una sonrisa empática—, entiendo Jih, no te presiones. No es tu hijo, recuerdalo, igual está bien que ayudes a tu familia en algunas cosas, a veces pasas mucho tiempo acá— añadió, Nayeon sabía que no podía discutir mucho ese tema conmigo.

Con eso en mente, la castaña preguntó algo más, algo que si podía sacarme.

— ...¿Y ya me podrías decir porque estuviste tan perdida todo el día?— Sonrió  en manera de convencimiento. Cosas dignas de Im Nayeon.

Negué antes de que siguiera la charla incomoda. No me gustaba la dirección que tomaba, más que nada porque sabía de sobra que Nayeon no lo dejaría ir tan fácilmente.

Así como yo no dejo ir la noche de ayer, así no pudiese recordarla.

— No creo que sea buena idea hablar de eso Nay— sonreí con suficiencia— Mejor concentremonos en esto— añadí refiriéndome a los papeles en la gran mesa. ¡Pues sí, prefería ponerme a leer hasta que mis ojos se hagan huevos fritos que tener una conversación sobre algo que no recuerdo!— Nayeon...

Nayeon quiso objetar, por supuesto. Ni siquiera su novia le saca esa terquedad. Para empezar Jeongyeon amaba que ella lo fuera:— ¡Vamos Jih! Tienes todo el día diciendo que no es nada, pero tienes la cabeza en otro planeta, ¿por qué no podemos hablar sobre eso? No quiero presionarte pero guardarse las cosas nunca es buena opción para ti, ya sabemos lo que pasa cuand-...— Mi teléfono comenzó a sonar en la sala.

Ring, ring, ring. ¡Salvada por la campana!

Nayeon se quedó muda cuando el ridículo tono de llamada de mi teléfono personal– cuando Jungkook mejore le diré que quite esa cosa–, cuando enciendo la pantalla para leer quién podrá ser, quiero darme un golpe con una sartén como había hecho con Nayeon y su enamorada. Joder.

« Susan Park » ¡Entonces no me salvé una mierda!

Resoplé en frustración y Nayeon notó eso pero intentó ignorarlo. Pensando que quizá era el bobo de Harvey o alguna otra persona, pues ambas estábamos hartas de que nuestros móviles sonaran hasta en los jodidos cubículos del baño.

—¿Hola?— Dije con algo de temor.

— ¡Park Bennet Jihyo, hasta que por fin contestas esa chatarra! ¿Es qué acaso si me estoy muriendo no vas a contestar? Me imagino que así hiciste con Kook esta tarde.— De haber sabido esta mierda hubiese preferido hablar con Nayeon sobre cómo me mordieron el pezón. ¡Necesito paciencia para esto!— Que por cierto, ¿por qué no me avisaste sobre Jungkook? ¡Mi pobre nieto!

Porque quizá esa es responsabilidad de Namjoon. Pensé en lo obvio pero jamás se lo diría ni siquiera por teléfono.

— Hola a ti también madre, estoy bien. No te contesté porque sí, las personas trabajan de lunes a viernes, y para mala suerte tuya— y fortuna mía—, soy la CEO de una disquera. Estoy afinando unos detalles aquí con Nayeon y-...

— ¡Nayeon, oh qué genialidad! Mándale un saludo de mi parte— El grito que pegó cuando mencioné a Im fue tan alto que la misma castaña se dio cuenta sin siquiera tener que yo decírselo—. Seguro esta preciosa como siempre.

Que incómodo lo que se empeña en decirme.

Nayeon hizo una mueca cuando vió que tenía el ceño fruncido. Ahora parecía interesada en escuchar.

— ¿Llamaste al doctor White cuando Jungkook enfermó, cierto? No me gusta que vayamos con otros, ese hombre es un santo— Empezó mi madre. Por supuesto que lo hice, ¿y si no fuese así? Mi madre le daría un infarto de solo enterarse que su "amada Jihyo", ignora sus peticiones, cuando lo único que hago en esta vida en trata de seguirlas.— Jihyo, hija. Espero que hayas hecho eso y no esté Jungkook en la empresa porque te juro que–...

¿Cómo se cuelga esta cosa sin que se den cuenta?

— Mamá, cálmate por favor. Jungkook está en buenas manos, el Dr. White fue de inmediato cuando lo llamé, Namjoon estaba ocupado— di un largo suspiro para tratar de no ceder por las actitudes de mi madre.— Ya Samantha fue a cuidar de él.

Mi madre soltó un chillido cuando dije Samantha, la hija de la enfermera de la familia. Quien mi madre quería emparejar a fuerzas a Jeon en un futuro.

— ¡Me encanta Samantha! La última vez que la vi sus rizos eran hermoso. ¡Avísame si notas algo entre esos dos!— Si supieras...

— Claro— rodé los ojos, gracias al cielo ella no podía verme—. Bueno como te contaba, estaba ocupada con el tema de Dahyun y la gira, creo que pare dentro de seis meses ella-...

El Huracán Park entró en escena nuevamente:

— ¡Oh querida, no te llamé para hablar de esa tontería!— Soltó una risa que claramente me dejó desconcertada—. No tengo interés de hablar de trabajos o negocios, sino de ti— Irónico.— Venía a preguntar que comida le gusta a tu noviecita para ir comprando los ingredientes.

¡La novia, mierda, es verdad!

Abrí tanto mis ojos que Nayeon no pudo evitar mirarme con pánico. Preguntó en silencio que pasó y la silencie con mi dedo para centrarme en la conversación con Susan:

— A-Ah claro...— empecé a decir un tanto insegura, debido a que me agarró desprevenida—. Pues he estado tan ocupada estos días que no pude llamarla para preguntarle y-...

— ¡Jihyo!—Acusó mi madre.

— ¿Sí madre?

— ¿De nuevo ese trabajo tuyo? No me puedes estar hablando en serio, a la novia no se le puede descuidar así, ya lo hemos hablado— ¿Cuándo es prudente colgar una llamada con tu mamá obstinada?

— Entiendo— fue lo único que pude decir al llamado de atención de mi madre.

— Nada Jihyo, tienes que ser más consciente— soltó un gruñido, se le escuchaba muy molesta—. Que sea la última vez que me entero de eso, Jihyo. El punto, no necesitas llamarla para saber su comida favorita, hazme el favor y dímela ya mismo— dijo con voz firme. ¡No se rinde, qué mujer tan pesada!

— Ella le gustará cualquier cosa... Uhm... Créelo, le gusta de todo— dije esperando que me creyera.

— ¿Estás segura? A veces las mujeres mentimos acerca de eso, pregúntale y confirmas, por favor. No quiero ahuyentarla cocinando comida coreana cuando quizá le guste la italiana, ya es suficiente con que no la cuides bien. No es seguro que andes desechando oportunidades así como así, hija.

— Seguro mamá. La llamaré mañana y te diré que le gusta, ¿bien?— Quería terminar ya mismo la incomoda conversación. Nayeon veía todo con ojos bien abiertos, sabiendo quien estaba detrás de esa comenzón que me provocaba la corbata ahora mismo.— Hablaremos luego, Nayeon necesita mi ayuda.

— Espero que no me estés mintiendo Jihyo— Palidecí cuando ella dijo eso de la nada, mierda...— ¡No me mientas con que vas a llamarla cuando sé que no lo harás! Mejor dile a Nayeon que lo ponga en tu agenda, es a lo único que le haces caso.— Y colgó. Así, sin siquiera despedirse y enojada conmigo porque no se la comida favorita de una mujer que ni siquiera existe.

¿Por qué me complico tanto la vida?

— Joder, parece que cada año se pone más intensa— dijo Nayeon a mi lado cuando terminó esa incomoda conversación, que solamente se basó en Susan atacando a su hija por enésima vez—. Hasta yo le mentiría con tal de que se calme y tome un té.

— Ni siquiera tomándose un té con la Reina Isabel se va a calmar— Pase mis manos por mi rostro, soltando un largo gruñido—. Estoy jodida, cada día que pasa es peor.

— Aún no entiendo por qué no buscaste a ninguna chica en ese club— Yo tampoco lo hacía.— Prácticamente fuiste a recibir un golpe de una persona que ni siquiera viste, ¿dime algo más jodido que eso?

Que no recuerde si me acosté con Anna o no.

— No lo sé. Solo quiero terminar esta maldita mierda e irme, Nay— Dije con voz quebrada. No quería llorar pero tampoco podía ocultar más mi temor y disgusto.

— No le hagas caso Jih, ella siempre fue una mierda con las palabras— Se levantó y empezó a acariciar mi cabeza para abrazarme.

En ese preciso momento llegó Jeongyeon animada por la puerta:

— ¡¿Dónde están mis chicas favoritas?!— Exclamó con una sonrisa mientras traía dos bolsas en sus dos manos. Traía puesto un beanie negro, más ropa holgada, se notaba que estuvo todo el día en su apartamento arreglandolo para que Nayeon se quedara en él— Mierda, ¿se murió el pez de Jungkook o algo así?— Intentó bromear, mientras se acercaba en pequeños pasos a nuestro abrazo de consolación. Abrazo que no duró mucho tiempo pues había llegado la dueña de esos brazos.

— ¡Jeongie!— Saludó felizmente a su novia. Mientras quitaba aquel beanie negro y tomaba ambas de sus mejillas para besarla, las bolsas que tenia Jeongyeon pasaron a mi regazo cuando ellas quisieron profundizar su beso de película. Nuevamente soy la vela de su cita romántica— Te amo— rozó su nariz con Jeongyeon cuando el aire les hizo falta

Jeongyeon tenía una cara de estúpida enamorada. Ella habló:— Oigan, les traje donas.

Nayeon y yo sonreímos por el bonito gesto de nuestra persona favorita.

— ¿Donas para mi secretaria? ¿De nuevo? No es muy convincente— bromeé con la pelicorto.

Nayeon besó su mejilla con dulzura y tomó una de las bolsas de la mesa:— Pues yo creo que lo es—. La miró con ojos de amor.

« ¿Eso es lo que mi madre quiere que tenga? » Pensé al verlas tan felices y metidas en su mundo.

— Cómo sea, a comer donas— guiñé un ojo y me olvide por un rato de todo lo que me aturdía estos días.

— ¿Entonces Harvey hizo chistes sobre su esposa toda la reunión?— Dijo Jeongyeon con asco, ella odiaba al Sr. Harvey, de hecho, estaba segura de que más de una vez ese hombre cuarentón y baboso quiso acercarse más de la cuenta a Nayeon. Pero Jeongyeon sabía que su chica era bastante buena para defenderse de los tipos desagradables como él—. Aún no entiendo cómo es que Jihyo no le parte cara todavía— rió.

— Por supuesto que lo pensé, pero créeme, ese estadio es necesario si Dahyun quiere iniciar su gira a partir de Nueva York. Después de esto no volveremos a hacer tratos con ese tipo, me da asco— Hice una mueca de disgusto al pensar en ese sudoroso hombre y su horrible corto de libro.

— Te acompaño— completó Nayeon a mi lado.— Ya no quiero hablar de eso. Ha sido un día de lo más cansado...— Dijo Nayeon recostada en el sofá mientras Jeongyeon disfrutaba su dona glaseada de jalea y sus dedos jugaban con los cabellos de su novia. Nayeon se dirigió a Jeongyeon:— ¿Crees que cuando lleguemos puedas darme un masaje?

Jeongyeon sonrió con picardía. Ay no...

— Claro que sí Yeonnie, ahora que estaremos en mi casa puede ser más interesante.

Tosí varias veces antes de que empezaran a hablarse sucio en el sofá de mi oficina:— ¿Ustedes no se cansan? ¡Tuvieron sexo en cada rincón de mi casa!

— En tu sala no— se apresuró Jeongyeon.

— Y en tu cuarto muchísimo menos— añadió Nayeon con una risita.

— Idiotas— puse mi ojos en blanco—: ¿De verdad es necesario hablar de sexo ahora mismo? ¡Estamos comiendo donas!— Di un mordisco a la mía, era de chocolate—. Por cierto están buenísimas Jeong.

— De nada, tonta. Además sí, es muy necesario porque justamente eso es de lo que queremos hablar contigo...— ¡Ay no, Nayeon calla a tu novia!

Lamentablemente Nayeon apoya a su pareja en todas sus tonterías:— Si Jih, te escapaste porque ese demonio que llamas madre te interrumpió— Reí por la comparación— Pero creo que ya es hora que nos digas, ¿qué recuerdas de anoche? Di la verdad, anda.

Nada. Mi cerebro andaba vacío.

No sabía absolutamente nada de ayer, un par de cosas. Por ejemplo el conocer a Anna, el estar con Anna, hablarle, detallarla y por supuesto...

— Definitivamente te chuparon algo— Dijo Jeongyeon en cuánto estuve en medio de mis pensamientos rebuscando acerca de Anna. Le di una mala mirada y Nayeon carcajeó fuerte por la oración salida de la bocota de su novia.— Anda Jih, no seas tímida. Admite que eres una sumisa, quizá por eso vas con el cuento de que "ni mi icirdi"— Hizo esa voz irritante.

¡Maldigo las idioteces de Yoo Jeongyeon!... Aunque sean cómicas.

— ¡Les juro que no pasó nada, palabra de tarada!— Nayeon golpeó mi cabeza— ¡Auch!

— No te puedo creer si todo el día estuviste inquieta Jihyo. Sé sincera, te vas a sentir mejor.

— Todavía no me creo que la hayas dejado ir...— soltó Jeongyeon.

Yo tampoco me lo creía.

— N-No la deje ir. Sólo fueron las circunstancias— objeté.

— Jihyo, fue una mujer de la que no conocías nada. Creo que fue a la única que le hablaste, gastaste billete en tragos de vodka hasta que esa mujer te llamo y fuiste como si nada, ¿y así la dejas ir?— Jeongyeon era bastante buena para sacarme canas verdes.— Para mí si pasó algo— dijo muy segura de sí.

— Cómo sea, en todo caso. Ya Jihyo tuvo oportunidades esa noche para buscarse la maldita novia falsa y... ¡Bueno ganaste un ojo morado, te felicito!— Nayeon pasa mucho tiempo con Jeongyeon.

— Basta chicas, creo que ya no tengo ganas de encontrar a alguien— suspiré.— Tendré que afrontar la realidad.

Nayeon me miró seria, con ojos analíticos. Me intimidaba un poco su reacción, pues ella siempre era de las que decían "Te lo dije", más aún cuando siempre tuvo la razón en esta ocasión y yo sólo me dedique a llevarle la contraria. Nayeon nunca estuvo de acuerdo con esto, si no fuese por Jeongyeon, desde el primer día mi familia no tendría que tragarse una mentira de mierda.

— Me parece justo— fue lo único que dijo Nayeon. ¿Pero por qué no sonaba convencida del todo?

— Nay, ¿algo qué decir?— Pregunté al ver a Nayeon tan reflexiva y en su propio mundo al haber dicho lo poco que mi memoria resguardaba sobre Anna.— Nayeon-ssi...

Jeongyeon pareció notar lo extraña que estaba su novia también, prácticamente existía un gigantesco iceberg que entre las tres ahora mismo debido a qué Nayeon empezaba a maquinar las tuercas de su cerebro sin nosotras saberlo.

La pelicorto carraspeó:— ¿Y cómo fueron las... audiciones, chicas?— Soltó de la nada para reavivar la conversación.

Nayeon hizo un chasquido con los dedos y se paró rápidamente del sillón.

— ¡Eso es, lo tengo!— Dijo caminando por toda la oficina, el sonido de sus tacones resonó. Jeongyeon y yo nos miramos con confusión.

A veces esos extraños arranques de Nayeon y sus fantásticas ideas llegadas de la nada, eran raros. Pero de una buena manera, y ésta vez no era la excepción:

— ¿Qué pensaste, Yeonnie?— Jeongyeon tratando de adivinar qué carajos pasaba por la cabeza de la mayor.

Nayeon sólo sonrió con arrogancia. Su dentadura reluciente y perfecta se mostró cuando amplió su sonrisa...¿Y ahora qué?

— Verás Jeongie hermosa de mi corazón— Oh vaya—. Jihyo es una idiota, sí, pero no tanto— Se acercó a mí y tomó mis hombros antes de decir en un grito:— ¡Ya tengo la solución a tu problema, Jihyo-yah!

¿Solución? ¡¿Nayeon?!

— ¿Eh?— arrugué mis cejas cuando la castaña dijo eso.

— Nada de «¿eh?». Jihyo, acabo de tener la mejor idea del mundo. Es más, soy sorprendente para este tipo de cosas. ¡Deberías hasta besarme el trasero por ser tan ingeniosa!— Alegó ella.

— Oye nada de besar el trasero de Yeonnie —Jeongyeon se cruzó de brazos.

Nayeon rió suavemente:— Bueno..., mi cerebro— Jeongyeon sonrió satisfecha.

« ¡No entiendo un carajo, Nayeon suelta la sopa! »

— A ver, a ver... ¡Me perdí! ¿Por qué debería besar tu traser-...?— Jeongyeon me lanzó una mirada en llamas—... Cerebro, eso mismo.

— Debes besarlo porque mi idea te va a sacar de ese pozo en el qué te mentiste mi querida Park— Guiño un ojo.— Pero antes.

Nayeon se sentó delicadamente en el regazo de Jeongyeon para darle un beso inesperado, largo y fogoso que no duró mucho. Jeongyeon quedó pasmada cuando Nayeon se levantó y empezó a explicarme su plan visionario como si nada, dejando a Yoo más idiota por ella de lo común:

— Mira, tienes este problema con que necesitas una chicas y blah, blah... ¡Bueno pues te tengo la solución!— Hizo una breve pausa—. Cuando Jeongie dijo lo de las audiciones pensé: Ya que lo del bar salió fatal y es más que obvio que no volverás a pisar ese lugar... ¿Por qué no usas las audiciones de Kim Star para encontrar una actriz y llevarla a la cita con tu madre?— Terminó de explicar dejándome con la boca bien abierta.

Mi mandíbula casi toca el suelo cuando trato de adivinar a qué quiere llegar Nayeon. ¡Sí, era más que obvio de qué hablaba ella! ¿Pero usar las audiciones de Dahyun como algo para mi beneficio? No suena muy moralista de mi parte. Aunque bueno, ¿«moral» y «yo»? Eso en la misma frase estos días no pegaban ni con cola.

Nayeon me miraba con expectativa. Jeongyeon solo comía su dona viendo el momento de diva de su novia y bueno yo... ¡Yo no entendía cómo algo así podría llegar a solucionarme la vida!

— Déjame ver si entendí Yeonnie. ¿Quieres que Jihyo haga audiciones por su cuenta para una novia antes del sábado?— Intervino Yoo. — No suena mal, ¿pero cómo sería en realidad...?

— Si Nayeon-ssi, ilúminanos— dije esperando su maravilloso plan.

— Fácil, amor. Lo que Jihyo tiene qué hacer en realidad es que al terminar las audiciones, hables con alguna de las actrices y pagarles una suma de dinero. Y antes de que digas que es algo que podría comprometernos, para nada lo es, no si acuerdas que sólo es por trabajo, son actrices básicamente viven de la actuación y meterse en papeles, ¿crees que no se meterían en el papel de "novia perfecta para Susan Park", sí se los pides y ofreces algo a cambio?— Preguntó despacio Nayeon. Y lo cierto es que tenía lógica, Nayeon daba en el clavo en ese aspecto cuando se trataba de buscar alternativas a situaciones desesperadas de la empresa o... mi vida caótica en general—. No hay nada más sencillo que eso, Jih, es más. Yo me podría encargar de que todos los detalles estén como Dios manda antes de, pero hay una cosa, te quedan sólo cuatro días, eso en caso de que Jungkook no mejore antes del Sábado, te quedan solo tres en realidad...— Añadió y sentí que podría caerme de la silla en cualquier momento... ¡¿Sólo tres días?!

A veces seguir los planes de Nayeon ciegamente era el mejor remedio...

— Nayeon, esas donas tienen algo— mofé, pero al ver la convicción y confianza de Nayeon en su propia jugada me parece que no estamos bromeando ni un poco.— Sigo sin entender cómo haremos esto... ¡Estás demente Im!

— Es mi demente, Park— volvió a interrumpir Jeongyeon desde su asiento, admirando la mente maestra de su novia.

Iba a discernir, pues no creía que ese estúpido plan resultara, quizá debí insistir más en que necesitaba la verdad pero... Como todo en esta historia, Nayeon se ganó mi aceptación, yo seguí siendo la misma idiota y Jeongyeon alabó a su novia después de...

— ¿Entonces, Park Jihyo? Tienes exactamente 76 horas para poder esperar tu muerte súbita o... Usar mi plan para salvar tu trasero. ¿Qué dices?— Nayeon y Jeongyeon me miraban con ojos bien abiertos, ellas sabían de sobra que necesitaba soluciones y para colmo que les diría que sí.

— Sigo diciendo que eres una maniática... Pero tú ganas, eres buena para convencer a la gente y-...

Y ese día se lo deje todo a Im Nayeon, pues por más absurdo que sonaran sus ideas, si te lograban sacar una risa y también... del inevitable desastre.

Faltan dos capítulos y arrancamos con lo importante: El reencuentro.

Amo este fanfic con mi alma, disculpen si actualizo tarde, me gusta extenderme en los capítulos para que así tengan bastante contenido. Me gustaría que comenten en esta parte cómo creen que se van a reencontrar las chicas, aunque es bastante... ¿obvio?

En fin, gracias por leer <3

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