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8: "Night to remember."

[Recomendación musical: "Into You" – Ariana Grande]

Narrador Omnisciente.

Las calles de Nueva York brillaban con intensidad aquella noche de Junio, fría. A pesar de estar en pleno verano, el clima y el sereno de la noche nunca hacía falta cada vez que cualquier citadino salía a caminar, pasear en auto o simplemente abría la ventana de su departamento para recibir después de un día caluroso, el viento nocturno.

Era así, una noche cualquiera en NYC, los autos iban y venían en embotellamientos esporádicos; los residentes de aquella ciudad caminaban con abrigos y pedían su café preferido en su local de confianza.

Era una noche común en la ciudad que nunca duerme.

Pero para dos mujeres que buscaban una solución al caos de sus mentes. Era más que eso.

El edificio Moonlight Sunrise era recurrido por miles de chicas diariamente, la cantidad de mujeres que sentían confianza al cruzar aquella seda de la entrada era imprescindible. Era el hogar del amor lesbico y las buenas canciones. ¿Quizá podría hasta ser catalogado como mágico?

Algunas habían vivido sus primeras experiencias, o simplemente ido a despejar sus mentes.

Jihyo y Sana no lo sabían. Pero ellas en ese momento eran completas desconocidas, que pasarían a ser piezas esenciales en la vida de la otra.

Dos mujeres, con realidades distintas, con personalidades marcadas.

Inevitablemente eran víctimas, sin saberlo, de Moonlight Sunrise, el bar lesbico de la avenida Chelsea que era famoso por no sólo albergar miles de experiencias y sonrisas eufóricas.

Sino también grandes historias de amor.

Jihyo's POV.

Estás hablando con ella—. Sonrisas y más sonrisas, ojos completamente llenos de algo que el alcohol en mis venas no me dejaba descifrar.

Oh. Mierda.

« ¿Ese sueño de mujer es Anna? ¿Anna es su nombre? ¿La mujer que sonríe con labios preciosos en estos momentos es quién me ha estado buscando? » Parpadeé varias veces antes de darme una buena bofetada para dejar de ser una estúpida. Esto no podía ser cierto, ¿o sí?

Quede atónita cuando una de las manos de Anna pasó por su cabello delicadamente.

De repente el aire se me hace necesario, y no consigo retenerlo en mis pulmones.

« Relájate Jihyo. ¡Es sólo una mujer más, no es ningun ángel caído o algo así! » O quizá no debía mentirme así misma. Últimamente las mentiras no me salían del todo bien...

Ella suelta una carcajada leve, su sonrisa ahora es una preciosa y dulce melodía que se hace llamar risa, pero yo reconocía como una canción que escucharía toda mi vida. Tierna. Es lo que pensé cuando sus ojos se hicieron media lunas.

Era casi imposible que una mujer pudiese estar llenar de dualidad en ese nivel. Pero al parecer Anna me concedía apreciar aquello.

Ella río, y me sacó de mi pequeño trance. ¿Cómo no iba a estar perdida? ...Si esta mujer fantasiosa me esta buscando a mí ¡A mí que ni siquiera soy capaz de formular una palabra coherente en situaciones de este estilo!

La miré a sus ojos avellana, y ella pestañeó algunas veces antes de decir:— Creí que las chicas sexys como tú serían— hizo una pausa para fingir estar pensando algo—, no sé... Más alzadas, pero me gusta que te quedes admirandome, ¿te gusta lo que ves, bombón?

Bombón.

Ambiguo. Pero de su parte parecía la cosa más perfecta que mis oídos habrían escuchado en la vida.

— ¿E-Eres Anna?— logré decir en un balbuceo, al que ella sonrío y alzó una ceja. ¡Por fin le digo algo, y resulta que es una pregunta estúpida!

Jihyo, no sirves con mujeres bonitas mirándote, ¿no?

— ¿Por qué tan sorprendida Jisoo? ¿...Acaso esperabas a alguien más?—La sonrisa de Anna se convierte en un puchero.

¡Mierda, no! Si esta era Anna, debería simplemente cerrar mi bocota y admirarla como una obra de arte en el Louvre. El puchero tan malditamente adorable me hace sonrojar ligeramente. ¡Qué vergüenza, joder!

Su sonrisa llena de seducción cobra vida nuevamente, y veo que el trago rosa brillante que servía hace unos momentos, llega a mis dedos lentamente mientras ella lo empuja:— Toma, deberías relajarte un poco, bombón— ¡Me guiñó! ¡Encima le salió perfecto!— Creo que estás un poco agitada Jisoo, y aún no llegamos a la mejor parte de la noche.

Sonreí inconscientemente.

Un momento... ¿La mejor parte de la noche? ¿A qué se refería?

— ...¿Mejor parte?—Pregunté inmediatamente. Ella solo me miró con incredulidad, pero esa sonrisa pícara jamas abandonaba su rostro.

Es como si estuviese hecha para causar que uno de los vasos de mi nariz se rompiese en cualquier segundo.

Unos segundos de silencio se hicieron presentes entre nosotras.

Pero yo estaba decidida a continuar la conversación, ¡después de todo quién realmente la busca soy yo!

— Una disculpa, Miss Anna— dije con mi usual cortesía al conocer a alguien nuevo—. Supongo que el alcohol golpeó a mi cerebro, y tampoco puedo creer que tú seas una mujer tan... Uhm... ¿bonita?— ¡Joder Jihyo, pareces una quinceañera!

— ¿Sólo bonita?—enarcó una ceja. Su dulzura podría matarme en cualquier momento—. Tú también me pareces preciosa, Jisoo.

— ¿Entonces...?—Traté de romper el hielo.

Pero Anna fue más rápida, en realidad. Yo era la verdadera tortuga y perezosa a la hora de querer avivar la conversación.

— ¿Británica, cierto?—Preguntó sentándose en uno de los taburetes de su lado. Al tomar su lugar, no podía creer que hasta para ello fuese malditamente delicada y sexy—. Lo siento si lo menciono mucho, es que... Me encanta el acento británico— halagó.

¿Británica yo? Si era cierto que parte de mí nacionalidad era Británica. Mi madre lo era, y había estado en Londres la mitad de mi vida. Pero nadie jamás había señalado el acento británico que a veces me preocupaba por ocultar.

Pero eso no es de la importancia de Anna, así que solo respondí con sencillez:—  Gracias — Sentí un cosquilleo extraño al decirlo. Jamás había agradecido a nadie por tal cumplido. Todo esto era tan raro pero... De alguna manera no me desagradaba.— Coreana, de hecho—añadí.

« ¡Mierda más seca no me pude oír! » Seguramente andará pensando que soy una retraída o soy malisima en el ámbito social y sobre todo... coquetear, ¡y eso es falso!

Solo que con ella, se me hacía mil veces más complicado.

Su típica risa no se hizo esperar.

— ¿Eres así de reservada siempre?— dudó.

¿Lo era? Ni yo misma lo sabía.

— Deberías soltarlte un poco, Jisoo. Tómalo como una tontería, pero yo creo que una noche como esta—bajo su tono casi a un susurro, acercó un poco su rostro al mío en la mesa la cuál ocupabamos. Mi piel se erizo en cuanto sentí un poco de su aliento al decir aquellas palabras en mi mejilla:— Una noche como ésta debería ser para divertirse... ¿no piensas igual?

Y en una simple pregunta, mi respiración corría riesgo de volverse errática.

Ella era demasiado provocativa. No era por su vestimenta, ni mucho menos por sus adjetivos al llamarme. Tampoco por sus preciosos ojos seductores color chocolate.

Era su sonrisa, la risa que lograba resonar en mis jodidos tímpanos, el timbre de voz que utilizaba cada vez que acariciaba el maldito nombre que Jeongyeon me había colocado esa noche. Era esa sensación de que algo estaba por pasar, pero en ese preciso instante, esa noche no podía reconocerlo entre tantas cosas.

No sabía que esa noche, sería una noche para recordar.

¡Deja de pensar con las malditas hormonas Park Jihyo! Me dije a mí misma, tratando grueso cuando la castaña de cabellos ondulados me miró con expectativa.

Tan pronto como mis pensamientos tontos atacaron, ella se apartó.

— Erm, y-yo, yo...— Intenté por todos los medios decir algo. Mierda tengo toda esta pinta de chica mala, y una mujer seductora puede más que yo.

Y ella seguía dispuesta a continuar con ello.

— ¿Qué te trae por Nueva York, mi querida Jisoo?— Ella levanta su vaso, mientras jugaba con él en sus manos. Esperando mi respuesta.

« Debería sólo... ¡Hablar, si eso mismo, hablar y nada más! Si definitivamente eso es lo único a lo que me dedicaría. Seguridad Jihyo, ¡súperalo Park! »

— Quizá lo mismo que a ti, Miss Anna— musité en tono ronco. No sabía de dónde había sacado ese tono fuerte, mi voz salió ronca, y Anna pareció disfrutar de aquello. Genial, ahora parezco una total rompecorazones aunque lo mío ni de lejos es coquetear.— Te sorprendería saber de las cosas que soy capaz en esta Gran Ciudad.— ¡Más idiota esa frase!

« Que no se ría, que no se ría »

Y si lo hizo. Pero no de la manera en que yo pensaba.

En la expresión relajada de Anna se encendió una chispa de curiosidad. Bien, si no puedes, uneteles. ¿No es cierto? Bebí un sorbo de la delirante bebida rosa. Que por cierto, sabía fenomenal, estaba segura de que no era buena idea mezclar la con la cantidad de tragos de vodka que había consumido, pero era tan adictivo... Casi tanto como jugar con fuego ahora mismo con Anna... ¡¿Qué carajos le ponían a estas cosas?!

¿Qué carajos tenía esa castaña que podía erizar cada vello de mi piel?

— Estaría muy interesada en saber más, Jisoo. De hecho, podría escucharte toda la noche si eso es lo que quieres—  La manera en la que dice lo último, bendito seas doble sentido. El líquido empezaba a pasar dolorosamente por mi garganta seca. Solté un aliento pesado en cuanto ella ha dicho eso. Sus ojos se iluminaron con ese brillo oscuro, inocente y a la vez peligroso. Ella era sin duda peligrosa.

"Podría escucharte toda la noche si eso es lo que quieres." ¿Seguíamos hablando de las razones de estar en Manhattan, o no?

¡Al diablo todo! ¡¿Qué me está pasando?!

— Eso estaría perfecto, Miss Anna— Dije en respuesta.

— Te escucho, bonita— Guiño su ojo nuevamente. Sentí como no era capaz de dejar atrás la bebida que nos había servido. A este punto notaba la ausencia de alcohol para saciarme un poco e ir de una maldita vez al grano con ella.

Dude unos segundos en preguntar, pero finalmente lo hice:— ¿No tiene alcohol?

Ella me mira pensativa.

— No, ni una gota. Es libre de alcohol— Tarareó con su bonito tono de voz—. ¿Y esa pregunta, bombón?

Trate de hacer caso omiso al apodo. Fue tan inútil. Estaba segura de que mis mejillas en estos momentos eran tomates vivos.

« Bombón » ¿Por qué sentía mi garganta seca?

— ¿Quieres algo más fuerte?— Me sacó de mis pensamientos.

— Tequila. Algo de eso, ¿estaría bien?

Ella sonrío, pero parecía ofendida.

— Oh vamos, Jisoo. Yo creía que eras más de cosas suaves...— ¿Eh?— ¿Tequila? ¿Y la chica que se tomó nueve vasos de vodka, dónde queda?—Preguntó inocentemente.

Aunque ella no tuviese nada de inocente.

— Me gustan las cosas suaves, pero...— ¿Cómo le digo que estoy tan nerviosa que en cualquier momento podría explorar, y necesito sobrellevarlo con algo más fuerte que un maldito trago rosa neón? ¡Mierda, estoy hecha un lío!— Creo que tequila estaría bien.

— ¿Te da confianza? Se me hace que la necesitas— Dijo.

— No entiendo a qué se refiere Miss Anna.

— Me refiero a qué quizá pides tequila o vodka para dejar los nervios de una vez por todas conmigo, Jisoo—

¡Me acaban de exponer tan increíblemente mal que siento que no tengo escondite para mi evidente vergüenza!

Mis ojos se abren en sorpresa.

— ¿Dije algo malo?

— Agradecería que no digas nada parecido otra vez, ¿te parece?— Dije seria.

Ella no se inmutó ante mí severidad. Y mucho menos a mi cambio repentino. Después de todo, no sabía quién era yo realmente. Ni yo quién era ella.

— Uh, la chica bonita se molestó— Bromea conmigo, yo junto mis cejas—. No te pensé así, Jisoo.

A ella la situación le parecía cómica. Maravilloso.

— Sólo dame ese tequila... Para poder irme— Ya no entendía que seguía haciendo ahí. Anna sonaba como una mujer misteriosa, pero ese misterio me hacía soltar gruñidos por no entender sus juegos. Ahora solo quería beber algo fuerte y quizá montar alguna excusa, lo suficientemente convincente para irme.

Pero cuando ella asiente ante mi petición, da la vuelta al estante de licores que la rodean. Veo su figura esculpida darme la espalda. Su presencia es más que sólo linda, era algo que no sabía describir. Esa falda negra acentúa su trasero, y cuando me ofrece el trago luego de estar perdida en su melena y el resto de ella. Me regala una sonrisa risueña.

— Un shot de tequila, para mí querida Jisoo— Saborea cada segundo de haber dicho eso. Se encima en la barra, y bajó su mirada atenta me siento observada. ¿Qué estará esperando de mí ahora? ¡Anna necesito que seas clara, mierda!

— ¿Aún quieres irte?— Y su pregunta me hizo tomar velozmente de aquel vaso, sin pensar en las consecuencias, también sentía como quemaba mi garganta.

Ardía como el mismisimo infierno. Y así estaba mi cuerpo, igual o peor.

No, no me quería ir. Pues dentro de mí, sentía que aquella bebida, el vodka, y Anna eran la mejor compañía de la noche.

Después de eso habían pasado unos minutos más desde nuestra previa conversación. No había querido encaminar más en el tema pasado. Tampoco me había terminado de marchar, no tenía ni idea de lo que pasaba en el ala Moonlight ahora mismo.

Estaba ahí, observando como la castaña bebía de su vaso con una mirada de placer y se veía como si realmente disfrutaba de esa velada. Permanecíamos en silencio.

No hubieron más preguntas en al menos veinte largos minutos, en los que cada una se dedicó a la suyo.

Pudimos estar así por horas, pero Anna no se rindió tan fácilmente conmigo.

— Sabes, a pesar de que te veas como el estereotipo de una mujer rebelde. Estoy segura de que no lo eres, Jisoo— empezó.

No sabía que decir al respecto.

En su lugar una carcajada resonó en la cabina.

— Soy de todo menos rebelde, Anna.

— Te lo podría creer, Jisoo. Luces ruda, pero siento que-...— ¿Qué? ¿Por qué se detuvo justo ahí?

— ¿Qué?— Enarqué una ceja divertida. Esto parecía fuera de serie, pero no me iba a cambiar la vida o algo parecido.

— Tu cabello se vería mejor así— Ella se atrevió a colocar sus dedos en mi cabello, tratando de hacer algo que no lograba entender. Me quedé estática en el asiento, de repente el tacto de sus dedos por primera vez en la noche, se me hacía particularmente agradable.— ¡Listo, ahora luces más hermosa, Jisoo!

Más que agradable. Anna pasó de ser mi provocadora, la dueña de mi tentación, a una adorable muchacha que arreglaba mechones de cabello rebelde.

— G-Gracias— dije en medio de mi pánico. No sabía bien cómo reaccionar.

— No me agradezcas, bombón— Ella solo se da la vuelta nuevamente, no sin antes sonreírme, y antes de dejarme de nuevo sin palabras. Ella conecta sus ojos con los míos, y siento que puedo atragantarme en cualquier segundo.— Estoy segura que te ves así de linda todos los días.

Y así como sus palabras, se retiró de inmediato.

Se me había olvidado todo. ¿Dónde estaba? ¿Quién soy? ¡¿Dónde carajos dejé mi pudor?! ¡¿En casa?!

Torcí mis labios, en una mueca:— Supongo que esperaba que... Viniendo de ti tuviera algo de alcohol, ¿no?

— ¿Por qué lo tendría, Jisoo? ¡Eres una desconocida para mí! Esta mal embriagar a desconocidos, bombón— Ella niega divertida—, y más a esos que quieres conocer a profundidad esta noche.

Llevábamos hablando alrededor de una hora, finalmente había optado por no seguir bebiendo licores fuertes. Jeongyeon y Nayeon serían las encargadas de llevarme a rastras, estaba segura que eso no sería su cosa favorita por hacer esta noche.

Así que seguí pidiendo el mismo líquido rosa, ese que la castaña bonita de la barra me había ofrecido junto a su coqueteo en bandeja de plata, pero que–era demasiado tonta y ciega–, para darme cuenta.

En su lugar terminamos hablando de licores.

Oh y ahora que lo pienso el comentario de Anna me ha dejado desconcertada...Wow, más señales mixtas. ¡Fantástico! Alguien que le diga que Park Jihyo o "Jisoo", es jodidamente lenta al igual que un caracol para captar indirectas.

— Entiendo...— Dije en medio de un sonrojo, al no saber qué decir, la verdadera Jihyo salía por sí sola. No estaba coqueteando, sólo hablaba con la linda desconocida de un bar:— ¿Y cómo se llama en realidad?

— Taste of love, ya sabes... El sabor del amor, la pasión, esas cosas tontas.— ¡Por fin coincidimos en algo!— Las dueñas le han colocado así pensando en estar tan borracho al punto de sentirte enamorado, atraído, ¿sabes?— Explicó brevemente para luego hacer una pausa, fijo sus ojos en los míos, hasta bajar a mis manos que sostenían el vidrio entre mis dedos—; creería que es una tontería si no estuviese a punto de comprobarlo, Jisoo.

¿Eh?

— ¿Cómo lo comprobarías?

Ella río, tan alto y supe que había hecho una pregunta tonta.

— ¿Acaso no es obvio, linda?— Sus ojos demostraban inexplicablemente sus razones de haber dicho aquello. Pero yo estaba tan mareada con toda la situación, que quizá no lograba dar con la respuesta.

Entender lo que Anna quería no parecía nada complicado. Pero siendo Park Jihyo, ¡era necesario un esfuerzo sobrehumano!

— ¿Por qué ríes tanto Anna?— Pregunté directamente. Ya no había ningún "Señorita" ni "Miss", ella era Anna. Peligrosa, fuerte, seductora e imponente en su totalidad. Si había algo que comprobar, era que me estaba volviendo más débil con cada escala de esta conversación.

— Quizá porque aún no logras entender nada de lo que te digo... Jisoo. ¿Por qué aún no preguntas por qué te quería aquí?— Santa mierda, tiene toda la maldita razón.— Has estado tan perdida en ese trago y en mis ojos, que te has olvidado de a qué viniste— añadió como confirmación.

La confusión y yo nos habíamos hecho íntimas amigas, porque eso era lo único que sentía. Señales mixtas, miradas deslumbrantes que escondían miles de palabras, una posible petición se acercaba y yo no sabía cómo ponerla en la mesa...

Hasta que al trago que ella había mencionado se encargó de hacer todo ese trabajo por mí:

— Quiero averiguarlo, Anna.— Decidida. Totalmente dejándome fluir por aquello. ¡Esa mujer era divertida, sexy y yo sólo quería pasar un buen rato antes del desastre!

— ¿Qué exactamente, bombón?— Sus curiosos ojos no abandonaban los míos

— Todo. Enséñame todo.

¿Quién diría que después de esa sencilla frase, todo se saldría de control?

— ¿Japonesa entonces?

— ¿Parezco algo más?— Rodó sus ojos.

— Un ángel diría yo— Añadí entre dientes. Con una risilla que Anna acompañó. Ella estaba a mi lado, en uno de los sofás del ala Sunrise. Con sus piernas cruzadas, en sus dedos descansaba una botella de vino. ¿Cómo habíamos parado ahí? Fácil, no había explicación. Los segundos esa noche corrían como un río vivo y yo me estaba dejando llevar por la corriente, por el alcohol y aparentemente una sexy japonesa con ojos avellana que me ven con toda su atención.

Y casi me había olvidado de mis razones para llegar a esta situación, hasta de la dueña del auto que me llevaría más tarde, sólo disfrutaba de la compañía de la castaña más linda que mi memoria tendría el placer de guardar y detallar en cada oportunidad nueva. Ella era llamativa en todos los sentidos. Y aparentemente no sólo en su físico para morirse, sino también... En personalidad.

Ella suelta una risa encantadora. Estoy segura que ambas estamos borrachas, ninguna está pensando realmente lo que hacemos. Sólo disfrutamos una noche de Junio. Por alguna razón la brisa nocturna de esa velada fue reemplazada por un calor abrasador.

— ¡Eres una tonta!— Gritó un tono juguetón, empujando levemente mi hombro.— En verdad lo eres.

— ¿Y si lo soy por qué me has mandado a traer aquí?— Pregunté, con el mismo tono juguetón. Hace rato la vergüenza y mi rigidez me habían abandonado. Ahora era solo Jihyo, o bueno, Jisoo. Ambas eran la misma, las dos seguían estando infinitamente agradecidas por la belleza de noche que estaban teniendo...

¿Y su compañía? Ni hablar.

— Pfff, ¿no crees que tienes un poco de Jisoo en tu ego?— Bromeó entre risas y la acompañé al instante.

Hubo un silencio en medio de todo eso. Habíamos pasado prácticamente ya dos horas juntas. No había forma de que yo me sintiese incomoda. ¡Y pensar que en algún punto pensé en irme! Pero no fue así, estaba con la castaña, bebiendo un vino de antaño que me dejaba un dulzor en los labios, haciendo que los relamiera constantemente.

Habíamos hablado prácticamente muchas cosas, cosas banales y sin importancia. Cosas que dos borrachos de New York hablarían. ¿En cuántos accidentes de auto has estado? ¿Cuántas ratas has contado de camino al trabajo? ¿Cuál ha sido el taxista más parlachín que te ha tocado escuchar?

Todas esas preguntas tontas, sin importancia. Habían hecho la noche un disfrute máximo. También hablamos sobre nosotras mismas, sin tantos detalles, siempre con algo de coqueteo al final de la oración. Era mágico.

No hubo necesidad de revelar nuestras identidades, tampoco de sacar relucir algo tan importante como parejas o lo profesional.

Sólo éramos dos chicas sentadas en la esquina de un club.

Mientras miles de cuerpos bailaban y colisionaban en la pista de baile. Nosotras yacíamos en el sofá de su zona de trabajo riendo como un par de tontas.

Y podía decir con seguridad, que esa noche, su risa y la mía se encajaban perfectamente. Casi como si se estuvieran destinadas a sonar juntas.

— ¿Cuáles fueron tus razones para venir a Nueva York?— Dije de repente. Ambas mirábamos a la nada.

Ella soltó una risa, sus ojos se hicieron perfectas media lunas.

— Es una pregunta capciosa. Verás Jisoo, no es un "¿por qué?" es más bien un... ¿por qué no?— Dijo con voz suave—; no hay razones, no tendría que haberlas. ¿No te parece? Es una ciudad que ilumina corazones, ilumina rostros, que calienta el alma.— En sus ojos podría ver ahora mismo estrellas.

No sabía si era la luz del reflector, la única encendida. O si eran las palabras de la joven. Lo único que sabía era que sus ojos brillaban más que las estrellas allá afuera.

Las palabras de Anna me dejaron atontada, jamás me imaginé que la coqueta mujer de la barra pudiese ser tan buena con las palabras. Le daba créditos por lo que había dicho, había prácticamente descrito la sensación que yo tuve al pisar NYC.

Fueron palabras muy hermosas, quizá harían eco en mi mente durante años.

— Eso es... Suena tan hermoso Anna, yo-...

Ella seguía perdida en su mundo. Sin observarme.

— Son solo palabras, Jisoo— rió por lo bajo.

— Aún así sonaste casi como una poeta.

— No me considero poeta— dijo y sus largas pestañas revolotearon antes de ladear su cabeza en mi dirección.

— Deberías serlo.

¿Los ojos podrían sonreír? Porque podía jurar que los suyos lo habían hecho.

— Hay otras cosas...

— ¿Cómo cuáles, Miss Anna?— Insistí.

Aunque no conociera su verdadero nombre, aunque no supiese cosas más allá de las superficiales. Esta noche estaba dejando de lado las cartas de presentación. ¿Acaso eran tan necesarias? A veces subestimaba lo importante que era solo tener una torpe conversación con un desconocido, en el metro, en el super mercado, incluso en aquella fila del café. Algo cotidiano, quizá no sobre vidas ni grandes sueños, pero si de algo que nos representara.

En mi caso, a Anna y a mí nos representaba la curiosidad. Ambas, y sobre todo ella, estábamos seguras de que debíamos seguir alargando la noche. Sentía que bajo toda esa fachada, Anna y yo estamos siendo realmente honestas.

Y estábamos borrachas. Como de costumbre, siempre logramos culpar al alcohol.

— De pequeña me solía gustar la actuación. Pero eso es algo tonto y sin importancia, ¿sabes? De pequeños siempre solemos pensar que tenemos el mundo a nuestros pies.

— ¿Y no es así?

— No cuando creces, Jisoo.

Y no se cómo, ni por qué. Pero por unos segundos los ojos alegres de Anna se desplomaron y asumieron un semblante oscuro, parecía que su sonrisa la había matado la pregunta que ya me estaba arrepintiendo de hacer. El tono de esta conversación gritaba agonía y pena. No quise seguir, aún cuando Anna después de ese despiste pareció recobrar su usual vibra radiante.

— Si te refieres a pagar facturas... Te lo creo, Anna. Los impuestos son una mierda— me apresuré a decir, tratando de cambiar el tema de conversación. Ella soltó una risa adorable.

— Eres tan idiota, ¿sabes?

— ¿Y eso no te gusta?— Pregunté con las cejas alzadas.

La mujer de ojos avellana, me miró fijamente. Analizo cada parte de mí, desde mis ojos, mi rostro hasta el último mechón de mi cabello. Me sentí expuesta, pero ya no temerosa.

Sentí como su admiración aceleraba mi pulso fácilmente.

— ¿No lo he respondido bien?— Una sonrisa se dibujó en su expresión. Ambas disfrutábamos de esto.

Me acerqué un poco más ella, mis ojos se encontraron con los suyos.

— No exactamente— Esbocé una sonrisa—. Dijiste que me enseñarías todo Anna, ¿cuándo va a ser? Soy impaciente— y la comisura de mis labios se amplio, ofreciéndole honestidad.

Con ella si podía ser honesta.

De repente una canción sonó de fondo.

Los ojos de Anna se iluminaron al escuchar aquella canción. Era casi como si hubiese esperado toda la noche escuchar resonando en el club esa melodía.

"Into You" de Ariana Grande había comenzado a llenar el lugar.

— Amo esta canción— ignoró completamente mi pregunta. En su lugar empezó a tararear el tema que sonaba. Parecía encantarle.

Y a mí me encantaba como sus labios susurraban la letra de la canción.

Ella se levantó de su lugar, me miró con diversión plagada en rostro:— ¿Sabes bailar, linda Jisoo?

¡Para nada! Jamás había bailado en un club a no ser que fuese con Jeongyeon y Nayeon!

Y debía aclarar que esas dos eran de las que vivían en su propia burbuja cuando de bailar se trataba.

Me dio vergüenza decirlo, ¿pero qué más daba?:— Lamento mucho decepcionarte Anna yo-...

Pero ella me detuvo, sin dejarme terminar. Ya no semi acostada en el sillón de cuero, sino de pie. Gracias a la mano de Anna tomando la mía. En su rostro no existía rastro de decepción por mi confesión.

— Créeme, muchísimo mejor, Jisoo. Me encantan los desafíos— Su carisma cada vez que decía algo era notorio.

— Tengo dos pies izquierdos— Añadí.

Y otra vez no pareció ser importante.

— ¿Algo más que deba saber, tienes asma?

¿Asma?

Ella río ante la confusión de mis ojos y mi mueca de extrañeza. Su mano nunca abandonó la mía, de hecho no pensaba en hacerlo.

Se acercó peligrosamente al lóbulo de mi oreja, sentí el calor de sus labios, el susurro deliciosamente golpeando en mi audición:— Porque estoy planeando que pierdas el aliento, bombón...

Tragué grueso. Sus ojos ya no tenían solamente su habitual brillo coqueto, sino de deseo. Ahí entendí todo lo que Anna se estaba refiriendo. Santísima mierd-...— Acepto— solté sin pensarlo dos veces.

Y lo demás fue memorable, pero eso yo no lo recordaba del todo.

— ¿Estás segura de esto?— Pregunté a medida que veía como su caminar se volvía peligroso y delicado. Como sus ojos brillaban mientras la voz de Ariana llenaba todo el espacio.

Reflectores amarillos, luces rojas, tenues y brillantes, todo tan solitario, la canción avanzaba hasta llegar ese tono peligroso.

Anna me miró divertida mientras se recostaba en la barra:— Yo siempre estoy segura, Jisoo.

Enarqué una ceja. Me estaba tentando.

— ¿Es en serio?— Dije mientras veía sus largas piernas estar cruzadas.

Ella camino hacía a mí, cada paso hacia que yo perdiese un poco más de aliento.

"Oh, baby, look what you started" Fue la línea que gritaba que este era el momento.

— ¿Escuchas eso?— Ella acortó la distancia entre nosotras, me miró fijamente—. ¿Puedes hacerme un favor?— Asentí lentamente, sintiendo su cercanía haciendo cada respiración más pesada que la anterior, coloco una de sus manos alrededor de mi nuca. Tomó la otra y la poso en la curva de sus caderas. Las cuales se acentuaban perfecto en aquella falda negra.— No te contengas, Jisoo. Esta noche la vas a disfrutar como nunca. Te voy a demostrar que tan segura soy.

"The temperature's rising in here"

Sus caderas comenzaron a moverse lentamente. Mis manos comenzaron a arder, así como cada centímetro de mi piel cuando su voz empezó a sonar junto con la canción:— ¿Sabes por qué esperaba esta canción?

"Is this gonna happen?"

No pude decir nada, estaba perpleja con el movimiento de sus finas caderas, sintiendo como poco a poco la canción nos enredaba en un manto de tentación y peligro.

Estaba extasiada.

Sentía una caricia, y entre mi intento por desfallecer ahí mismo, con mis manos fuertemente tomando su cintura. Traté de responder:— Me encantaría saberlo.

Pero ella no respondió con palabras, sino con su cuerpo entero. El espacio personal no parecía ser de su preferencia cuando se trataba de mí. Cuando la canción comenzó a ser más fuerte, ella se restregaba en mi cuerpo y sin yo poder responder sentía cada movimiento más intenso que el anterior. Quise sentir más de ella, la mínima distancia ya no era una opción. Quería sentir sus labios.

"Been waiting and waiting for you to make a move"

Y antes de arriesgarme, sus manos en mi cuello me abandonaron cuando volvió la lentitud de la canción.

"Before I make a move"

Sonrío dulcemente, ella sabía de lo que era capaz:— ¿A dónde tan desesperada linda Jisoo?

Abrí mis ojos varias veces. Las cosas que causaba en mí me hacía querer lanzarme a horizontes desconocidos. No era yo misma estaba noche, o quizá si lo era. Pero Anna me estaba aventurando a sacar esa faceta mía.

"So, baby, come light me up"

— Yo pensé que...

— Aún hay tiempo... ¿No? Vamos a sólo bailar, tonta.— Ella besó mi mejilla. Sentí que aquel roce de labios fue el más caliente de toda mi existencia.

Y no estaba lista para lo peor.

— ¿A dónde vas?

"And maybe I'll let you on it"

Ella se alejó poco a poco de mí, volvió a su lugar en la barra. Y lo siguiente que hizo hizo que todo dentro de mí se volviese un desastre. Sentía como mi vista se nublaba cuando la vi mover su cuerpo con ímpetu.

Anna me estaba regalando la experiencia más digna de admirar.

"A little bit dangerous"

Sus piernas, sus brazos, sus ojos mientras acariciaba con su delicioso timbre de voz cada maldita letra de la canción. Ella era digna de robarse la atención de cualquier pobre mirada, la mía estaba perdida en su cuerpo, que se movía sin pudor sobre la barra.

Ahí, su figura me llamaba a concentrarme únicamente en ella. La luz de la barra la hacía ver como un demonio que me arrastraba hasta lo más oscuro lugar de mi mente. Era como una fantasía, más cuando aquella frase provoco descontrol en ambas:

"A little less conversation and a little more touch my body"

Con cada segundo, cada vez estaba más segura de que quería que ella fuese quien arracara mi ropa, quien besara mis labios sin vergüenza, que aún sin conocerme realmente profanara cada parte de mí piel expuesta. Quería quemarme en sus besos, en esos ojos avellana que me miraba solo a mí y me ofrecían la vista de sus piernas expuestas, a esa intrépida castaña que ahora misma en la barra levantaba un poco más aquella tela oscura para dejarme ver más de sí misma, me estaba volviendo loca.

Disfrutando de la baba que posiblemente caía por mi boca, mi garganta se secó cuando se recostó sensualmente en la barra, sin despegar su mirada de la mía.

Quisiera haberla hecho mía sobre esa misma barra, con una única luz y una única mirada bajo su cuerpo desnudo.

"Cause I'm so into you, into you, into you"

Anna me arrastraba a mis más oscuros anhelos... me arrastraba a ser otra Jihyo esta noche.

Para ella no sería Jihyo, yo seria Jisoo. Ella no gritaría mi nombre en dado caso, pero eso... ¿Realmente importaba?

Cuando la canción iba por la mitad, me decidí a acercarme a ella. En la barra su risa se escuchó cuando no la deje escapar y mis manos fueron a sus caderas con firmeza:— ¿A qué te está encantando?

— No tienes una idea.

Ella rozó su nariz contra la mía. Pensé que iba a besarme, pero fue muchísimo más que eso.

Sentí la calidez de sus labios rosaceos en mi cuello, ladee un poco la cabeza, solté un suspiro cuando ella comenzó a besar con dedicación. Despacio, sin apuros. Teníamos toda la noche.

O eso es lo único que podía pensar.

Mis jadeos eran bajos, casi con ganas de contenerme, al no querer ceder completamente por ese sueño de mujer.

Pero ella tenía otros planes, de repente de detuvo con una suave mordida que me hizo retorcerme y soltar un suspiro hondo.

— No tienes que contenerte, Jisoo— acunó con una de sus manos en mis mejillas calientes. Un aliento infernal salió de mis labios entreabiertos cuando ella dijo eso.— Me encanta como pierdes los estribos por mí. Casi tanto como que me tengas en esta maldita madera sin poder escapar.

— Eres hermosa, Miss Anna...— Susurré con voz ronca.

— No tanto como la luna esta noche. ¿No te parece que esta hermosa ella también?— Dijo con voz ronca. Su pregunta solo hacía impacientaba mis manos y mi boca.

— Definitivamente.

Sus labios volvieron a hacer ese trabajo maravilloso en mi cuello. La intensidad de sus mordidas iba cada vez aumentando, así como mis jadeos, así como mi agarre.

Así como mis ganas de ser suya esta noche.

Fue tanta la intensidad de aquello que tanto se empeñaba en alargar con deseo y pasión. Que el primer gemido de la noche salió ahogado en mi garganta, con ojos entrecerrados.

— La luna también suena muy linda— Dijo en mi cuello.—

— Miss Anna, la Luna no h-hace sonidos...

— La luna tiene el maldito acento británico más sexy que he escuchado.— Se apresuró a decir— ¿No lo sabes linda, Jisoo?— Jugó con uno se mis cabellos, mientras sentía que me faltaba el aire. La canción había dejado de ser protagonista desde que la suave carne de sus labios se conecto con mi piel morena en el hueco de mi cuello.— Tú eres la Luna esta noche— Y me besó, con dulzura, sentí como tiraba de mi labio inferior. Y sus manos estrujaban mis cabellos. Ya no existía distancia, y si hubiese la mataría nuestro candente deseo. Ella se separó cuando el aire se hizo necesario— La Luna eres tú, y yo amo venerar a la Luna, nunca puedo dejar de admirarla. Quiero que sepas lo que es estar conmigo, aunque no me conozcas, sé que soy perfecta para adorarte esta noche— dijo con determinación en su voz.

Y no me pude negar a su petición porque esta vez fui yo quien la besaba:— ¿Qué hay del baile?— Pregunté divertida. Era obvio que hace tiempo el baile había dejado de ser importante. La canción ya estaba por terminar.

— En nuestros besos podemos bailar, bombón— Guiño un ojo, y su sonrisa fue sugestiva.— Sólo déjate llevar.

No hubo tiempo de charlas, las manos podían hablar por si solas. Con su lengua jugando con la mía en una lucha por quién dominaba a quién, había una comunicación increíble.

La química, la tensión, el lugar estaba cargado en una mezcla extraña de emociones fuertes. Sentí como mi centro empezó a punzar en dolor cuando mi chaqueta cayó al suelo, pues ya tenía rato colgando de mi hombro, ella besó la piel expuesta con nuevas mordidas que quizá dejarían marca, pero nunca una más permanente que el sabor a vino de nuestros labios. Ella admiro cada músculo y vello de mi antebrazo, cerré mis ojos cuando sus labios volvieron a atacarme con fervor.

Ella coloco cada una de sus piernas alrededor de mi torso, y ahí fue cuando la levanté, con pasos torpes al sillón donde estábamos hace unos segundos.

Mi cabello estaba desordenado al igual que el de ella, su mano en mi cuello mientras el aire en ese beso no existía, pues ninguna quería detenerse.

Si íbamos a morir sin aliento, que fuera con un beso fatal y caliente.

Ya en el sillón, quien estuvo arriba de quién no fui yo exactamente. Sino Anna, sentada en mi regazo, jugando con mi cabello. Moviéndose lentamente con sus piernas apriosionandome, mis manos picaban en nervios y la necesidad de recorrer su cuerpo tan expertamente como ella lo hacía justo ahora.

Sentí la excitación en todo mi cuerpo cuando ella tocó mi abdomen y solté un gruñido de frustración.

— ¿Frustrada?— Preguntó acariciando mi abdomen totuosamente, sentí como mis músculos se contrajeron por ello.— Creí haberte dicho que hay que ser pacientes.

Se veía hermosa jugando conmigo.

— Termina de una maldita vez Miss Anna— Ordené, pero a mis órdenes ella jamás haria caso. Sus labios atacaron mi cuello y ahí se quedó por un buen tiempo, mis gemidos ya no eran vergonzosos ni atropellados, eran altos y roncos. Ella era suave pero salvaje, me sentía cegada por el deseo— A-Anna...

Un gemido alto se escuchó cuando ella mordió mi abdomen.

Su mirada oscura me miró luego de eso, con fijación, con lujuria.

— ¿Tú estás segura?— Preguntó dulcemente.

Asentí y ella me regaló una sonrisa:— Espero que ya te esté quedando claro para que te llame, bombón.

Era tan transparente como el agua.

El camino de besos en mi abdomen solo se intensificó más, y cuando menos me lo esperé, mi falda fue lentamente bajando por mis muslos. La humedad entre mis piernas, sentí como ella besaba mis caderas. Me sentía tan extasiada, necesitaba de ella, pero no me lo daría tan fácilmente.

— Por favor...

— ¿Ruegas? ¿La linda y reservada Jisoo ruega porque la follen?— Preguntó sin dejar de observarme, con inocencia. Como si no estuviese tan malditamente caliente ahora mismo, mi temperatura subió cuando había dicho de forma tan vulgar lo que deseaba que hiciese con mi cuerpo— No tan rápido, bombón. Todavía quiero ver más de ti.

Ella quito mi top de la misma forma que mi falda, ahora estaba semi-desnuda, sobre el sofá. Con una mujer más que dispuesta a entregarme lo que sea que pasara por su retorcida mente. El deseo ya no era fugaz cuando sabía que temblaba bajo sus atentos orbes miel, y menos cuando sentía la humedad crecer mientras ella colaba su mano sigilosamente en el broche de mi prenda superior.

Y ahí, en un tenue oscuridad, mis senos fueron liberados, al igual que mis pezones. Ella mordió sus labios y sus ojos admiraron cada detalle de aquella carne lista y necesitada.

— ¿Tienes frío?— Bromeó conmigo.

— N-No juegues así— Suspiré.— A-Anna...—Intenté no gemir cuando el recorrido de besos en mi cuello continuo para no volver a interrumpirse.

— Yo hago lo que quiera, Jisoo— Dijo antes de atacar de la misma forma uno de mi pechos, con menos intensidad que mis labios. Pero con tanta necesidad como la que yo estaba sintiendo.

Instaló sus labios alrededor de mi pezón, y sentí como mis gemidos subían el tono por cada mordida y su lengua llenandome de saliva.

Podía llorar del placer ahí mismo, incluso correrme. Sentí su mano jugando con mis muslos expuestos, y eso solo me hizo gemir fuerte y alto.

— Sabes tan bien, Jisoo...— Subió para besar mis labios— Suenas como un sueño.

Y otro gemido más fue robado de mis labios.

Los besos de Sana eran largos, ella realmente se dejaba llevar por la atmósfera cargada de atracción, el carisma con el que decía lo bien que me veía hacia que fuese capaz de dejarme llevar yo también. Sentí como mi cuerpo tembló cuando sus besos fueron nuevamente bajando desde mis pechos a mi abdomen, pasando por mis caderas. Sentí el calor intenso entre mis piernas y mi rostro.

Ella me miró una última vez, antes de darme un guiño, sentía que en cualquier momento podía fallecer en sus muslos, y ahí. En un sillón de cuero negro. Con la luz de la luna como única testigo, cada centímetro de mí, cada parte pequeña fue tocada con expectativa y deseo.

Moonlight Sunrise era un lugar interesante.

Y esa sí que fue una noche para recordar...¿O no?

Cuando abrí mis ojos sentí los rayos de sol colandose por la ventana, me removí entre las sábanas, buscando con mis manos a Bbyou. El felino normalmente dormía conmigo, aunque tuviese su propia cama, ¡prácticamente tenía su propia habitación para sí mismo!

Cuando abrí los ojos esperando encontrarme con un pelaje gris, terminé por notar la evidente ausencia de Bbyou.

Y de mis sábanas.

¡Y algunas de mis prendas!... ¡¿Qué jodidos pasó?!

Me levanté de golpe y note que mis perfectas sábanas color lavanda fueron reemplazadas ahora eran blancas, también no estaba mi almohada favorito. ¡Y para colmo estaba tapada con una frazada de tigre azul que rugía molesto, qué mierda!

— ¿Qué carajo-...?— Musité mientras fruncía el ceño, revolví mis mechones de cabello desordenados. Para darme cuenta que tenía al lado del final de la cama, un pequeño tocador.

Estaba con el top mal puesto, con mechones sin dirección, y con unas ojeras de la mierda. ¡Pero no me veía para nada infeliz!

Ahí fue cuando empecé a entrar en pánico... ¿Por qué estaba en una cama que no conocía?... ¡¿Dónde esta mi maldito gato?! Y mucho peor... ¿Qué hago durmiendo con una manta de tigre?

Esta no es mi casa, ni mi habitación y ¡muchísimo menos esta es mi cama!

Esta era la cama de un extraño.

Era mierda tras mierda.

— Nayeon va a matarme...— Dije con un gruñido, salí de la cama y suspiré aliviada cuando me di cuenta de que mi falda parecía bien colocada.— ¡¿Dónde carajos estoy?!

Mire a todos lados en busca de una pista de saber dónde estaba. Me di cuenta que esto no era un hotel, muchísimo menos un motel. Vi una cortina y mi primer reflejo fue abrirlas para encontrarme con la ciudad de Manhattan que usualmente veía cada mañana.

¡Al menos no había despertado en Las Vegas o Cuba!

— Mierda, mierda, ¡mierda Park Jihyo!

¿Me habrán secuestrado? Mi cabeza da vueltas, mis ojos apenas logran abrirse por la migraña y para colmo... ¡Genial, tengo hambre como si no hubiese comido nada anoche!

Anoche... ¡¿En qué clase de líos me he metido anoche?!— ¿Y mi teléfono...?

Busque en la cama del dueño de aquel lugar, bajo las almohadas, en el suelo, bajo la alfombra, ¡hasta en el baño!

¡Nada, ni una mierda!

Busque mis botas y las coloque lo más rápido posible, tenía que salir de aquí porque aparte de no saber dónde estaba, ¡iba tarde a la empresa!

De repente unos gritos llamaron mi atención.

Se escuchaba como... ¿una discusión?

Abrí la puerta de habitación en la que estaba, y habían dos chicas discutiendo. Quedé boquiabierta en cuanto las vi discutir, y observé con determimiento quienes eran, hasta que note la cabellera oscura de Anna... La chica de Moonlight Sunrise, la chica con la quizá compartí cama anoche... ¡Mierda!

Algunos flashbacks llegaron de repente como pequeños reflectores en mi memoria, sólo recordaba a Anna y a mí bailando, besándonos y... Ella en uno de mis pechos. ¡Carajo, me había acostado con una extraña en el bar y para colmo no recordaba nada más allá de la imagen de la castaña bonita adorando mis pezones!

« Joder, Jihyo, ¡cada día la cagas más! » Casi oí decir a Nayeon en mi mente.

Trate de recordar algo más, sin mucho éxito, pero era como su me hubiesen dado duro con un bate de béisbol y tuviese amnesia temporal. Y de pronto... La conversación de las dos mujeres se tornaba interesante:

— ¡¿Qué tú qué?!— Dijo una chica con cabello rubio, era más baja que la castaña, Vestía una ropa holgada y tenía una expresión entre molesta y asombrada.

La otra que reconocí como Anna la hizo callar y le tapo con uno de sus dedos:— Maldita seas, Chaeng, ¡vas a despertarla!— Dijo por lo bajo, aunque de todas maneras logré escuchar un poco.

¿Despertarla? ¡Estaban hablando de mí!

— No me vengas a callar, ¡¿no que ibas a trabajar solamente?!

Mierda, ¡quería que me llevara la corriente o me enterraran viva!

« ¿Anna tenía una novia? ¿Eso quiere decir que si me he acostado con ella, y hemos...? ¡Oh mi Dios, tengo que salir de acá! »

La idea de que Anna y yo hubiésemos estado involucradas en algo más que un simple baile, y peor aún, que tuviese una pareja. Me daba nauseas, ¿meterme en una relación ajena? ¡Ni en mil años habría hecho eso! Intenté escabullirme pero me fue inútil porque ambas cabezas voltearon cuando cruce la puerta, y cuatro pares de ojos me miraban atónitos.

« ¡Joder, voy a matar a Jeongyeon y a mí misma por todo este maldito caos! » Pensé con cuatro pares de ojos analizandome entre aterrados, confusos y... ¡¿furiosos?!

— H-Hola...— Dije en voz baja, Anna se quedó mirándome y la rubia desconocida frunció el ceño, se veía baja pero me daba temor saber que me haría...— Erm, ¿m-mi teléfono, sabes dónde está?

El tono de llamada que reconocía perfectamente empezó llenar el silencio incómodo entre las tres. ¡Carajo, por qué Kook tuvo que poner Justin de tono de llamada!

— Disculpa, Anna, yo creo que y-ya tengo que irme— Informé en medio de la sala.— Gracias por todo, estuvo bien— Solté sin pensar y me arrepentí muy tarde. La rubia abrió tanto los ojos ante lo dicho que sentí que se le podían salir, Anna sonrió con incomodidad y yo estaba por morir ahí mismo.

¡¿Cómo se me ocurre decir eso?!

— Jisoo, yo-...— Pero no la deje terminar pues tome mi teléfono al tiro y mi chaqueta en el sofá. Ella pareció entender lo que quería decir— ¿De verdad quieres irte?

¡La pregunta ofende, Anna!

Asentí levemente, sentía la mirada de la rubia sobre mí, analizandome. Soltó un bufido cuando Anna se acercó a mí y tomó mi mano para llevarme por la puerta.

El teléfono seguía sonando y sonando sin cesar pero aún no podía responder la llamada. Estaba segura de que esos podían ser inversores... Mi madre, Jungkook, o peor aún, ¡Nayeon!

Ya veía mi cabeza rodando por los pasillos de la empresa.

En la puerta de su casa, Anna me miró con algo de vergüenza. Mientras yo no sabía que decir ni como actuar, es decir... ¡Nos habíamos acostado, aunque no lo recordará del todo!

— Hasta luego, supongo...— Dijo en medio de una sonrisa, pero no parecía una sonrisa falsa ni de alguien que te echa de su hogar. Sólo era una sonrisa que Anna era capaz de darme.— Fue bueno conocerte, Jisoo.

— Y a ti también, Anna— Respondí subiendo la comisura de sus labios.

Ambas nos quedamos unos segundos mirándonos.

Luego ella cerró la puerta de su casa.

Y la cuarta llamada esa mañana fue atendida:

— ¡Park Bennet Jihyo!— Gritó una enojada Nayeon mi nombre completo por la línea en cuanto atendí el número sobresaliente de "Jeongyeon".

Sería un día muy largo.

Hola! Anoche dije que iba actualizar y me hubiera encantado pero mi país no me lo permite JAHDJAJ, en fin, este capítulo es bastante especial le puse mucho empeño, me hubiera gustado ponerle música al inicio pero Wattpad no me dejó :(, si les gusta seria cool que lo leyesen con la música sonando si son de esos que leen con música. En otro orden de ideas, ya vamos a lo esencial del fic juju, ya estoy preparando los capítulos para ello, un poco lento el proceso pero espero que este valiendo la pena, en esta oportunidad intente hacer un... ¿Smut? No sé si se le pueda llamar así, pronto veremos más de las chicas, gracias por el apoyo y se comentan sería de mucha ayuda ya que cada comment me motiva bastante ^^ jahs
Feliz día y gracias por leer <3

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