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17: "¡Mi novia Sana-ssi!"


Jihyo's POV.

«Mierda»

¿Estoy teniendo un deja vú? Posiblemente. No es la primera vez que digo una vulgaridad como esa, para expresar mi sorpresa y más cuando se trata de Sana… Jesús.

Cuando Kai insistió para que yo eligiese la ropa que Sana utilizaría al conocer a mi madre, mi mente dio muchas vueltas, pensando ¿Por qué debo ser yo? ¿No estaría siendo irrespetuosa con ella al involucrarme en sus decisiones personales? No lo sabía. Pero Kai es tan perseverante a la hora de meterme en sus excéntricos juegos, que finalmente cedí.

Y vaya sorpresa que me he llevado. Tanto que mi mandibula está doliendo de lo abierta que me ha dejado la boca ver a Sana… Bueno… tan preciosa, encajando perfectamente en aquel vestido Prada de tonalidad rosa, que mentiría si dijera que al verlo allí en el glamuroso clóset que posee Kai, –el cuál eran dos pisos del edificio entero–, no lucía exactamente como la linda japonesa. Es más, admito para mí misma que sólo podía imaginarme ese vestido en las escultural y delicada figura de Sana, y en el largo de sus piernas.

Y creo que a ella le ha quedado más que claro que me ha conquistado la idea de verla con él, mucho tiempo más.

Ella suelta una suave y melodiosa risa, sus dulces ojos avellana, me miran con ese brillo seductor. Sus manos se ponen detrás de ella y bailando nerviosamente con la punta de los tacones, pregunta:— ¿Este si te gustó? —me cuesta recuperarme del choque de su apariencia, esta es una faceta completamente distinta a la de Anna, y a la de Sana.

«El Prada le luce tan bien»

—Estoy fascinada —repliqué.

—Uh cariño, tendré que decirle a Sasha que traiga un trapeador talla XXL, ¡estas babeando mi brillante piso, ush! —Kai mete sus narices en la conversación entre ambas, pero eso ya es común.

«Lo que tiene Kai de ingenioso también lo tiene de quisquilloso» Pensé.

Me levanto del sofá, con intenciones de acercarme a aquella mujer divina tanto en cuerpo como en personalidad—. Este, es el ganador, Sana-ssi —sonrió sosteniendo su mirada —, y el bolso también.

—¿Tú dices?

—Por supuesto que si, ¿O tú creías que no?

—Es mucho dinero, amor —Amor, sé que estamos fingiendo al estar a los ojos de Kai, pero ese “amor” me ha descolocado, siento como mi serenidad siempre se corrompe por sus maravillosas habilidades para seducirme. Ella toma mi mejilla—. Yo creo que con el vestido y los tacones esta bien.

—No, no basta. El dinero no es problema cuando se trata de ti —Sus ojos se abren, quizá ella no se esperaba eso—, Además, no me contradigas, dije que me fascinabas y eso incluye hasta el bolso y los accesorios.

—Jihyo-yah.

Soy sincera con ella:— Cariño, es que a ti te favorece tanto el Prada. Es más eres algo así como… Miss Prada. Me gusta como te ves.

Ella solo queda en silencio.

¿Qué? Solo estoy siendo honesta con ella. ¿No se puede halagar a una dama ahora?

—¡Anda dulzura, tu novia quiere complacerte hoy! Además, si yo fuese tú, querría ese bolso y sobre todo los pendientes —Kai interrumpe—, creo que compraré unos para mí también, ¡Oh espera, soy el dueño!

Sana y yo reímos por el comentario, ese hombre tiene demasiado carisma. Agradezco la presencia de Kai antes de… la cena.

Por otro lado, Sana sigue inconforme por la idea de llevarnos algo más que solo el vestido.

A mí me parece una ridiculez que no acepte mis obsequios. No estoy de acuerdo, cada look le quedaba mejor que el anterior. ¿Y si yo quisiera comprarle una colección Prada entera? ¿Yo estaría haciendo mal? ¿Le debería pedir permiso? Tal vez ella prefiere que eso no suceda.

No cruces sus límites, todavía no se conocen, cálmate Jihyo.

La fuerte voz de Kai vuelve a invadir nuestro espacio. Mucho tiempo sin estar con él, ya me esta dando jaqueca su energía —Bueno par de tórtolas, odio el amor, de hecho me dan asco las parejas felices. Pero solo porque ustedes son mis lesbianas favoritas las dejo estar aquí, pero creo…—él ve su reloj—, que ya es hora de irse, son las tres y media.

—Oh cierto, la cena es a las ocho… Y mi madre es puntual.

Sana se ve algo perturbada:— ¿En serio? —juega con los bordes de su vestido—, creo que no le agradaré, no soy alguien precisamente puntual a menos que sea el trabajo.

—Tranquila Sana-ssi, ella no quejará de nosotras, iremos a almorzar. A prepararnos, y después llegaremos antes de la hora, ¿Sí?

—¡Dios, ustedes dan asco con sus cursilerías! Fuera de aquí ya, fuchi —Kai prácticamente toma una escoba, y si fuera por él nos “barrería con ella” hasta el auto.

—Cálmate, primero haré una llamada —miro a Sana—, Sana-ssi, espera en el auto —Ella no cuestiona mi orden, y se va acompañada de Sasha. Dejándome a sola con Kai.

Cuando ambas chicas se retiran, Kai no duda en darme una mirada furtiva:—¿Qué planeas?

—Pagarte. Y… ¿Tienes más de esa colección? Ella no aceptará que yo lo compré, a menos que sea un regalo sorpresa.

—Me gusta como te has vuelto, Jih, que romántica. Pondré un cartel afuera que diga “Nos reservamos vender a personas enamoradas”.

Suspiro y solo me limito a reírme con Kai—. Fue bueno verte, Kai.

—Nunca vienes, quisiera verte más seguido —confiesa el rubio.

—¿Ella te agrada, no?

—Me agrada como te hace ser —sus palabras me dan una paliza de realidad.

Mi móvil comienza a vibrar incesante, leo el nombre con una sonrisa apagada, lo silencio y lo guardo nuevamente en el bolsillo de mi chaleco.

Porque dudo que después de esta noche, Sana y yo volvamos a estar juntas, y más cuando Susan se suma en esta ecuación.

Cuando llego al auto, puedo ver la cara del idiota juzgón que se atrevió a mirar a Sana con malicia. Lo ignoro al salir y Sana está recostada sobre el auto esperándome:

—¿Tardé demasiado?

—Nah, puedo soportar estar sin ti.

—Me siento ofendida, Señorita Sana.

—Hey, hey bombón, ¿A donde vas tan rápido? —ella me detiene poniendo sus manos velozmente en mi pecho para jalar de del cuello de mi camisa, mis manos caen lado a lado de sus piernas que permanecen sobre el frente del auto. Me extraña la repentina cercanía, hasta que ella susurra:—. Aún tenemos las cámaras de Kai y su asistente mirándonos… recuerda tu personaje, tonta.

Uh, es tan cautelosa con estas cosas. Me agrada la gente precavida.

Cierro mis ojos y una sonrisa ladina se amplia en mis labios—. Tú de verdad piensas en todo —sonreí.

—Me gusta cuando me halagas —da un fugaz beso en mi mejilla. Para luego tomar mi mano, y con el movimiento hipnótico y atrayente de sus caderas, me guía hasta el asiento del co-piloto para abrirle la puerta, no sin antes picarme un ojo —, De nada.

Al encender el auto, la curiosidad me gana, y pregunto a medias:—. ¿Quieres… comer conmigo?

—Sí, pero —toca la pantalla del GPS de mi auto, y busca una locación que desconozco—, yo seré quien decida.

La verdad no es momento de poner peros.

Pues a veces hay que dejarse llevar.

Y más cuando tienes un evento estresante a la vuelta de la esquina.

Traté de poner la mente en blanco, conversando con Sana, no hablamos de mucho, pues el trayecto fue bastante corto.

—Y aquí estamos —anuncia la japonesa.

—¿Una cafetería? —frunzo mis labios.

—No cualquier cafetería —menciona—. Una muy especial, de hecho.

—¿Me explicas o debo descubrirlo contigo?

—Solo dame la mano y estarás bien, ricachona presumida —bromea ella, y así lo hago, tomo sus manos que al parecer están más suaves que nunca, la calidez de su piel y la miel se sienten agradables—. Kai usó una crema especial, debería pedirle el nombre luego.

Sonreí—Lo tendré en cuenta.

Tomadas de la mano, nos adentramos en un lugar acogedor, lleno de luces tenues y cálidas, y un mural de grafittis, sillas de maderas rústicas y una barra que reconozco como el punto de venta del lugar.

—No creo ser tan mala escogiendo —dice a mi lado—¿O es demasiado común para ti?

—Es encantador, tiene su toque —comenté con mis ojos aún puestos en el local.

Un chico con delantal negro nos recibe con cortesía, nos sentamos en unos sillones de cuero gris, y el joven nos entrega un menú.

Puedo ver como Sana mira todo con adoración, como si el sitio al que me trajo, tuviese algún tipo magia que la atrapa sin precedentes.

Ella comienza a hablar en un susurro aún con su mirada fija en aquel mural colorido:—Fue aquí —explica ella—, aquí fue la primera vez que tomé un café en Nueva York.

La nueva ola de información me deja atónita, y soy toda oídos para ella.

—No era ni de lejos el mejor café que he probado, pero sin dudas me hizo feliz —un aire de melancolía abunda alrededor de ella, su, señala el mural con sus finos dedos, ella lo mira con más intensidad e imito su acción. Pues algo me dice que esto debe interesarme—. Cuando llegué aquí con Chaeyoung no teníamos mucho dinero. Así que perdimos el vaso más pequeño, y nos daba hasta vergüenza pedir un sobre extra de azúcar —Sana suelta un suspiro—; ese mural está repleto de firmas, dibujos, nombres de tantos extraños que han llegado aquí con la misma intención que yo… cumplir un sueño o una meta. Nueva York no es ni de lejos la mejor ciudad, pero sé ganó mi corazón al recibirme de esa manera.

—¿Y tú llegaste a escribir algo en ese mural? —pregunté fascinada por la convicción en su voz.

Ella ríe suavemente:—Claro. Podría enseñártelo luego.

—¿Y alguna vez habías regresado aquí? Es decir… con tu amiga —tosí para disimular mis ansias de conocer más detalles de la vida de la japonesa. No soy entrometida? pero ella lograba ser misteriosa e intrigante sin siquiera intentarlo.

—Uh, ¿Quieres saber si he traído a alguna chica conmigo? ¿No, Sra. Park? —¿Soy yo o le ha cambiado el semblante? ¡Nah, falso, seguro se está riendo de mí!

Y eso lo compruebo cuando sus ojos se entrecierran, mientras tapa una sonrisa sobresaliente.

—¡No, no, q-quiero decir…! —mi voz se descontrola—. Sólo pensaba que quizá vendría nuevamente con su amiga Chaeyoung —Aclaré mi garganta después del momento incómodo. ¡Genial Jihyo, lo primero que no quieres hacer, y lo primero que haces! —¿Qué quieres ordenar?

Ella hojea sin mucho interés el menú:— Aún no sé, llevo siglos sin exagerar desde que piso este lugar —se excusa—. Además no creo que tu paladar de niña fina pueda tolerar la comida de Brooklyn.

—¡Ey! Claro que lo hago… —luego me arrepiento de mi auto-defensa, mierda—. Tú sabes a lo que me refiero.

Exhalo profundamente. Necesito paciencia para saber sobrellevar esto.

Analizó las opciones disponibles bajo la mirada matadora de Sana.

“Sandwchiches, papas fritas, presas de pollo, ensaladas”

Como dijo Sana, el menú no es nada extraordinario. Simple, común y que me dejaría satisfecha.

Y yo que quería invitarla a comer en el restaurant de un viejo conocido…

El mismo chico que anteriormente nos habría atendido, se acerca a nuestra mesa tomando nuestra orden:

—Una ensalada para mí por ahora estaría bien… ¡Ay, y unos deditos de mozzarela! Se me antojan. Y un té… ¿o quizá un jugo? —Creo que Sana ha notado que soy bastante indecisa, pero es que no sé qué debería pedir. ¿Me va a juzgar por mi supuesto paladar exigente? ¡Ni siquiera sé si tengo paladar exigente!

Es que por Dios, la mitad de mi familia es británica. ¡Háblame de una gastronomía más terrible que esa! Frijoles con salchicha y huevos, ¡qué horror! Un ramen de microondas le gana por mucho.

—¿Le tienes miedo a subir de peso o qué? —bromea ella—. Yo pediré un sándwich y un café, eso es todo.

—Agregue la tarta de chocolate también —la japonesa me mira incrédula—. ¿Qué? Yo muero por el chocolate.

—Pff, “tarta” —bufa Sana.

El joven repite nuestra orden:—Entonces, una ensalada, un sándwich, dedos de mozzarella…—muerde su boligrafo.

—Un café americano y un té.

—Ya vuelvo —el chico va con tanta rapidez entre el gentilicio que me da pánico que se caiga.

Esto de las cafeterías no es lo mío.

Luego de que el amable mesero tomara nuestra orden, Sana ha quedado pensativa un rato, algo curioso es que de ella he descubierto un par de cosas interesantes. La primera es que ella frunce el ceño y sus labios se juntan casi como si fuese a besar a alguien, mientras también suele morder sus labios al hablar. Sus ojos almendrados son dignos de admirar, ¿Qué la tendrá tan reflexiva? Quizá se arrepiente de estar aquí cometiendo una locura... Oh Dios.

Toso para llamar su atención:—Ejem, ¿Sana, ocurre algo?

Sana, quien está sumida en su propio pensamiento, gira su vista hacía mí, ella parpadea un par de veces y rápidamente, una sonrisa se forma en sus labios con una expresión relajada.

—No es nada, solo estaba pensando —Respondió ella con esa voz suave y dulce.

¡Lo primero que pensé! ¡Maldita intuición! Mis nervios comienzan a acumularse en mi pecho, auch, ¿Cómo no va a sentirse abrumada con la idea de fingir esa tontería?

—Comprendo... Perdona si ha sido precipitado para ti, todavía estamos a tiempo de volver a tu casa y...—

—No, no —intercede ella sacudiendo la cabeza. —Estoy bien —Aseguró, mientras comparte una mirada tranquilizadora. — Es solo que... es un poco difícil de procesar por un momento, pero puedo hacerlo —Sus labios se vuelven una fina línea, antes de que suspirara nuevamente y una sonrisa juguetona apareciera en su rostro —. Además, se siente... emocionante, de alguna manera —Finalizó con una pequeña risita.

—¿Te emociona hacer esto? —Dije asombrada por su respuesta. Ella arquea una ceja—. Lo digo porque ni siquiera Nayeon se entusiasma de estar conmigo —Ella ríe.

Sus mejillas se tiñen ligeramente de un ligero tono rosado mientras ella asiente con la cabeza.

—Sí, creo que sí —replicó, dejando escapar un pequeño suspiro. —No lo sé, es simplemente... divertido fingir que somos pareja, ¿supongo? Es como... un pequeño juego —Sus ojos se oscurecen, y se dirigen a los míos, con una especie de mirada cómplice.

Trago grueso. Me siento rigida y mis dedos comienzan a jugar con las servilletas sobre la mesa.

Oh Jesús está mujer no se le escapa ni una sola oportunidad para ponerme de esta manera...

Agradezco al ver a nuestro mesero llegar con las bebidas.

¡Bendita sea la conveniencia, por una vez el Universo me favorece!

—Gracias —murmuré hacía el joven, y no tuve tiempo de mirar a Sana, quién claramente me mira divertida pues mi primer instinto fue tomarme el té hirviendo –comprobando que está recién hecho–,que me ha hecho soltar una maldición en medio del restaurante:—¡Joder! —toqué mi lengua con dolor.

Sana intentó contener su risa, pero fue inútil:—Eres tan torpe —Soltó maliciosa, sus ojos oscuros brillando con diversión.

—¡Yah! ¡Eso es lo que provocas!

La japonesa estiró su mano y la colocó gentilmente en mi hombro. —Lo sé, lo sé —y todavía con una sonrisa en sus labios. —Pero tengo que decir que ese grito que soltaste fue adorable —Sus dedos acarician suavemente mi hombro.

—Sana, dame un respiro, joder... —Suelto un quejido cuando hablo pues mi lengua aún arde por la quemadura, la veo, tan sonriente con picardia y esos ojos puestos en mí. Esta mujer es más peligrosa de lo que yo pensaba— ¿Y tú tienes alguna pregunta con respecto a… esto?

Se aclara la garganta ligeramente mientras toma un sorbo de su café ¡Ah pero ella si no se quema! No quita sus ojos de los míos, aún con esa expresión traviesa, pero un toque de seriedad ha aparecido en su rostro. —Mmmm, déjame pensar... —apoyó su barbilla en una mano fingiendo estar pensativa —Supongo que tengo un par de preguntas —Asintió con la cabeza, y luego hizo una breve pausa para organizar sus pensamientos.

¡Aleluya! Ya quería olvidarme del incidente con mis papilas gustativas—Prosigue.

—Mmm, bueno, hay algunas cosas que necesito saber para no echarlo a perder —Comienza ella. —Primero, ¿hay cualquier cosa en particular que no quiera que diga o haga frente a tus padres?

—Primero que nada... No veremos a mis padres —aclaro—. Solo a mi cuñado, a mi sobrino y... —Mi voz se queda atascada en mi garganta cuando debo mencionarla. Terror, es lo único que logro sentir cuando me atrevo a pensar en ella—. Y
… Mi madre —logré decir finalmente, en un susurro casi inaudible. El miedo por mencionar a ese diablo encarnado que me dio a luz es tan... escalofriante, que el ambiente divertido entre Sana y yo pareció hasta envenenarse con ello.

Sana parece captar el cambio de ambiente casi de inmediato, y la sonrisa traviesa que parecía tener desde que nos encontramos desaparece momentáneamente, ahora se ve reemplazada por una expresión más seria y compasiva.

Ella no parece entender, y es obvio, nunca he soltar comentarios de lo vil que suele ser Susan con nadie que no fuesen Nayeon o Jeongyeon, es más, ni con Jungkook acostumbraba a ser así.

—Entiendo —Habla suavemente, su mano se aproxima para colocarla encima de mía—No quise suponer, lo lamento.

—No, no, no. Es bueno que preguntes —suspiro pesadamente—. Ella es la razón por la que necesito que finjas ser mi novia —expliqué—. Es una mujer fría y algo difícil de convencer, y es esa típica señora que nunca pierde la oportunidad de soltar un comentario con malas intenciones, es como un lobo disfrazado de cordero... —Sana niega con una sonrisa ante mi comparación un tanto exagerada, pero cierta—. Lo que intento decir es, ella es a quién más debes convencer.

Sana inclinó ligeramente la cabeza, escuchando con interés. —Entiendo. Entonces debo hacer que crea en nuestra relación, ¿no?

Asentí. —Por supuesto. Y créeme, ¡ella duda muchísimo que yo pueda mantener una relación o siquiera sexo! ¡Me subestima demasiado! —exclamé un tanto disgustada.

Bah, es que las suposiciones de mi madre son una reverenda mier…

—Pfft, eso es bastante irónico, ¿no? —Interrumpe mis pensamientos enseguida, noto un toque de humor en su voz. —Una chica tan linda como tú, sin poder mantener una relación —Ella sacude la cabeza, se mordió ligeramente el labio, suprimiendo una sonrisa.

Niego de inmediato.

—No es eso, es que no estoy interesada en una relación, al menos no en esa manera tan... conservadora y anticuada que ella tiene. Me quiere casada y con hijos a esta edad, ¿Puedes creerlo? ¡Estoy en la cúspide de mi carrera profesional!. Además…—hice una pausa—. Tener pareja cuando mi culo está aplastado las veinticuatro horas del día en un estudio de grabación o en reuniones de cuatro horas con un montón de tipos egocéntricos solo hará que las mujeres me aborrezcan más.

Y no es mentira, en verdad había intentado un millón de veces tener citas, pero algo que no te dicen cuando intentas perseguir tus sueños es que debes hacer varios sacrificios. Los míos fueron mi vida romántica, sexual, y por supuesto adiós un ciclo de sueño saludable, y por supuesto, ¡hola pastillas para la jaqueca! Nayeon dice que la farmacia esta harta de sus llamadas, ¿de qué se quejan? He subido sus ganancias en los últimos cuatro años.

La sonrisa juguetona de mi acompañante ha cambiando a una expresión más seria mientras escucha sobre las expectativas que mi madre tiene sobre mí.

—¡Oh, sí, muy anticuado! —Respondió ella, con un toque de ironía en su voz. —Claro, por supuesto, deberías ir ya a casarte y embarazarte de inmediato —Continuó con un suspiro exagerado.

—Soy lesbiana —suelto irreverente— En verdad necesita actualizarse a este siglo ya mismo —sorbo un poco de té —Pero sí, y algo que se me olvidó mencionar, cree que salimos desde hace tres meses... Así que más vale que se vea creíble.

—Pequeño detalle —una de sus mayores cualidades, es su sarcasmo.

—Pff, para nada —bufo al recordar que Sana me llama constantemente "idiota", y que por un instante ella casi me odiaba por el resto de su vida la ser tan imprudente esa vez en mi empresa —. Luego esta Kook, mi sobrino, él y su padre no son tan difíciles de convencer, a veces creo firmemente que comparten la misma neurona.

Con una risita, Sana ella se apoya en una mano y levanta una ceja, Interesada por la mención de Kook.

—Oh, ¿tu sobrino y su padre no son difíciles de convencer? —Pregunta ella con humor en su voz. —Eso es una buena noticia, menos presión entonces —Sus labios se curvan en una sonrisa —. Así que él dime, ¿Qué edad tiene el pequeño Kook? Por cierto que nombre tan adorable.

Suelto una carcajada que deja a Sana extrañada. ¡Ay pero que ingenua! Su ceño fruncido muestra un evidente disgusto por mi reacción, pero un destello de curiosidad permanece en sus ojos.

—¿Qué? ¿Qué es tan gracioso? —Pregunta ella, su voz demuestra interés y sorpresa.

—Sana, él tiene veintidós —expongo la edad de mi amado sobrino, dejando a la pobre castaña con la mandíbula colgando. Sus ojos se abren ampliamente ante mi respuesta, ella parece procesar la información durante un par de segundos antes de recuperar algo de sus sentidos.

—Espera, espera —Balbuceó, con una expresión de total sorpresa en su rostro. —Tiene... Veintidós. Mierda, ¿Pero a qué edad lo tuvo su madre?

—Es una historia un tanto larga… No eres la primera persona que se queda así —evadí su pregunta, no era momento de explicarle de dónde había salido Kook—. El punto es que él me tiene mucha estima, y aunque sea fácil de engañar, también tiene muchas expectativas sobre mí y esta “relación” que ahora tengo; se sintió defraudado cuando dije que tenía pareja y él no sabía ni pío —expresé con remordimiento, me lastimo mucho ver el rostro de Jungkook tan apagado pensando en que desconfiaba de él. Eso nunca—. Así que debes ser cuidadosa con él, es algo... especial para mí, es como un hijo.

Al escuchar mis palabras, Sana suaviza su expresión y me dirige una sonrisa leve.

—Entiendo, —Respondió ella con calma, su voz llena de compresión. —Te preocupa que él se decepcioné si no parecemos lo suficientemente creíbles, ¿no?  —Ella se detuvo brevemente, y yo solo le eche un ojo antes de tomar mi café en silencio, pareció comprenderme con solo ese gesto—. Lo haré bien, te lo garantizo.

Sonreí algo sensible ante toda la empatía que Sana estaba poniendo en esta situación tan desastrosa, solo quería poder callar las voces de mi madre en mi cabeza y... no decepcionar con una mentira a lps dos únicos seres queridos de mi familia que más apreciaba. Aunque eso era contradictorio.

Por allí dicen que lo que construyes con las manos, lo destruyes con los pies.

Pues era exactamente lo que hacía en estas circunstancias.

—Sí bueno, confieso que espero que se lo crean a tal punto que mi madre regrese a su país natal, y en unas semanas, le pueda decir a Kook y su padre que nosotras hemos terminado... En buenos términos claro, por si se encariña contigo, que es posible, eres una mujer extraordinaria —tuve la voluntad de halagarla, es que era imposible no hacerlo.

Ella no ha dejado de prestarme toda su atención, y al escuchar esas últimas palabras, ella deja escapar una risa suave:

—Una mujer... Extraordinaria, ¿huh? —Repite ella, una pequeña sonrisa jugando en sus labios. —Tú nunca dejas de ser amable —Suspira ella, y luego te mira con una expresión un poco reflexiva, como si estuviera pensando en algo. Después de un momento de silencio, ella habla de nuevo. —Entiendo…

—Y tú tampoco dejas de sorprenderme.

—Sí sigues así, podría acostumbrarme a que me alabes Park.

—Déjalo así —la detengo antes de que mis mejillas se prendan en un rojo vivo—. Hoy somos novias pero mañana no sabemos.

Sana me regala una sonrisa y la comida ya esta ahí. Comenzamos a comer con gusto, y pasar un almuerzo en ese caluroso día de Junio.

Mientras comíamos, el ambiente entre ambas nunca dejó de ser cómodo.

Sana habla y ríe conmigo, su sonrisa y su compañía me hacen olvidar por un momento… la bomba de tiempo que se acerca cada vez más por estallar.

El camino hasta la casa de Namjoon se me ha hecho eterno, eran ya casi las siete de la noche, mi madre insistió varias veces en ser puntual. Cuando Sana y yo nos retiramos de la cafetería, me he tomado el tiempo de tomar una ducha y cambiar mi vestimenta, según Sana, se le hizo eterno esperar por mí en el auto. Quizá la próxima vez deba dejarla subir.

«Calma, Sana lo hará tan bien que ni habrá necesidad de una próxima vez»

Cuando estacionó frente a la gran mansión de los Kim, mi estómago se revuelve, y siento como empiezo a palidecer. Sana lo nota.

—Mierda Jihyo, ¿Estás bien? —ella se quita el cinturón tomándome la temperatura en mi cuello y frente, suspira de alivio cuando se da cuenta que solo son nervios a flor de piel —. Cálmate mujer, vas a ver a tu madre, no al maldito Hitler —la miré de reojo, aunque es un poco extremista compararla con un dictador, pues no estaba lejos de llegar a ser una si se lo proponía. Ella dictaba en la vida de todos, de quién quisiese, Susan Park nada la detenía, ni siquiera su esposo podía hacerlo. ¿Cómo pensaba hacerlo yo?

Mi respiración se vuelve más y más pesada.

—Ya veo… —susurra para sí misma la nipona.

Siento la calidez de sus manos por cuarta vez en el día sobre mi piel, es reconfortante debo decir. Como dice ella, quizá podría acostumbrarme a esto. En otra línea temporal, en esta, todo debe salir perfecto.

—No te apresures, todo irá bien, solo son un par de horas con ella. Responderemos todas sus preguntas al pie de la letra y… —me toma del mentón sutilmente para darle la cara—. Nos veremos como la pareja más enamorada y melosa de Nueva York.

—Qué asco —reí débilmente—. Ya empiezo a preocuparme por tu realidad, no quisiera alterarla.

—Tranquilízate, recuerda que mi sueño siempre ha sido ser actriz —Rueda sus ojos—. Puedo convencerte hasta tu sombra de que somos un par de tórtolas enamoradas.

—Eso definitivamente no me tranquiliza.

Ella golpea mi hombro:—¡Ey!

Y ella hubiera seguido calmando mi ataque de nervioso si el toque en la ventana del auto no hubiera interrumpido todo. Todo es inútil cuando veo la cara alegre de Jungkook a través del vidrio y a su lado, un despreocupado Namjoon.

¡Lotería! Eso gritaría si no hubieran llegado justamente ahora. Mi cara se vuelve un papel, pues Sana me mira extraviada por mi repentino cambio de humor.

¿Por qué siento un sudor frío y como si mi alma no estuviera en mi cuerpo? ¿Ya estoy por abandonar este plano terrenal? ¡Eso no es posible, aún no termino de ver la saga de Harry Potter!

No hay vuelta atrás.

—¡Tía Jih! —grita para que pueda escucharlo desde afuera.

—¿Tía Jih? —Repite Sana aún sin soltar mi rostro. Y con una preocupación aún mayor por mi estado.

Debí huir a México cuando Jeongyeon me ofreció esa alternativa.

Aunque esa ya no es una opción, pues el inminente desastre había comenzado.

Una cena con el mismísimo diablo. Aunque bueno, puedo estar solo exagerando.

1/2

N/A: OK, han pasado demasiadas cosas pero no veo necesario explicarlas todas, aunque si voy ennumerarlas, bien?

1) ME GRADUÉ Y YA SOY LEGAL MUCHACHOS, SI VEN UNA FIESTA DESTRUCTIVA ME INVITAN POR FA.

2) En una semana entraré a mi vida universitaria así que recen por mi culo. Denme tips para los q ya son universitarios pq tengo terror #ayuda.

3) Mi país se está cayendo, así que por favor les pediré que si pueden compartir información sobre Venezuela con gente venezolana me harían un gran favor.

4) Acabo de crear un canal de WhatsApp, en los comentarios voy a dejar el link yupiii.

5) Quieranme mucho que quizá no les dure para siempre ;)

Por otro lado se que es un capítulo corto para lo que están acostumbrados pero siento que en este punto de vida debo relajarme con respecto a la escritura, he tenido episodios muy feos respecto a ponerme presión, así que espero que aunque a mí no me guste tanto y lo sienta algo vacío o mi cabeza me quiera hacer creer que el capitulo no lleno sus expectativas, lo disfruten, me esforcé mucho estos meses por volver, sé que por momento quise abandonar todo pero no puedo dejar mis proyectos aquí así como así. Gracias por siempre preguntar por mí y preocuparse las últimas semanas, se les quiere mucho ♡.

Me despido hasta el próximo capítulo (el más esperado), los quiero.

Opiniones aquí:

—Milanesa

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