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13: "Please, Sana."

Sana's POV.

Ahí estaba, sentada con mis piernas flaqueando y el cuerpo completamente helado. Frente a mí una mujer totalmente recta, con unas gafas y una carpeta, claramente era la asistente que se ocupaba de hacer los llamados a la sala.

— Minatozaki Sana, usted es la siguiente —me comunicó dicha asistente, mientras su tacón golpeaba con algo de impaciencia.

Y ahí me tienen, petrificada y posiblemente viéndome como una total cobarde.

«Eres la siguiente» ¡Aún no podía procesar eso! ¡¿Por qué hice caso a Chaeyoung?!

¿Cuándo fue la última vez que sentí esta montaña rusa de emociones en un mismo día? ¿Por qué sentía que estaba a punto de ir a la guerra? ¿Podía huir ahora?

Por unos instantes olvidé que no estaba sola...

La asistente parecía un poco aburrida de esperar porque mi crisis mediática se terminara:— Señorita, ¿usted va a pasar a la audición, si o no? Confirme, no tenemos todo el día. ¿Se siente preparada?

¡Por supuesto que no estaba preparada

Mis piernas tiemblan... Mis ojos arden por saber que las lágrimas se avecinan, mi pecho se hunde en una constante y muy terrible ansiedad que no siento que no lograré controlar...

Pero yo puedo hacerlo... Yo puedo hacerlo todo. Es así.

Me levanté, con dignidad, no quería tropezar, no había espacio para ello. La asistente de ojos rasgados y falta ridículamente larga, me dio el pase libre a pasar por la puerta, yo la seguía por detrás, cuando el sonido de la puerta cerrándose hizzo eco en mi cabeza... Supe que ya no había vuelta atrás.

Ya está Sana, deja esos malditos nervios y usa tu cerebro.

Después de todo...

No todos los días audicionas para una ostentosa empresa y reconocida disquera, ¡y mucho menos para una cantante pop más famosa del momento!

¡Y para colmo voy a ver a Jihyo otra vez!

Esto está pasando, es real.

El sonido de una tos seca llama mi atención.

Mis sentidos de actriz se activaron, ya estamos en papel. ¡Manos a la obra!

Bien. ¿Cómo describir esta situación? ¡Una muy incómoda, por cierto!

Tres pares de ojos no dejaban de analizarme de pies a cabeza. ¿Lo peor? Son tres personas completamente distintas, cada una me analiza de maneras muy diferente: siento los ojos de la primera mujer, más alta que yo, de cabello castaño y flequillo, con cola de caballo perfectamente arreglada, ¿su traje? Ni hablar, esta impecable, ni una sola arruga. Es obvio que ella no pierde esos detalles. Me da una mirada fría, critica, y lista para destruirme quizá. Es como ver a un halcón listo para llevarse al pobre ratón entre sus garras lejos... ¡No estoy exagerando! O bueno... ¡eso no lo sé con certeza! Lo que ya sé, es quién me va a costar más impresionar.

Luego están los ojos de las más baja, pálida, su cabello es tan brillante y sedoso de lejos, ¿su piel? Se ve suave, y por alguna razón tengo el presentimiento de que ella huele a talco para bebé, veo joyería cara, como la de Jihyo esta mañana, ¡ella debe ser mi objetivo principal! Es Kim Dahyun, no me hace falta ser su mayor fanática para reconocerla, es la chica más influyente últimamente en Nueva York. Sus ojos no tienen la mirada de la mujer con ojos de halcón, al contrario te sonríe con los ellos, me mira con expectativa a pesar de analizarme como todos en esta habitación... Bien ella parece neutral pero con curiosidad, ¿eso es una ventaja, no? Aunque por alguna razón, sus ojos me trasmiten cansancio... ¿Estará ella agotada?

Por último esta... bueno esta... Jihyo.

Si, Park Jihyo, ¿la recuerdan? Claro que deben hacerlo, yo lo hago porque estuvimos hace menos de una hora apunto de besarnos... ¡Cómo tres veces seguidas!

El rubor sube a mis mejillas al recordar los orbes chocolate y la intensidad de todo ese tiempo juntas. ¿Por qué me sonrojaba? Jihyo solo era una tonta y coqueta mujer, que seguramente al pisar este lugar acomoda su corbata y se olvida de todo lo sucedido entre nosotras.

Por el amor a Dios, espero no estarme equivocando...

La veo, mis ojos intentan no hacer contacto visual, de igual forma fallo, ahí está, esa mirada, esa tonta, sexy y muy imponente británica...

Ella solo me ve con expresión impaciente al igual que la que reconozco como Im. Su mano derecha por lo que entendí en el ascensor. Pero sus ojos cafés siguen igual de intensos, incluso más que antes. ¿A qué jugaba ella? ¡Ya no tenía tiempo para su maldita seducción!

« O tal vez solo es la tensión del momento la que me hace pensar así... ¡Sí, definitivamente es eso! » Sólo yo soy tan tonta para querer convencerme así.

Estos tres personajes me están comiendo viva y me juzgan, y cada una tiene sus razones; muy diferentes y causan náuseas por si no lo habían notado.

Soy una presa fácil. ¿Serán capaces de notar algo de inexperiencia en mí? Ese mi mayor temor...

El hecho de que Park Jihyo, esa insolente y muy atractiva multimillonaria, este aquí lo hace más complicado. 

¡Qué mierda estás pensando Sana, ella no puede complicarte las cosas!

Y ahí lo noto, la seriedad nuevamente se apodera de ella. Ya no es coqueta, ya no es tonta, y mucho menos presumida.

Es la jefa de todo este lugar, y yo solo me reduzco a ser su presa del día de hoy.

Lo admito, esa corbata y su labios juntos en una sonrisa de suficiencia me frustran.

¡Tal vez si complica las cosas... Pero solo un poco!

— Mucho gusto, soy Kim Dahyun, pero puedes llamarme Dub por estos veinte minutos... quisiera que tuvieras confianza —arrojó de repente el comentario Dahyun, ¡qué chica tan agradable! Al menos no me juzga con rabia como la otra mujer. 

— Un placer, Im Nayeon, vicepresidenta de Park's Big Records. Aunque no te interesa saber de mí, ni a mí de ti, directo a lo que viniste. Por favor no desaproveches nuestro tiempo ni el tuyo. —Intentó no bajar la guardia, ni sentirme herida por su comentario. No es personal, es su trabajo, es la actitud que esperarías de una mujer como ella—. Y no es una pregunta, ni un consejo. Es una orden que seas excelente.

Dahyun le dio una mirada sobria a Nayeon, no cabía duda de que ella conocía la agresividad de su jefa.

Por otro lado, Jihyo dió su mejor postura profesional. Ella se ve más que solo eso, se ve elegante, es... es...

— Disculpe la interrupción de mi asistente —dijo ella con severidad, Nayeon ni se inmutó—, soy Park Jihyo, directora y CEO de la disquera. Espero que nos sorprenda el día de hoy— Maldita sea, esa voz... me sorprendía la tenacidad y seriedad de su voz. Ronca y grave.

Ya no veía a la idiota británica que coqueteaba pésimo. Wow. 

Hice una reverencia en señal de respeto antes las tres, nunca me había sentido tan rígida y anticuada en mi vida. 

Sentía la tensión en el aire. Saludé amablemente sin mirar específicamente a ninguna:— Me presento, soy Minatozaki Sana, japonesa, veinticuatro años.

Dahyun sonrió como si se tratase de una victoria cuando mencioné mi nacionalidad, sabía gracias a Momo, su coreografa, que ella esperaba al menos una chica asiática en esas filas. 

— ¡Wow, un placer conocerte Sana! ¡Ya quiero ver que tienes por ofrecernos!

— No tan rápido —interrumpió Im Nayeon la voz radiante de la estrella—, ella ni siquiera sabe que tiene qué hacer, no le des falsas esperanzas, Kim.

¡Esta mujer es tan dura y prepotente!

No te estreses, no te estreses, no te estreses...

— Im —musitó Jihyo a su lado. Ella me dio un vistazo rápido y se cruzó de brazos. Diría que me estaba analizando, hasta que una sonrisa torcida la delató, podía leer en sus ojos un: «Yo me encargo de esto» Cosa que me hacía sentir mal. No quería que Jihyo se entrometiera del todo, pero lo hacía. Y desde mi posición sabía que no podía opinar—. La chica entiende que debe pasar por una prueba, esto es una audición, no un juego de niños. Tranquila Señorita Minatozaki, gracias por su presentación —otra vez la manera en la que su acento remarcaba mi nombre lograba ponerme los vellos de punta—, aquí tiene un espacio para mostrar su talento.

— Cómo sea —resopló Nayeon—, no tenemos todo el día, Súper Park.

Ah claro Park, primero me ignoras con tu seriedad empresarial, ¡y ahora me defiendes del demonio que tienes por asistente! ¡Magnífico!

— Yo creo que es hora de empezar.

¡Claro, ya es hora de empezar! ¡Al fin dice algo sensato Ojos de Halcón!

— Srta. Kim, me gustaría saber con que quiere que empiece —Pregunté con la seguridad que claramente no tenía para esos momentos. ¡Pero tampoco iba a dejarme en evidencia!

Dahyun quedó sin expresión alguna por unos segundos, segundos que para mí parecieron años.

Hasta que al fin la Srta. Kim dijo:

— ¿Te sabes mover? —¿Qué?

¡¿Qué?!

Una pequeña risa ronca se escuchó por lo bajo, cuando subo la vista puedo ver al demonio de Im Nayeon observándome con burla en sus ojos. ¡Claro qué si! Notaron mi inexperiencia, seguramente seré el hazmerreír y...

Tranquila Sana, deja de anticiparte.

Estoy sudando, como no tenía idea que podía hacerlo. ¡Acabo de descubrir que tengo una cascada en la parte trasera de mi cuello! ¿cómo puedo sudar tanto? ¡¿Es humanamente posible que alguien sude así?!

Relájate Sana. Puedes hacerlo.

— Honestamente pensaba que esta audición sería distinta...

— Parece que alguien no sabe bailar. —Se apresuró la Srta. Im sin dejarme terminar. ¡Esta mujer es tan obstinada!—, Srta. Minatozaki, ¿usted leyó realmente la convocatoria de audiciones?

— Erm..., bueno yo...

— Im—. Ahí estaba de nuevo Jihyo, con su tono de voz más grueso, esta vez lo dijo en alto... Me atrevo a decir que ella suena... ¿enojada? ¿Por qué ella estaba enojada? Quizá por las constantes interrupciones de Nayeon, sí. Sin embargo no me esperaba que constantemente la regañara así.

Nayeon no parece ser el tipo de persona que se deja guiar por Jihyo. Aunque ella sea su jefa, Nayeon se nota con más poder en esa relación. Oh mierda, ¿están jugando al policía bueno y malo justo ahora? ¡Solo quiero pasar mi audición!

— Está audicion consta de solo tres pruebas Sana, no está en la convocatoria. Ahora mismo estás en la fase inicial— habló la menor de las tres, antes de que se desatara una guerra entre el ego de Im y la tenacidad de Jihyo, lo agradezco y posó toda mi atención es Dahyun—, en esta etapa, estas participando por quedar seleccionada entre las últimas tres opciones para el vídeo musical.

Ella se explicaba con total naturalidad, me inspiraba seguridad su forma de hablar. Jihyo y Nayeon no interrumpieron en ningún momento, cosa que sinceramente me aliviaba.

— En esta etapa quiero que bailes, el vídeo necesita de baile. Así que es necesario que me demuestres un poco que vas a hacer, en la pantalla te mostraremos un vídeo hecho por mi coreografa personal, son pasos básicos, pero no significa que sean sencillos. Luego... Me gustaría darte unas líneas y debes actuarlas como dicta el libreto, tienes suerte, pues esta en japonés —La avalancha de información que me lanza Kim Dahyun hace que vuelva a sudar. ¿Bailar? ¿Libreto en japonés? Lo último no era un problema para mí, ¡por Dios era japonesa! Pero el baile me preocupaba un poco. Además no tenía idea de que esto era una audición con baile... ¡Voy a asesinar a Chaeng cuando la vea!

Baile... Pfff, ¡que tan difícil puede ser eso, já!

— ¿Puedes hacerlo? —mofó Nayeon. Jihyo la miró de reojo pero no dijo nada, me miró directamente a mí.

Jihyo me miraba solo a mí, esperando una confirmación de que ella realmente no estaba dándome su confianza en vano... Lo sabía, ella me quería en esa audición y si no fuese por ella realmente lo habría abandonado antes de siquiera entrar al estudio.

Algo en sus ojos intentaban transmitirme seguridad.

Y aunque ya la había bautizado como una idiota de primera. Podía llegar a agradecer la confianza que me otorgaba su mirada.

¿Hace cuanto alguien no confía así en mí?

— Por supuesto que sí —respondí sin dudarlo. Nayeon solo sonrió con suficiencia, Dahyun asintió satisfecha y Jihyo imitó esa acción.

¡Okay... Hagamoslo!

Siento mi corazón latiendo con fuerza, la ansiedad esta por comerme viva al igual que la mirada juzgona de Nayeon; ella toma un control y una pantalla plana detrás de mí se enciende, mostrando el dichoso vídeo con los pasos que debo seguir. Se reproduce varias veces, y siento como mis pulmones les hacen falta aire cuando veo la figura de Momo moviéndose en el vídeo:— No te asustes aún, chica. Voy a reproducirlo al menos dos veces más, sé que es mucho para ti —dijo Nayeon, yo estaba dándole la espalda para observar el vídeo, pero sabía que si en ese momento me lo hubiese dicho de frente, la cobardía y el miedo me ganarían y todo acabaría justo ahí.

Por mucho que quiera convencerme de que los pasos no son difíciles. Momo es una gran bailarina, va a ser difícil seguirle el paso.

Mientras veía el vídeo con suma atención, tratando de no perder ningún detalle que pueda jugarme en contra para la audición. Maldigo mentalmente con cada segundo a Chaeyoung, Dios, que yo esté aquí de pie frente apunto de cometer una locura como bailar sin acondicionamiento previo y encima viendo el vídeo solo cuatro veces me hace querer recitarle una maldición china sobre toda su familia a mi mejor amiga... ¡¿Chaeyoung, en qué situación engorrosa me has metido?!

El vídeo se detiene y la pantalla se apaga. Ay no...

— ¿Cree que pueda intentar replicarlo Srta. Minatozaki? —Está vez fue Jihyo quién lo dijo, me agarra desprevenida que sea ella, pues tiene los últimos veinte minutos totalmente callada— Estoy segura que usted es una gran bailarina —¡¿Acaso me guiñó el ojo?!

— Erm, sí —trago grueso—, claro que si puedo.

¿Sí puedo?

— ¿Piensas bailar sin un calentamiento previo? —preguntó consternada Dahyun. ¡Sé que es una locura, pero no tengo tiempo y ellas muchísimo menos! Si esto fuese una novela, rezaría al poder del guión para que me ayude, ¡algo va a salir mal de aquí!

No.

— Sí.

Mi cabeza dice lo que es cierto, y mi boca miente descaradamente.

— Muy bien. Te veo —Nayeon pone una sonrisa satisfecha. Dahyun queda asombrada con mi valentía— o más bien terquedad —, y Jihyo bueno...

Jihyo sonríe de lado, apoya su mentón sobre sus manos juntas y posa los codos en la mesa, Oh por Dios, siento que voy a desmayarme sin haber bailado ni una mierda...

¡Mírenla ahí! Toda perfecta, su traje galante, su sonrisa de idiota, sus ojos sonríen al igual que ella, toda coqueta, presumida, guapa, sexy y británica...

¡Odio mi debilidad por su nacionalidad!

— Adelante —dijo Jihyo. La música comenzó a sonar y estaba decidida por el todo, es la primera fase, al menos debería poder pasarla.

La música comenzó a sonar y entendí cual era mi papel en esos instantes. Bailar, dejarme llevar por ello, y también intentar no joder mi oportunidad...

Una melodía que no conocía pero que sabía que era la misma del vídeo lleno la habitación, comencé a replicar los mismos pasos de baile que los de Momo.

Según yo iba bien, tal vez estaba mal. No lo sabía con certeza, las tres mujeres me miraban para probar mi habilidad.

Aunque ni Nayeon, ni Dahyun estaban enteradas, en esos momentos yo no era Minatozaki Sana, era la chica del club que Jihyo conoció.

La chica con la que bailo, la chica que ella besó, y la chica que ella misma describía como un sueño... Estaba actuando, llevaba la máscara de Anna en estos momentos.

Y que Jihyo me estuviese viendo lo hacía más interesante.

Mientras bailaba sentía la mirada de las tres, pero solo una me interesaba, realmente a la hora de moverme.

Si, esa persona era Jihyo. La jefa, la maldita jefa. Me observaba

Podía notar lo tenso en su mandíbula, como las venas de sus manos se marcaban, acomodaba su corbata disimuladamente. Veía como quitaba su chaqueta y cambiaba su posición en la silla, ahora se cruzaba de brazos y era aún más intensa su atención sobre mí.

¿Cómo me sentía? Ya no lucía como una audición... Era algo más. ¿Por qué me sentía así? Sentía que entre Jihyo y yo había algo más, era como repetir esa noche... Veo como Jihyo suelta un suspiro.

¿Así que vas a suspirar porPark Jihyo?

Para desgracia de Jihyo nuestro juego de miradas termina, la música deja de sonar, la voz de Dahyun nos interrumpe y unos aplausos también... Un momento, ¿Aplausos?

Jihyo sale de su trance, y yo aún no la respiración un poco agitada luego de bailar, giró mi cabeza hacía la persona que aplaude, es Dahyun se ve completamente feliz, pero también la acompaña... ¡¿Im Nayeon?!

— ¡Mierda, eso fue excelente! —exclamó Dahyun, su emoción era palpable.

— Felicidades, aparentemente no fue tan mierda como yo creía —habló Nayeon. ¿De verdad le gustó? —, aunque igual tuviste varios errores, pero eso puedes mejorarlo con el tiempo, digo eso creo yo...

¿Está diciendo lo que creo que está diciendo?

— Todavía no cantes victoria, mucho menos te ilusiones solo opino que... —Vaya, al parecer esta mujer es más exigente de lo que creí, pero me quedaba con haberla hecho aplaudir. ¡Eso debía ser el logro más grande de mi vida hasta ahora!

— Ay por favor Im, estuvo muy bien —defendió Jihyo.

¡Claro que le parece así, si la estaba mirando a ella! Acabo de subir más su ego, todo un error.

¡Si, eso mismo Nayeon-unnie! —Aún estaba nerviosa, pero me sentía más confiada, Jihyo y Dahyun se esforzaban en darle más razones a Nayeon para que... Al menos me tuviera en consideración.

— Supongo que... —suspira—, estuvo decente —Dahyun asintió esfusivamente— ¡Pero eso no es nada, aún tiene mucho por mejorar y no fue la octava maravilla del mundo, cálmense! —la alteración de Im solo hizo a Jihyo rodar los ojos.

Ella tomó un sorbo de su café, y me miró nuevamente, tenía una sonrisa de labios juntos que me contagio— Me sorprendiste bastante, supuse que podía ser así. Ahora... ¿Crees que podríamos continuar con la parte del libreto que te dio mi asistente?

Di un ligero asentimiento y saque de la carpeta aquel papel con un texto en japonés, mis líneas, o bueno las que podrían ser mis líneas en un futuro.

Dahyun parecía recibió otro café de una de las asistentes que entraban y salían, eso me hizo arrugar un poco las cejas, confundida. ¿Cuanto café podía tomar ella? Aunque la veía emocionada por haber completado el coreografía –casi con éxito– de igual forma podía ver ese cansancio en ella, esa fatiga, pero tal vez yo no debía preocuparme tanto por eso, ¿o sí?

La artista se dirigió hacía a mí:

— Ahora me gustaría que leas el libreto de una forma... Mmh, ¿cómo decirlo? Este vídeo se trata sobre una ruptura, ¿Me entiendes? Necesito que así como bailaste, hagas esto pero muchísimo mejor, quiero drama, ¿puede ser? —Escuché atentamente, ella sigue—: Pongamos esta situación; rompes con alguien, y ahora esta persona quiere volver contigo, ¿Sí? Imagina que esta persona te trató horrible en dicha relación, ahora tú vas a ser cruel, le harás todas y cada una de las cosas que ella te hizo, ¿captas? —La forma en lo explicaba, tratando de hacerme entender la letra de la misma canción que yo baile. Ella de verdad es una artista—. ¿Qué opinas? ¿Puedes hacerlo?

Ahora si estaba más segura de mí misma.

— Sí —Afirmé y Dahyun curvo sus labios en una sonrisa. Agotada, pero seguía sonriente.

Segura de mí misma, ya no temía ante los ojos de Dahyun, de Jihyo, ni siquiera de Nayeon.

Tenía nervios, sí. Pero ahora tenía confianza después de bailar, ser Anna me daba esa confianza.

Aunque ahora si iba a tener mi faceta de actriz, esa que solo una persona conocía, y esta vez era Sana solo siendo Sana.

Leo el texto en japonés, las especificaciones del libreto, siguiendo las indicaciones de Dahyun, y un poco también a mí misma, hablo.

Pero antes de poder terminar mis líneas...

Suceden tres cosas:

Una, Dahyun me escucha, me ve a los ojos, pero se que ella no luce bien, esta pálida, incluso más de lo que ya es naturalmente; sus ojos se entrecierran y toca su cabeza ligeramente. Temo por su estado en esos momentos, me esta escuchando recitar el libreto, pero ella no está ahí en esos momentos, esta ida.

Dos, Dahyun empieza a verse aún más mareada, siento tensión, ¿debo dejar de hablar y ayudarla, o seguir con esto? ¿Qué debo hacer?

Tres, el sonido en seco de una madera cayendo al suelo y el no ver a Dahyun donde antes estaba me lo confirman.

Justo ahora, Kim Dahyun, se desmaya frente a mis ojos.

Y lo siguiente que pasa, es un verdadero caos.


La Srta. Im esta alterada, de verdad se ve muy alterada en el momento en que Dahyun cae al suelo. Se levantó inmediatamente y la tomó en brazos echándole aire con algunos papeles que tomó y desordeno en el escritorio en medio de su desesperación.

Dejo de recitar y me quedo perpleja ante la escena.

Una de las asistentes de Nayeon va a en socorro para ayudar a su jefa con el cuerpo de Dahyun. La escena que veo es terrible, Dahyun esta echada sobre los brazos de Im, y observó un hilillo de sangre salir de si frente. Terror en los ojos de Nayeon es lo único que puedo ver, y estoy segura que los míos también expresan lo mismo; escucho como le habla con sus ojos bien abiertos y en medio de un grito:— ¡Llama a Yoo, ya mismo, aquí no te quiero! ¡Llámala ya!

La asistente está tan nerviosa y confundida por la actitud de su jefa, no sabe ni a donde debe caminar, yo las veo, asustada también, Dahyun sigue en el suelo la sangre no deja de salir. Empiezo a buscar desesperadamente yo también algo en mi bolso, las gasas de emergencia que siempre llevaban en el kit que obligaba a Chaeyoung y a mí a siempre cargar. Ahora mismo me parecen útiles.

— P-Pero Señorita Im, ¿n-no deberíamos llamar una ambulancia primero? No es mejor que...— La mirada furiosa de Im y sus cejas juntas que alertan a la empleada que acaba de cometer un error.

— ¡No importa la puta ambulancia! ¡Llama a Yoo Jeongyeon ahora mismo o te despido! —Gritó entre dientes. Ahora si que inspiraba miedo.

— Nayeon por favor, cálmate —intento tranquilizar Jihyo. Subía sus mangas de su camisa de vestir.

Im respiraba cada vez más agitada. Era el pánico en carne y hueso.

— Señorita Im, por favor —habló la empleada, esta vez Jihyo fue quién la miró totalmente seria, parecía que podría gritarle igual o peor. La vena de su cuello se veía más prominente que nunca debido al estrés que tenían ahora mismo.

— ¡Jennie, por favor, deja tu incompetencia y busca a Yoo Jeongyeon en mi oficina! Ve, o de lo contrario si estarás fuera — La chica tardó unos segundos debido al temblor en todo su cuerpo, la voz ronca de Jihyo salió como un rugido, yo solo pude sentirme que sobraba en la situación; decidí ir a ayudar a Nayeon con la Srta. Kim— Maldita sea...

Cuando me agacho y busco algunos papeles yo también para ayudar a Im, ésta última no parece contenta con mi presencia:— ¡¿Qué haces aquí todavía?!
¡¿Acaso no ves?! ¡La audición ha terminado!

— Puedo ayudarlas —dejé mi cartera en el suelo— Jihyo abrió los ojos sorprendida—. Tomé un curso de primeros auxilios, por favor, Srta. Im, déjeme ayudarla con Kim Dahyun, tengo gasas yo podría hacer algo... —mi voz salió en un susurro. Nayeon se veía ofendida por mi ofrecimiento.

— ¡¿No estarás hablando en serio, o sí?! ¿Quién te crees mujer? ¿Eres doctora o algo así? ¡Quiero un medico, un maldito medico, o a Yoo Jeongyeon, ella sabe de estas cosas. Quita tus jodidas manos de aquí y retírate, agh— gruñó Nayeon.

Quería ignorar sus palabras, pero está vez fue un límite, la manera en la que Im estaba tan estresada intentando levantar a Dahyun. La forma en la que se dirigió a mí...

— ¡Nayeon, por Dios, no tenemos tiempo para que te pelees con ella! ¡Déjala ayudar, tenemos que levantar a Dubu! —Se quejó Jihyo, ahora si veía una preocupación genuina ante la situación. —Por favor ayúdanos Minatozaki. —Dijo, y finalmente con eso, Nayeon recobró la razón y me dejó ayudarla.

Saque las gasas de mi bolsillo y comencé a desinfectar la herida, recordé mis conocimientos y supuse que algo había hecho bien, pues el sangrado se había detenido.

Busque automáticamente su pulso, y asegurandome de que seguía respirando, hable a las dos mujeres:— Está débil, muy débil, díganme que tienen algo, ¡un olor fuerte, algo!

Mi mirada se fija en Jihyo, está apretando sus labios y tiene el entrecejo fruncido, ella está sería. Se acerca y toma mi hombro, me entrega un pequeño perfume, el olor es fuerte, quizá con ello Dahyun reaccione y podamos levantarla.

Hay crisis, desespero, gritos y tensión en la sala, hasta yo empiezo a sentir lo mismo que Nayeon, empiezo a dudar de sí Dahyun va a despertar...

— Gracias... —tomó la fragancia y abro el frasco con intenciones de acercarlo a su nariz.

Por favor reaccione...

Finalmente Dahyun tose y abre un poco sus ojos, pero no lo suficiente, su cabeza queda guindando en el brazo de Jihyo quién está atónita.

Al mismo tiempo, la puerta se abre trayendo a una rubia, dos asistentes, dos enfermeros y a la que reconozco como Yoo Jeongyeon, la misma chica que nos acompañó a Jihyo y a mí en el ascensor, quien va directamente a donde esta Nayeon.

Los enfermeros hacen que Nayeon, Jihyo y yo soltemos el cuerpo indefenso de Kim Dahyun; la tensión sigue en el aire pero veo el alivio impregnado el rostro de ambas jefas.

Nayeon por primera vez me habla, pero no con un tono de voz prepotente, ni arrogante, era una Nayeon preocupada, indefensa como la misma Dahyun.

Minutos después en la sala solo somos Nayeon, Jeongyeon y yo. Pues Jihyo fue detrás de los paramédicos.

Con lágrimas intenta hablar, pero la chica a su lado habla antes que ella mientras la abraza y la coloca en su pecho: —Lo que ella intenta decir es gracias —dio una sonrisa suave la rubia

La rubia a su lado la abraza con tanto anhelo que se me rompe un poco el corazón al verla así.

— ¿Está bien Srta. Im? —Pregunté bajito, pues estaba llorando, supuse que ella estaba aún muy tocada por el suceso pasado.

Ella solo me mira, limpia con el dorso de sus manos algunas de sus lágrimas, respira hondo y asiente ligeramente:— Sí.

Se levanta, y la rubia la rodea con su brazo, me da una mirada que me avisa que ella estará bien, y ambas abandonan la habitación.


De mí sale un suspiro, uno pesado.

No esperaba que eso sucediera.

Me doy la vuelta y recojo mi bolso, junto con mis papeles. Honestamente presiento que la audición es lo menos importante ahora, me preocupa Dahyun, ella se veía cansada desde el principio y se desmayó. La reacción de Nayeon tampoco me dejaba muy tranquila, de hecho, podía deducir que llamó a esa chica rubia, Yoo Jeongyeon, parecía la única que podía calmar su ansiedad, ella estaba teniendo una crisis de pánico en ese instante, no me hacía falta conocerla profundamente para saberlo.

Y Jihyo... no sé nada de ella. Se mostró preocupada, sí. Pero antes ella no se desmoronó como Im, solo uso un tono de voz fuerte para regañar a su empleada; sé que estaba preocupada cuando corrió tras Dahyun cuando la retiraron.

Dios, ha sido un día muy movido...

— Que día tan... —dije para mí misma, pues estaba sola, o eso pensaba.

— Pesado —Escuché una voz detrás de mí— Sí, ha sido bastante raro, ¿no crees?

De brazos cruzados, apoyada de espaldas en el marco de la puerta, Park Jihyo robo mis palabras antes de siquiera poder decirlas.

Aun estando desaliñada, con una coleta desordenada y mal hecha, sus ojos un poco rojos, y las mangas arrugadas. Ella aún se ve bien.

— ¿Todo bien? —dudé en cuanto la vi. La veía cabizbaja.

— Ella ya está camino a una habitación privada, todo estará bien —dijo suavemente.

Ella quiere fingir que no le afecta. ¿Por qué se quiere ver así?

— Tú... ¿tú estas bien? ¿Cómo te sientes? —camino hasta donde está, y la veo fijamente, no mientas Jihyo—. ¿Está bien Srta. Park?

Y Jihyo de la nada rompe en llanto y me abraza.

Me está abrazando.

— No la pude proteger Sana... Yo... —dice sin voz, entre el llanto y sus hipidos, siento su cuerpo temblando contra el mío, su aroma suave rozando mi nariz. Esta sobre mí pidiendo auxilio... ¿Qué hago? —Sana, ella... Ella colapsó, ¿Puedes creerlo? Ella es importante, no pude haber permitido que esto suceda así, es que...

La aprieto contra mí, mientras acarició su cabello, esa noche en el club, era largo, ahora es de un corto y tiene algunas hondas, pero sigue siendo suave y perfecto.

Algo digno de Park Jihyo.

Esos cabellos oscuros se enredan en mis dedos, intento transmitirle seguridad.

Ella se separa de mí y sorbe su nariz, como un pequeño niño, me ve y dice:

— Oye chica cine... N-No te quisieras... Uhm —cierra sus ojos—. ¿No quisieras tomarte un café conmigo?

— Pensé que eras fan del té —intenté bromear. Ella río con desgano.

— A veces si necesito un café, y uno fuerte...

— Claro. Te acompaño.

— ¿Entonces me estás diciendo que Dahyun tiene seis semanas entre viaje y viaje? —Preguntó directamente, con algo de pena también. Aquí estoy. Hablando con Park Jihyo, la CEO de aquella empresa donde quería echar suerte por un empleo que "disparara mi carrera".

Fue todo lo contrario, pues no creo que con lo de hoy, haya pasado al menos a la segunda fase de audiciones. Sin embargo fue divertido bailar para Jihyo, divertido llegar hasta aquí y conocer gente, lo que no fue divertido fue tener que ver como un artista pop quedaba inconsciente frente a mis ojos.

Ahí estaba igualmente Jihyo, tomando su tercera taza de café expresso en la media hora que llevamos conversando, en una de las áreas de comida de la empresa. Habían postres, cafés, bebidas energéticas, todo lo que te pudieras imaginar allí. Pero Jihyo y yo solo queríamos un buen café y una charla no tan emotiva, aunque esta chica no sabe no ser emotiva.

Pues en el momento en que empezó a contarme la culpa que sentía por haber presionado tanto a Dahyun, sentí que debía quedarme, ya eran cerca de las doce del mediodía, y eso no me importaba. No cuando tenía a Park Jihyo, bueno... a Jihyo, contándome su vida y preocupaciones, como si fuéramos amigas de toda la vida.

Cualquiera de las chicas que audicionó antes que yo o que estaba en la larga fila y me viera con ella ahora diría: «¡Esta aprovechándose de la jefa y su confianza!» Cuando realmente, no pensaba acabar sentada aquí con Jihyo, es más, no pensaba volverla a ver después de la audición...

La vida te pone en situaciones totalmente inesperadas...

— Sí. Ella tiene desde Febrero planeando un nuevo álbum, una gira, meet & greets, videos promocionales, entrevistas, todo... Ella se encargó de hacernos saber a mí y a Nayeon y a todo su equipo que eso era lo que quería —suspiró mirando a otro lado— Le dije que eso era mucho para todos, que si realmente estaba dispuesta a todo lo que eso significa; dijo que sí. Error de principiante para ambas, suyo por querer hacer y organizar todo eso ella misma, y mío por darle el sí, él entusiasmo nos ganó Sana, muchas veces conversamos con ella de si realmente quería seguir con todo esto, se lo agotador que es... —Jihyo no hallaba las palabras, parecía perdida— Física y mentalmente es terrible, y ella...— Jihyo aguanto nuevamente las ganas de llorar— Ella solo fingió estos últimos meses que no le afectaba el Jet-lag y el no dormir, ni los incontables ensayos de los cuatros vídeos musicales que quiere hacer, ni los de la gira. ¡Mierda ella se guardó todo!

Apoyo su cabeza sobre la mesa y gruñó, algo que me hizo sonreír con dulzura. De verdad parece que esta haciendo un berrinche pero solo es una mujer preocupada por los demás.

— Ya no me pareces tan idiota, ¿Sabes? Con todo esto que he escuchado, has llorado más de lo que pensé que podrías hacerlo. ¡Sí que eres emocional, Jihyo!

— ¡Déjame, estoy desesperada! —río un poco—, ¿en serio te parezco muy emocional?

— Eres peor que un maldito Pisicis con ascendente en Cáncer.

— Soy Acuario.

— Buuu, abajo los Acuario —Bromeó con ella, me mira con esos ojos de cachorro, ¿Cómo pasa de ser una Jefa imponente a un cachorrito abandonado a su suerte? — Sabes que es mentira, ¿no? Al menos tu me agradas.

— Mhhh, no te creo —sonrió y negó divertida — ¿Solo piensas tomar café?

— Pues sí, estamos en una cafetería mujer, no esperes que pida una bebida energética.

— Claro, claro — Rodé mis ojos —Pensé que querrías algo más.

— ¿Algo más? ¡Para nada! Soy feliz con un café y un brownie, pero no tengo ganas de gastar dinero ahora, ¿Sabes? Me estás invitando tazas de café como si nada, que miedo, voy a sufrir de hipertensión después de esto.

— Puedes pedir lo que quieras —Dijo con una sonrisa coqueta. Ay no...

— No coquetees, no estamos para eso ahora —tome su mano sutilmente, ella mira y mostró sus dientes— ¡Jihyo, sin coquetear!

Ella soltó una carcajada sonora, ya no parecía la misma que había llorado por la salud de Kim Dahyun, o sobre lo estresante que es su trabajo. Era Jihyo, y su risa me parecía contagiosa, eso me agradaba de ella.

— Bueno, sin coqueteos. Pero no me cambies el tema, ¿Sí?

— ¿A qué te refieres? —dudé.

— Me refiero a que son más de las doce y estoy segura que no comes desde el desayuno, Sana. Anda, pide algo, la cafetería es mía, así que no me molesta que me robes comida, linda —Negué y mofé inmediatamente.

— Primero, nada de decirme linda, segundo. Ya se me hacía raro que no salieras a presumir tu gorda billetera, vaya... —Jihyo enarcó una ceja y soltó un bufido.

— ¿Yo? ¿Presumida? Mejor deberías verte a ti presumiendo tu baile, bah —se defendió.

— A alguien le encantó —dije con orgullo.

Ella se ruboriza.

En efecto, yo coqueteo mejor.

— Yo no he dicho eso —mira a otro lado mientras juega con una servilleta — ¿En qué soy presumida según tú?

— En traerme a tu cafetería a tomarte casi una docena de cafés y luego alardear sobre que es tuya —expliqué.

— ¡¿Qué?!

— Y no sabes lo humilde que me pareció que decidieras traerme una cafetería común —mire a mi alrededor, bueno, no era tan común. No era como las cafeterías estándar de Nueva York, tenía su toque especial— Bueno, casi. En realidad esperaba que fueses aún más presumida y me llevaras a tomar café en tu gran oficina —me reí y ella se sonrojo violentamente.

Segundos después luego la vi sonreír con picardía.

— ¿Entonces esperabas tú, Señorita Minatozaki, que te invitara a mi oficina? —dejé de reír y ahora quien pasaba a burlarse era ella. Ya veo...— Comprendo perfectamente que quieras hacer eso, Sana. Cualquier mataría por estar en mi oficina, bueno, una de tantas.

— Ni por más dramática que seas se te quita lo idiota... —Murmuré y ella regalo una sonrisa suave.

— Creo que lo de Dahyun me afecto más de la cuenta, ¿Sabes? Esta semana paso algo similar con un familiar —tomó aire y se veía algo tensa—. Mi familia es muy propensa a enfermarse, nos cuidamos mucho, pescamos resfriados de la nada y esta semana mi sobrino se enfermo... Fue... Malo, muy malo, me hizo querer salir corriendo a protegerlo, aunque sé que tiene a su padre para eso —Escuché atentamente como lo decía, Jihyo era esa persona, en  el tiempo que hemos conversado, intuía que ella era el tipo de persona que se preocupaba mucho por los demás, incluso más que por sí misma—. Él es muy importante para mí, y sentí la misma culpa que hoy sentí con Dahyun cuando no pude... protegerlo.

Cuando contó todo eso decidió evitar mi mirada. Yo dudé unos segundos si lo que estaba por hacer era correcto, pero vi su mano libre y puse la mía sobre la suya. Ya lo había hecho, pero esta vez era diferente, pues Jihyo no se inmutó, al contrario apretó su mano contra la mía.

No sabía que decir, ya no podía bromear, veía la vulnerabilidad en todo su semblante, toda ella era así, dulce y preocupada, era reservada pero conmigo y con sus seres queridos se notaba que le gustaba conversar.

Y aunque prácticamente somos unas desconocidas que el destino no para de poner en situaciones ciertamente extravagantes y extrañas. Agradecía su confianza hacia mí.

— Está bien preocuparse por los demás Jihyo-yah. ¿Puedo llamarte así por ahora? —Ella asintió y giró su cabeza al frente— Yo creo que es admirable que aún siendo una jefa con probablemente más de cien empleados te preocupes por cada uno de ellos. Sé que es complicado, se nota que buscas la felicidad ajena antes que la tuya, y aunque no estoy en contra de ayudar y proteger a los demás— Mis ojos conectaron con los suyos, y sentí como su mano temblaba un poco pero jamás me soltó —Creo que debes también dejar de culparte tanto y tan horrible por ellos, no controlas todo lo que sucede a tu alrededor. Estoy segura que la Srta. Kim y su sobrino aprecian las cosas que usted, Srta. Park —río al escuchar esa formalidad—, hace por ellos. Pero por favor, Jihyo... No te eches la culpa por cosas que tú no controlas, nadie puede anticipar un resfriado, ni un desmayo, ni un terremoto, no puedes hacerlo, ¿Sí?

Ambas nos sonreímos y el ambiente se cargo de un silencio cómodo.

Tal vez demasiado, y aunque me gustaba hablar con Jihyo, nuestra conversación, la manera en la que intenta coquetearme aunque sea en juego y la suavidad de sus cálidas manos...

— Creo que me siento un poco mal, extrañaré hablar contigo, idiota —Le dije, estaba siendo sincera. Si podía llegar a extrañarla, pero sabía que estos encuentros esporádicos no eran por siempre, en algún momento debían acabar.

Jihyo me mira, veo esa ternura del momento en sus ojos también, y me dice:

— No creo que tengamos que separarnos, sabes... ¿Quién dice que no podemos seguir hablando?

— Jihyo, no creo que después de hoy volvamos a encontrarnos, ¿Entiendes? Es muy tonto pensar así.

— Para mí es tonto que te anticipes con algo como eso —me dijo muy segura. Algo en su seguridad me hizo sonreír inconscientemente.

El teléfono interrumpió nuestro momento.

El celular de Jihyo suena en sus bolsillos, mis cejas se juntan en confusión cuando «Baby» de Justin Bieber, empieza a sonar entre todas las mesas. Jihyo me mira un poco incómoda por la interrupción y suelta mi mano para contestar, escucho una pequeña maldición mientras suena la canción:

— ¿Hola? ¿Kook? Erm, dame un momento, ¿Sí? Tengo compañía —. Y me hace una seña de disculpa antes de levantarse.

A lo lejos escucho un poco de la conversación de Jihyo y el tal Kook.

« — ¿Crees que puedas esperar un poco sobrino? »

¿Sobrino?

« — Ya veo, pues entonces dile que estaré ahí mañana mismo »

Me sentía algo entrometida por escuchar parte de su conversación no tan larga. Cuando Jihyo regresa a nuestra mesa, llama a una de las encargadas del lugar y mira el menú:

— Quisiera dos pizzas familiares grandes, y una malteada de chocolate— Ahora su atención se posa en mí — ¿Qué deseas tú de beber?

¡¿Está ordenando comida para las dos?!

— Yo... —rasco mi nuca, y sonrío nerviosa a la mesera— Creo que solo agua mineral.

— ¿Te gustan las fresas? ¿No te gustaría de postre fresas con crema? —mira a la mesera— ¿No tiene malteada de fresas con crema?

— Jihyo, por favor —dije entre dientes y totalmente apenada por la presencia de la otra chica allí —Erm sí, agua mineral solamente.

La chica anota la orden y pregunta:

— ¿Algo más? ¿Y de postre?

Por favor no pidas las fresas con crema, por favor no pidas las fresas con crema.

— Tiramisú, y fresas con crema —Me siento ignorada.

Cuando la chica se va le doy una mirada seria a Jihyo:— ¿Qué haces? ¿No te dije que no quería almorzar?

— No te pienso permitir que te vayas sin haber almorzado antes conmigo. Es una cita —guiño el ojo.

¿Y ese cambio de humor tan repentino? Esta mujer debe de tener algún desbalance emocional o algo similar.

— ¿Te volviste loca? —regañé.

— Por ti —dijo mientras veía su teléfono, aunque no quite mi mirada de molestia. ¿Por qué pedía comida así? ¡No es una cita, era una emergencia emotiva! —Oh disculpa cariño, no quiero ignorarte mientras estamos aquí, ya dejo el celular...

— ¡Jihyo! —Gritó, y una de las meseras ve a nuestra dirección.

¡Dios que vergüenza!

— Explícame por qué compraste comida. ¡Y sin preguntar!

— Lo hice y me dijiste que no querías nada más. ¿O es por las pizzas? Las pedí margaritas, parece que te podían gustar. También podría pedir pollo frito, o una ensalada, o un sándwich o...

— ¡Jihyo deja evadir el tema, por amor a Dios!

— Bien... Bien... ¿Puedo ser honesta contigo?

— Creo que sí. O eso es lo mínimo que espero —me quejé.

— Escucha... Sana solo quería que comierámos juntas —dijo apenada.

— Deja de hacer tu cara de cachorro, y háblame. ¿Qué pasó?

Jihyo suspira y lo siguiente que dice me parece la cosa más estúpida que he podido escuchar de su tontos y sexys labios británicos:

— Necesito que salgas conmigo —Y la carcajada que suelto no puede ser más alta, hasta siento que las pocas personas que nos ven se nos quedan mirando raro.

Sigo riendo mientras busco aire para poder responder:— ¡Jihyo! ¡¿Enloqueciste?! Esa no es manera de salir con alguien. ¡Jesús, me ahogo!

Jihyo espera que termine de reírme, pero cuando busco sus ojos esperando que sea solo un chiste de esos que ella hace y son graciosos sin intentar, me doy cuenta que habla en serio.

— Sana, por favor. Necesito que salgas conmigo —Ahora suena más seria que nunca.

Definitivamente no entiendo si debo reírme o llamar a la policía.

— ¿Qué? —digo sin pensar.

Jihyo gruñe frustrada.

— Sé que no es la manera de decirlo... Ni de hacerlo... No pretendo que un par de pizzas salgas conmigo por que sí, en realidad es porque sé que tienes hambre pero te vas a negar. Pero si necesito que salgas conmigo... O bueno, no como tú piensas, necesito... es...— Y se queda trabada justamente allí.

¿Qué quiere esta mujer de mí?

— ¿Cómo voy a salir contigo? ¡Apenas te conozco, no seas idiota! —Le golpeó la mano.

— ¡Auch! ¡Sana! —se queja— ¿Puedes escucharme?

— Espero que sea algo sensato, Park.

Jihyo busca la manera de decirlo. Se nota apenada, pero igualmente decide por fin explicarme:

— Mi sobrino me acaba de llamar. No sé ni como pienso hacer esto pero... —Me mira con preocupación— Sana, necesito, por favor salir contigo. Tengo una situación familiar que amerita llevar una chica, y... Yo no tengo a nadie, ¿Sí? He estado buscando estos días una mujer que logre ser mi novia falsa por al menos una semana.

¿Novia falsa? ¿Una semana? ¿Qué coño?

— Sana, solo mírame. Mi madre, mi sobrino y mi cuñado piensan que tengo una increíble novia desde hace tres meses, desde hace una semana he buscado una chica que simplemente tenga la disposición para fingir hacer eso. Pensé en contratar una actriz, incluso pensé en buscar una cuando estaban en el club, pero yo...

— Tú...

— Yo creo que a quién necesito es a ti, necesito que seas mi novia falsa.

— No logro entenderte, Jihyo... Tú insinúas que solo porque hemos hablado y me invitaste un café, y estuvimos apunto de besarnos, ¡Voy a engañar a tu familia que no conozco para nada! —Empiezo a sentirme indignada. Muy indignada. Eso quería decir que para Jihyo nada de lo que hemos hecho es natural.

¿Pero por qué me ofende tanto que esta mujer haya intentado desesperadamente acercarse a mí para que sea su novia un par de días?

Claro que sé por qué. ¡Las cosas conmigo no funciona así! ¡Maldita seas Park Jihyo!

— Eres despreciable —suelto una risa amarga— ¿Cómo se te ocurre pedirme eso? ¿Somos amigas como para hacerte ese favor? ¡Jihyo ten sensatez! ¡Eso es una locura!

Jihyo se ve avergonzada, y menos mal que es así. ¿Un favor sin siquiera serme sincera de sus intenciones desde el inicio?

— No puedes ser así con alguien que apenas conoces. Debes ser clara con lo que quieres. Ya decía yo que porque coqueteabas así... Dios, soy tan estúpida— Murmuré para mí misma, tome mi bolso y me levante. —No, no quiero hacer eso.

Ella se levanto al mismo tiempo que yo, pero como sabía que me seguiría decidí encararla: — Escúchame Jihyo, me siento incómoda con lo que me acabas de pedir. Por favor, solo, por favor aléjate y... Lo siento tanto porque tengas todos estos problemas y conflictos, pero no puedo creer que me engañes así para... para...

Quería gritarle, quería llorar, quería decirle mil cosas feas en su estúpida cara. Pero no podía cuando me miraba así...

— Sana, por favor, quédate y hablemos mejor esto... No estoy fingiendo, me caes muy bien, y me agradas, me gusta tu presencia. Por favor escúchame antes de irte.

Pude haber cedido, pude hacerlo si mi teléfono no me hubiese salvado de esa situación.

Era Chaeyoung.

Gracias al cielo.

— ¿Sana?

— Adiós Jihyo. Está vez es en serio.

La coreana solo se quedó ahí. Sin decir más. Y en serio me sentía tonta, pensar que esa idiota empezaba a caerme bien...

« Olvídate de Jihyo, Sana. Ella solo quería cometer una locura y arrastrarte a una mentira » Me recuerdo todo el camino.

Es tan idiota hasta para planear cosas...

Cuando salí por fin de los interminables pasillos de la disquera. Subí rápidamente al auto de Tzuyu donde Chaeyoung y su novia me esperaban.

— ¿Qué te pasó? ¿Por qué estás tan molesta? —Pregunta mi mejor amiga en cuanto me ve.

— En casa te cuento —No tenia ánimos de hablar ni pensar en la bochornosa situación con Jihyo.

De camino a casa no puede evitar pensar que debí haberme quedado a escucharla un poco más.

— ¡¿Qué ella qué?!

— Sí Chaeyoung, Park Jihyo me pidió ser su novia, falsa o algo así... —dije con mi cabeza entre las almohadas.

Desde que Tzuyu nos dejó, Chaeyoung no ha parado de hacer sus usuales interrogatorios.

Y como era de esperarse, tuve que contarle cada detalle del día, desde mi desastrosa audición, hasta Im "El Halcón" Nayeon, y por supuesto la tonta de Jihyo y sus fresas con crema, más su pobre poder del convencimiento.

Su terrible propuesta... Dios.

— Sana, por Dios. ¡Te suceden unas cosas! ¿Una CEO te vió y pensó que eras buena para llevarla a casa con su madre? ¡Debes de estar bendecida o algo así!

Chaeyoung exageraba todo lo que le decía.

— No. Más bien es desgracia tras desgracia. ¡Vamos Chaeng, me intento besar y luego quería que fuese su novia con unas fresas con crema baratas de su estúpida cafetería! ¡Es una millonaria más!

— Y una muy guapa —completó Chaeyoung.

— Tzuyu te mataría si te escuchara así.

— Vamos Sana, ella es guapa, rica, me estás diciendo que casi te besa, ¿y no pudiste aunque sea negociar con ella sobre ser su novia? ¡Entiendo que la rechaces, pero tú que sabes si se enamoraba de ti o algo!

— Vives en una fantasía. Esto no es una película barata donde todo es predecible. Ella no está enamorada de mí, y solo se preocupa por ella misma. Ni siquiera lo dijo con tacto, solo pensaba decírmelo después, ¿ves?

— Quizá estaba nerviosa, Unnie. Debiste escucharla.

— ¡Me sentía herida! —solté.

— ¡¿Por qué?!

Eso es verdad. ¿Por qué?

— No se explicarlo. Solo sé que eso me indigno, ella estaba tan apenada, ¡y que bueno, porque debería sentir vergüenza!

Chaeyoung me mira y niega. De verdad no entiendo por qué defiende tanto a Jihyo sin conocerla.

— No lo entiendes. Era una oportunidad, Sana. ¡Es una CEO de una disquera! Tiene miles de contactos y conexiones importantes. Salir con ella te hubiese beneficiado.

— No quiero nada de ella, Chaeng —Rodé los ojos— No quiero el camino sencillo.

— Sana, ¿no consideraste que quizá hubieses hecho tu trabajo de actriz con ella? ¡Nada más era agarrar su mano y soportar gente rica, no entiendo por qué...! —Estaba cansada de las quejas de Chaeyoung, así que le di una mala mirada que la hizo callar.— Lo siento, unnie, es solo que...

— Lo sé, pero no quiero hacer eso ni por dinero, ni por fama. Consideraba que Jihyo y yo nos estábamos cayendo bien.

— Pues entonces que se joda —dijo Chaeyoung con seguridad — No te merece unnie, aunque nunca salieron pero entiendo a lo que te refieres.

— No entiendo por qué me lo dijo así, como si... Como si eso no fuese nada. Es tan imbécil.

— Lo es. Pero era guapa.

— ¡Son Chaeyoung! —me quejé— Mejor déjame dormir, no tengo tiempo para andar hablando tonterías, esta noche me toca turno en el bar.

— Cierto, vuelve Anna. ¿A qué otra chica linda traerás a casa? ¡Espero que sea la de la otra vez, así le pido disculpas! —Oh definitivamente la que menos quiero ver ahora. No.

— Sí... Quizá.

Marcaban las once y media en Moonlight Sunrise. Era mi turno nocturno de los jueves. Usualmente era el turno que más tomaba, en este Chaeyoung no me acompañaba, así que solo me limitaba a trabajar, no a conversar con nadie, ni siquiera con mis jefas. Era otro día de trabajo y ya.

El Ala Sunrise siempre solía estar vacía, hoy no era excepción. Aunque vinieron algunas parejas a pasar el rato, ninguna se quedó el suficiente tiempo allí como para ser algo importante.

Solo estaba ahí viendo la conocida luz amarilla y roja que alumbraba la barra.

Ahí fue cuando la vi.

No esperaba verla nuevamente. ¡Claro que ni en mil años querría eso! ¿Por qué sentía que el mundo se burlaban de ambas, y sobre todo de mí por creer que podía evadir su presencia?

Jihyo esta aquí. Vestida con la temática de esta noche: Los años 60's.

Podía verla con un vestido de cuadros rojos, y un peinado que sentía que le sentaba de maravilla, también un maquillaje de la época y labios rojos. Me regañe mentalmente al verlos.

¡No puede parecerme tan atractiva incluso cuando estoy enojada!

Solo quisiera pegarle en su estúpido rostro...

Hey —dijo con timidez. Mientras sostenía un ramo de flores.

Debía admitirlo, eran muy lindas. Y ella también lo era.

Pero ni con eso me podría convencer...

— ¿Qué haces aquí? —chasqueo mi lengua. La miro de reojo. ¿Se nota que estoy ofendida con su torpe trasero aquí? Lo estoy— Empiezo a pensar que estas obsesionada conmigo.

Ella río:— Un poco —Me miró con esa sonrisa que odiaba. Y no la odiaba porque fuese horrible, al contrario, era perfecta. Era como tener a la mujer ideal en frente, solo le faltaba arrodillarse para ser mi tipo— Un poco bastante, y más con esa vestimenta.

— Déjate de formalidad, Jihyo. Qué quieres.

— A ti. ¿No era obvio?

— ¿A cuál vieja millonaria con un jardín bonito le arrancaste sus flores? —resoplo— debería llamar a la policía.

— La patrulla no me alcanzaría ni en mil años, Sana —respondió con diversión.

— ¿Qué haces aquí? —repito.

— Solo quiero... Solo quiero bailar, ¿no quieres?

— ¿Bailar? —entrecierro los ojos —, Oh... Ya veo, ¡quieres arreglar todo como si fuese una película romántica! Pues para tu información, no lo es. Jódete.

Cuando quiero darme la vuelta, Jihyo rodea la barra, toma mi hombro y me acerca, su respiración claramente muestra su nerviosismo:— No sabes ni qué estás haciendo, Park...

— Sí lo sé. Quiero bailar, quiero tenerte cerca, y no menos importante quiero mirarte cuando lo haga —¡Su acento sale en los peores momentos!

— ¿Hacer qué? —titubeo— ¿Qué quieres de mí?

— Tu perdón, ¿puede ser? —Sus ojos fueron directo a mis labios, su pulgar pasó delicadamente por mi labio inferior — Te ves bonita.

Ya no puedo más...

— Sí me vas a besar, hazlo. Eso no cambia nada —Exacto, eso no cambia nada.

— ¿Puedo? —elevó una de sus cejas lo cual hizo que me empezara a faltar aire—, me encantaría, aunque creo que no es digno de una dama como tú... Primero debería invitarte a bailar, ¿no?

Jihyo se aleja un poco, levanta el pecho con orgullo, extiende su mano hacia y con la otra sostiene las flores, mientras aspira su aroma me dice:— Margaritas, ¿Sabes? Me recuerdan mucho a ti. Bonitas, alegres, llamativas, sexys...

¿Desde cuando las Margaritas son sexys?

— Lo último sobra —digo secamente.

— Tú sabes que no es así.

— Cómo sea. ¿Bailarás conmigo o qué?

— No hay otra cosa que quiera hacer esta noche, si soy honesta... —Y sí, es una maldita atractiva y coqueta cuando ella quiere, funciona para ella... No para mí.

— Después de esto... ¿Te largas, no es cierto?

— Por favor, Sana —Tomó mi mano y deslizó la libre por mi cintura suavemente, con cuidado— Aún no hemos comenzado.

— Cierto —empiezo a sentir como mi cara se vuelve caliente, agradezco que los colores de la barra cambian a tonos más oscuros y no puede distinguir el rojo de mis mejillas — ¿Por qué me miras tanto?

Y si me miraba, y mucho.

— ¿Por qué no? Solo relájate —Alzó mi mano con la suya —Relájate, no tienes que mirarme esta noche, porque yo te miraré a ti.

Palabras que se quedarían tatuadas en mi mente, aunque en ese momento no lo admitía.

Y mientras la melodía de «Stand By Me» de Ben E. King era tarareada por Jihyo la suave voz de Jihyo, nos movíamos alrededor del lugar, solo ella y yo.

¿Con esto quiere que la perdone?

— ¿Por qué haces todo esto?

— Porque tú si me caes bien, Sana... Quiero tu perdón —la intensidad con la que me mira siempre me sorprende—, no quise decir las cosas así.

— Lo hiciste.

— Y eso lo siento —aclaró—, nunca quise que te sintieras así, por favor no pienses así de mí, eres mucho más, siempre has sido mucho más...

Me dio la vuelta y quedamos de frente nuevamente, la distancia siempre ha sido nuestra enemiga y nunca le hemos hecho caso.

No hay un límite entre ella y yo. Nunca lo ha habido.

— ¿Qué soy?

— Antes, una fantasía hecha realidad —La mano en la cintura me acerco mucho más y rozo su nariz con la mía, podía ver ese tonto lunar que tanto me encantaba— Ahora, lo sigues siendo, pero eres una mujer bonita entre mis brazos. Eso eres, eso somos, dos mujeres entre los brazos de la otra.

Sus palabras salieron en un susurro y sentí como mi piel se erizaba. La canción estaba por terminar, y sentía que era eterna con Jihyo.

— ¿Escuchas eso? Él dice: Quédate conmigo. Eso te pido yo, Sana. Quédate conmigo —Su sinceridad me mataba lentamente.

— ¿Vamos a ser amigas? —Pregunté de golpe y ella sonrío mientras negaba.

— Me lo merezco por ser idiota.

— Sí.

— Empecemos de cero. Seamos amigas, Sana, por favor lo que quieras, pero no quiero que estés enojada conmigo —su aliento huele tan bien. Eso me agrada de ella.

Sus ojos fijos y con suplica, y no supe negarme a ella, y entonces no lo dude, empuje su cabeza contra la mía en un pequeño beso. Un beso final, era un roce de labios, mínimo, coqueto, ansiado, éramos amigas a partir de ahora, y con eso la perdonaba.

Cerro sus ojos e imite su acción, ambas disfrutamos el pequeño choque de nuestros labios.

Sus labios son tas suaves, se siente como besar una nube ahora mismo. ¿Y ese labial? Definitivamente tengo la boca rojiza en este instante.

Luego de una fracción de segundos, ella ladea su cabeza, la analizo; su sonrisa podría iluminar toda la ciudad si se lo propone cuando voltea su vista:

— ¿Significa que estoy perdonada?

— Significa que puedes pedirme los favores que sea, somos amigas —respondí.

— Somos amigas —confirmo.

Nos dimos un abrazo mientras terminaba la canción. Sin dudas fue una de las disculpas más lindas que había recibido de alguien, Jihyo realmente me hizo vivir una película esa noche. Eso me hizo adorarla más poco a poco, aún sin conocerla.

Cuando nos separamos ella tenía su cara totalmente roja. Aún tenía las flores entre sus manos, jugaba nerviosa mordiendo sus labios.

— Perdón, no bailo con nadie casi nunca.

— Solo fue un baile de amigas.

Ella rasco su nuca:— Sí, eso— apretó sus labios—, de verdad perdóname Sana. No quise lastimarte, me caes muy bien. Eres una mujer decidida, hermosa y admirable, y yo una pobre idiota que no sabe fingir que si te pierde estará en problemas.

Reí. Era cierto, y me gustaba como se expresaba sobre mí.

— Ya, ya. Dejemos la cursilería de lado, ya te di tu beso —sonrió avergonzada— Aunque tendremos que practicar más seguido.

— ¿Qué dices?

Entonces ahí tome una decisión. Quizá no era mala idea ir y ayudar a esa pobre mujer, que además tenía un lindo acento extranjero.

— A ver Sra. Park, ¿Cuál es ese lío en el que te metiste que requieres de mis servicios como novia falsa?

Ella abrió su boca en sorpresa:—No... No es necesario, por favor Sana. No es...

— Cállate tonta. Quiero hacerlo.

— ¿De verdad? —preguntó confundida.

— Sí, no me tomes por loca por cambiar de opinión tan rápido. Es que al final las flores si me convencieron, wow.

— Tal vez es porque soy buena haciendo negocios, recuerda que estudié para lograr cerrar tratos.

— Deja de alardear y escúchame.
No te saldrá barato —ella me miró atenta—, debes invitarme un café— torció sus labios.

Soltó una leve risa:— De hecho estaba pensando en darte dinero por esto, no me gustaría que pierdas el tiempo por nada.

— Que amiga más generosa, pero... —sonreí— No sé si soy capaz de aceptarlo —aclaro.

— Deberías, será una buena paga —insiste.

— No te creo Jihyo, no es necesario en serio, mira...— Pero Jihyo se acercó a mi oído y me dijo una cifra con varios "cero" y mis ojos y corazón amenazaban con salirse, le dio un mini empujón en su hombro— ¡No vuelvas a darme cifras de esa manera, me dará un infarto, mujer!

Ella soltó una carcajada, tomó mi mano y tosió falsamente:— Entonces Srta. Minatozaki, ¿cierras el trato?

— Esto no es moralmente correcto, pero créeme, acabamos de besarnos siendo amigas y con una semana de conocernos. Todo se vale aquí —reímos juntas.

Ahora soy la novia falsa de Park Jihyo.

Hola, aparezco luego de dos meses sin actualizar, estaba pensando en dividir este capítulo pero sinceramente no sabía si hacerlo o cambiar el estándar de palabras por capítulo. ¿Les gusta este formato largo o les gustaría algo más corto? Denme señal de que les gusta o no...

Gracias por de igual forma leer, comentar y dar apoyo este fic, de verdad trae un esfuerzo muy grande detrás, no es por nada pero pase todo el día tratando de acabar el capitulo para ustedes, ojalá disfruten ♡.

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