10: "Cosas de una noche. "
Sana's POV
— ¡No te vuelvo a prestar esa peluca, pasan cosas cada vez qué-...— Fue lo primero que grito Chaeyoung cuando di la vuelta a la entrada de la casa.
Oh. Mi. Dios. ¡Traje a una desconocida a casa, Chaeyoung tiene todas las de enojarse!
Y lo supe, lo supe cuando sus ojos me miraron entrecerrados y acusatorios. Ella había llegado más temprano de lo normal, estaba consciente de que posiblemente llegaría cansada, pero esta vez claro que no fue la ocasión. En cuanto vió que la ropa de Anna que llevaba ayer la sigo trayendo encima, entendió de inmediato que me metí en un enredo... ¡Muchísimo peor, debe pensar que me la he tirado!
No fue así. ¿Tenía algún problema con ello? ¡Para nada! Pero Chaeyoung no entendía razones cuando estaba dándome una charla moral:— ¡Minatozaki Sana, después dices que soy yo!— Señaló ella con su usual tono molesto. Oh mi Dios, mi mejor amiga está extremadamente molesta conmigo en estos momentos—, ¿me puedes explicar por qué una chica bonita salió por la puerta de nuestro dormitorio?— Enarcó una ceja. Abrió sus ojos, y la rubia en resumidas cuentas me iba a asesinar.
Además de interrogarme como si hubiese cometido un crimen.
— Chaeng... ¡Pued-do explicarlo! Escucha— Le dije suavemente:— Antes que nada, siéntate en el sofá. Te ves cansada, rubia bonita.
— ¡Nada de rubia bonita, hace nada dijiste que parecía un leopardo mal teñido!— Recordó ella. ¡Genial, no tengo excusas ni escapatorias!— Ahora me vas a explicar, cada maldito detalle. ¿Qué le hiciste a esa pobre chica? ¡¿La amarraste?!
Negué.
— ¿Le pegaste con una fusta? ¿Hicieron roleplay? ¿Estuviste en un trío?— No, no no y la última no suena tan mala idea... ¡Pero no hice ninguna! Negué en cada oportunidad y Chaeyoung no quería creerme, estaba más que indignada.
— ¡No te creo, Sana!
— Pues créelo. No hemos hecho nada.
— Te conozco Minatozaki, sé de lo que eres capaz en la cama porque-...— Le tape la boca lo más rápido que pude, ¡mierda es tan innecesario ese afán de recordar las cosas que no importan!
— Joder Chaeyoung, ¡¿puedes dejar de sacarlo cada vez que discutimos?!— Sentí su lengua lamiendo la palma de mi mano e hice una mueca de asco por la sensación rugosa— ¡Ew, Son Chaeyoung que infantil eres!
Ella confirmó dicha sospecha cuando sacó su lengua y reí como desquiciada. ¿Después de una pequeña discusión siempre viene la calma y las risas, no?
— A ver Sana... Tienes aproximadamente ¿unos qué? Dos meses sin tocar unas tetas— Qué delicada Son Chaeyoung—, no te creo que hayas visto a esa mujer y no hayas siquiera visto un centímetro de su-...
— ¡Chaeyoung, cállate!
— Pues entonces no estoy entendiendo nada, Sana. ¿Cómo es que me la consigo en nuestro apartamento y no se acostaron? ¿Ni siquiera hicieron "cucharita"?— Torcí mis labios cuando Chaeyoung uso dicho término, "cucharita". ¿Eso no es para parejas melosas como ella y su ex tóxica– con la que regresa cada vez que aparece un nido de ratas en Nueva York –hacen?— No me mires así, se han dado casos.
— El sexo sin compromiso no incluye esos beneficios. Además ya te lo dije, no me acosté con ella.— Aclaré una vez más.
¡A ver si de una vez por todas Chaeyoung me cree!
Estaba siendo muy honesta. Jamás hubiera pensado admitir que había pasado la noche con alguien sin hacer absolutamente nada. Me había acercado a aquella mujer con intenciones más que evidentes, y había resultado de maravilla, casi pudo ser la conquista del año por parte de Anna, ¡pero no lo fue, y definitivamente no me sentía mal por ello!
De hecho... me sentía extraña porque ella se fue demasiado pronto.
Jisoo fue mi conquista de la noche anterior. Aunque si analizaba mejor la situación, fue al revés, Jisoo, esa azabache de preciosos lunares, me había conquistado desde el primer minuto en que ese sexy acento británico atacó mi audición como la octava maravilla del mundo. ¡Y eso no era lo único! Ese acento británico, con su voz completamente perdida en placer era una combinación excitante cuando...
Oh claro, eso no terminó de pasar, pero me hubiese encantado experimentarlo con ella, estaba segura de que me volvería loca si vuelvo a escuchar a Jisoo gemir en mi oído con su voz rasposa y candente. ¿Estará encendido el aire acondicionado o últimamente las olas de calor en NYC iban de mal en peor?
La respuesta era sencilla, mis asuntos de la noche anterior subían mi temperatura corporal de pies a cabeza sin siquiera intentarlo dos veces. No era de menos... estoy pensando en Jisoo, una maldita desconocida en plena sala mientras Chaeyoung me mira fijamente, debo verme digna de una foto para ser ridiculizada.
Dicho y hecho, el sonido de un flash proveniente de la cámara de Chaeyoung, y una risita traviesa llamó mi atención:— Te ves idiota pensando en sexo, Sana.— Miró la foto en su teléfono— ¡Ja! Para una futura extorsión.
Gruní y rodé los ojos.
— Idiota.— Le dije.— No estoy pensando en sexo.
— Claro, y yo soy heterosexual —bufó—Entonces... ¿Y el nombre? No me digas que ni siquiera te lo aprendiste, parece que fue una chica memorable— Elevé una ceja incredula, ella suspiró:—, porque la cara de cachorro que pusiste cuando dijo: "Mi tingui qui ir". ¡Y así me dices que no tuvieron ni roce de labios! ¡Sana ustedes juntaron sus cositas, no me engañes!
Oh de labios si. Y de otras cosas quizá. Pero eso no se lo diría a Chaeyoung ni a nadie, ni pensaba repetirlo en mi cabeza.
« ¿"Juntar nuestras cositas"? ¡¿Qué demonios es eso?! » Hice una mueca de disgusto por las cosas que decía Chaeyoung.
Imágenes de la azabache jadeante y necesitada vinieron a mí, empecé a sentir comezón en mi cuerpo.
Empujé esos pensamientos antes de que Chaeyoung notara lo perdida que estaba. Recordaba cada maldita cosa de anoche, desde el momento en que ella piso ese club y la rubia hizo que la notara entre tantos rostros, cuando me sonreía, nuestra conversación, el baile y por supuesto...
Eso último terminó siendo algo bochornoso, pero digno de recordar.
De hecho esa era la razón por la que la mujer de lindos lunares amaneció en mi cama y no en la suya, esta mañana cuando vi a Jisoo irse con prisa me pregunté si se habría arrepentido.
Algo dentro de mí me dijo que quizá ese fue su detonante para marcharse así sin más, ni siquiera permitiéndome explicarle las cosas por la presencia de Chaeyoung. ¿Quizá habrá pensando que estaba en territorio peligroso y se espantó? ¿Será que realmente ella no disfruto tanto como yo anoche? ¿Jisoo volvería algún día? De todas esas preguntas, solo una tenia respuesta. Y estaba segura que por mi bien, debía ignorarla.
Pero era obvio, una mujer inolvidable como Jisoo no aparecería dos veces en el mismo lugar. Para mí fue como una alucinación demasiado perfecta y real, mezclada con ese maldito trago rosa que me empeñe en servirnos para animar el ambiente.
« Jisoo se veía preciosa anoche » Fue lo que pensé. Y también pensé que debía sacarme esa mujer de la cabeza porque no era normal que estuviera pensando tanto en ella.
« Y esta mañana más » Completé, ahí iba yo de nuevo.
Jisoo no volvería, y debía estar clara con ello. Parecía perfecto e idóneo que ambas estuviésemos destinadas a colisionar en un sillón, pero no fue así. En su lugar la perfecta noche para recordar, solo sería un recuerdo más.
Una noche más, un día de trabajo más. ¿Pero por qué no me la sacaba de la cabeza? ¿Por qué sus ojos chocolate me miraban con tanto pánico esta mañana y eso me apretó el pecho? ¿Por qué quisiera solo haberla seguido y no tener que ceder a los interrogatorios de Chaeyoung, aunque sabía que no era la correcto?
Jisoo fue solo otra persona víctima de la inalcanzable Anna.
Aunque...
Juntas pretendimos comprobar dicha magia anoche.
Sonreí inconscientemente cuando recordé lo idiota que ella fue cuando hablo de impuestos para animarme. Por unos segundos caí en la tentación de contarle quién era yo, a veces contarle a desconocidos tus penas era más sencillo que a la persona con la que has pasado toda tu vida conviviendo.
O a veces a hasta admitirlo para ti mismo.
Pero no fue el caso, y sin embargo ella fue capaz de desnudarme de muchas formas. Estaba segura de que a través de nuestros ojos, nuestros labios y cuerpos, manteníamos una larga y profunda conversación.
La mejor parte fue cuando habló de impuestos, definitivamente no pensé que una conversación tan tediosa fuese tan divertida, y más de parte de la azabache bonita que se recostó a mi lado toda la velada. Su sonrisa crecía en cada segundo que pasábamos juntas, como si al inicio estuviera llena de temor y dudas sobre que podría pasar al final de la noche. Pero finalmente ella se dejó llevar, nos dejamos llevar, siendo suficiente para que al menos en un beso yo sintiera que el mundo desaparecía por la excitante e intensa montaña rusa en la que me había arrinconado sus orbes chocolate.
« Oh Dios, sus labios sabían al mismisimo cielo con ese vino y el perfume mezclado, me embriagué de sólo aspirar su aroma... » Acá pensando en idioteces que podrían delatarme fácilmente.
Podría decirse que justo ahora mi cara de idiota por esa mujer era la burla y del disfrute de Chaeyoung. Le doy una mala mirada cuando me percato de su sonrisa picarona que se podía interpretar como un "Te lo dije". ¡Joder, Chaeyoung me conocía demasiado bien!
Pero para decepción de la rubia y mía también, yo no compartí cama anoche de otra forma con esa linda mujer de ojos hermosos y penetrantes.
— ¿Cómo te fue anoche?— Pregunté tratando de cambiar el tema y dirigiéndome a la cocina para preparar el desayuno de Chaeyoung. La rubia sacó su abrigo que la tapaba y quitaba las largas botas que posiblemente le habrán dejado más de una ampolla. Ella gruñó satisfecha de dolor cuando se recostó en el sofá sintético de la sala.— ¿Alguna novedad?
Chaeyoung y yo alejamos el tema de mi "conquista" y empezamos a hablar la noche anterior. Que realmente había sido un par de horas desde eso.
Suspiró mientras encendía el televisor sin mucho interés:— Nada nuevo, lo mismo de siempre: alcohol, mujeres sobre las mesas, despedidas de soltera; Karla y Ellie peleando en su oficina y terminando en...— Hice una mueca haciéndole entender eso ya era de mi conocimiento básico—. ¡Oh y una pelea de bar, Kar estaba muy enojada!— Eso último no me sorprendió en lo absoluto, y no fue porque las peleas fueran recurrentes.
Era por Jisoo. Otra vez.
Abrí mis ojos en sorpresa– falsa al yo ya saber a qué se refería –y ella siguió su historia:
— Fue una pelea con botellas. Al parecer una tipa estaba demasiado borracha para entrar en razón, Karla intentó meterse entre ellas, pero terminó por sacarlas del bar, ¡ah y...!— Hizo una pausa que me hizo que la curiosidad me revolviera el estómago:— Una chica paso por ahí y tuvo un muy mal rato, la botella se la partieron en la cabeza y terminó por desmayarse según lo que oí de Allison—añadió con indignación.
— Imagino que Ellie y Kar estuvieron en llamas— Chaeyoung asintió rápidamente.— Pero... No entiendo, ¿qué pasó con la chica? ¿alguien la vió?— Seguí haciendo la vista gorda al hecho de que ya sabía con exactitud todo lo ocurrido.
Ella negó:— Nadie sabe, ni siquiera yo pude verla. No estaba presente, pero Karla se la llevó de inmediato y aparentemente no tenía nadie más en ese club. Quizá algún un alma inocente terminó por ayudarla— Empezó a hacer a hacer suposiciones Chaeyoung, aún cuando ya yo conocía todo la historia al derecho y al revés.
Pelea de bar. Una botella en mil pedazos. Karla incluida... Anoche Karla había llegado hacía mí con una chica inconsciente en sus brazos rogandome que la llevase a casa porque la vió conmigo en la cámaras y... ¡Sigo sin poder creer que eso pasó!
Chaeyoung pareció darse cuenta de mi cara de pánico cuando dijo eso:— ¿Conoces a la mujer que golpearon?— Más que una pregunta, era como una afirmación. A Chaeng jamás se le escapaban los detalles.
Silencio en la sala.
Recordé lo ocurrido anoche con Karla, esa fue la razón por la cual Jisoo amaneció en una cama distinta:
Flashback
Moonlight Sunrise, Chelsea Street.
Martes, 02:43 a.m
Sigo pasmada mirando a la nada, al sillón negro, ese que hace menos de veinte minutos se suponía que no estaba vacío... La bonita Jisoo se había terminado de marchar, dejándome sola, confundida y realmente necesitada de ella esta noche.
Pero algo había pasado por sus ojos, algo de miedo mezclado con un "no sé qué" que realmente me tenía martillandome la cabeza para pensar.
La mujer fue interrumpida en medio de nuestra sesión de besos y se había largado, ahora solo podía tocarme los labios pensando en que ella los poseía como si de un dulce delicioso y adictivo se tratara.
Lleve mis dedos a mi labio superior, el toque se sentía realmente candente de solo pensar que hace nada Jisoo había movido experto sus labios sobre los propios.
Hubiera sido fantástico seguir pensando en ella, ya sentía su ausencia más evidente que nunca, marcada. ¿Será que realmente no es una más víctima de los encantos de Anna?
Hubiera podido responderme a mi misma aquella problemática, de no haber sido por la figura de mi jefa entrando en escena con algo de pánico plagado en sus ojos grises.
— ¿Karla?— Inmediatamente pregunté, pues la señora Karla Torres jamás era de rondar por estos rincones del club, o incluso de salir a su propio club. ¿Quizá pasó algo malo?— ¿Sucede algo?
Sus ojos grises estaban llenos de preocupación, y... ¿Alterada, Karla estará molesta por algo?
— Sana... Necesito que... Vengas un momento— Dijo ella recobrando el aliento pues imagino que en vez de usar el ascensor había utilizado las escaleras.— Urgente.
Tragué grueso, ¿habrá pasado algo en particular para meterme en esta situación?
Mierda.
— Lo que usted diga, Jefa.— Acepté y la seguí hacia afuera del club.
Más especificamente al estacionamiento del personal, donde resguardaban la camioneta Ford gris, propiedad de mis jefas. Al llegar la mujer más alta que me miró unos segundos.
— ¿Prometes no asustarte?— Me dijo Karla con nerviosismo, y algo de seriedad en su voz.
Asentí con los mismo nervios de punta que ella. Introdujo las llaves del auto y subió los seguros, cuando abrió la puerta de la parte trasera, se reveló un cuerpo que yo conocía muy bien... ¡Oh joder!
— ¡¿Karla Torres a quién matast-...!— Ella puso un dedo en mi boca e hizo un gesto con su rostro para hacerme guardar silencio.— ¡Karla!
La mujer mayor que yo suspiró, antes de comenzar a explicar su historia:
— Está chica es con la que estuviste hace nada en el ala Moonlight— abrí la boca en sorpresa, tratando de protestar, pero ella fue más rápida y no me dejó terminar:—, y no me digas que no Minatozaki, tengo cámaras en todas partes, mi club, mis reglas—. La miré con algo de vergüenza y ella soltó una risa leve, dando a entender que no había problema con haberme cachado con alguien... Después de todo muchas mujeres en ese bar se pasaban la noche con alguna que otra clienta. Hace rato que dejo de ser una regla estricta para Karla que sus empleadas fuesen más reservadas en ese aspecto.— ¡Ese no es el punto, Sana! A esta chica la noquearon, y... No tiene nadie, según lo que vi. Creo que necesito un favor tuyo.
Y con solo esa mirada grisácea mirándome fijamente, como si la mujer azabache que tenía sus delicadas pestañas descansando pacíficamente en su auto fuese mi responsabilidad ahora, fue suficiente para yo entender.
¡Karla me estaba dejando en manos a la linda Jisoo! ¡¿Qué carajos?!
— Kar... ¿Tú estás segura? ¿Y su teléfono? ¿No la han llamado o algo?— Hice la preguntas necesarias, pero a Karla no le perdía ningún detalle especial, ella no iba a dejar a esa chica morir a su suerte por la noche, y mucho menos no buscar a algún conocido de Jisoo.
Ella me miró y rodó los ojos como si fuese más que obvio que no era así:— Sana, escúchame, la chica no tiene nadie. Su teléfono no ha sonado en toda la noche, necesito que seas tú quién... Se la lleve, cuídala, te daré el día libre mañana si eso quieres— Negué cuando dijo aquello, ¿días libres por cuidar a una chica que besé esta noche? ¡Ni loca!— Estoy segura de que si me la llevo conmigo Ellie va a revisarle la nariz o algo— Hizo una mueca extraña ante el pensamiento.
— ¿Por qué haría eso?
— Porque es Ellie— Respondió simple.
— Ya, entonces... ¿Me la llevo y...? ¡Diablos Kar, y si la chica piensa que soy una criminal que la secuestro!— Empecé a dudar de si esto era una buena idea.
Ella bufó alto:— Vamos Sana, esta más que dormida. No creo que una chica con la que hayas estado a punto de meterle la lengua crea que la quisiste secuestrar— le di una mala mirada por su falta de tacto—; ¿qué tan difícil puede ser?
— ¿No te has puesto pensar en si despierta y llama a la policía?— Contraataqué.
— No lo hará, estuvo contigo, te conoce mucho mejor que yo— Hizo esa típica mirada burlona que existía en ella cuando tenía la razón. Y en realidad no le faltaba, si Jisoo despertaba con Karla y Ellie probablemente si estaríamos en problema, en cambio conmigo podría ser una reacción distinta debido a...
— No tengo más opciones, Sana, por favor—Insistió nuevamente.
— Bien. Me la llevo— Miré el cuerpo de Jisoo en la camioneta. Se veía relajada, como un bebé. — Pero no quiero días libres, no es necesario— Afirmé con dulzura.
— ¡Gracias, gracias eres lo máximo, Sana!— Chilló de felicidad.
— Vas a despertarla.— Le regañé.
A pesar de que Karla fuese mi jefa, e incluso me sobrepasara en edad, y experiencia. Llevaba una relación bastante estrecha de amistad con ella.
— ¿Ya te preocupas por ella? ¡Wow, la chupada de tetas debió ser fenomenal Sana!— Exclamó fuerte. El cuerpo de Jisoo se removió por el sonido de la voz grave de la oji-gris.
— ¡Kar, ya te pareces a Chaeyoung!— Oh mierda, había olvidado a mi mejor amiga.— Oye, pero si me la voy a llevar ¿podrías encargarte de Chaeng? No creo que sea buena idea que llegue y haya una desconocida en casa, al menos que llegue a las nueve, ¿se puede?
— Lo que sea, con tal de que luego le expliques que no la secuestraste ni te denuncie o algo así, sino que tuvo mala suerte y una loca le partió una botella en la cabeza— Dijo con acento latino, típico de Kar...— ¿Te llevo a casa?
Asentí. Subimos al auto y ella abrió la puerta del copiloto, en cuanto me senté analicé el cuerpo de Jisoo dormida en la oscuridad de la camioneta. Una de sus manos descansaba en su cintura, esa que había tocado y besado esta noche, también tenía la otra mano en una de sus mejillas. Se veía hermosa y adorable, una de mis mejillas se sonrojo al pensar que de hecho ella lo era, aunque su imagen fuerte en el club dijese otra cosa y nuestras acciones pasadas en el ala Moonlight otra.
Cuando volteé al frente la mirada de Karla en el volante con una ceja alzada y sonrisa más que amplia, con ojos burlones me hicieron sonrojarme más por la vergüenza:— Alguien tuvo muy buena noche— tatarareó y luego comenzó a reír mientras encendía el auto. — ¿Te gustó?
¿Me gustó? Ella era preciosa.
Pero esos no son asuntos que yo vaya a hablar con mi jefa.— Sabes, cuando la vi en las cámaras— empezó a decir, para ella era completamente normal el hecho de habernos visto... ¡Ya se entiende! A través de su gran habitación de cámaras de vigilancia. No es que Karla fuese una maniática ni algo así, solo que no quería robos ni situaciones para pasar el mal rato, sin embargo no me acostumbraba al hecho de que mi propia jefa me haya visto envuelta en una situación de este estilo—, creo que nunca había visto a Anna tan decidida por una mujer.
La miré con confusión en mi rostro.
— ¿A dónde quieres llegar?— Dudé un poco de sus palabras.
— Me refiero a qué cuando ella entró a ese lugar, la mirabas como si... — Se quedó pensando unos segundos:— La mirabas como yo miré a Ellie cuando la vi por segunda vez en esa firma de abogados— Dijo finalmente para sacarme un jadeo de sorpresa. ¡¿Qué yo miraba a Jisoo cómo?!
— Te equivocas— me removí inquieta en el asiento mientras colocaba el cinturón y Karla empezaba a salir de su puesto del parking.— Sólo fue sexo, Kar. Tú sabes cómo funciona.
Ella negó:— Si cómo sea— Miró por el retrovisor, yo intenté mirar a otro lado, pero mi cerebro me decía que revisara si Jisoo seguía ahí, necesitaba estar segura de que estaba bien y no iba a...
... Desvanecerse nuevamente.
— Yo creo que te gustó. Pero como eres terca...— Pusé mis ojos en blanco ante las suposiciones erradas de mi jefa.— Pero ¿sabes un cosa? Parece una maldita diosa griega, ¡es como de revista!
Y fue lo único en lo que estuve de acuerdo.
— Si... Jisoo es linda.— Dije sin pensar y Karla subió varias veces sus cejas.— ¡Ya basta o le diré a Ellie que gastaste el dinero de su aniversario en ese concierto de Taylor Swift!— Ella rió escandalosamente.
— Ella ya aceptó mi obsesión con Taylor, y estuvo feliz de besarme cuando sonó Love's Story— mencionó con tono soñador.
El amor y sus cosas. La rubia más famosa del mundo y sus cosas.
— Jisoo parece memorable, ¿no?— Preguntó ella con su vista centrada en el camino.
Las luces de los grandes y pequeños edificios de Nueva York pasaban rápidamente como flashes, mientras íbamos camino al departamento.
— Supongo que sí— solté en voz baja.
— Te diré algo. Es linda, me gusta para ti.— Dijo con una pequeña sonrisa y después de decir eso no hablo en toda la noche.
Fin del Flashback.
— No.— Dije sin pensar. No era necesario decirle a Chaeyoung, pero ella no estaba muy convencida con mi negación. Me miró con ojos acusatorios y me veía como una pequeña mentirosa, no aguanté y tuve que soltar la sopa:— ¡Bien, bien, sí la conozco!— Suspiré derrotada por las preguntas incesantes de Chaeyoung.
— ¡Lo sabía!— Celebró la rubia.
— Es Jisoo.
— ¿Jisoo?
— La chica que se fue por esa puerta es Jisoo— le confirmé—, anoche Karla me dejó a cargo de ella y-...
— ¡Por eso Ellie se empeñó en darme clases de pole dance y Karla lucía tan nerviosa, querías que no me enterara!— Me señaló y pude sentir como su enfado era real, al igual que su indignación en todo su cuerpo— Para colmo me haces el desayuno como disculpa, oh tú, Minatozaki...
— Ya Chaeng, piensa en las clases de Ellie de forma positiva— mencioné para evadir su cólera.
— ¿Qué clases? Si Kar estaba más emocionada que yo, imagino que no tiene sexo desde antes de los Picapiedra— Bromeó la rubia.— Entonces, Jisoo...— hubo un silencio que anunciaba que se avecina una de las "muy oportunas" preguntas de Son Chaeyoung—... ¿Las tiene bien puestas?
— ¡Son Chaeyoung!— Regañé entendiendo a lo que se refería.
— ¡Bueno pero son detalles importantes, Sana! Además no te olvides que tienes una obsesión palpable con las tet-...— Le lancé uno de los zapatos a Chaeyoung antes de que pudiera terminar esa tonta frase.
Después de rogarle a Chaeyoung que cerrara la boca sobre la noche pasada– siendo chantajeada por una ración considerable de cereales de por medio –el tema de Jisoo no volvió a salir en todo el día.
Luego de que Chaeyoung y yo desayunaramos como Dios manda. Mi mejor amiga y yo decidimos descansar, pues hoy no habría mucho problema quedarnos toda la mañana hasta la tarde cuando el Señor Cheng había el resto de la semana su cafetería por un viaje familiar. Eso hubiera sido la gloria para nosotras, pero para mí fue frustrante ya que eso sería una pérdida de propinas semanal.
Y en estos días hacía bastante falta aquello.
Últimamente Chaeyoung y yo buscábamos otros trabajos aparte de la pintoresca cafetería del Señor Cheng, no es que fuese mala ni tuviéramos mal sueldo. Pero definitivamente no era tranquilo considerando el carácter de aquel hombre prepotente.
Mientras descansaba mi cabeza en el espaldar de la cama. Chaeyoung a mi lado escribía cosas en su teléfono, seguramente estaba en el chat de Tzuyu mandando imágenes de cachorros porque según Chaeyoung, a Tzuyu le encantan los cachorros y ella siempre quería hacer feliz a la taiwanesa.
Las notificaciones llegaban y llegaban, y el sonido del "tin" cada vez que Chaeyoung recibía un mensaje me estaba poniendo impaciente. Sin embargo me puse en mi lugar y espere lo que posiblemente estaba por suceder, que a la rubia le llegarán tantos mensajes solo significaba qué...
— ¡Tzuyu me invitó a salir!— Gritó confirmando mis sospechas.
— ¿A dónde irán esta vez?— Pregunté sin mucho interés a su lado.
— ¡Al centro comercial, iremos a ver una película!— Chilló emocionada mientras se levantaba directo al clóset. Baje mis gafas y solté un bufido.
— Bah, otra vez voy a estar sola— dije sarcástica—, gracias Tzuyu por ser tan considerada y llevarte al tigre.— Volví mi vista al computador.
— ¡Eh Sana-unnie! ¿Qué debería usar?— Preguntó ignorando mi comentario anterior y pedazos de tela como pantalones y camisa, salieron volando directo a la cama:— ¡Necesito verme lo más linda posible!
Enarqué una ceja:— Chaeyoung, van al cine, ¿crees que en esa oscuridad va a fijarse en la ropa? Estoy segura de que si vas desnuda ni entran a la función— Chaeyoung me hizo mala cara.
— ¡Yah, pero quiero verme bien, siempre me veo como vagabundo!— Se quejó.
— Chaengie, a Tzuyu le gustaste viendote como uno, ¿de verdad tienes que esforzarte por ello? Te ves hermosa— Aseguré y ella soltó un chillido. Me gustaba halagar a mi mejor amiga, pues después de todo, no sólo Tzuyu creía que era hermosa, yo también pensaba que Son Chaeyoung era hegémonicamente guapa.
Chaeyoung siguió ignorando mis palabras y la dejé en su búsqueda por su "atuendo perfecto".
— Creo que usaré lo que me regalaste por mi cumpleaños...— Levantó el pecho con orgullo.
Sonreí como una tonta, pero también con confusión:— ¿Y qué te regale yo por tu cumpleaños?— Pregunté, realmente no sabía. ¡Era muy despistada!
Chaeyoung me mostró un vestido rojo de flores que seguramente se vería hermoso en ella. ¡Wow que buen regalo le dí!— Está belleza. Gracias Sana-unnie, ¡a Tzuyu le va a encantar!
— A Tzuyu lo que le va a es a sangrar la nariz— dije jugando. Y Chaeyoung soltó una carcajada sonora.
— Sabes..., Tzu preguntó si no querías ir.— Soltó repentinamente.
¡Fantástico, ser la tercera rueda me quedaba excelente!
— ¿Ah sí?— interrogué irónicamente.
— Sí. Pero no sólo tú, claro... Le da pereza verte tan sola, dice que te verías como una perdedora con una pareja y tú comiendo helado en una esquina como la última vez.— Recordó aquella vez que salí a regañadientes con Chaeyoung porque no quería que Tzuyu le propusiera tener sexo después de la cita.— ¿Aún lo recuerdas?
Asentí sin ánimos:— Claro que lo recuerdo, al menos el helado de chocolate animo mi pobre corazón roto— Limpié una lágrima falsa y Chaeyoung negó.— Eso fue humillante, ni loca iré.
— Lo sabemos, de hecho se lo dije. Pero preguntó si no conoces a alguien aún, ¿no crees que deberías llamar a la chica bonita de ayer? ¡Quizá hasta te compra dos helados!— Junté mis cejas... ¿Llamar a Jisoo? Después de lo de esta mañana, parecía un imposible.
— Yo creo que la espantaste lo suficiente esta mañana como para que no vuelva en no sé... ¡Nunca más en su vida!— Y no era mentira, Chaeyoung había hecho que perdiese la oportunidad de hablar un poco más con Jisoo, cosa que no me molestaba, en realidad no pensaba hablar más allá con ella y solo pensaba explicarle por qué estaba en casa de una extraña del bar. — Además, ¿ella?
Chaeyoung asintió emocionada:— ¡Ella, se ve de tu tipo Sana!
— ¡Chae, qué dices! Para nada. Fue cosa de una noche.
— Cosa de una noche o no, Karla me dijo que no le quitabas el ojo de encima.
Fruncí el ceño. ¡Oh claro, Karla y su lengua suelta! Mis mejillas se tiñeron un poco de rojo al pensar en anoche... ¡No puedo seguir pensando en eso otra vez!
— Que chismosa es Karla— Reímos las dos.— No se hagan ilusiones, creo que ni siquiera le gustó la experiencia del bar.
— Le pediré videos de las cámaras para juzgar yo misma —confesó Chaeyoung y la miré con ojos bien abiertos.
— ¡Chaeyoung!
— ¿Pues entonces...?— Ella no va a parar, ¡eso lo sé!
— Nada Chaeng, no voy a llamar a Jisoo. Porque sencillamente Jisoo y yo sólo fuimos cosa de una noche— Lo último lo susurré con algo de pena en mi voz. Estaba tan segura de que Jisoo se había ido porque quizá pensaba que lo de anoche fue un error o tal vez no fue nada importante, me sentía tonta por creer que hubo algo de chispa entre esa mujer y yo, por eso me encargaba de repetirle a los demás– sobre todo a mí misma –que no existía nada más que habla sobre ella. Y que muchísimo menos volvería a verla... Aunque dentro de lo más recóndito de mi cabeza, yo soñara con ella regresara a ese club o verla de lejos. Suspiré con ese pensamiento:— No creo vuelva a pisar ese club. Además, sólo fueron besos y toques, no creo que haya nada de especial ahí, Chaeng.
— A veces solo besos y toques son más que suficientes, Sana. No seas anticuada.— Regañó Chaeyoung.— ¿Segura que no lo disfrutaste? ¿Hay algo que te perturbe?
No quise responder.
— Oh claro Chaengie, por supuesto, es decir... ¡Fue grandioso!
— ¿Pero?
— No me haré ilusiones... Ella ya se fue, y yo tengo mi vida común acá contigo, no me hace falta nada más y, no volveré a ver a Jisoo nunca más, eso es un hecho.— Sonreí con suficiencia, y cambié el tema rápidamente, no tenía intenciones de seguir recordando a Jisoo.
— La vida da muchas vueltas Sana— Me dijo Chaeyoung con seguridad. Yo sólo rodé los ojos divertida.
— Estoy segura que no escucharé ese acento británico dos veces en mi vida— Reí sin ganas.— Ahora ve a vestirte.
Ella hizo caso y me dejó en mi soledad.
¿Y si lo que decía Chaeyoung era cierto? ¿Y si de verdad quería volverla a encontrar? ¿...Y si volvía a verla después de todo?
La vida es impredecible. Y cuando ese acento británico quedó tatuado en mi memoria, no supe anticiparme a los hechos.
Estaba muy equivocada
Dormí toda la tarde luego de que Tzuyu recogió a Chaeyoung. Hice la típica dinámica de "Si le haces algo, no vives para contarlo" a la morena cuando tocó el timbre y yo fui quién abrió la puerta, tal cual como haría un padre sobreprotector con su hija en su primera cita mientras llenaba de preguntas a su pretendiente, esa éramos Tzuyu y yo. Y como de costumbre, Chaeyoung había tardado en la ducha así que le ofrecí galletas y jugo empaquetados a la morena como tregua para no iniciar una guerra en la sala.
Cuando Tzuyu vió con corazones de amor a Chaeyoung vestida con aquel vestido que yo le había regalado en su primer cumpleaños en Nueva York, la pobre casi no vive para contarlo. Muchísimo menos cuando Son la besó con pico en lo labios y en consecuencia las mejillas de ambas estaban ligeramente sonrosadas. ¡Esas escenas románticas eran las que presenciaba todos los días, joder! A pesar de que Chaeyoung y Tzuyu me provocarán diabetes crónica, por lo adorable y empalagoso de su amor. Yo no podía estar más feliz por mi mejor amiga, pero si vuelven y regresan constantemente no iba a estar tan contenta...
Pase toda la tarde en la cama. Sin nada que hacer realmente, había aprovechado el tiempo a solas para ver una película que me gustase, quizá una criminales, una de ciencia ficción, o... ¡La misma de la que ya me sé los diálogos, las canciones y he visto más de treinta veces en mi vida!
Así fue como el DVD de El Rey León, llegó a la mesa. Y "Can You Feel The Love Tonight?" de Elton John sonaba en toda la extensión de la sala, mientras tarareaba alegremente la romántica letra de aquella canción. De mi película favorita, detallando nuevamente la preciosa animación del reencuentro entre Simba y Nala... ¡Amaba esta película! No pude evitar ser como una niña emocionada mientras la veía, era como la primera vez. Me parecía la película más maravillosa del mundo, y eso que tenía una película favorita por cada año, género y actor, había visto muchas en todos estos años, pero ninguna le llegaba a los talones ni alcanzaba ese gran pedestal en el que ponía esta. Además de ser una película especial para mí.
Vi como Simba y Nala se abrazaban mutuamente, con la voz de Elton John haciendo mágica aquella escena, como sólo cualquier película de Disney podría hacer.
« Ojalá yo tuviese una Nala » Pensé divertida en mi mente.
Hubiese seguido cantando alegremente de no haber sido por la interrupción de Chaeyoung por la puerta junto a su novia.
— ¡Sana!— Se escuchó la voz en grito de Chaeyoung al pasar por puerta. Mucho más emocionada de lo habitual. Tzuyu venía detrás de ella con un par de bolsas.— Traje hamburguesas para cenar.
Sonreí y salude a ambas con un beso en la mejilla. Antes de volver al sofá, mientras Son buscaba algunos platos y servilletas. Más vasos para beber la fría y burbujeante Coca-Cola de la mesilla de café.
— Sana-unnie, ¡¿a qué no adivinas?!— Se mostró la rubia con ojitos de felicidad. ¿De donde habrá sacado toda esa emoción Chaeng?
Lo iba a descubrir pronto.
— ¿Sí Changie?
Chaeyoung y Tzuyu se miraron cómplices, y con una risita suave, Chaeyoung me extendió un folleto. La pareja me miró con expectativa mientras leía el contenido de dicho folleto:
« ¿Tienes lo que necesitas para Kim Star?
La cautantora, pianista y ganadora del premio "Mejor artista revelación" en los AMA's, Kim Dahyun mejor conocida por su fabulosos fans como "Kim Star", esta buscándote en estos momentos, ¿crees tener lo que se necesita para el papel de su nuevo vídeo musical?, ¿quieres ser la próxima protagonista de un video musical prometedor? No importa si eres fanático o no, ¡esta es tu oportunidad única!
¡Atiende a nuestras audiciones ahora mismo! ¡Te esperamos en la Fifth Avenue este 11 hasta el 13 de Junio en nuestras oficinas a partir de las 9:00am!
– Source by "Park's Big Records" »
Abrí mis ojos en sorpresa, miré a Chaeyoung quién no podía con su propia emoción, y gritó:
— ¡¿Entonces qué opinas?! ¡¿Irás?!— Se veía incluso más feliz que yo.
Negué divertida.
— Chaengie, tú sabes que ya yo no voy a audiciones. Además, ¿videos musicales?
Ella me detuvo.
— Por algo se empieza Sana. Sé que ya no vas desde hace tiempo, ¡pero ve, es libre la entrada, y es un rascacielos, te lo juro!— Exclamó una alegre Son.
— Además Kim Dahyun es famosisima Sana, es la artista más sonada de Nueva York y Estados Unidos estos días, su empresa es increíble, te podrían dar muchas optunidades si quedas en ese casting— Explicó Tzuyu—. Podrás caerme mal, pero vamos Sana... ¡Tienes que-...!
— Tienes que ir, no hay excusas. ¡Mañana no hay trabajo, es tu momento Sana-unnie!— Se apresuró a decir Chaeyoung.
Yo las mire con una gran confusión. ¿Yo? ¿Yendo a una disquera a audicionar para un video musical? ¿Con una artista reconocida dentro y fuera del país? Definitivamente no iba conmigo, era algo demasiado... Grande para mí.
— Chicas, me tienen mucha fe. Allá irán miles de personas que si saben actuar— Chaeyoung frunció el ceño con algo de molestia por mis palabras. Pero no era más que la verdad.— No puedo ir, lo siento Chaeng...
— ¿Cómo qué no, Sana? No tenemos nada mejor que hacer, no quiero tus quejas ni que pongas excusas, ¡no las hay! ¡no puedes decir que no!— Dijo con determinación la rubia.— Además ya preparamos todo, ¿no, Tzuyu?
¡¿Preparar, cómo preparar?!
— Chaeyoung, ¿...qué fue lo que hiciste?— Estaba más que segura que mi rostro en esos momentos palideció en cuanto Chaeyoung preguntó a su novia por una positiva.
Tzuyu asintió y empezó a hablar con su tono de voz calmado, a diferencia de Chaeyoung ella lograba calmar a las personas con su voz pacífica y explicar con más delicadeza, lo agradecía en esos instantes... ¡Porque necesito respuestas ya!
— Chaeyoung te inscribió. Mañana tienes una audición y... Yo te llevaré en mi auto— Mi boca casi toca el suelo cuando Chou suelta aquella bomba. ¡¿Chaeyoung había hecho eso sin mi permiso?! ¡Está demente!— Y antes de que te molestes con nosotras, solo piensa Sana... Es algo único, y así tú creas que no eres suficiente para ello, lo harás increíble, te he conocido por poco tiempo, pero sé que quieres este tipo de cosas más que nadie en el mundo... Te admiro mucho por todo lo que has pasado, y es por eso que creo que deberías ir — Dijo y un ligero sonrojo por la probable vergüenza de admitir su admiración y preocupación por mí me hace sonreír:— Palabras de Chaeyoung, no mías— añadió rápidamente.
— Ves, hasta Chewy lo cree...
El convencimiento de mis dos amigas fueron lo suficiente como para que algunas dudas se disiparan.
Pero no del todo, aún sentía que aquello no me quedaba, que debería rendirme y buscar un trabajo real... uno que si me sacara de todos mi aprietos.
Chaeyoung se acercó a mí y me abrazó, dijo en un susurro:— Yo creo que debemos ir, unnie. Quiero que seas feliz, hazlo por ti, no por nosotras, te apoyaremos— Aquellas dulces palabras que musitó como un torpe secreto fueron suficientes para que yo soltara un lágrima. Me hacía llorar el hecho de que Chaeyoung y Tzuyu siendo unos años menores me dieran toda la confianza y apoyaran tanto mi "carrera" de actriz, o los pasos que quería dejar de lado pero sin preguntar antes, Chaeyoung quería que siguiera dado para llegar a cumplir mis metas.— Por favor, Sana.
— Déjame pensarlo— dije y la rubia se quejó— Listo, ya lo pensé— y la abracé nuevamente. Chaeyoung rió en mis brazos y Tzuyu veía todo de lejos mientras daba aplausos.
La miré por encima del hombro de Chaeyoung y la llamé:— Ven tú también, Chou. Se ve que te mueres de celos— Tzuyu rodó sus ojos y rió conmigo, y en ese abrazo de tres, sentí que algo bueno estaba pasando por primera vez. Era como si el futuro me sonreía después de tanto.
Algo me daba la sensación de que debía ir mañana a esa audición. Algo más grande me esperaba mañana.
— ¡Las quiero mucho, chicas!— Soltó adorablemente Chou, y reímos por su confesión.
Al día siguiente desperté temprano, dos horas antes de lo habitual para alistarme asistir a la jodidas audiciones, con nervios más que evidentes, un nudo en mi estómago y con ganas de vomitar en cada oportunidad. Iba de camino con Tzuyu a Fifth Avenue, al supuesto rascacielos que ella afirmaba que era tremendo en tamaño y hermoso en su diseño.
Por cada edificio y auto que veía pasar desde que partimos de la entrada de nuestro edificio hasta acá, sentía como cada vez ese dolor en mi estómago crecía y crecía. Tenía demasiada ansiedad, incluso peor al enterarme que no habría libreto que practicar, ni líneas que leer, solo era una audición a ciegas. ¡Todo eso sumado al hecho de que había sido de un día para otro, me estaba volviendo loca!
Chaeyoung– quién nunca se despertaba temprano ni aunque hubiese un terremoto –, se había despertado desde muy temprano a levantarme, ofrecerme un gran desayuno nutritivo y hasta a arreglarme el cabello, dándome a elegir varias opciones de outfit y sacando aquella carpeta con mi carta de presentación bajo una pila de viejas libretas de dibujo que ella tenía, que casi había olvidado su existencia. ¡La rubia estaba más emocionada que yo por esto, y no paro de desearme suerte toda la mañana!
Tzuyu no se quedaba atrás, al parecer la taiwanesa confiaba tanto en mí ahora, que me compró un latte de vainilla de una cafetería de su distrito y me dejó sentarme en el copiloto. Mientras llegábamos a Fifth Avenue, los mensajes de Chaeyoung constantemente preguntando "¿Ya llegaron?", eran cada vez más. Tzuyu me miró divertida cuando me vió sacar mi móvil para silenciarlo, ella sabía que su novia rubia podría ser intensa hasta los huesos.
Cuando el auto de Tzuyu se detuvo frente a un gran edificio. Que reconocí al instante como la empresa que había hecho el llamado por la artista Kim Dahyun–que me había acabado de enterar que era la misma que oí en el auto de Jackson y era la artista favorita de Tzuyu–. La taiwanesa abrió la puerta del copiloto y me regaló una sonrisa amable:— ¿Lista?
Ni un poco.
— Ya quisiera yo— bromeé con ella. Pero la realidad es que estaba asustada con toda la situación.
— Te irá bien, Minatozaki. Estoy segura.
Esperaba que Tzuyu tuviese razón.
Me sentí pequeña frente al gran rascacielos... ¡Era gigantesco! Era imposible contar cuantos posibles pisos tenía esa monstruosidad. Tenía miles de ventanas, era un edificio que destacaba en la Quinta Avenida, calle caracterizaba por las estructuras llamativas como esa.
El nombre "Park's Big Records" se leyó en grande con letras de platino.
Y no lo sabía para ese momento. Pero hubieron dos cosas allí adentro que se convertirían en lo más importante de mi vida...
Cuando entré por las puertas de aquel edificio de– ni me molesto en contar cuantos pisos tiene– me recibe en la entrada una mujer de cabello azabache oscuro en la recepción, más una rubia con uniforme y gafas. Vi el nombre en su camisa de vestir blanca, sus ojos rasgados y expresión serena pero muy seria, me miran atenta cuando llego su puesto de trabajo.
« Recepcionista especial: Kang SeulGi » Se leía en aquella camisa.
— Buenos días Señorita, ¿en qué puedo servirle?— Me dice con voz amable y la azabache me mira con curiosidad. Por sus facciones deduje que era japonesa.
— Hola, muchas gracias, quisiera saber dónde se encuentran las audiciones para el video musical de-...
— ¡¿Vienes desde Japón a audicionar para Dubu?!— Interrumpió la azabache.
¿Cómo?
— ¿Disculpe?— La miré extrañada y reí con nervios—. ¿Dubu?
La tal Kang Seulgi la miró con reproche, como si aquel apodo fuese inadecuado:
— Disculpala cariño, ella ya se iba... ¿cierto Hirai?— Apretó los dientes al decir lo último, con ojos serios dedicados a la japonesa contraria.
La mujer musculosa sólo libero una sonora carcajada.
— ¡Por supuesto que no, Kang! Acá hay una de las mías, y encima audiciona para Dubu, no puedo dejartela a ti.— Contraatacó la tal Hirai.
— ¡Hirai pero ese es mi trabajo!
— Pero a Im no le molestara, ¿o sí?
— No lo sé, ella está sensible estos días. Creo que la jefa hizo algo terrible esta vez— Empezaron a hablar entre ellas sin yo tener idea de lo que estaban diciendo, me sentí un poco dejada de lado e incómoda, hasta que "Hirai" se acercó a mí y estrecho su mano.
— Hirai Momo, dulzura. Soy la coreografa oficial de Kim Dahyun, por cierto, me gusta tu cabello— Ella besó mi mano y guiñó un ojo. ¡Oh genial, le gusté a la loca!
— Yo soy SeulGi— Se unió la de cabello perfectamente arreglado en una coleta—, en realidad yo no debería estar hablando informalmente contigo pero... En vista de que Momo es verdadero fastidio, supongo que no me queda más que presentarme.
Ambas se presentaron y yo me incline en saludo, estamos en Nueva York, pero ahí seguía aquella costumbre oriental.
— Es mentira chica, soy un encanto— habló Momo haciendo a Kang subirse las gafas soltando un gruñido—. Por cierto... ¿Tú eres?— Dijo Momo.
— ¡Oh, mi nombre es Sana! Minatozaki Sana— sonreí.
— ¡Sana, yo te acompaño a la fila de audiciones!— Ofreció la azabache.
— ¡Momo, ella tiene que registrarse primero!— Insistió SeulGi.
Momo negó divertida. Tomó mis papeles:— ¿Me permites, Sana?— Se los dí ciegamente y lo siguiente que hizo la azabache no me lo esperaba.
— Ten Kang, ahórrate todo el papeleo tú misma. Le diré a Nayeonnie que yo la recomendé, ¿sí?— Dijo con total naturalidad a la recepcionista quien la miraba con una ceja alzada. Tomó mi brazo y me llevó a rastras con ella.
A lo lejos Kang SeulGi gritó:
— ¡Momo, Momo, no puedes pasar por encima de el reglamento!—decía, pero su voz se escuchaba cada vez más lejos para la azabache y hasta para mí—. ¡Hirai Momo vuelve acá!— Siguió la pelinegra— ¡Púdrete Momo!— Ese último grito lo dijo desde lo más profundo de su ser.
— ¿Entonces de qué parte de Kansai eres?— Preguntaba ilusionada Hirai Momo, una extraña que por azares del destino, me había escogido como su acompañante entre las grandes escaleras de aquel rascacielos, hasta las benditas audiciones. No me molestaban sus preguntas, la chica que aparentemente se veía mas fuerte y alta que yo, me parecía bastante chistosa— Yo soy de Ki-ot-to— Se trabó un poco y la miré divertida— ¡Kioto, Kioto! Una disculpa, hablar tanto en inglés y coreano, me ha hecho olvidar el japonés— ¡Ah cierto, porque desde que se entero de mi nacionalidad, me hablo en nuestro idioma natal! Lo cuál no me desagradaba.
Reí un poco:— No hay problema Señorita Hirai, yo tampoco tengo mucho dominio del japonés desde que me mudé a Nueva York— dije para tranquilizarla mientras seguía sus paso.
— ¡¿Qué dices?! ¡Pero si lo hablas muy bien, Sana-chan!— Halagó la azabache.— Y no te atrevas a decirme "señorita", soy Momo para ti, de hecho ya esta decidido, ¡me caes de maravilla!— Y reí nuevamente por qué no entendía como una extraña se había encariñado conmigo.
Hirai era ocurrente, confiada y un poco alzada. También hablaba mucho y su acento al hablar inglés era bastante bueno. Así que entendía que supiera cambiar entre ambos idiomas, me sucedía un poco con el coreano y el inglés. Tampoco me molestaba la idea de que Momo hablara en nuestro idioma natal, pues siempre era bueno regresar a tus raíces aunque sea un momento, ¿no creen?
Todavía no comprendía cómo terminé caminando a su lado como si fuese su amiga del alma, en realidad era una desconocida que inspiraba confianza y agarro a un torpe intentó de actriz buscando la sala de audiciones.
— Entendido— le regale una sonrisa breve— ¿Dónde son las audiciones? Creo que llego tarde.
Ella negó.
— Oh no te preocupes Sana, de hecho llegas a buena hora. El horario era para que las personas creyeran que debían llegar temprano. Aquí las tres personas relevantes que tienen que juzgar la audiciones llegan tarde— explicó.
— Ah, ya veo...
— ¡Ojalá que Dubu te elija, eres muy linda!
— ¿Dubu? — Enarqué una ceja.
Hirai Momo pareció sonrojarse.
— Q-Quise decir... La Señorita Kim Dahyun. Ya sabes, la cantante— rascó su nuca y el rojo en sus mejillas estaba vivo.
Seguimos caminando después de eso y llegamos a un gran elevador con varios números en él. Momo picó el botón del primer piso. Mientras esperábamos que el ascensor bajase, ella explicó que a veces se quedaba atorado por la cantidad de pisos, que terminó por ser casi veinte en su totalidad, ¿para qué tantos? Pero al parecer no todos los pisos eran para el trabajo, aquel rascacielos solo tenía la mitad de sus pisos habitados.
— ¡¿Osaka?! Amaba ir a ese lugar en vacaciones— dijo ella en cuanto mencione mi lugar de nacimiento.
— Si bueno... No es tan divertido, pero de noches es encantador.
— Te lo creo. Manhattan también lo es, pero no tanto como la belleza de Osaka o Tokio— se encogió de hombros.
Un celular sonó, era el de Momo.
— ¿Me disculpas un segundo?— Asentí y ella atendió la llamada:— ¿Dubu? ¡Dubu, que emoción!— Con que esa era Kim Dahyun—, oh claro, esta lleno de personas, vinieron tantas personas como ayer, de hecho hasta se me acabaron los dedos de las manos para contar... ¡y de los pies!— Momo rió con la tal Kim Dahyun, me sentí un poco entrometida por escuchar dicha conversación.— ¿A-Almorzar juntas antes, de nuevo?— Balbuceo con una extraña felicidad en su rostro. ¡Claro que sí Tofu, allá te veo!
La llamada terminó y Momo se veía más agitada de lo que ya estaba:
— ¿Crees que puedas subir tu sola?— Dudó mientras metía sus manos en los bolsillos de sus sweetpants deportivos.
— Creo que sí. ¿Izquierda y luego derecho hasta el fondo?
— Con un oficina que dice: Michael Jackson. Esa misma— me ofreció una cálida sonrisa. — Bien, fue un placer conocerte, ¡espero verte por aquí muy pronto!
— Gracias a ti, Momo-chan— agradecí en japonés— Suerte en tu cita— Guiñé cómplice.
Momo pareció sudar y se puso roja hasta las orejas, antes de despedirse con un beso en la mejilla.
El ascensor aún no parecía bajar. Cuando subí, estaba completamente vacío.
Los nervios parecían apoderarse cada vez más y más, y quien sabía hasta que horas exactamente tendría que esperar.
Mientras escuchaba la música de espera que aparentemente era una canción Pop famosa. El elevador se detuvo en el piso "8"
— ¿Eh?
Una figura femenina, vestida con traje y corbata. Un gran abrigo negro que sostenía con una de sus manos sobre su espalda, mientras bebía café. Llevaba un reloj, anillos de plata, y su maquillaje era oscuro y serio. Sus labios carmesí intensos rodeaban aquel vaso de café Starbucks.
Cuando subió la vista hacía mí. Reconocí esos ojos al instante.
Los ojos de la mujer en traje, se abrieron y casi escupe su café en cuanto me ve parada en el ascensor.
« ¿Jisoo? » Mi asombro al ver a la misma mujer del hace dos días fue inmediato.
— ¿Anna?— Volví a sentir el mismo escalofrío de aquella noche cuando escuché por primera vez mi nombre siendo acariciado por el perfecto acento británico de Jisoo.
« Joder, qué mala suerte llevo » Pensé cuando ella se subió al ascensor sin despegar su mirada curiosa de mí.
¡Hola! Nuevo capítulo, como deben de saber, ya había mencionado que estoy desaparecida debido a problemas de salud, en cuanto mejore volveré, también estoy en semana de evaluaciones y bueno, ya se podrán imaginar... Espero que les guste este capitulo, aspiro poder terminar el siguiente antes de la semana que viene para publicarlo, me emociona este fic. ¿Cómo les va? ¿Todo bien? Recuerden que son personas valiosas<3 También quiero mencionar que estoy realmente agradecida (todos los días), con el apoyo que le dan a este fic.
Si comentan próximamente haré maratón, juju, me gusta leerlos perdón TT.
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