1: "Visita inesperada."
Jihyo's POV.
¿Bien por dónde comenzamos? ¡Ah claro, por el principio!
Nunca me he considerado una gran fanática del amor, ni eso de las citas, y mucho menos estaba en mis planes tener una gran boda en camino, solía ser un caso perdido, la mujer que pasaba horas encerrada en mi oficina, intentando llevar un horario de sueño decente, ¿me podrías culpar? ¡Estaba totalmente empeñada para ese entonces en ser la jefa modelo de mi propia empresa! Había dejado Busan para mudarme a Nueva York, cumplir mis sueños. Y lo estaba logrando, todo por cuenta mía. Hasta que mi queridísima madre, después de cinco largos años de ausencia, ha decidido que eso no era suficiente, y cómo bien ha de saber, ¿nada mejor que algo de presión familiar para ayudarte a tomar decisiones apresuradas, verdad?
Podría agradecerle mil años a mi madre por ser tan intensa aquella mañana de Junio en la que simplemente todo explotó.
Y el orden natural de las cosas, por no decir destino, se encargó de traerla hacía a mí...
Fifth Avenue, Manhattan, Nueva York.
Junio 2018.
Cinco meses antes de...
Las calles de Nueva York siempre solían estar repletas de personas, turistas emocionados por rascacielos que llevo años viendo y ya no causan en mí la misma sorpresa; sólo provocan un estado de absoluta calidez, al saber que aquí, en la famosa Quinta Avenida, de las calles más transitadas, soy alguien reconocida, pues mi nombre es vistoso para una buena cantidad de personas. Mi disquera y mi solo apellido se mantenían en los últimos años en un pico de popularidad y éxito grandioso. Aunque es cierto que todo logro tiene su sacrificio detrás, ¿podría arrepentirme de ese sacrifico alguna vez? Nunca.
Park's Big Records. Era el nombre de una de las empresas y disqueras más famosas en Estados Unidos que tenía su nombre en lo más alto del prestigio, con una larga lista de personas mataban por firmar con nosotros, una cantidad exagerada de ventas en discos y que albergaba artistas de todo estilo, con un gran talento, futuro brillante y que provocaban furor en el mundo, teniendo millones de reproducciones en cada plataforma. Así es, ese imperio de versatilidad musical que se deben estar imaginando, tiene de cabecilla mi persona. Por supuesto que sí, ¿quién más sería la mente maestra detrás de todo este lugar?
Amaba mi trabajo, amaba el éxito que tenía. No podía pedir nada más.
Pero en días como hoy, en la ciudad de Nueva York, es una media tarde estresante, mientras hago mi labor de siempre, como buena jefa y empresaria que soy...
Quizá no lo agradecía tanto...
— ¿Y bien Señorita Park, qué opina sobre esto? — Escucho la pregunta del joven Jeon, uno de mis tantos empleados, obsequiándome ideas para el nuevo vídeo musical de uno de nuestros talentos más prometedores: Kim Dahyun, o mejor conocida por sus fanáticos como "Kim Star"; la promesa musical que escribía letras sobre el desamor tan interesantes. Estábamos en una nueva movida y he traído a todos los novatos a echar suerte conmigo, ¡tenía muchísima fe en ellos y aparentemente ninguno traía algo bueno! Dahyun se inquietaba en su silla escuchando la idea de Jungkook. Ella entiende que esto no va a funcionar. Apreté mis sienes en frustración sin mucho que decir, el joven Jeon parece consternado por reacción. — Entiendo...
Oh no, esa carita de cervatillo no me voy a dejar vencer por un empleado...
— Escucha bien Jeon—hago una pausa antes de empezar mi pequeño discurso, estaba segura de que la idea del pelinegro no era para nada mala, solo necesitaba un "empujoncito" como bien decían por ahí—, creo que entendiste bien el concepto de lo que estoy buscando pero... ¿Es en serio? ¡Gallinas con propulsores no son una buena manera de promocionar un sencillo sobre desamor, Jungkook, por favor niño, esto no es una película mala que veas los domingos!—. Veo como Jungkook asiente y acomoda sus gafas que amenazaban con caer al piso en cualquier momento, el pobre sudaba de los nervios, de eso estaba muy segura y por si fuera poco sus mejillas se tiñeron en rojo en cuánto he sido dura con él —auch— en mi mente sonaba mejor, pero esas palabras salieron de mi boca como fuego que quemaba todas las esperanzas del jovencito por obtener mi preciado 'sí'.—Mira Jeon... Creo que puedes entregar más que esto, créelo, he visto tus propuestas y la mayoría del tiempo son interesantes y bastante arriesgadas, pero funcionan, pero está es inaceptable. Por favor retírate y piensa en algo mejor mientra escucho la propuesta de tus colegas. Gracias.
El joven asiente y me siento tan mal por tratarlo de esa manera, quisiera a veces poder ser amable con todos mis empleados pero eso seria perder toda la autoridad, no podía jugar a ser la jefa buena todos los días y menos con un proyecto tan importante cómo este.
— Señorita Olsen, usted es la siguiente. — Anuncio esperando la prestación de una de mis mejores trabajadoras, Megan Olsen, sus propuestas eran de lo más novedoso y siempre lograban sacarte del aprieto, era muy fácil acoplarse a ella para trabajar y estaba casi segura de que lo que necesitaba ella podría ofrecerlo. Kim Dahyun era mi artista más famosa y estaba en un pico de popularidad muy crucial, era necesario que los novatos aprendieran a promocionar a nuestros artistas. De lo contrario, ¿no estaríamos perdiendo el tiempo?
La presentación de la ojiazul comienza, y presto mi total atención, aunque para mi sorpresa, nada de lo que estoy buscando lo tiene alguno de ellos, novatos tenían que ser. Y al parecer Dahyun opina lo mismo. Como CEO yo tengo la palabra final en todo esto, pero si hay algo realmente importante y que es uno de mis principios, que recalco en cada uno de mis contratos, era que mis artistas también tendrían libre expresión. Podría tener cara de ogro la mayoría del tiempo, en especial los sábados, pero... ¿Por qué contarle las alas a estos talentos? No es mejor que exploten creativamente lo que quieren expresar en su música, parte de haber abierto este lugar era por eso mismo: Amor a la música.
Yo no iba a ser como esas empresas egoístas que roban el arte de sus clientes, para nada.
Aunque algo era seguro: Ser jefa de tu propia disquera, no era tan fantástico como te lo pintaban...
Luego de una que otra presentación más, que en serio me iba y me venía, tomo un sorbo de mi café y hablo para los demás:
— Bien, creo que ha sido todo por hoy muchachos. Feliz fin de semana, los que tengan algo por culminar dedíquense a ello a fondo todo el lunes, y me gustaría que los que me deben una buena propuesta — Miro a Jeon de reojo —, sepan que pueden pasarse por mi oficina a presentar de nuevo su idea. Pueden retirarse—. Digo finalmente recibiendo algunos "igualmente" o "para usted también". Viendo como todos se retiran de sus sillas y vacían la sala general de juntas. Mientras tomo algunos papeles para revisar el fin de semana. Veo como Jeon se acerca a mi puesto.
— Señorita Park... — Habla con hilo de voz imperceptible, sé muy bien que él está apenado, parece un pobre cachorro desamparado en la calle con esos ojos casi cristalizados, de repente me siento terrible jefa y tía porque sé muy bien que mi sobrino no es ningún tonto, pero he tenido que ser dura con él. — ¿Me permite hablar con usted?
Suelto un suspiro.
— Claro que sí, Kook. Siéntate por favor, y cierra la puerta antes. — Mi sobrino cierra detrás de él la puerta de la oficina, y veo como una lágrima que vi durante toda la reunión ser retenida por él estalla y se desliza por sus aún rojas mejillas, ¡carajo, es que ni siquiera puedo verlo de la vergüenza que siento como su tía de hacer eso! — Jungkook...
Jungkook limpia con el dorso de su mano su mejilla, y por unos momentos logro ver la imagen de mi hermano en su rostro, es idéntico a él, y creo que quiero fallecer cuando el pelinegro empieza a producir un hipido por el llanto:
— Oh tía Jih, perdóname en serio, he sido un bobo de primera, ¿cómo te voy a proponer lanzar pollos al cielo? No sé en qué estaba pensando. ¡Joder es que te estabas hasta aguantando la risa! — Dice él de un modo tan inocente y arrepentido. ¡Dios mío me recuerda tanto a mí!
Suelto una risa cuando veo que este me mira con sus ojos enrojecidos y sorbe su nariz, claro que había luchado con mis ganas de reír por la idea de Jungkook. ¿Pero me podrían culpar? ¡Su idea parecía hecha por un niño de cuatro años! Mi sobrino consentido tenía tan solo veintidós años, ¡pero aquello no era excusa para llegar con algo así a tu trabajo!
Tuve que ser fuerte y mandar a la mierda nuestro lazo familiar, porque aunque me duela, sé muy bien que Jungkook ha debido poner toda su seriedad en esa propuesta de marketing.
Lo miro con severidad y acaricio su cabello negro que se encontraba tapando su rostro.
— ¡Por dios Jungkook! ¿Es que acaso no te escuchaste? Hasta la chica Kim se ha reído de ti en silencio, eso está mal sobrino. ¿A qué se debe? Tú siempre propones cosas de este estilo... Pero ésta vez te has pasado. Ella debe pensar que estás demente, niño.
Notó a mi joven sobrino con la mirada perdida, y automáticamente el nombre que había escuchado hace un par de semanas en una de las visitas a mi cuñado viene a mi mente: Jimin.
El 'jodido Jimin' como lo nombraba Namjoon, ¡el primer corazón roto de mi sobrino, qué dolor!
— Y-Yo... — Titubea y trato de calmarlo siguiendo con mi pequeña muestra de cariño, que al final muere cuando hago la insólita pregunta.
— Jung... ¿No será que has hecho esto a último momento porque...—Reprimo una sonrisa porque claramente aquello me parecía de lo más "drama de adolescente" del mundo—... Uhm.. Porque terminaste con, ¿cómo le dijo tu padre? ¿Jay? ¿Javier? ¿Ji...?
Jungkook niega con la cabeza divertido cuando ve como intento adivinar el nombre de su antiguo enamorado, ¡creo que logre levantar su ánimo!
— Jimin. Se llama Jimin, tía Jih.— Y tan pronto como mi amado sobrino dice eso, su sonrisa se apaga y la mía imita la suya porque no hay nada que me ponga peor que ver a mi pobre novato de esa manera.— Tienes razón, lo he dejado todo a último momento, sé que ya llevo un tiempo aquí, y tú me has dado una oportunidad increíble que no debería desperdiciar; n-no intento justificar nada de esto. ¡P-Pero juro que no volverá a suceder!— Suelta toda su disculpa tan rápido que me ha costado no soltar una carcajada. Jungkook frunce el ceño por ello. —¿Qué es tan divertido, Tía Jih?
Oh Dios, este chico me recuerda tanto a mí.
— Me parece gracioso que otros vengan a reclamar porque no les he aceptado sus trabajos y tú admitas que tu desliz de hoy ha sido por un chico.— Sigo riendo y Jungkook por unos segundos me mira con algo de ofensa para luego acompañarme, ¡es que la situación es tan chistosa, amaba molestar a mi sobrino! Limpio una de mis lágrimas mientras miró a Jungkook nuevamente.— Oh Jung, deberías simplemente tomarte unos días, ¿no has hablado con tu padre de esto?
— ¡¿Te volviste loca Tía Jih?! —Tose en pánico al darse cuenta de lo que me ha dicho.— ¡Q-Quiero decir! No... No he hablado con él, ¡no es excusa para faltar al trabajo! Jimin puede irse al carajo, tía, usted es mi jefa y yo necesito dinero para seguir pagando la universidad.
Aplaudo con orgullo las palabras de Jungkook, puedo notar que la presencia de uno de sus padres ha dado frutos de un buen muchacho, puedo observar en él un futuro prometedor, aunque hoy haya metido la mata, tenía confianza en él...
— Por supuesto Jung. Razón no te falta, ¡que se joda Jimin! —Ambos empezamos a reír, y por un momento olvido que ya es su hora de salida, y ninguna persona en la empresa debía saber que Jungkook y yo éramos familia, ya saben lo que sucede cuando alguien se entera de ello, el chisme causa revuelos...— Deberías irte chico, ya es muy tarde, ¿no?
— ¡Oh claro! Papá debe estarme esperando, ¿nos vemos luego? Escuché que la abuela le decía a mi papá Nam que piensa venir mañana, ¡ha pasado mucho desde que la ví! —. Y mi sonrisa se apaga cuando Jungkook menciona a su abuela, a mí madre, la monarca de la familia Park-Kim. Y el pelinegro analiza mis ojos llenos de temor y ansiedad cuando menciona a la Señora Park, ¡cielo santo, creo que hasta me he ahogado con el café!— ¿Tía Jih? ¡¿Tía Jih?! No te ahogues, por favor...
Cuando termino de toser, Jungkook pregunta sin revuelos:
— ¿Te pusiste así porque mencioné a la abuela, verdad? Ay Tía Jih... ¿No crees que deberías... Ya sabes? Olvidar tus diferencias con ella, no la ves desde hace años... Tú y ella se distanciaron mucho.— Mi sobrino dice esto con tristeza y no puedo evitar pensar que sé muy bien las razones del por qué, Jungkook no me lo dice directamente, pero puedo ver como el ambiente de hace unos segundos, agradable y amistoso, se ve apaciguado y opacado por la sola mención de mi madre.
Mi madre...
Tenía que hacer unos ajustes de agenda si eso de que llegaba, ¿cuando había dicho Jungkook? ¡El fin de semana! Era un jodido viernes, y había pensado en tirar la borda los eventos sociales o planes con mis amigas solo por centrarme en le trabajo. ¡Ahora resulta que debo ver a mi madre! Tanta suerte que me cargo, ¿no me pesa ya?
Jungkook se da cuenta del mar de pensamientos en el que me he vuelto, casi me encontraba temblando de la sola idea de ver a mi mamá por estos lares, ¡ella estaba en Londres! Lejos, muy lejos de mi, de mi empresa, de la vida que venía llevando hace tantos años. No entendía que tendría que estar haciendo aquí, ella era feliz en su nuevo hogar, con su nuevo marido, y yo...
Yo era feliz en mi burbuja protectora: el trabajo.
La vida en Nueva York fue un reinicio que realmente necesitaba para avanzar, una etapa nueva que sin duda alguna me había llevado a ser lo que era hoy en día. Había llegado a esta ciudad sola, con las manos vacíos, con todas las de aprender y empezar a dar pasos gigantescos, habían sido años duros claro que sí. Y estar sola en una ciudad tan grande sin duda alguna había sido complicado, a duras penas comía en las largas noches en la que la universidad y el sueño de mis bolsillos iba dando diminutos pasos y escalando a algo grande. Esta disquera empezó como algo tan diminuto que creció como la espuma. Hubieron baches, piedras enormes, pero esos obstáculos jamás me habían hecho retroceder, ni en un millón de años.
Todo lo que me rodeaba actualmente, este edificio, el nombre y su reputación, era fruto de todos mis esfuerzos...
Y mi pequeña torre de protección.
La única cosa que la Señora Park parecía no poder perturbar del todo, mi refugio y escape, se vería interrumpido con su llegada. Ojalá Jungkook nunca hubiese mencionado esto.
O quizá sí debía hacerlo, ¿se imaginan que no estuviese preparada para la bomba que iba a ser volver a ver a mi madre después de tanto tiempo? ¡Iba a enterrarme viva en lo que la viese pasar por la puerta!
— Te daré un consejo Tía Jih... No te presiones por ella, tú eres una mujer exitosa e increíble. ¡Estoy seguro que ya todo va a ser diferente! —Exclama con confianza el pelinegro, y acto seguido se levanta de su asiento dándome un último apretón en el hombro para tranquilizarme.— Oh, y prepárate, porque creo que hará su famoso estofado, ¿puede creerlo? Una delicia, ¿no?
Mi sobrino se retira y me deja sola con el impacto de la noticia: Mi madre estará aquí en menos de doce horas, los segundos ya estaban corriendo a partir de ahí, ¡maldita sea!
El estofado era lo de menos, y también que estuviese por llegar en cualquier momento, ¡me preocupaba más el hecho de que fuese todo tan repentino!
Voy a morir si hace la tonta y estúpida pregunta de...
« Calma Jihyo, todo saldrá bien. Todo volverá a la normalidad después del Domingo, ¿no? Has crecido y ella también debió cambiar de parecer... ¡¿No?! »
Me quedo unos segundos intentando ignorar cualquier pensamiento que me arrastrara a la locura, era mi madre, ¿por qué tenía tanto miedo de ella? ¡Era la mujer que me había dado la vida, un techo, comida, educación y demás! Me sentía casi malagradecida por desear que se fuese en cuanto el primer pajarito en la mañana del Domingo cantara alegre.
« Dios, que mala hija eres Park Jihyo... »
Aterrada por la idea de mi madre en Nueva York sin previo aviso, solo me quedaba esperar por su llegada, ¿qué nuevas locuras y preguntas incómodas serían las protagonistas del encuentro con la ocurrente Señora Park?
Pues en un par de horas podría averiguarlo...
Mi cabeza empezaba a presentar un pequeña migraña que estaba escalando a una gigante y punzante, debido a todo lo que atacaba mi cerebro en toda la tarde, me retire de la empresa con tanto fervor, ¡tengo miedo de la próximas horas!
Llego a mi penthouse, ubicado en el distrito de Midtown, Manhattan; era uno modesto pero bastante sofisticado, estilo de hogar ideal para una soltera cualquier que sobrevivía a base de pastas y comida rápida. La ubicación era perfecta para mí por el sólo hecho de estar a poca distancia de Central Park y la Quinta Avenida. Por razones más que obvias, el lugar era privado. Ser la CEO de una disquera era divertido, hasta que tenías cuatro jóvenes en tu jardín cantandote con cover de una canción de One Direction, buscando ser la próxima boyband y sueño adolescente. ¿Qué si eso era anécdota? Ahí está la razón por la que he tenido que mudarme a un penthouse y no vivir en una casa.
Entro por el ascensor y el portero de la entrada me recibe con gesto amable, pero me es imposible concentrarme en el saludo del Señor Hugo, cuando entro con pocas ganas y subo las escaleras con un montón de papeles.
Cuando subo el ascensor, una chica de la cuál no logro detallar su rostro sale disparada y choca su hombro con el mío sin siquiera importarle, ¿por qué parece tan apurada?
— ¡Hey, ten más cuidado!— No escucho respuesta, porque al parecer la joven desaparece, tal cual como mis pocas ganas de cenar esta noche, ni siquiera sabía como podría meterme a la cama a dormir cuando sabía que tendría la presencia de mi madre al otro día y sin siquiera haberme preparado mentalmente para eso.
Vivir en este caro conjunto de edificios en la ciudad de Nueva York era a veces muy complicado. Pues vivir entre los últimos pisos significaba perder valiosos minutos escuchando la tonta música del elevador, llevándome al piso '24'.
¿Por qué no compré uno de los pisos de abajo? ¡Agh!
Introduzco las llaves de mi casa, y siento la cola danzante de Bbuyo, mi gato, rozando mi pierna mientras camino dejando todas mi pertenencias en cualquier sofá o mueble de la cocina. Dios como siento pesadez en esos instantes. Me arrelleno en el sillón de mi sala de estar, mirando hacia el techo con una presión extraña en el techo, siento como mi compañero de piso felino se sienta en mi piernas, acurrucandose en mi regazo, ajeno al martirio que sentía en mi mente.
— Creo que necesito un trago...— Digo al aire, obviamente, ¿a quién más podría estarle diciendo eso sino era a mí misma? Soy soltera y vivo con un gato que vive como un rey, tremenda forma de decir: ¡hey, estoy sola desde los tiempos de Cristo, sabes!— ¿Tú qué opinas?
Definitivamente me he vuelto loca, le estoy hablando a mi gato, ¿pero es que no estaba permitido hacerlo? Era mi rommate, por así decirlo, aunque a veces creía que el me dejaba vivir en mi propia casa.
Acaricio a Bbuyo como si eso pudiese ahuyentar todos mis problemas en esos momentos, el dolor de cabeza prominente que se hacía más y más fuerte hacia que arrugara mis cejas, y cuando busco entre todos los cojines del gran sillón en forma de "L" el control de la TV para buscar una distracción indefinida, mi celular suena en mi bolsillo.— ¡Joder, qué dolor!
Mi cabeza vuelve a doler en cuánto el molesto sonido de mi tono del móvil interrumpe en el silencio mezclado de los ronroneos de mi gato, son las ocho de la noche, ¿quién podrá ser a éstas horas?
Que no sea mi madre, que no sea mi madre, que no sea mi madre...
— ¿Aló? —Digo sin ninguna idea de quién podría ser al otro lado, puesto que he atendido sin siquiera leer el nombre en la pantalla.
— ¿Jihyo? ¡¿Revivió la momia?! —Ruedo los ojos al saber muy bien de que se trata. Jeongyeon, mi mejor amiga desde la secundaria en Busan, castaña y pelicorto, el verdadero delirio de las jóvenes de nuestra escuela en esos años. Cuando aún mi familia vivía allí, ella fue quién me arrimo a esa vida de fiestas y locuras adolescentes; salir con ella era todo un tema. Cuando me mudé a la Gran Manzana, nunca perdimos el contacto, y en días como hoy, era habitual recibir una llamada de la rubia, por no decir que buscaba sacarme información de la chica Kim, ya que era una fan nata de su música. Aunque estos últimos meses debido a mi trabajo, eso había disminuido.— ¿Todo bien?
« Si supieras Jeongyeonnie... »
— ¡Yoo Pui Pui!—el apodo que le tenía desde jóvenes aún prevalecía en el tiempo, ¿por qué no hacerlo?—. Todo bien. Ehm, sólo ha sido un día pesado, hasta que al fin te dignas a aparecer, si me entero de ti, es gracias a tu novia.—Digo en tono irónico. Jeongyeon era la novia de mi secretaria, mi mano derecha. ¿Cómo había ocurrido aquello?
Para mi sorpresa, al contrario de lo que yo pensaba de mi molesta mejor amiga, Im Nayeon y Yoo Jeongyeon eran la pareja perfecta. Ambas se habían conocido el día de la inauguración de mi empresa. Sí, Jeongyeon viajo desde Busan hasta Nueva York sólo para celebrar lo que era uno de los momentos más importantes de mi vida, y lo agradecía, ella no era sólo una amiga sino mi hermana.
Ese momento de la inauguración, para ellas sería un momento para recordar entre esas dos, aunque eso no fue suficiente del todo. Fue necesario otro encuentro y otro más, hasta que era habitual ver a Jeongyeon por esas oficinas, robando uno que otro suspiro de las recepcionistas, con un par de donas para conquistar a mi secretaria; para que una cosa llevara a la otra y bueno... Acá estamos, sólidos cuatro años en los que esas dos tórtolas se la vivían pegadas. Hasta estaban tan enamoradas que Jeongyeon abandonó su vida en Corea sólo por, en palabras de la misma Jeongyeon: « la sonrisa de conejo de su Nayeon » ¿Por qué les cuento todo esto? Eso no es importante:—Ya estaba pensando que la tierra te había tragado, ¿cómo va todo en el refugio?
— ¡Vamos Jihyo! Sabes que Nay y yo vivimos de viaje en viaje. Todo bien con el refugio, hoy rescaté una serpiente, ¡es tan bonita! —Jeongyeon poseía un santuario de animales en un lugar un tanto lejano de la ciudad, por esto no era muy común verla, hasta Nayeon podía pasar tres días seguidos sin saber mucho de su novia. Algo que cuando sucedía ponía a la mujer tan irritable y casi incapaz de soportarme en el trabajo. Ambas eran mis amigas, ¡y como las amaba! Pero era innegable que a veces quería que Jeongyeon viviera con Nayeon en su departamento para que ésta no las pagara conmigo.— Pero sabes, he vuelto, y voy a quedarme estos meses, ¡encontré a alguien que por fin administre el refugio, me cayó del cielo!—Exclama con felicidad, y me alegro con ella de por fin escuchar una buena noticia en el día. ¡Jeongyeon volvería a la ciudad, a mi ciudad, teníamos que celebrar ese milagro!
Podría saltar en el sillón como niña pequeña si no fuese porque no solamente ella estaría de visita por aquí...
— ¡Eso es grandioso, Jeongyeonnie! Nay debe estar feliz, hace tanto que no te ve... La he visto decaída estos días. Y sabes cómo es...—Recuerdo la triste imagen de mi secretaria y amiga olvidando algunos papeles por simple hecho de no saber nada de su novia, pobre mujer. Pero también me había gritado, ¿estaba permitido gritarle a su propia jefa? Bueno Nayeon era otra de mis mejores amigas, la única en Nueva York; ese detalle la hacía tener derecho a prácticamente arrastrarme a soportar sus humores.—Ya deberías de estar aquí, ¡si no llegas con un ramo de flores del tamaño de la Torre Eiffel, juro que te haré añicos Yoo Jeongyeon!—Reclamo y escuchó la risa de Jeongyeon que se mezcla con la mía, seguimos hablando unos minutos más de cómo sería su llegada; por unos segundos olvido el tema de la inesperada visita de mi madre.
Hasta que una de sus tantas preguntas golpea duramente mi paz, la poquita que estaba obteniendo luego de un par de horas... ¡Es que acaso no podía dejar el tema de lado y ya!
— Jihyo, ¿y qué me dices de salir en cuanto nos veamos? Ya sabes... Como en los viejos tiempos, 'UJB y Yoo Pui Pui'. Nos hace falta un buen karaoke hermana.— Mierda, no, no y no. Jeongyeon ya está en su rubro de casamentera y yo con pocos ánimos de esto. Cómo siempre...— Además te sentaría bien. Tienes años que no sales con nadie, la última novia que te vi fue en la universidad... ¿Cómo se llamaba? ¿Carmen? Tenía un nombre de señora si mal no recuerdo, ¡era espantoso!
Oh, el tema de mis relaciones y mi poca estabilidad para durar con alguien siempre daba de que hablar...
— ¡Yoo Jeongyeon, por favor cállate mil años! Agh. No, no recuerdo su nombre, fue una relación tan corta como el tiempo en que calientas palomitas en el microondas.—Jeongyeon ríe.
—Interesante comparación, Park. Pero oye, hablo en serio hermana... Deberías, ¿cómo le dicen las nuevas generaciones? ¡Al diablo, sal y ya! ¿De verdad no quieres salir con alguna de mis amigas, conozco algunas que están locas por salir con la CEO millonaria que prácticamente lanzó al estrellato a Kim Dahyun—ese último suspiro al decir el nombre de su artista favorita, Jeongyeon estuvo desde el día uno en que Dahyun firmo contrato conmigo. Y puedo decir que fue increíble, aunque las discusiones de Nayeon y ella eran grandes cada vez que la pelicorto se atrevía a poner en la mayor calidad posible los vídeos de la estrella. Me río al recordar el día en que Im la había hecho dormir en el sofá por eso, ella parece notarlo:—¿Ya te andas riendo otra vez de lo del sofá? Oh súperalo Jihyo, lo entenderías si tuvieses novia.
— Pero no la tengo—dije con sencillez.
— Pero deberías tenerla, ¿no? Jihyo eres la mujer más famosa y asquerosamente millonaria de Nueva York, ¿cómo es qué no sales con nadie aún?
« ¡Ay Jeongyeon, como si no me conocieras! »
— Simplemente no me gusta y ya... ¡Además tengo mucho trabajo por hacer!
— Y por eso mismo vamos a salir—insiste ella con determinación.—Oh no.
— No. No creo que sea buena idea, estoy muy concentrada en el trabajo y...–
— ¡Y entonces Jihyo! Vas a seguir hablando de eso, entiendo que te guste tu trabajo, yo también amo el mío, ¿pero no te gustaría tener algo de calor humano de vez en cuando?—Para nada, estaba bien así, además de vez en cuando encontraba mi oportunidad de...— ¡Y no hablo de simple sexo Park Jihyo!—Auch, me dolió.
Sabía a donde se dirigía la conversación, y la verdad Jeongyeon me estaba preparando para una futura que tendría en un par de horas...
—Jeongyeon... Empiezas a sonar como mi madre, ¿no crees?—La llamada se transforma en un silencio corto en el que Jeongyeon parece haberse desconectado de la línea.— ¿Jeong?
— ¡Cómo te atreves, yo no soy como tu mamá! En tu vida vuelvas a llamarme así otra vez.— Suelto una risilla cuando entiendo a lo que se refiere, Jeongyeon no era muy amiga de mi madre, ninguna estaba de acuerdo con la otra, y con toda la razón.— Pero sabes lo que digo Jihyo, a veces quisiera poder invitarte como antes a los viajes que hago con Nayeon, pero es bastante...
— ¿Deprimente que yo tenga que andar por la playa sola mientras ustedes probablemente buscan la manera de tener hijos siendo lesbianas?—La risa de Yoo inunda el ambiente, y es tan contagiosa que la acompaño yo también.
— No podría haberlo dicho mejor, hermana. Pero Jihyo. Consideralo por una vez, ¿sí? Saldremos una noche de estás. Te prometo que será grandioso.—Detecto mucha seguridad en el tono de voz de la castaña. ¿Ahora quién le saca ese plan de esa cabecilla suya?
— ¡Pero Jeong!
— ¡Sin peros Jihyo, me encargaré de que Nayeon despeje tu agenda así deba volverme su sumisa por una semana! Saldrás, beberás un buen ron, y quizá consigas conquistar a alguna chica linda, ¡tienes que sentar cabeza, eres exitosa y mucho! ¿Pero con quién vas a compartir todo ese éxito querida Jihyo?—Sus palabras se sienten como un balde de agua fría. Jeongyeon tiene una pizca—muy mínima desde mi punto de vista— de razón, estoy sola, ¿con muchas cosas por delante? Prácticamente había hecho un largo camino de cosas increíbles. Claro que sí, pero sola al fin y al cabo.
Vacilante aún sobre la idea, para nada nueva, de una de las personas más importantes en mi vida, decido que no tengo más opción, ¿además hace unos momentos estaba deseando un trago, no es así? Me sentaría de maravilla justo salir a despejar la mente luego de ver a mi madre. Accedo sin más protestas a los planes de Yoo Jeongyeon, porque de todas maneras si no estaba de acuerdo, eso a ella no le podría importar menos:— Tienes razón, pero insisto que sólo será un trago y ya después veremos que sucede...
— ¡Yay!—Chilló emocionada y no evitar reírme, me recuerda tanto a Nayeon ese comportamiento, ¿es cierto cuando pasas mucho tiempo con alguien adquieres sus hábitos?
Quizá nunca lo llegue a descubrir...
Seguimos hablando unos minutos más, hasta que Yoo tiene que irse a preparar maletas para vernos dentro de unos días, sigue bastante emocionada con eso de 'ser mi cupido'; y no puedo evitar pensar que mi mejor amiga esta loca hasta los huesos.
¿Yo en una relación? ¿A estas alturas? ¡Por favor, era casi cómo si estuviese alucinando la pobre Yoo!
De todas maneras esas salidas con mi mejor amiga siempre me ponían de mejor humor, no era mala idea revivir esos momentos.
Sigo con la angustia de mañana tener que ver a mi madre, habría buscado alguna excusa para escapar esta vez, pero ¿cómo iba a hacer yo eso? No era mi estilo, no era cobarde, siempre me había gustado hacerle frente a los retos de la vida, tal cual mi sobrino hoy lo había hecho ante su equivocación. Además... de la familia casi nunca puedes escapar al cien por ciento.
Y justo por ello, no me detuve al redactar el mensaje preguntando a qué horas era la visita de mi madre...
El despertador y los rayos de sol atravesando como sables la ventana de mi habitación, marcan el inicio de un nuevo día para mí. Abro mis ojos poco a poco, tratando de no gruñir por el sonido incesante de mi alarma, ¿qué por qué la había puesto? ¡Hoy era el fatídico día dónde mi madre vendrá a comerme viva con sus dudas de mamá entrometida! No puedo esperar más.
Tallo mis ojos y lo primero que veo es a Bbyou encima del clóset, ese maldito gato tiene su propia habitación, incluso más grande que la mía y prefiere dormir encima del mueble de mi cuarto, típico...
Veo la hora del reloj, aún estoy a tiempo de arrepentirme y cancelar con mi cuñado y sobrino la visita de mi madre, pero parece que mis pies actúan por si solos porque me dirijo al baño con intenciones de cumplir mi aseo y rutina matutina.
Me veo en el espejo, noto las ojeras aún más marcadas que antes, últimamente sentía que ni durmiendo tres días seguidos se podrían quitar, ¡creo que es parte de ser tu propia jefa y tener en manos el futuro de una cantautora internacional!
En lo que salgo del baño, mi celular empieza a sonar y mis manos empiezan a picar en nervios, ¿será mi madre? ¡Ni siquiera estoy lista!
Leo en la pantalla el nombre de Jungkook, y el alivio se hace presente, por unos segundos creía que podría ser esa obstinada mujer que...
Relájate Jihyo.
Ella ni siquiera te llama.
— ¿Tía Jih? ¿Ya estás lista? —Pregunta mi sobrino, la curiosidad en su voz por saber a qué hora me dignaría a llegar, ¿estaría mal si le digo que su querida tía está a punto de mandar a la mierda el plan de reconciliarse con su madre?— ¿Jihyo? ¿Eres tú?
Escucho la voz de mi cuñado, Namjoon, y se me hela la sangre al pensar que probablemente mi sobrino y su padre anticiparon mis pocas ganas de asistir a su humilde hogar con mi madre... Ellos mejor que nadie sabían cada detalle de nuestra turbulenta relación.
— Ehm sí. ¿Cómo va todo Nam? ¿Ya está... Uhm, ella ahí?—Pregunto con temor, y Nam suspira, definitivamente ellos sabían esto...
— Aún no. Ella llegará en un par de horas. Te aconsejo que llegues temprano Jihyo. ¿Traes lo que te pedí? Sabes como es ella...
Claro que sé cómo es ella Kim Namjoon, ¡es tu suegra, pero yo viví con ella toda mi vida!
— Sí, si. Por supuesto.
— ¿Si piensas venir, verdad? Ella quiere hablar contigo, Jihyo...—Namjoon se escucha serio, y puedo imaginar la cara que puede estar haciendo en estos momentos. Sí, él se está asegurando de que no haya una guerra en su casa cuando mi madre y yo crucemos palabras.—Me gustaría que ambas se comporten, Jihyo...
— Claro, voy en camino. ¡No tardaré, lo prometo! — Buscó transmitirle positivismo con mis palabras, pero sé que mis familiares no se encuentran muy convencidos del todo.—Confía en mí Nam. Todo irá bien.
— ¡Sabemos que sí, Tía Jih!—Grita mi sobrino de fondo, y Nam y yo reímos por sus ocurrencias. No puedo creer que él tenga tanta fe en esta reunión familiar... Pobre ingenuo.
Namjoon y Jungkook vivían lejos de mí actual ubicación. Al menos una hora de distancia en auto a su hogar. Hace años que la familia Park-Kim había decidido que Estados Unidos era su mejor opción para vivir. Pues un par de decisiones como el trabajo, mi educación, el matrimonio e incluso la adopción de Jungkook, habían hecho que salir de Corea fuese la mejor decisión de nuestras vidas. Claro que originalmente vivíamos todos en un mismo distrito juntos, pero eso había cambiado, ahora cada quién estaba regado por todo el país, y en el caso de mi madre, en otro continente.
Y aunque muchos me vieran dormir en la oficina, o asegurar que yo era una mujer solitaria que no le gustaba visitar a su familia. Yo adoraba visitar uno que otro fin de semana a mi sobrino y su padre. Ellos eran las únicas dos personas que consideraba lo suficientemente importantes para tomarme una hora de viaje, olvidarme por completo de ésta ciudad, e ir a divertirme.
Casi estaba por hacer que Jungkook se mudase cerca de Central Park, le había hecho aplicar a mi disquera para el departamento de marketing. Aún cuando había algunas más cercas de su padre y su casa, y el pelinegro era tan talentoso que aún siendo universitario obtuvo mil propuestas distintas para tantos lugares igual de buenos. Pero él ha encajado perfecto en mi compañía. Y eso no se lo podía negar nunca.
Sabía que mi sobrino y Namjoon harían de la visita de mi madre, algo menos pesado que superar.
Apresuro a vestirme, maquillarme, de la manera más casual pero presentable posible, sabía como era mi madre, le gustaba analizar y desglosar hasta el último detalle de mi apariencia. Cosa que quizá ya no soportaba mucho como en mi juventud... ¡Pero vamos, ya estaba muy grande para tener que aceptar sus críticas!
Me veo una última vez en el espejo, una blusa rosa, unos pantalones blancos acampanados, tacones y el cabello perfectamente suelto. Cayendo lado a lado, y la blusa deja al descubierto mis hombros desnudos. Un maquillaje natural, adorna mis labios y mis ojos, los mismos ojos que mi madre posee, sé que es una de las tantas cosas que comparto con ella.
Tomo mi bolso, las bolsas con comida que Nam me pidió para el almuerzo, y doy un último vistazo a que mi compañero felino tenga la suficiente comida, y cierro la puerta con llave.
Busco en el estacionamiento mi auto, es un rojo brillante que va muy bien con mi personalidad.
— ¡Tremendo día, debería abrir el techo!
Hoy era el clima ideal, soleado pero fresco, el clima de Nueva York últimamente estaba increíble. Perfecto para dar un paseo en auto con las ventanas abajo, o en mi caso, sin el techo estorbando. Coloqué la misma emisora de siempre, esa que sabía que colocaba algunas canciones de nuestros artistas por estos días. Para mí sorpresa no fue ninguno de ellos lo que estaban sonando, sino 'Welcome To New York' de Taylor Swift, ¡cómo amaba esa chica rubia! La canción parece encajar perfecto con la vista de la hilera de edificio en el las esquinas y calles de Central Park, pasando por el Empire State. Empiezo a cantar el verso más famoso de aquella canción: "Everybody here, wanted somenthin' more".
Puedo casi saborearlo, aquí en por estas calles, la ciudad que nunca duerme. Mi sueño en su punto máximo, ¿por qué debería echarse a perder por ver a mi madre?
Durante el viaje en auto, no pude evitar sentirme ansiosa. Todo era tan repentino, algo que juraba hace mil años que no volvería a suceder, estaba a escasos minutos de ocurrir...
De hecho debía admitir que yo misma quería cancelar todo, o parar el auto por ahí y decir que he tenido un pequeño percance con los neumáticos, la gasolina, quién sabe...
Pero no lo hice.
Y cuando termina la canción, solo me queda decir que esta vida no debe perderse por nada del mundo...
Finalmente llegó al hogar de Namjoon, hace un par de semanas habría cenado con ellos, eran mi única familia cerca de Nueva York. La casa de Kim Namjoon era una propiedad totalmente cálida, con un gran patio para hacer parrillas los fines de semana, dos plantas, con ventanales gigantes y una piscina toda para ellos. Era algo grande y exagerado para muchos, podría ser, pero nuestra familia era así. Extravagante, además, Jungkook amaba esa casa, y cómo no hacerlo, cuando sus padres habían comprado tal terreno y lo habían convertido en un castillo digno de un príncipe.
Mis gafas oscuras tapándome de el aún encandilante sol. Veo a Jungkook recibirme con brazos abiertos en cuanto bajo del auto:
— ¡Tía Jih, te ves alucinante!—Halaga mi sobrino y recibo gustosa su muestra de cariño, ¡diablos, cómo quiero a este chico! Doy un beso en su frente, y veo la sonrisa amplia que me regala, con sus ojos como una alcancía y sus pierciengs que para no la hacen ver intimidante, al contrario.— ¡Llegaste temprano!
Detrás de él veo a su padre. Un moreno alto, de cabello negro que tiene algunos mechones tapando su frente, una camisa de botones abierta y su habitual camisa blanca de los Sábados—como decía Jungkook— Su estilo era bastante relajado, y me ofrecía una sonrisa al ver como mi sobrino y yo compartíamos una linda escena familiar. Namjoon se acerca a nosotros mostrando sus hoyuelos:
— ¡Park Jihyo, cada día más increíble! ¿Cómo has estado estas últimas semanas?No te he visto desde que Jungkook fue al dentista.—Dice con semblante despreocupado. Así como su hijo, Namjoon y Jungkook siempre irradiaban una energía relajada y feliz.
— Hola Nam. ¿De nuevo esa camisa? ¡Empiezo a creer la teoría de Kook!—Reímos recordando como el pelinegro anunciaba que tenía una 'obsesión' nada común por esa camisa, que la habría lavado al menos unas cinco veces pero que su padre seguía usándola cada que estaba mal parada.— Gracias. ¡Ay Nam, Pareces todo un amo de casa!—Bromeo con él, y obtengo una risa de padre e hijo al unísono.
—¿Se nota mucho? ¡Tú luces como toda una empresaria! Permíteme ayudarte con las compras.—Ofrece y le extiendo alguna de las pesadas bolsas con los ingredientes del tan esperado estofado.
La relación con mi sobrino no sólo era de lo mejor, también con mi cuñado, contrario de lo que muchos creían, Namjoon y yo éramos amigos, aunque él fuese el marido de mi hermano. Estaba permitido bromear entre nosotros.
A diferencia de cómo creía entre ayer y esta mañana, me encontraba bastante tranquila charlando un par de cosas con Namjoon, la idea de que en cualquier momento mi madre llegaría estaba presente, pero eso lo dejaría para después, ahora se trataba de escuchar las historias de Jungkook y Namjoon. ¡Estoy tan contenta cuando estoy con ellos!
— Oh y ¿a qué no adivinas? Ya me puse a trabajar en otra propuesta... ¡A Dahyun le va a gustar, será un hit su vídeo con esto!—Jeon caminaba a mi lado hacia la puerta, tan emocionado contándome lo que ha estado haciendo estos últimos días, y eso que lo había visto ayer en el trabajo, el chico de los piercings preguntaba si podríamos jugar en su consola como siempre hacíamos. Namjoon reía viendo como su hijo parecía hasta dar saltitos como una liebre a mi derecha, ¡y yo también! Él tenía veintidós para el resto del mundo, pero conmigo y su padre siempre sería el pequeño Jeon de cinco años.— ¡Y-Y podemos hacer hot-dogs la próxima semana!
— Oh vamos Kook, ¿ya estás planeando la próxima semana? ¿Y qué has estado pensando para el vídeo? Dahyun no es tan exigente, Jung. Pero ella está vez quiere que sea algo distinto...
— Lo sé, lo sé y por ello...—su sonrisa se amplia magistralmente, transmitiendo toda su emoción—, ¡es algo que te va a encantar, tenlo por seguro! —Sonríe y veo de reojo a mi cuñado, ambos estamos muy orgullosos del chico y lo dedicado que es a su trabajo.
Cuando abrimos la puerta, noto la decoración minimalista a la que estoy acostumbrada cada vez que entro a la casa de mi sobrino. Dejo las bolsas en la isla de la cocina, y cuando subo la vista una voz interrumpe el silencio que juraba que existía en la casa:
— ¡Hasta que por fin llegas Park Jihyo!—Grita mi madre con un tono un poco molesto. Una de las bolsas de mis manos caen al piso frenéticamente.— ¡Ay Jihyo, cómo vas a dejar caer las verduras, hija!—El reclamo llega a mis oídos, parpadeo varias veces, ¿esto en serio?
Volteo a ver a Namjoon para asegurarme de que esto es una broma, ¿de verdad me engañaron diciendo que llegaba temprano y que estaba antes que mi madre?
Namjoon me ve directamente y junta sus cejas un tanto arrepentido. ¡Traicionada por mi propio cuñado y sobrino!
— ¡Lo siento Tía Jih!— Se disculpa Jeon, escondido en la espalda de su padre. ¡Me mintieron! Los brazos de mi madre me rodean y mi cuerpo se vuelve rígido cuando siento su contacto maternal.
No estaba lista para el huracán Park...
Holaaaa, este el primer capítulo, sé que es un tanto largo, pero es para introducir un poco mejor la historia, tengan en cuenta que no todos los capítulos serán así, y bno como consejo para que su lectura sea más amena: imagínense todo como una película rom-comedy djhdjsjwj :^
Esto va a ser muy cliché, así que disculpen, pero es que tenia muchísimas ganas de escribir algo así, con lo que no tuviera que pensar mucho :]
Gracias por leer <3
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