016
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"WALLPAPER"
El profesor Lee observó a todos con seriedad antes de hablar. -Me llaman en el gimnasio, así que estaré fuera unos minutos. La señorita Miller estará a cargo.
-Por supuesto, señor -respondió Maddison Miller con una sonrisa exageradamente obediente.
Lee asintió con satisfacción y salió del aula, cerrando la puerta tras de sí.
Apenas lo hizo, Maddison se enderezó en su silla y dejó caer la máscara de formalidad. -Bueno, ya lo escucharon: hagan su tarea... o eso creerá él. -Una sonrisa traviesa cruzó su rostro-. En realidad, pueden hacer lo que quieran, pero con cuidado. No quiero tener que planear cómo escapar por la ventana.
Algunos estudiantes se miraron entre ellos, algo desconcertados. Maddison notó las miradas y dejó escapar un suspiro dramático. -¿En serio? ¿Ninguno de ustedes ha estado en detención un sábado antes? Esto es básico. Cuando el maestro se va, la fiesta comienza.
Nadie respondió.
-Dios mío, son tan tiernos -dijo con un tono burlón mientras movía la cabeza. Señaló a un chico en la esquina-. Tú, cuida la puerta y avisa si el profesor vuelve antes de tiempo.
El chico asintió nerviosamente y se dirigió a la puerta sin rechistar.
-Ahora que estamos en marcha -continuó Maddison, inclinándose hacia adelante con emoción-, el juego de póker comenzará detrás de la sección de Historia Mundial. Los besos, en caso de que a alguien le interese, tendrán lugar detrás de los libros raros.
Algunos estudiantes comenzaron a levantarse con curiosidad. Maddison extendió los brazos como una anfitriona triunfante. -¡Ya!
Aunque no todos se sumaron a la propuesta, la atmósfera en la sala cambió rápidamente. Algunos se agruparon en las esquinas, otros comenzaron a hablar en susurros animados, y un par de valientes decidieron investigar las ideas de Maddison.
Min ho se inclinó sobre el escritorio, mirando fijamente a Harper con una sonrisa provocadora. -Tú y yo, detrás de los libros raros.
Harper frunció el ceño, alarmada y nerviosa. -¿Para qué? -preguntó con cautela.
Sin decir más, él tomó su muñeca y la guio hacia la sección indicada, ignorando algunas miradas curiosas de los otros estudiantes.
Cuando llegaron al rincón más apartado, ella lo miró cruzándose de brazos. -¿Qué quieres?
Él se apoyó contra la estantería y la observó con un aire despreocupado. -Aquí, según las reglas, es donde ocurren los besos.
Harper dejó escapar una risa sarcástica. -Claro, ¿y qué sigue? ¿Un letrero que diga "besos garantizados"?
Min ho resopló. -Hablo en serio. -Enderezó su postura y la miró con una expresión más firme-. Si vamos a fingir que somos novios, al menos hazlo creíble. Ahora parece que te estoy obligando.
Harper entrecerró los ojos, molesta. -¿Y me arrastraste hasta aquí solo para decirme eso?
Él asintió sin remordimiento, alborotándose un poco el cabello mientras soltaba un suspiro exagerado.
-¿Qué estás haciendo? -preguntó Harper, desconcertada al ver el gesto.
Min ho sonrió con suficiencia. -Tiene que parecer que nos besamos.
-¿Qué? -Harper alzó una ceja, incredulidad en su voz.
-Arréglate un poco el labial. Rápido.
Ella lo miró fijamente, indignada. -Por si no lo sabías, no beso a nadie alborotándole el cabello como si fuera una loca.
Él la observó curioso, captando algo en su tono. -No has dado ni un solo beso, ¿verdad?
Harper cruzó los brazos, evitando su mirada. -Eso no es asunto tuyo.
Min ho rio por lo bajo, aunque no quiso presionarla más. -Está bien, tranquila. Pero haz lo del labial, es cuestión de detalles.
Con un suspiro dramático, Harper sacó su espejo compacto y pasó un dedo por el borde de su labial. -Esto es ridículo -murmuró, aunque no podía evitar notar que él había vuelto a mirarla con aquella expresión de medio burla, medio admiración.
Min ho volvió a alborotarse el cabello antes de inclinarse un poco más cerca. -Listo. Ahora, cuando salgamos de aquí, al menos no parecerá que te traje obligada.
Ella rodó los ojos, suspirando, y lo dejó pasar primero mientras mascullaba: -Insoportable.
Harper se detuvo antes de salir de su escondite detrás de los libros. -Esto es ridículo -dijo con exasperación, mirando a Min ho.
Él se encogió de hombros con una sonrisa provocadora. -Aún podríamos hacerlo de la manera realista. -Su tono sugerente dejaba claro a qué se refería.
Ella rodó los ojos, dando un resoplido divertido pero cansado. -Ni en tus sueños.
Ambos salieron finalmente, caminando con calma como si no hubiese pasado nada fuera de lo común. Varias miradas se posaron en ellos, pero Min ho, con su típica actitud confiada, los ignoró.
Se sentaron juntos, aparentando naturalidad. Min ho la miró de reojo con una sonrisa maliciosa. -Cariño, tienes un poco de labial corrido.
Harper se tocó los labios, fingiendo estar sorprendida. -¿En serio? ¡Qué pena! -Se arregló el labial apresuradamente mientras él le ayudaba a acomodarse el cabello desordenado.
Aprovechó el momento para inclinarse y susurrarle con una dulce sonrisa perfectamente ensayada: -Si quedo como una necesitada de más, te juro que te mato.
Min ho sostuvo su mirada un segundo, impresionado por su habilidad para ser mortalmente intimidante y adorable al mismo tiempo, antes de responder con una sonrisa burlona. -Qué tierna.
Ella le devolvió la sonrisa, manteniendo el papel de novia cariñosa, pero debajo de la mesa le dio un discreto pisotón en el pie.
Mientras seguían hablando, Harper se dio cuenta de algo.
-¿Es en serio, Min ho? -Harper miraba incrédula la pantalla del teléfono de él, donde su propia cara aparecía como fondo de pantalla.
Min ho se encogió de hombros con una sonrisa despreocupada. -Es para que sea más creíble, cariño. No puedo ser el único comprometido en esta relación falsa.
Ella frunció el ceño, nerviosa. -¿Creíble? Obviamente yo también te tengo de fondo de pantalla.
Él arqueó una ceja, con evidente escepticismo. -¿Ah, sí? Déjame ver.
Antes de que pudiera reaccionar, el teléfono de Harper vibró con un mensaje entrante. "Owen", decía la pantalla, junto con la notificación: ¿Cómo hago para que el microondas funcione?
Min ho soltó una carcajada al ver el fondo de pantalla: una foto de un gato usando un sombrero de vaquero. -¡¿Un gato con sombrero?! ¿Ese soy yo, Harper? ¿Soy tan irrelevante que prefieres un meme como fondo de pantalla?
Harper se apresuró a improvisar. -Es... temporal. Olvidé cambiarlo después.
-Seguro. -Min ho no parecía convencido. Actuando rápido, agarró su teléfono, abrió la cámara y tomó una selfie, sonriendo como si fuera una celebridad. -Bueno, ahora tienes una razón válida. Usa esto.
Ella suspiró pesadamente mientras veía cómo configuraba la foto como fondo de pantalla de su teléfono. -Eres imposible.
-Gracias. Lo tomo como un cumplido. -Él le guiñó un ojo, encantado consigo mismo, mientras Harper miraba el fondo resignada.
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