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III. Ayuda

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     Después de que el autobús se fuera sin Ginny, no le quedó de otra que irse caminando hasta su casa, en Forks no eran comunes los taxis y no sabía cuál parada de autobuses sería la que la dejara en su casa.

Así que optó por irse caminando por las calles que apenas podía recordar.

Claro que eso no resultó de la mejor manera, ya que Ginny se había perdido camino a su casa.

Frustrada se detuvo y miro para todas partes intentado recordar por dónde debía ir. No sabía que hacer y estaba entrando en pánico.

De pronto, un auto se detuvo frente a ella y al momento en que bajo la ventanilla pudo apreciar al increíble doctor Cullen mirándola preocupado.

— Hola, Ginny— saluda.

— Doctor Cullen— pronuncia con suavidad.

— ¿Esta bien?, iba pasando por aquí y no pude evitar notar que estabas algo inquieta— comenta— ¿Necesita ayuda?

— Oh, si, bueno— titubea—, estoy bien. Solo que me he perdido camino a casa y ya no se por donde debería ir... ¿Tal vez usted me pueda decir por dónde tengo que ir?

— No, haré algo mejor— Ginny se confunde, ¿Algo mejor?— La llevaré a casa... Claro, siempre y cuando me permita llevarla.

La rubia se queda anonadada.

¿Ir con el Doctor Cullen en su auto?, ¡Dios, claro que sí!

Pero sus ganas se vieron opacadas por la timidez.

— Ay, no, yo no quisiera molestarlo, Doctor— niega—, seguramente tiene cosas que hacer.

— No es problema, señorita— sonríe—. Vamos— Carlisle baja del auto y abre la puerta del copiloto para ella—, no se preocupe, venga.

Ginny iba a morir ahí mismo con un gesto tan lindo. Nunca nadie había abierto la puerta del auto para ella.

El doctor Cullen era tan amable y lindo.

— Está bien— acepta sonrojada— sube al auto y el rubio mayor cierra la puerta una vez ella está adentro, para luego subir del lado del piloto.

— Listo— la mira— ¿me puede decir dónde queda su casa?

— Si, si— Ginny se siente un poco cohibida al tener tanta cercanía con el doctor, se sentía bastante nerviosa.

Ella le da su dirección rápidamente.

— Oh, bueno. Estaba por el camino correcto, bien hecho— la felicita.

Ginny suspira y agradece, le gustó mucho que el doctor la felicitara por algo tan pequeño. Se sintió especial.

— Y dígame, Señorita Ginny, ¿Estudia en el instituto de Forks?.

— Si, ahí estudio— confirma—, hoy fue mi primer día de hecho.

— Oh, ¿y que tal le ha ido?

— Bien, bastante bien— sonríe— aunque tuve unos problemas con unos chicos al momento de salir— bufa.

— ¿Por qué?, ¿Le han hecho algo?— se preocupa.

— Solo estaban molestando, me hicieron perder mi autobús y por eso tuve que regresar a mi casa caminando— hace un pequeño puchero.

— Con todo respeto, que tontos— niega—. ¿Cómo molestar a una joven tan linda como usted?

La chica se sonroja y sonríe. El piensa que ella era linda.

— Sí, son unos tontos— le da la razón—. Doctor Cullen, tuteeme por favor, que me llame de usted se siente bastante raro— pide.

— Claro, si eso te hace sentir más cómoda— acepta—. Pero tú también puedes tutearme, no hay problema.

— Está bien, lo haré.

Ambos se miran sonriendo. Pero en ese momento, casi por inercia, Ginny recuerda que el doctor Cullen tiene y hijos, por consecuencia podría estar casado. Aparta su mirada algo más seria y se dedica a mirar por la ventana del auto.

— También conocí a tus hijos— comenta—. Bueno, no los conocí, solo los ví a lo lejos.

— Oh, los viste, seguramente serían buenos amigos, si los conoces— incinua—, podría decirles que hablen contigo la próxima vez...

— Oh, no— niega— ellos son muy populares, llaman mucho la atención— comenta— además me gustaría que se acercarán porque ellos quieren ser mis amigos, pero muchas gracias.

— Está bien, como tú quieras, Ginny— acepta— Mira, ya llegamos a tu casa.

Y en efecto, Carlisle aparco su auto justo frente a su puerta. Pero aún así, Ginny no se sentía muy contenta de haber llegado, hubiera preferido pasar más tiempo con él.

— Vaya, fue muy rápido — murmura.

— Si, la verdad si lo fue— suspira—, me hubiera gustado hablar más contigo.

Ahora mismo no se podía creer lo que le estaba diciendo el Doctor Cullen. ¿Enserio disfruto de su compañía tanto como para querer hablar más?.

— Ginny— la llama antes de que siquiera pudiera tocar la manija para abrir la puerta del auto.

— ¿Si?— voltea a mirarlo.

— Quizás es algo atrevido, pero ¿te gustaría salir a cenar conmigo?

Un momento, paren todo.

¿Que demonios era lo que el había dicho?

El doctor más lindo de todo Forks, el cual seguramente le llevaba los años que su padre no, le estaba proponiendo salir a comer con él. ¿Era acaso una cita?

Ginny quedó con la boca abierta sin saber que responder.

— Pero, pero — tartamudea— ¿no tienes hijos y esposa?

— Oh, Ginny— niega sonriendo— no estoy casado, pequeña. Ahora, sí mis hijos son un problema, creo que es más complicado.

— ¡No!, ¡No!— mueve sus manos, negando—, no es problema, enserio— Carlisle sonríe— Es solo que creí que por eso estaba casado, ya sabe.

— No, no lo estoy— asegura—. Soy padre soltero.

Ay, dios, alguien dígale qué esta soñando porque no puede creerlo.

— ¿Entonces, no tienes una relación actualmente?— pregunta en un pequeño hilo de voz.

— No, claro que sí lo estuviera, no te pediría que salgas conmigo.

— Si, es cierto, perdón por insinuar eso.

— Está bien— le resta importancia—, ahora solo me interesa saber más tu respuesta que cualquier otra cosa.

Ginny mira los preciosos ojos dorados del hombre frente a ella y no pudo negarse ante su petición.

— Está bien— acepta tímidamente—, me encantaría salir contigo.

— Gracias por darme la oportunidad— sonríe muy feliz—, puedes darme tu número de teléfono, si gustas, así podré ponerme en contacto contigo y decirte a dónde iremos, que día y qué hora.

— Me parece genia— toma su teléfono móvil de su bolso y se lo pasa cuando lo desbloquea.

El doctor mira el teléfono y lo toma para proceder a registrarse entre sus contactos.

— Listo— se lo devuelve— aunque pensé más en que yo te escribiría a tí.

— Oh, no importa, no pasa nada— sube y baja los hombros.

— Está bien— asiente.

Ginny se despide del doctor Cullen tímidamente y sale de su auto. Nota que el no se va hasta que ella entra por la puerta, eso le pareció un lindo gesto, aunque muy pequeño, muy lindo.

Nunca había conocido a un hombre tan amable como lo era el doctor, ni su padre.

Subió las escaleras rápidamente hasta su habitación y se tiró emocionada sobre ellas. Sonríe como estúpida mirando hacia arriba mientras piensa en el mayor y muerde su labio.

No podía creer aún lo que había pasado hace apenas unos minutos. Debería estar soñando, porque cosas como estás no les pasaban a chicas como ella.

Era una completa fantasía.

¿Como un hombre mayor y guapo como lo era el doctor había fijado sus ojos en ella?

Era tan extraño, pero Ginny no quería pensar en eso.

Ella solo quería vivir el momento. Quería sentirse querida después de tanto tiempo sola. Desde el incidente de California.

Esperaba olvidar un poco de su pasado con esta nueva aventura. Después de todo sería la primera vez que saldría con alguien mayor y eso le ponía los pelos de punta.

Nunca pensó tener tan siquiera la más mínima oportunidad con el doctor Cullen. El saber que no estaba casado y completamente soltero había sido milagroso.

¿Cómo es posible que un hombre como el este soltero?

Ginny dudaba que el guapo doctor no tuviera pretendientes, pero vamos, ella era joven e ingenua, así ciertamente había decidido creerle.

Después de todo, ¿nada saldría mal cierto? mientras su madre no se entere, estaría todo bien.

Tomo su teléfono y busco el contacto del mayor, encontrandolo simplemente como Carlisle, pero Ginny decidió cambiarlo y ponerle un lindo corazón al lado de su nombre para hacerlo mucho más especial.

Rápidamente le escribe y sale de su habitación a buscar algo para comer.

Toma unas ricas tostadas con queso y se sienta en el sillón de la sala para ver algunas películas.

Su teléfono suena y Ginny lo toma para ver qué el doctor Cullen había respondido su mensaje.

La rubia toma su tiempo antes de preguntar cómo se encontraba y si había llegado bien a casa, el respondió que estaba de maravilla y había llegado bastante bien, todo estaba en orden.

Luego, el mayor saca el tema de la cita, proponiéndole verse en algún pequeño establecimiento de comida en Port Ángels, lo cual Ginny acepto muy feliz.

Después de estar casi toda la tarde mensajeandose con el Doctor, la madre de Ginny llega a la casa.

— Hola, Ginny— saluda su madre.

— Hola mamá.

— Dios, vengo muertisima— suspira— el primer día es más duro de lo que se piensa— toma asiento al lado de su hija.

— Dímelo a mí— bufa recordando el acontecimiento del día.

— ¿Te parece si pedimos pizza y hablamos de como te fue hoy?— propone.

— Bueno, podemos pedir pizza, si— duda.

— Muy bien, pásame el teléfono— Ginny le alcanza el teléfono celular de su bolso.

Mientras su madre pide la pizza, la joven contesta el masaje de Carlisle.

— ¿De que la quieres?

— De pepperoni.

— Si, una grande de pepperoni, por favor...

Ginny aprovecha y cambia el canal de televisión hasta que consigue una buena película.

— Listo, ya viene en camino— dice su madre mientras deja el teléfono en la mesita—, oh, ¿es Harry Potter?

— Si. Que lastima, me perdí la saga— hace un puchero.

— Bueno, aún podemos ver las dos últimas películas— sugiere.

— Me parece bien— asiente de acuerdo.

— ¿Y que tal hoy?.

— Pues todo bastante tranquilo, no tuve problemas— le resta importancia—, nada fuera de lo común.

— ¿Enserio?, está muy bien, me alegra bastante— asiente— ¿Y que tal son los chicos y chicas?, ¿son buenos?

— Si, la verdad no me quejo, es normal.

— Bien, me siento más tranquila al saber eso— suspira—, ¿ya hiciste amigos?

— Unos cuántos conocidos apenas— responde.

— Oh, está bien.

Luego de conversar un rato más sobre el día de ambas, la pizza llega y se concentran en ver las películas. Después de acabar, ambas de despiden y se van a dormir a sus respectivas habitaciones.

Ginny nota que estuvo sin responderle al doctor Cullen un rato al mirar su celular. Le envía un mensaje aclarando que estaba con su madre y ahora se irá a dormir.

Carlisle le dice que no hay problema y le desea unas muy buenas noches, por lo tanto la joven hace lo mismo.

Cierra sus ojos, pero antes de dormir no puede evitar comenzar a pensar de más.

Ginny extrañaba mucho a las amigas que tenía en California, extrañaba toda su vida allá. El hecho de que ahora estuviera tan sola en Forks la hacía sentirse muy mal, pero no mucho peor que cuando estaba en California y las personas comenzaron a dejarla de lado.

Recordar todo lo que pasó la hacía sentirse muy mal con ella misma, se sentía bastante mal ahora y no pudo evitar solar algunas lágrimas.

Esperaba enserio que las cosas en Forks mejorarán, que hiciera buenos amigos y así no sentirse tan sola con ella misma.

Esperaba poder olvidar todo lo que pasó y seguir adelante.

Después de todo, Ginny era una chica bastante fuerte. Ella podía con todo solita, solo hacía falta que entendiera el valor de su propia compañía.


























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