𝆘 05 𝆘
—Hola, Won. ¿Cómo estuvo la escuela?
Frenó sus apresurados pasos al escuchar la extraña voz. Una voz femenina. Retrocedió unos cuantos pasos y desvió la mirada a la pareja que estaba sentada en la sala tomando el té. Reconoció a su padre pero no a la mujer rubia de piernas largas y elegante vestido negro.
—Hyungwon, ve a tu habitación —ordenó su padre, sin darle tiempo a opinar.
—¡No! Dile que se quede —la mujer desconocida se deslizó en el sofá apartando un lugar para Hyungwon —¿Quieres una taza de té?
Negó con la cabeza mirándola fijamente.
El rostro de la mujer se le hacía bastante familiar. Por un momento creyó estar mirándose en un espejo que trasformaba sus facciones en unas más femeninas.
—Hyungwon —dijo su padre, con la voz más gruesa de lo inusual.
—Con permiso. ¡Qué disfrute su té! —inclinó su cuerpo en una reverencia de noventa grados y se fue corriendo a su habitación.
No era necesario darle tantas vueltas a la cabeza para saber que esa mujer que hablaba con su padre en la sala era la misma que lo abandonó en sus primeros años de vida. Su padre había evitado a toda costa no sembrarle odio hacia ella pero tampoco la mencionaba seguido, más bien nunca.
Que apareciera en su vida de un día para otro deseando saber cómo le fue en la escuela era absurdo y hasta estúpido. No llamó en casi doce años, no peleó por su custodia y mucho menos lo visitó en su cumpleaños. Hyungwon no la quería ahí. Hyo Joo figuraba como su madre y aunque no lo hubiera traído al mundo le había enseñado a sobrevivir en él.
—Hyungwonnie —la puerta se abrió y él fingió estar concentrado en su libro de historia, que estaba de cabeza.
—¿A qué hora irás a trabajar?
Jung Suk entró a la habitación en silencio con las manos en los bolsillos y ocupó la esquina de la cama como asiento.
Hyungwon apartó el libro decidido a escuchar a su padre. —¿Qué hacía aquí?
—Ella está abajo.
La nariz de Hyungwon se arrugó causando risa y ternura en partes iguales al mayor. —No seas así. Aunque yo tampoco estoy contento de tenerla aquí.
—¡Perfecto! Que se vaya.
Jung Suk sacudió la cabeza riendo. Hyungwon no tardó en unirse a la risa pero se detuvo un segundo después de que su padre lo hizo. Entonces la preocupación lo invadió; después de mucho tiempo veía una mirada de temor en Jung.
—No lo digas —pidió cerrando los ojos.
—Quiere que vayas a vivir con ella y su esposo.
Hyungwon guardó silencio, bajó de la cama y salió de la habitación aparentando una calma que no conocía. No en ese momento.
—¿Qué vas a hacer? Hyungwon, no importa lo que haya hecho en el pasado, no deja de ser su madre.
Eso lo sabía. Hyo Joo lo había repetido incontables veces que él lloraba maldiciendo la falta de tacto que tuvo aquella mujer para abandonarlo tan pequeño.
—Pudiste rentar un vientre, dar tu esperma y cualquier mujer sería mi madre —bajó cada escalón recordando las noches que durmió anhelando un beso y un abrazo de su madre, las burlas de sus compañeros por ser "huérfano", el insano sentimiento de envidia de saber que Hoseok tenía a sus padres juntos y pero sobre todo, la falta de desayunos hechos por una mamá.
Seojoon estaba de espaldas mirando los cuadros que contenían una pequeña parte de todos los momentos que se había perdido junto a su único hijo.
—Buenas tardes, señora —aclaró la garganta deteniéndose justo tras ella. Hizo un esfuerzo sobrehumano para no reírse por la falsa expresión de asombro.
—Hyungwon, hijo.
Jung Suk rascó su nuca desviando su nuca. Confiaba que Won no le faltaría el respeto por miedo a un regaño de su amiga, a quién consideraba una madre, así que se hizo a un lado permitiendo que Hyungwon se hiciera cargo de la situación.
—Seré franco, señora. Me da pena conocernos en estás condiciones, claro, después de que usted prefiriera vivir sin la responsabilidad de cambiar pañales y leer cuentos para dormir —sus manos se hicieron puños a sus costados pero su semblante neutro jamás cambió —, no pretendo juzgarla. Estuvo y está en todo su derecho de vivir SU vida como mejor le parezca.
—No sé que te haya dicho tu padre pero mi abandono tiene una justificación —se defendió, mirando con desprecio al hombre junto a Hyungwon.
—Muy bien. La escucho.
Hyungwon se acomodó en el sofá más cercano sintiendo la presencia de su padre bastante cerca, detalle que le estaría eternamente agradecido. Esperó a que la elegante mujer ocupara el sillón delante e hizo un ademan para que empezara a hablar.
—Era muy joven. Ingenua y sin experiencia para cuidar de un bebé —apenas estaba iniciando y Hyungwon ya quería que se callara.
—Mi papá también lo era.
SeoJoon asintió.
—Tienes razón, sin embargo, viniendo de una familia donde lo tenía todo no supe tomar la mejor decisión y hui.
Hyungwon miró a su padre en busca de ayuda pero este mantenía los ojos fijos en Seojoon.
—Es la justificación más barata —murmuró, volviendo la vista al frente —. Dígame, ¿qué busca ahora? —Hyungwon ladeó la cabeza contiendo sus lágrimas. —Si no pudo cuidar a un niño de tres años ¿cómo pretenden lidiar con un adolescente?
Seojoon bajó la cabeza abatida.
—Hyungwon —intervino Jung Suk —. La señora Lim vino aquí a disculparse, ¿cierto? —Seojoon asintió tan pronto escuchó la pregunta —. Deberías darle una oportunidad.
—Las palabras no siempre bastan.
Esa tarde dejó en claro que no se iría del lado de su padre y mucho menos para estar con quién lo abandonó desde el inicio. Jung Suk fingió molestarse por su decisión pero sabía que por dentro estaba feliz de haber sido elegido. Sin embargo, Seojoon no se rindió y acordó visitarlo regularmente, incluso asistir a su fiesta de cumpleaños. Siendo menor de edad no tenía muchas opciones para elegir y no le quedo más que aceptar encontrarse con ella y su nueva pareja.
—Lo hiciste bien —susurró Jung acariciando su cabello —. Tal vez sea un poco tarde pero está de vuelta.
Hyungwon cerró los ojos rodando sobre su espalda.
—Estoy bien así. No necesito otra madre.
—Won, la necesitas como también necesitas arreglar tu disputa con Hoseok.
Así que el lindo chico de piel blanca había ido de chismoso con su padre. Eso era jugar sucio.
—Hoseok está pronto a entrar a la universidad. Es mejor despejarme ahora para no sentir el peso de ausencia después.
Esa mañana la voz de Ryu extrañamente sonaba tan molesta que solo deseaba que guardara silencio un minuto. Desde que cruzaron las puertas de la cafetería no había dejado de quejarse porque una de sus tontas amigas compró el vestido que ella quería.
Absurdo.
Le gustaba Ryu pero pasaba de ella cuando abría su bonita boca para lloriquear porque el mundo no giraba en torno a ella. No siempre conseguía quitársela de encima, pero al recibir el mensaje de su madre pidiéndole llevar galletas de chocolate y nuez, encontró la oportunidad perfecta. Acompañó a Ryu a su casa y rechazó a toda costa entrar en la vivienda aclarando que debía llegar pronto a casa por una "emergencia" de su madre. ¿La emergencia? Llevar galletas de chocolate y nuez. Nadie en su casa comía esas galletas, solo una persona.
La misma persona que le pidió no volver a verse.
Con la alegría volviendo a su cuerpo, compró varios paquetes de las dichosas galletas y casi corrió por todo el barrio. La bicicleta de Hyungwon estaba aparcada en el jardín y el espacio para sus pantuflas de dinosaurio era ocupado por un par de zapatillas converse.
—Ya estoy aquí.
Sintió la necesidad de anunciar su llegaba por Hyungwon, respetaba su decisión y lo que menos quería era incomodarlo.
Atravesó el pasillo con la cabeza gacha y de la misma forma se mantuvo al entrar en la cocina.
—¿Trajiste lo que te pedí?
—Sí. Aquí están —Su madre a veces solía darle prioridad a Hyungwon, más bien siempre que él hacía enojar al menor —. Hola, Wonnie.
—¿Cómo estás, Hoseok? —preguntó desinteresadamente comiendo uno de los paquetes de ramen favoritos de Hoseok. Obra de su madre, por supuesto.
Hyo Joo cogió los paquetes de galletas abriendo uno para servirlo con el helado que tenía reservado especialmente para cuando sus "niños" estaban tristes.
—Bien, bien. ¿Y tú? —habló evadiendo la mirada de su madre —¿Vas a quedarte a cenar?
Hyungwon encogió los hombros todavía sin mirarlo.
—Wonnie va a quedarse en la casa unos días —comentó Hyo —Aquí tienes cariño.
—Gracias —levantó la mirada del plato para sonreírle a su tía, sin embargo, Hoseok descubrió algo más que una sonrisa.
Jaló la silla junto al pelirosa y se sentó en ella acunando el rostro del menor. Después se disculparía por el atrevimiento.
—¿Qué te pasó? ¿Por qué llorabas? ¿Discutiste con mi tío?
Hyungwon retiró las manos de Hoseok con cautela, sonrió a Hyo quién lo miraba con pena y alejó el tazón de ramen.
—No es nada realmente.
—Claro que lo es. Si te hizo llorar debió ser un problema grande.
Desde atrás, Hyo Joo lo animó a hablar. Desde pequeños, Hoseok procuraba cuidarlo de no hacerlo llorar y sí lo hacía inventaba de todo para que sonriera.
—Es mi madre. Creyó que era buena idea aparecer una semana antes de mi cumpleaños para llevarme con su nuevo marido.
—Oh... Ah. No puedes irte.
En un arranque posesivo jaló del brazo a Hyungwon contra su pecho y abrazó su cabeza mirando con determinación a su madre.
—Dile que no se vaya —susurró a la mujer sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas —. Wonnie no puede irse con ella. No puede.
Hyungwon se alejó riendo.
—Hey. Yo decido eso —sorbió su nariz y peinó su cabello con los dedos —. No soy tonto para dejar solo a mi Padre, mucho menos a mis tíos.
Hoseok asintió contento.
—Bien, estoy de acuerdo —acomodó un mechón rosa detrás de la oreja de Hyungwon y correspondió a su sonrisa —. ¿Cómo es tu madre?
—No sé, ¿rubia? No soy muy diferente a ella —arrugó la nariz ganándose una reprimiendo de Hyo —. Lo siento, pero no puedo verla de otro modo. Es una completa extraña para mi.
Después de la pequeña conversación de la tarde, Hoseok no volvió a encontrarse con el pelirrosa. Por la noche lo invitó a ver una película en su habitación, pero solo obtuvo una excusa tonta de estar muy cansado, sin embargo, más tarde lo escuchó hablando en su habitación con sus amigos sobre su fiesta de cumpleaños. Al día siguiente despertó convencido de que arreglaría sus problemas con Won más no contaba con que este había salido muy temprano y no pensaba volver pronto.
—No termino de entender por qué es importante que Hyungwon te perdone —Joo se metió otra papa frita a la boca y siguió hablando con naturalidad —, solo es tu hermano. Además, está en la adolescencia y sus cambios de actitud son completamente absurdos.
El moreno apartó la mirada del celular para reírse a carcajadas.
—¿En serio? ¿No entiendes el sentir de Hoseok? —limpió una lágrima invisible y cruzó los brazos —. Querido Joo, es un honor para mi informarte que Hoseok se encuentra en la misma posición que tú. ¿Qué significa eso? Que Ho está igual de dominado que tú por un chiquillo de quince años.
Jooheon lanzó una maldición dejando las papas de lado.
—Eso no es verdad. Changkyun no me tiene dominado.
—¿Hmm? —Hoseok se alejó de la ventana desde donde vigilaba que Hyungwon volviera y se acercó al par de idiotas.
Hyunwoo enarcó una ceja. —¡Qué curioso! No recuerdo haber mencionado el nombre de Chang.
—No empieces con tus juegos mentales —amenazó el de hoyuelos, enfadándose de verdad —. Changkyun es un chico bastante inteligente más que tu hermanito Wonnie y por eso somos buenos amigos.
Dijo lo último mirando a Hoseok con sorna.
—¡Hyungwon es inteligente!
El pálido de cabello castaño resopló echando la cabeza hacia atrás. —Ustedes tres me dan flojera. Un homo de closet, un fuck boy básico y un oso tonto y hambriento. ¿Cuándo van a madurar?
Hoseok apretó la mandíbula bastante ofendido por el comentario. —¿Escuche mal? ¿Me llamaste Homo de closet? —Kihyun asintió sonriendo. —No lo soy, incluso tengo una novia.
Kihyun rio. —Hoseok, amigo, me he acostado con varias chicas pero eso no ha hecho que deje de gustarme el pene. ¡Despierta! Ryu no te gusta tanto como crees.
—No es cierto... ella ¿me gusta?
El moreno encogió los hombros.
—Tú eres el único que tiene esa respuesta —Hyunwoo frunció el ceño y preguntó —¿Qué sientes cuando la ves?
Hoseok se dejó caer en el sillón junto a Jooheon y puso su cabeza entre sus manos. No sabía siquiera cómo responder a la pregunta de Hyunwoo. Todo el tiempo había estado seguro que quería a Ryu, después de todo se conocían desde preescolar y nunca se separaban. Para nadie fue sorpresa que se hicieran novios. Ryu era su primera vez en todo, o bueno, casi todo.
—Con permiso —Hyungwon entró a la sala haciendo una reverencia y recogió los libros que estaban esparcidos en la mesa de café y se retiró en silencio con ChangKyun detrás.
—¿Ese es el famoso Changkyun? —preguntó Kihyun, fingiendo no notar la batalla mental de Hoseok.
—Si, es él.
Kihyun sonrió. —Parece que odia a Hoseok.
El mencionado alzó la cabeza con una mueca triste. —No solo lo parece, el chico me odia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro