Harry estaba fastidiado. Nate había decidido llevarlo a un restaurante casual, la comida estaba bien, la música igual, pero el alfa no paraba de hablar de sus cómics y lo mucho que iba al gimnasio, mostrándole sus brazos a cada rato.
-... Tengo un dolor en el abdomen, ayer hice dos horas en el gimnasio y ¡por la luna! El resultado es increíble.
- Ajá - Picó su comida y se metió un par de papas a la boca, mirándolo con aburrimiento.
- Luego de aquí, podemos ir a otro lado, tu sabes - Le guiño el ojo y cuando le tocó la mejilla Harry le dio un manotazo y lo apuntó con el tenedor.
- Última vez que me tocas, te lo advierto, alfa.
- Me gusta cuando me llamas Alfa - Gruñó.
- Eres un estúpido hormonal.
Harry ignoro la respuesta que Nate le dio, oyendo sólo tonterías y mejor dedicándose a cenar y pensar en que había dejado a Louis solo.
Se sentía muy diferente con él al resto de las personas y eso lo confundía. Desde niño nunca fue muy fan de los abrazos y mimos que sus padres le daban, y odiaba los de su abuela por que siempre lo dejaba lleno de labial.
Sabía perfectamente que él era lindo y adorable, y que tenía un rostro muy apetecible para las personas que les gustaba tocar mejillas rellenitas y sonrosadas, pero se odiaba.
Recordaba perfectamente cuando llegó a la escuela y muchas personas intentaron ser su amigo, eran amigables, pero demasiado fastidiosos a su gusto, y luego estaban Louis y Niall, dos omegas que nunca se rindieron para conocerlo, mucho menos el ojiazul, que pareció tener más interés en él.
Tal vez por eso seguía permitiendo que fuese su amigo, pues todos siempre se alejaban de él por su carácter y podía decir que él ojiazul era su primer amigo.
-... ¿Si quiera estás escuchandome? - Reclamó Nate, buscando su mirada perdida.
- Eh... No.
- Omega, deja de hacerte el difícil, tu y yo sabemos lo que pasa entre nosotros - El alfa intentó tomarlo de la mano, pero Harry la quitó.
- Lo que va a pasar entre nosotros es una orden de restricción y una paliza por parte de mi padre si me sigues acosando. Te dije desde que llegamos que no te quiero como mi alfa, no eres mi tipo.
Nate sonrió de lado y negó.
- ¿Y cuál es tu tipo?
Harry lo pensó.
- Bonitos, que les guste el helado de vainilla y las flores de la calle, que quiera tener un día de películas malas durante la noche, y que tenga un olor suave y adictivo - Alzó las cejas al alfa que empezó a olerse así mismo.
- Huelo a Café, omega.
Harry rodó los ojos y se levantó.
- Ya llévame a tu casa.
A Nate le brillaron los ojos y se puso torpemente de pie, dejando dinero sobre la mesa.
El omega salió primero y entró al auto cuando el alfa le abrió la puerta, el camino fue incómodo, con Nate tratando de tomarle la mano o soltandole indirectas, Harry creía que tenía que ser más claro con él y explicarle con manzanas.
Cuando llegaron a casa del Alfa entró corriendo y Nate tras de él, se detuvo en la habitación de Louis, pero estaba cerrada por dentro, Nate lo vio confundido.
- ¿Qué? - Soltó una risita - ¿No íbamos a mi habitación?
- Solo en tus sueños - Dio toquesitos en la puerta, el omega al otro lado ya debía estar dormido.
El alfa gruñó molesto y se fue a su habitación.
Harry lo vio irse y suspiró, tocando una vez más.
- ¿Lou? Soy Harry... ¿Estás dormido?
No escucho nada al otro lado, así que supuso que tendría que irse. Dio la vuelta, pero la puerta se abrió tras de él, así que se giró.
Louis estaba tallando uno de sus ojos con el puño, tenía su pijama de un camisón largo y estaba despeinado.
- ¿Harry? ¿Qué pasa? Entra.
El omega entró con sus manos frotándose entre sí, escuchó a Louis cerrar la puerta detrás de él y ambos fueron a sentarse a la cama. Ninguno dijo nada, pero Harry tomó la mano de Louis, hacía eso cuando quería disculparse por algo, el Omega ojiazul ya lo conocía.
- No voy a salir más con tu hermano, Louis, ya se lo dije, tiene poca capacidad para entenderlo pero no lo haré más.
Louis lo miraba fijamente, con los ojos somnolientos y algo rojos por haber llorado.
- Si te gusta puedes estar con él, yo no tengo por qué decirte nada - Dijo en voz baja y pausada.
- Lou, él no me gusta, no me gustan Ellos - Enfatizó.
- ¿Ellos? - Preguntó confundido.
- Los alfas... Como él.
El menor asintió y luego fijo su vista en sus manos unidas.
- ¿Quieres dormir aquí? Es muy tarde para que te vayas.
Harry asintió, apenas eran las nueve de la noche y tal vez podía cuidarse solo, pero sí quería quedarse.
- Yo... Se que a veces soy muy molesto y que a ti no te gusta, pero trataré de controlarme, lo prometo - Alzó la mano en forma de promesa.
El omega rizado sonrió de lado y negó, bajando la mano de Louis.
- No es tu culpa el cómo sea yo... Quiero decir, que contigo es diferente es como sí... Uh - No pudo formular las palabras en su boca, así que mejor guardo silencio.
- ¿Como si que? - Lo animó para seguir, pero él rizado ya se había molestado por no poder decirlo.
- Nada, ¿Vemos las películas?
Louis asintió y se puso de pie para destender más la cama y que Harry pudiera recostarse.
Encendió la televisión y puso una película en la que sólo él estuvo de acuerdo, a Harry le daba igual, él sólo quería tenerlo cerca y admirar como era su rostro en cada momento de la película.
- ¡Ja! ¿Viste eso Hazz? Fue muy tonto.
- ¿Eh? - Parpadeo y prestó atención a la película por primera vez.
Louis lo vio y le puso pausa.
- ¿Estás bien? Si no te gusta podemos quitarla, ¿o quieres dormir?
- Si tengo sueño, pero quiero seguir viendo la película.
Louis se estiró y se acomodó mejor, de lado y mirando a Harry sonriendo.
- Tienes sueño Hazz, ¿Quieres dormir aquí, o allá? - Señaló el montón de sábanas en la esquina.
Harry ronroneo con necesidad de ir.
- Allá.
Ambos fueron y se recostaron, Louis terminó por apagar la televisión y dejo que el rizado se acurrucara en su cuello cuando lo abrazó, había descubierto que el omega se ponía muy sensible cuando estaban en su nido.
- ¿Como fue la cita? - Preguntó Louis, ahora que lo tenía como un cachorro entre sus brazos.
- Horrible, ya te lo dije, no quiero salir mas con él.
Louis sonrió y sintió alivio en su pecho.
- Entonces... ¿Podemos salir tu y yo?
Harry lo vio a los ojos y aferro el agarre en su cintura.
- ¿Como una cita?
- Si, eso suena bonito.
- Supongo que sí.
El ojiazul quiso gritar, pero aún no cantaría victoria, pues sabía lo rápido que cambiaba Harry de opinión en muchas ocasiones.
- Te quiero Harry, y mucho, me gustaría estar siempre contigo.
El omega rizado no dijo nada, muy en su interior sabía que no era correcto lo que sentía por su amigo, su amigo omega, así que solo se dedico a cerrar sus ojos y dejar que Louis le acariciara la espalda hasta quedarse dormido.
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