
Diez
Harry despertó cuando la noche había tapado todo rastro del sol. Se removió en el nido y llenó sus pulmones del aroma de Louis a su lado.
Abrió los ojos y lo vio dormido, con la frente ligeramente arrugada y sus labios en un puchero, probablemente estaba soñando algo. Vio su propio cuerpo cubierto con una manta de la cintura para abajo y se dio cuenta que estaba casi desnudo al frotar sus piernas entre sí.
Louis no tenía ropa puesta y aún dormido podía escuchar su estómago rogando por comida.
Sonrió y le dejó un beso en la mejilla para luego sentarse con cuidado y buscar sus pantalones con la mirada.
Escuchó un gruñido por parte del ojiazul y un brazo aferrarse a sus piernas para que no se moviera más. Lo vio abrir los ojos poco a poco y luego suspirar.
— Hazz, no te vayas — Fue lo primero que dijo, con su voz ronquita y somnolienta.
— Iré por agua para ti, omega, necesitas hidratarte.
Louis ronroneo cuando escuchó a Harry llamarlo omega de una manera tan cautelosa, y lo hizo aún más cuando sintió los dedos del rizado posarse suavemente por su cabello.
— No quiero agua, quiero que te quedes conmigo.
Harry asintió y recargo su espalda en la pared. Louis pareció desperezarse y se enderezó para mirar al mayor a los ojos, con sus mejillas sonrosadas, el rizado le dio un suave toque en la mejilla, verificando si se encontraba bien.
— ¿Puedes abrazarme? — Preguntó Louis, y Harry sólo abrió un poquito los brazos, dándole acceso a acomodarse sobre él y esconderse en su cuello.
— ¿Estás... Cómodo?
— Ujum — Ronroneo — Me gusta mucho aquí — Dijo, oliendo su cuello y cerrando sus ojos.
Harry se sintió sin respirar por unos segundos cuando Louis empezó a dar pequeños y discretos lametones en su fuente de olor.
— Lo-Lou — Jadeo, y sus dedos se enterraron en la cintura del más bajo — Yo creo que... Deberíamos ir a comer algo.
El ojiazul no pareció haber escuchado y siguió en su labor, rozando suavemente con sus dientes la piel.
Harry se dejó en todo momento, pues se sentía relajado y era un momento íntimo que agradecía nadie podía ver.
El omega rizado por poco se queda dormido, pero la voz de Louis lo desconcertó de todo lo que estaba sintiendo, y se puso rígido ante sus palabras.
— Harry me gustas, me gustas mucho.
Su voz fue clara y sincera, pero él no supo de qué otra manera reaccionar ante la batalla en su pecho. Louis lo miraba, incluso se notaba con la respiración agitada esperando a que dijera algo, pero la única respuesta que tuvo fue ver a Harry levantarse e irse de su casa , sin decir nada.
El omega llegó a su casa media hora después, caminando y sintiendo frío, su madre estaba en la sala viendo televisión y quizo pasar desapercibido por las escaleras pero no lo logró.
— Cariño, ven aquí.
Bufó y fue a la sala con pasos flojos y los hombros caídos, él solo quería ir a dormir.
— ¿Que pasa?
Anne lo miró con una sonrisa y le dio un vistazo de reojo a la película y otro al omega.
— ¿Estabas con Louis?
Louis. Se removió incómodo aún estando de pie y asintió, escondiendo sus manos detrás de su espalda.
— Fui a llevarle los apuntes de la escuela.
— Oh, eso estuvo muy bien, ¿Y cómo está?
¿Qué cómo estaba Louis? Probablemente llorando y sintiéndose patético por atreverse a decir lo que sentía, con sus mejillas rojas y su cabeza probablemente doliendo por el llanto. Ahí se sintió culpable, después de haberle ayudado con su celo, cuidado, y dejado con la palabra en la boca y sus sentimientos aplastados, una basura.
— Tengo sueño, iré a mi habitación — Dijo, antes que Anne lo llenara de preguntas que no podía responderle.
Pero la presión en su pecho no había bajado desde hace un buen rato, sentía que tenía que hablar y no había terminado, así que se giro de nuevo a su madre.
— Mamá, ¿Crees que soy cobarde?
Su madre lo miró con la frente fruncida y pauso la televisión.
— ¿Cobarde? — Anne rió — Cariño, no, ¿Por qué me preguntas eso?
Harry negó y bajó la mirada. Por qué yo tengo miedo de aceptar que Louis me gusta.
Se sentó en el sofá junto a su madre, y a ella le sorprendió que su hijo buscara refugio entre sus brazos por cuenta propia.
— Hoy Louis me dijo algo, y yo me asusté — Confesó, con la voz quebrada.
— ¿Que te dijo? ¿Algo muy malo? — Anne le acarició el cabello.
— N-no lo sé... No se si deba decirte.
Su madre lo hizo levantar la vista y le limpió las lágrimas con sus pulgares.
— Harry, soy tu madre, puedes decirme lo que sea y yo no te voy a regañar o decir algo malo... A menos que realmente hayas echo algo grave pero, creo que aún así no lo haría — Le sonrió, con bastante confianza y seguridad que el omega si sintió.
Iba a decirle lo que Louis le dijo, pero... ¿Que tal si su madre no lo tomaba bien al instante y le prohibía hablarle a Louis por que le gustaban los omegas? No, jamás lo delataría a él.
— No me gustan los alfas, mamá. — Confesó, en voz muy bajita y con miedo, y se preparó para todo.
Pero no hubo ningún grito, ningún reproche.
— ¿Louis te dijo algo malo sobre eso? ¿Se lo dijiste a él y no lo tomó bien? Harry, a veces las personas...
— No mamá — Interrumpió — Nada de eso, es que... ¿Eso está mal para ti?
— ¿Y lo está para ti? — Le preguntó, con la ceja alzada y una caricia en su barbilla.
— N-no.
— Entonces no importa, no debería importarle a nadie más que a ti.
Y entonces entendió, que el problema nunca había sido expresarse, si no hacerlo y tener miedo a lo que dirían los demás.
[...]
Jelouu!! este capítulo no está muy bien corregido y revisado que digamos, así que no le hagan mucho caso, discúlpenme cualquier error e incongruencia ajsjs.
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