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⻝ ┇ ❝treinta y nueve.

— ¡En el nombre del cielo, os pido posada! — JiWoo torció sus ojos al escuchar un coro, y se levantó de su cama preparándose para insultar a cualquier estúpido que se haya atrevido a cantar eso, y sus ganas aumentaron al ver a la castaña ebria.

— Apenas es octubre.

— ¡No seas inhumana! — Y llevó sus manos a su rostro —. ¡Deja que Lalisa duerma en tu casa!

— ¿Quiénes son ellos, Lalisa?

— Te haré una presentación rápida, ¿sí?— La castaña asintió, se apoyó en la puerta, y cruzó sus brazos —. Él es TaeYong, Mark, JaeHyun, ella es HaSeul, y... ¡Ah, sólo somos cinco! — Y todos rieron acercándose para reír maníacamente al comentario de la menor.

— Ah, hola. — Los otro cuatro saludaron —. ¿Saben volver a su casa?

— ¿Dónde estoy? Puedo jurar que estaba en un bar. — Dijo el chico de pelo azul viendo a las otras, pero volvieron a reír —. ¿¡Dónde está Jennie?!

— ¿Qué pasó con Jennie?

— En 24 horas me va a perdonar. — Lalisa rió abrazando a la menor, y acercó su nariz al cuello de la más bajita —. Hueles a fresitas, pero prefiero el olor a cerezitas de mi novia.

— ¿Qué le hiciste a Jennie? — Dijo viéndole —. Y dejaré que tus amigos borrachotes se queden hoy, no confío mucho en que cada uno vuelva a su casa.

— ¡Eres una buena samaritana, JiWoo! — Los otro cuatro se metieron a la casa riendo.

— ¿Qué le hiciste a Jennie, Lalisa Manobal?

— Le grité, es sólo que mi papá volvió y le dejé quedarse en mi casa pero me robó todo, tuve una crisis en mi depa y Jen quiso apoyarme, pero le grité que se fuera, jeje. — Rió de nuevo, pero volvió a llorar en el hombro de la menor —. Le grité al amor de mi vida, no sabes cómo todo en mi se rompió al verla con sus ojitos llorosos y su barbilla temblar, su mirar asustada, Dios, JiWoo, me siento la idiota más grande del mundo.

— ¿Tu papá hizo qué?

— No murió, fingió su muerte, mañana le pongo una denuncia al hijo de puta. — Volvió a ponerse furiosa al recordarlo, pero de nuevo volvió a llorar —. Y Jennie tan buena alma me apoyó aunque me dijo que no debía ayudarlo, y yo cómo idiota le grité, me odio tanto.

— Pe-

— Hay una gran diferencia entre ser autoritaria de manera sexual y otra es ser violenta. — Se sentó en la tina que la menor le sentó, y notó lo comprensiva que era.

— Lo siento tanto... — Le empujó levemente y Lalisa alzó su ceja —. Recibirás tu castigo por ser la idiota más grande del mundo. — Y agua congelada comenzó a caer, haciendo gritar a Lalisa.

— ¿¡Qué te pasa, JiWoo?!

— ¡Te ves patética! Debiste ir a hablar con Jennie para hacerle saber cómo te sientes y hablar sobre eso, no irte a un bar...

— Pero hice muy buenos amigos. — Movió su cabeza para secarse, y luego frunció su ceño —. Amo el agua fría, préndela de nuevo.

— No, es un castigo, iré a hacerte un café horriblemente negro y sin azúcar para que estés menos borracha. — Y Lalisa hizo un puchero.

Extrañaba a Jennie, pero no de una manera en la que quería estar todo el día con ella porque no era así, sabía que no siempre iba a estar pegada a su novia, pero extrañaba el modo en que sabía que Jennie confiaba en ella y se sentía segura, llevó sus manos a su rostro, decepcionada de si misma, y se quejó.

Recordó el rostro asustado de Jennie, sus ojos llenos de miedo, y de nuevo se sintió estúpida. La mayor lo único que quiso hacer fue el apoyarla y Lalisa sólo estaba hundida en su furia.

Tal vez ella se entendía, sabía que era un momento difícil, pero no era razón para gritarle a su omega, sólo por eso. No debía descargar su furia en nadie porque nadie más que ella era culpable. Suspiró, prendió la regadera, y dejó que el agua fría recorriera su cuerpo para mantenerse despierta a altas horas de la madrugada.

— Volví. — Le mostró ropa, ropa que tenía Lalisa por las veces que había dormido ahí, y la otra sólo suspiró de nuevo. — Tienen que hablar, ¿sabes?

— Sí, eso haremos en 24 horas. — Comenzó a desvestirse frente a la omega, que sólo la veía con el ceño fruncido —. Crucé la raya, JiWoo.

— Ok, está bien, lo hiciste, sabes que te sientes mal y que no lo volverás a hacer, ya pasó.

— Es sólo que no, no pasó... yo tengo que-

— Liberar tu estrés, cariño, estás inundada en el. Hace meses no te veo tan preocupada porque lo liberabas de una manera, y esa forma era... — Dejó que la mayor finalizara la frase, y la señaló, pero Lalisa sólo frunció su ceño.

— Sexo.

— ¿Hace cuánto no tienes sexo?

— Desde que Jen está embarazada.

— ¿Te da-

— Me da miedo, ¿y si lastimo a Jen? ¿A nuestro bebé?

Pero la pequeña rubia sólo torció sus ojos.

— Literal has tenido más relaciones sexuales que días en el año con Jennie, ¿crees que la lastimarás? Y aparte, lastimar al bebé es científicamente imposible, no puede pasar eso. — Lalisa asintió —. Aparte, ¿qué no bailabas? Ibas a ese centro...

— ¡Ah! ¡Sí, ahí! Dejé de ir desde que pasó lo de HyeJin y el baile fue remplazado por el sexo, creo que fue eso. — JiWoo asintió.

— ¿Y si vuelves? — Los ojos de la castaña se iluminaron a medida que la menor hablaba, y luego sonrió —. Digo, te hacía muy feliz.

— ¡Sí!

— Entonces, duerme. En unas horas vas a poner una denuncia a SungJae, ve a ver qué pasó con tu depa, y vas al centro de baile para ver si te siguen aceptando, ¿okay?

— Eres la mejor amiga, Kim JiWoo.

— Lo sé, cariño, aunque ni me hables por meses. — La miró fijamente a los ojos —. Me vuelves a dejar de hablar y yo misma me encargo de hacerle daño a mini Lalito.

— ¡El nombre ya es diminutivo, no hace falta el mini!

— ¿Ah, sí? — La castaña asintió, pero JiWoo rió amargamente —. Mini Lilito.— La mayor torció sus ojos e hizo un puchero —. Súper mini Lilito.

Y la castaña sólo fingió llanto, acostándose en el suelo.

— ¡No le digas así!

Pero JiWoo sólo volvió a torcer sus ojos.

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