— ¿Estuviste muy ocupada esta semana? Te llamé demasiadas veces.

Lalisa por fin prendió su celular, verificando que tenía 4 llamadas de JiSoo. La miró entrecerrando sus ojos.

— Si cuatro para ti es una exageración...

La mayor torció los ojos, tomando de su limonada.

— No tienes ni una idea sobre por qué te llame, ¿verdad? — La castaña negó —. Es sólo que me dio curiosidad que cortamos conexión de la nada.

— ¿Y eso?

— Me di cuenta de que fui muy seca, o sea, no me despedí de ti nunca, solo terminamos y ya. — Lalisa asintió, frunciendo su ceño —. Seamos amigas, como antes.

Una mano acariciando la de la mayor, y ella volvió a entrecerrar sus ojos.

— ¿Amigas?

— No vengo aquí a coquetear, yo ya tengo pareja, vine aquí a corregir un error, no malpienses. — La mayor le sonríe, tomando de su limonada, y la mano de la menor seguía en la suya.

Cosa que no escuchó Jennie, que veía la escena. Las manos entrelazadas de ambas chicas, ambas riendo, y no fue nada lindo escuchar a Lalisa decir "el sexo era asombroso". Entrecerró sus ojos, alzó su ceja en un aire de altanería, y caminó hasta la mesa de sus menores, que dejaron de reír al momento de verla. La castaña evitando su mirada, y JiSoo una sonrisa torpe.

— Pensé que estabas trabajando.

— Vivan las novias. — Dice seca, sentándose al lado de Lalisa, sonrojando a ambas —. ¿Van a volver? Hacen linda pareja, JiSoo, ¿qué pasó con ChaeYoung?

— Lalisa y yo no-

Otro timbre, que hizo a Jennie volver a torcer sus ojos, y después ver a la menor contestar, con el ceño fruncido.

— ¿Qué pasó, WheeIn? — Tono fuerte, Jennie dejó de fruncir su ceño, atenta a la llamada. Lalisa la miró a los ojos al mismo tiempo que los suyos se llenaban de lágrimas, tragando saliva sonoramente —. ¿Cuándo? ¿Antier? Tenía el celular apagado, estaba ocupada-

Barbilla temblando, y Jennie sacó dinero, tirándolo en la mesa. Tocó el hombro de su menor, indicándole que ella se haría cargo de cualquier cosa que tuviera que hacer. Lalisa asintió, parándose con rapidez.

JiSoo las miró con los ojos entrecerrados, y después sonrió.

— Era obvio que se conocían, Jennie celosa... Tengo que contarle a ChaeYoung.

— ¿Dónde está HyeJin? — La mayor había intentado alcanzar el andar rápido de la otra, no queriendo correr en el hospital, y después llegó. Casi confundió a Lalisa con WheeIn, ambas castañas, y elevó sus cejas, intentando quedarse al lado de su alfa.

— Nunca estás presente, casi se muere HyeJin, ¿y tú? ¿Cogiendo por ahí? Lalisa, eres... de verdad de lo peor. — Labios fruncidos, puños cerrados, y ceño fruncido. La menor estaba furiosa y a nada de gritarle a su hermana cualquier cosa que estuviera pasando por su mente, hasta que recordó que había una perdona ajena a su familia.

— No hables de eso aquí.

— Estoy diciendo la maldita verdad, te vas por una semana entera, ¿a qué? a coger. ¿No te puedes controlar ni un poco, Lalisa? Yo tengo que soportar el puto dolor del celo para poder estar con mi hija, y tú no puedes ni hacer eso, sabes que el tuyo no es igual de horrible que el normal. — Relamió sus labios secos, cerró sus ojos, y respiró —. Coger con cada santa puta por ahí.

— ¿De dónde crees que saco el dinero, WheeIn? — Nada mejoró, porque su hermana solo rió y sus hombros se movieron. Una risa irónica.

— Eres una prostituta, ¿y tienes el honor de decirlo? — Jennie supuso que era su hermana mayor por las varias arrugas que tenía en el rostro, las bolsas bajo sus ojos, y unas canas en cabello. Por su mala suerte cruzó miradas con ella —. ¿Y trajiste a una? Eres increíble.

— Soy su pareja.

La mayor por fin entrelazó su mano con la otra, y miró fijamente a la otra mujer, que suavizó su mirada.

— Lamento lo que escuchaste, es solo que, el estrés y todo. — Rompió en llanto en el pecho de Lalisa, que comenzó a acariciar su cabeza. El llanto subía, y Jennie se sintió realmente ajena.

— ¿Aquí hay alguna máquina? — Aunque sabía que sus palabras podrían ofender a la menor por la condición del hospital en el que estaban. Pero ella ni la miró, y le apuntó una máquina expendedora —. Iré a comprar unas galletas.

Estaba totalmente decidida, tenía que ayudar a Lalisa en todo lo que pudiera. Tenía que dejar de obligarla a estar con ella siempre, tenía que dejar de ser dependiente, tenía que dejar que Lalisa hiciera su vida. Tenía que enviar a HyeJin al mejor hospital, tenía que hacer descansar a WheeIn, y ante todo, tenía que asegurarse que Lalisa jamás volviera a hacer lo que "normalmente hacía".

Solo se había ofrecido a subir la paga, no pagó el hospital, pero por cómo estaba involucrada con Lalisa, eso no sería nada. Se quedó parada al ver que no había ningún asiento libre, al lado de WheeIn. Le ofreció de sus galletas, pero ella las dejó en su regazo, indicándole que las tomara.

— ¿Cuánto es lo del hospital?

— Lalisa lo paga. — Su cara en sus manos le indicaban su nivel de estrés, y comenzó a pensar que sus canas no eran por la edad —. ¿Eres pareja de Lalisa? — Jennie asintió —. ¿Hace cuánto se conocen?

La mayor pensó.

— Meses, es la ex de una amiga y... Lalisa me enamoró, es torpe, pero romántica. — WheeIn la miró a los ojos.

— Es una idiota linda. — Las dos asintieron, y la chica con canas seguía mirándola —. ¿Eres alguien famosa? Siento que te he visto...

— CEO de Kim Doll. — Escuchó cómo tragó saliva, y se removió incomoda. Lalisa llegó hasta las chicas.

Su mano tembló, hasta dirigirse a los hombros de la mayor, y ella igual la enredó en su cintura.

— ¿Pasa algo... a-amor?