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Little Bunny (12)

Cuando Nayeon se da cuenta, ya están frente a la casa de la omega, lo que la vuelve insegura al respecto -Tzu, es mejor que no lo hagas, deberíamos regresar a la universidad, recuerda que aún tienes clases y yo también- Insistió desesperada, pero Tzuyu se negó.

-Ya te dije que no, voy a poner en su lugar a este cretino- Tocó la puerta decidida y Nayeon solo pudo rezar porque su padre aún no hubiera regresado del trabajo, pues todavía era temprano.

Su madre les abrió la puerta, lo que la hizo sentir más tranquila, aunque no lo suficiente como para dejar de moverse inquieta en su lugar. La señora Im miró confundida a la alfa parada en su puerta y cuando observó a Nayeon parada al lado de ella, sintió que algo no iba bien -¿Puedo ayudarla en algo?- A pesar de su extraño presentimiento, decidió ser educada.

La alfa tomó la mano de Nayeon -¿Está su esposo en casa?- Ella iba directa al grano, algo que admiró la mamá de la omega.

-No, él está trabajando, ¿Quién lo busca?- su mirada se detuvo en la unión de las manos frente a ella.

Tzuyu alzó la barbilla, orgullosa por decir las siguientes palabras -Soy la alfa de Nayeon y creo que tenemos algunos temas que tratar- Su voz no sonaba amenazante, ni mucho menos altanera, solamente parecía seria y decidida.

Nayeon tragó en seco y suspiró cuando su madre se hizo a un lado, diciéndoles que podían pasar -Mamá, ella es Tzuyu, m-mi alfa- Su voz tembló al final, pero no fue algo que disgustara a la omega mayor, quien sonrió después de unos segundos.

-Bueno, ya era hora de conocerte, me tenías preocupada, estaba comenzando a creer que mi Nayeon estaba teniendo una simple aventura con alguien- Abrió los brazos para ofrecerle un abrazo y la alfa, aunque estaba algo confundida, no pudo negarse a un abrazo de su suegra.

-Es un gusto conocerla señora Im-

Nayeon se sintió mucho más tranquila, pues su madre había aceptado a su novia, algo que no creía posible.

-Dime mamá, quiero que sepas que esta es tu casa, Tzuyu- Las tres se sentaron en el sofá y la taiwanesa sonrió feliz

-Muchas gracias- Un lindo sonrojo coloreó sus mejillas, haciendo que Nayeon no pueda quitar la mirada de ella.

Conversaron por dos horas sin que fuera algo incómodo y Tzuyu empezaba a olvidar porqué había ido en un inicio, hasta que la puerta se abrió justo cuando su suegra le hizo una pregunta -Y bueno, tú eres la curiosa que estaba en mi casa ¿Cierto? Me imagino que ayudaste a Nayeon con su celo-

Tzuyu se congeló en su lugar al notar al padre de su novia, parado en la puerta, con el ceño fruncido y un aura amenazante.

Parecía no haber escuchado nada -Nayeon ¿Quién es esta idiota y qué mierda hace aquí?- Aflojó su corbata y dejó su saco en una silla, mientras fulminaba a Tzuyu con la mirada.

-Iré por agua- Dijo su esposa, queriendo huir de la situación, pero el alfa gruñó.

-Tú no vas a ningún lado-

Tzuyu se puso de pie, sin mostrarse asustada o intimidada por la voz de alfa de su suegro -Debería tratar mejor a su esposa- Su tono amenazador estaba poniendo inquieta a Nayeon, quien se encogió en su lugar.

-Nayeon, ¿Quién mierda te dio permiso de traer a esta poca alfa a mi casa?- La coreana se encogió aún más en su lugar, sintiendo la ansiedad y el miedo apoderandose de ella, pero Tzuyu habló por ella.

-Soy su novia, y para que lo sepa, soy más alfa de lo que usted es- Poco a poco el lugar comenzó a llenarse de feromonas amenazantes, donde el crudo olor a leña del alfa mayor contrastaba con el amenazante café y cigarrillo de la taiwanesa.

El señor Im empujó a Tzuyu con fuerza, haciéndola caer sentada al lado de Nayeon -Pues no lo creo- Rápidamente tomó a su hija por la muñeca y la hizo levantarse -Si fuera así, no elegirías a esta estúpida como omega- Nayeon bajó la mirada y sollozó, sintiendo cómo su omega se sentía cada vez más humillada y degradada.

Tzuyu apretó los dientes y se puso de pie nuevamente -Yo amo a Nayeon y no tengo la necesidad de humillarla para que me quiera, a diferencia de usted, yo soy tan alfa que no necesito tratarla mal para ser feliz- Se acercó más y apretó su mano en un puño -Y le voy a pedir que la suelte, por las buenas- Su mirada se fijó en el agarré duro sobre la piel de su novia.

El hombre rió cínicamente -Y si no lo hago… ¿Qué?- La estaba retando, Tzuyu lo sabía y eso era porque él no la cree capaz de golpearlo, pero ella no lo dejaría ganar.

Con el puño izquierdo le dio un fuerte golpe en el mentón, provocando que dejara ir a Nayeon -Ella no está sola, me tiene a mí para defenderla, porque de ahora en adelante no permitiré que ni usted ni nadie, la vuelva a golpear como hizo ayer- Acercó a la omega contra su pecho, dándole un beso en la frente y envolviendola en un abrazo protector.

-Te vas a arrepentir de esto- Amenazó el alfa mayor y después miró a su esposa, quien estaba congelada -¡Traeme algo para curarme!- Exigió furioso -¡Y tú!- Señaló a su hija -¡Largo de mi casa, eres una deshonra!-

La omega lloró inconsolable, pues no quería que las cosas terminaran así, sobre todo teniendo en cuenta que Tzuyu y su madre sí se habían llevado bien.

-Vamos Nay, prepara una maleta con tus cosas, vivirás conmigo- Tzuyu caminó con ella hacia el piso de arriba, dejando al alfa furioso en la sala, siendo curado por su esposa.

Cuando ambas llegaron al apartamento de Tzuyu, Nayeon entró sin poder parar de llorar -¡No puedo creer que lo golpearas!- Parecía realmente dolida por todo lo ocurrido.

Tzuyu miró sus nudillos, los cuales se habían inflamado -Él hubiera hecho lo mismo si yo no lo hacía primero, ¡además te defendí!- Tzuyu abrazó a Nayeon, intentando relajarla con su olor, pero la omega parecía renuente.

-Dijiste que hablarías con él- Se alejó bruscamente de ella, pues necesitaba un momento sin contacto físico.

-¡Él me empujó! Y yo lo intenté Nayeon, no estás siendo racional, tu padre no hubiera querido tener una conversación civilizada- Tzuyu parecía desesperada, buscando que la coreana le diera la razón, porque le asustaba perderla.

-Lo sé, pero yo tenía la esperanza de que esto no acabara así- Su voz ligeramente rota, hizo que Tzuyu también sintiera ganas de llorar -Quería que él te aceptara, porque aunque nunca fue un buen padre, me hacía ilusión imaginarme en una cena contigo y ellos- Se sentó en la cama de Tzuyu, sollozando sin parar.

La alfa tragó saliva y se sentó a su lado -Lo siento conejita, me hubiera gustado cumplirte ese sueño, porque eres la persona más importante para mí y a la que más amo en este mundo- Le extendió los brazos, ofrenciendole un hombro donde llorar.

Nayeon la abrazó con fuerza y escondió el rostro en su cuello, intentando relajarse con las calmantes y características feromonas de la alfa.

-Te amo conejita- acarició su espalda de forma reconfortante y sonrió cuando la nariz de Nayeon rozó su piel -¿Quiéres comer algo?-

La coreana asintió, aún aferrada a ella.

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