Barcode jugaba en el patio de la escuela junto a su amigo Apo, las risas sonoras de ambos atrajeron a más niños, bueno eso y unos ojos mieles  que cautivaban a cualquiera, pronto los demás niños se unieron a su correteo por todo el jardín de la escuela. Los niños siempre querían estar junto a Barcode quizás por su naturaleza amable, su ternura o sus ojos que hipnotizaban a cualquier persona. Lograba lo que quisiera con poner ojos de cachorro y batir un poco las pestañas.

El jardín estaba lleno de una cálida armonía infantil, había risas y parloteos, así como pequeños grititos de emoción. Los pequeños dejaban que Barcode les atrapase porque su risa al ganar era como un poema de Bécquer

Sin embargo, los niños no sabían que eran vigilados desde el otro lado del jardín por alguien de ojos olivos. Su pequeño tenía mucha gente alrededor, aunque sonreía veía a todos como posibles enemigos que le quisieran arrebatar a su Barcode. Él le dio sus crayones, postres y dulces desde que iban a la misma escuela, era imposible que alguien quisiera quitárselo como si nada. Así que creo un plan. Un plan que sonaba bien en su mente.

El dueño de la mirada comenzó a caminar rápido, aumentando la velocidad cada vez más y más, hasta que un pequeño saco de huesos choco contra él. Sonrió; su plan había funcionado

Barcode cayó sentado al suelo y alzó la mirada, listo para despotricar contra la persona que se metió en su camino, hasta que se percató que Jeff le ofrecía una mano, la acepto no quería pelear y aunque le costase admitirlos Jeff siempre cuidaba de él, es por eso que dejo pasar su enojo. Sin embargo, Jeff lo jalo haciendo que quedara entre sus brazos, se paralizo cuando en cuestión de segundos observo como Jeff dejaba una mordida en su brazo. En su brazo había una hilera de marcas de dientes pequeños y frente a él un pelinegro  sonriente. Lo único que logro hacer fue llorar.

Esta historia es muy soft y me encanta 🤌🏻💗