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Sobrevivir, ahora su única razón para hacerlo era al pequeño que cargaba en sus débiles brazos, su rostro empapado de lágrimas al sentirse cada vez más cansada.
"Morirás ahí afuera Lily, no digas que no te lo advertí mocosa malagradecida"
Fueron las últimas palabras que escuchó antes de huir de aquel lugar que la había destruido completamente. Su cuerpo dolía, sentía que sus piernas le fallarían y caería al suelo en cualquier momento. Pero no podía permitir eso, tenía que proteger aquel bebé.
—Tranquilo.—Su voz se escuchaba débil mientras mecía al pequeño entre sus brazos.—Sh Sh Sh.
Sin comida, sin agua, ni si quiera tenía un arma de fuego para defenderse, tan solo una pequeña navaja.
—Lo siento...—Murmuró mirando al recién nacido, el se mantenía callado observándola como si supiera todo el dolor que estaba atravesando.
Repentinamente algo sonó a sus espaldas sobresaltándola provocando así que apegara al niño a su pecho, unas pisadas intensificándose a cada segundo. Lily corrió tras un árbol, se agachó dejando al bebé recostado y salió de su escondite con su navaja.
—¡Detente!—Gritó tratando de parecer fuerte.
El mayor levantó sus brazos en son de paz, por su aspecto era obvio que tenía lugar para asearse e incluso ropa limpia.
—No te asustes... Soy Aarón, vengo de una comunidad "Alexandria"—Se presentó, dando un paso al frente.
Pero aun así no confío en el mayor, se mantenía apretando la navaja mirándolo de forma amenazante, hasta que el bebé sollozó y comenzó a chillar.
—¿Como se llaman?
Ella aún mirándolo volvió acercarse al bebé cargándolo, estaba dispuesta a matar para defenderlo incluso si ella también moría en el intento. El hombre se mantenía sereno, realmente parecía inofensivo y finalmente la rubia suspiró.
—Soy Lily, y este... Es mi hijo, Louis.—Miró al pequeño.
—¿Están solos?—Preguntó, a lo cual ella asintió.
—Pueden venir con nosotros...
—¿Porqué debería confiar en ti y en tu grupo?—Gruñó.
—No les haremos daño.
—¿Como se que no eres un loco mentiroso?
—Tienes a un pequeño recién nacido, nada con que defenderte... Si fuera un poco mentiroso, ni siquiera estarías viva a este punto.—Elevó sus hombros con obviedad.—Escucha, solo quiero ayudarlos, tú y tu pequeño nos necesitan.
Ella lo dudó, ¿Por qué razón escaparía de un grupo para unirse a otro? Pero por otro lado, observó a Louis... El se merecía crecer, merecía una vida normal y ella haría lo que sea por el, finalmente aceptó.
—La líder, Deanna, te hará unas preguntas, pero podrás quedarte.
—De acuerdo.
—Por cierto, ¿Qué edad tienes? Eres la primer adolescente que veo con un hijo.—Rápidamente se arrepintió de sus palabras.—No quería decirlo de esa manera.
Frunció el ceño recordando aquel momento en el que en contra de su voluntad terminó con aquel dulce bebé en su vientre aún inmaduro.
—Diecisiete.—Habló tragando saliva para no sentir aquella sequedad en la garganta.
—Lo siento.—Colocó una mano en su hombro.
—No tienes porqué, no fuiste tú quien me hizo esto.—Luego de un largo silencio finalmente llegaron, había mucha gente, tan tranquila como si afuera no pasara nada, le pareció completamente extraño a diferencia de como era su anterior hogar, tan iguales y distintos al mismo tiempo.—Lindo...—Murmuró mirando el lugar.
—Tu nuevo hogar, su.—Corrigió.
Una mujer se les acercó;-¡Bienvenidos! Necesito entrevistarte, por favor pasa a mi oficina y luego podrás ser designada a una casa.
—¿Tu nombre?
—Lily.
—¿Cuantos años tienes?
—Diecisiete.
—Hmm, supongo que es tu hermano o...
—Mi hijo en realidad.—Pegó al niño contra su pecho.—Se llama Louis.
—¿Y su padre?
—No tiene padre, solo soy yo.
—Me refiero...—Aclaró su garganta.—Biológicamente... ¿Tu novio?
—No tengo ni tuve novio, es mi hijo y ya, solo mío.
—De acuerdo... ¿Cuantos caminantes haz matado?
—No es por ser grosera señora pero, llevo el suficiente tiempo afuera como para que me de igual contarlos o no.
—¿Haz matado personas?
—Nunca.—Y no mentía, ella creció en el Apocalipsis pero su padre se había asegurado de no dejarla matar a otros a sangre fría.
—¿Vienes de un grupo?
—Si, solo éramos mi padre, yo y unos cuantos más...—Falso.
—¿Tu padre?
—Me separé de el cuando me fui del grupo.
—¿Porque te marchaste?
—Eran ellos, o mi hijo y yo.
—Eso es todo, llamare alguien que te lleve a una casa ahí te darán las reglas del lugar... ¿Prefieres vivir sola o gustarías que alguien te acompañe?
—Sola estaría bien... No disfruto mucho de la compañía de otros, al menos no de momento.
—Lo entiendo.
Miraba las casas y uno que otro árbol que estaban, luego de una corta entrevista la llevaron a ver el lugar notando los detalles de cada casa, escogió una ni tan grande ni tan pequeña donde finalmente pudo tomar un baño, dejar que su bebé duerma un rato mientras Aarón lo cuidaba, era el único que la hacía sentir segura en ese lugar.
—Gracias por confiarme a Louis, es muy tranquilo.—Aarón habló desde la sala.
—¿Te molesta si salgo a dar una vuelta? Quisiera pensar en... Todo esto.—Miró a su alrededor aún incrédula.
—Claro, quizás encuentres a los chicos de tu edad y puedas entrar en más confianza, ya verás que todos aquí somos confiables.
Ella asintió antes de salir, su alrededor era como el de un cuento, parecía que se habían detenido en el tiempo antes de los muertos vivientes, todo se veía tan limpio.
—Hola.—Un chico rubio se acercó.—Eres ¿Lily?
—Soy yo.
—Ron Anderson.
Ella asintió con una sonrisa un tanto fingida, no quería ser descortés.
—¡Todos están ansiosos de conocerte!
—¿Todos?
—Si, ven me gustaría presentarte a mis amigos.—Habló de manera amistosa, parecía un buen chico.
—Oh ¿De acuerdo?
Lily junto a Ron caminaron hasta un pequeño grupo de adolescentes, ella de sintió nerviosa pues era inusual socializar en su anterior grupo.
—El es Mikey y ella mi novia Enid.—Presentó.
—Soy Lily.—Se presentó.
—¿Quieres jugar?
—¿Como tienen una consola en un apocalipsis?
—Es increíble, pero ya verás que te acostumbrarás a estas cosas.
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