ONE SHOTS | SHINGEKI NO KYOJIN
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inspirado en la canción "The Story Of Us" de Taylor Swift.
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❛ THE STORY OF US ❜

Jean Kirstein era el indicado. Era la persona con la que deseaba escribir una historia de amor digna de una película de Hollywood o un drama Shakesperiano. Toda persona que llegó a conocer nuestro noviazgo predecía que éramos una pareja muy afortunada y nos casariamos en una preciosa boda donde contariamos como la chispa del destino nos juntó románticamente.

Creía que él era el ideal. Creía. Ahora Jean no era más que mi ex.

Hubo varios factores que llevaron nuestro noviazgo a la ruina. Yo no quería que aquello pasara, él fue quien tomó la decisión por ambos antes de hablarlo, de buscar una solución para mantener lo que sentíamos el uno al otro. Daba igual ahora, aunque sentía que habían muchas cosas que quedaron pendientes entre los dos.

Ya habían pasado varios meses desde la ruptura, apenas sabía que ocurría en su vida gracias a las fotografías que Marco, su mejor amigo, subía a sus redes y yo veía en mi feed ya que todavía seguía al pelinegro. Desconocía si él sabía algo de mí, aunque estaba segura que sí ya que teníamos la pequeña desgracia que compartimos un mismo grupo de amigos, mismos que buscaban actividades donde impidiera reencontrarnos para evitar tensión e incomodidad a ellos. Sin embargo, nada podía evitar que en la boda de Historia e Ymir nos volvieramos a ver y, para peores, nos tocará compartir la misma mesa en el salón.

Pero bueno, la historia de nosotros era tan dramática como una novela de desamor.

—En serio, lo siento, Blair —Historia se disculpaba conmigo mientras contenía lágrimas de tensión por el incómodo momento en que me había envuelto—. Te juro que fue por un cambio de último minuto ya que mi madre y algunos familiares de Ymir cancelaron su presencia de último minuto.

La rubia de ojos azules era quien me explicaba la situación para que comprendiera y aceptara, quién sabe qué le decía Ymir a Jean ya que ella se mostraba más brusca, casi como si lo estuviera obligando a que entendiera lo que había pasado.

—Yo entiendo, pero, ¿no había mejores candidatos para cambiar de mesa?

—Nuestras familias no se sentían cómodas si los cambiábamos de asiento y buscamos como juntar a cada uno con las personas que mejor se llevan, te puse en una misma mesa que Sasha, Connie, Eren y Marco.

—Y con Jean —solté mientras cruzaba mis brazos—, además él y Eren no se llevan bien, ahora tienen dos problemas.

—No se llevan mal, solo rivalizan a veces pero ambos dicen que en el fondo se quieren —trató de justificar mi amiga, aunque ambas sabíamos que no era su mejor respuesta—. Por favooooor...

Suspire con cansancio.

—Bien, pero que conste que me debes dar algo a cambio —dije firmemente.

Ella sonrió—. Te prometo traer recuerdos de Grecia cuando vuelva de mi luna de miel.

Tal parecía que Jean también aceptó a regañadientes. Sus labios pronunciaron lo que creía una vulgaridad a Ymir y ella, en respuesta, rió mientras le mostraba su dedo del medio y se iba con su ahora esposa para atender a los demás invitados.

Sin previo aviso, nos miramos y al instante apartamos la mirada para enfocarnos en lo que había en la fiesta después de la boda y hablar con nuestros respectivos mejores amigos. Sobraba mencionar que Eren apretaba sus labios para evitar soltar una estruendosa carcajada.

—Ni se te ocurra.

—De acuerdo, de acuerdo, pero debes admitir que esto es divertido.

Puse los ojos en blanco ante su comentario Aunque entendería su sentimiento si yo no fuera la involucrada en eso, tal vez si no lo fuera estaría riéndome con él y lo sacaríamos a tema de conversación ese y los días posteriores.

De igual manera trataba de convencerme que no debía ser un momento tan incómodo como mi cabeza trataba mañosamente de formular, simplemente debía de ignorar la presencia de Jean y no hablarle. Así como él estaba haciendo conmigo al hablar con Sasha mientras miraba a otro lado para evitar verme a la cara. Yo haría lo mismo toda la noche y hablaría a mis amigos sin verlo a los ojos.

El tiempo comenzó a pasar tranquilamente bajo las risas y la música que habituaba salón, terminaría hasta el día siguiente con la ida de las recién casadas partiendo al aeropuerto, aunque habían algunas personas que se irían en el transcurso de la noche por diversos, pero probablemente los amigos nos quedaríamos hasta él final. Eso incluía a Jean, quien decidió alejarse de la fiesta para ir a conversar un rato con Hitch Dreyse mientras fingía acomodar mi vestido color violeta para que creyera que estaba en mis propios asuntos.

Lo creyó o eso fue lo que captó mis ojos.

Me preguntaba cómo se sentía al respecto, cómo se sintió al verme después de tanto tiempo.

—Oye, Blair, ¿hasta cuando fingirás que no te importa? —me preguntó Sasha al instante, y claro, me tensé.

—¿A qué te refieres?

—No te hagas, tonta —me señaló Connie quien ya tenía todas las señales de estar un poco ebrio—. Tú y Jean fingen como que el otro no existe en esta mesa, pero se nota que esto les incomoda.

Alcé mis hombros—. Pues claro, es mi ex.

Mire con sigilo los movimientos de Jean en la otra mesa con Hitch. Notaba una pequeña expresión de felicidad, en ocasiones transformándose en risas, su típica mirada de cuando coqueteaba conmigo y sus labios moviéndose a un compás que me era difícil de descifrar, pero que me hacían pensar que Jean estaba tratando de conquistar a la chica de un modo o de otro.

Básicamente, ya me había superado y yo estaba como idiota mirándolo al punto en que ya había dejado de ser disimulada, permitiendo que mis amigos vieran lo que mis ojos querían captar principalmente. Inmediatamente me miraron irritados.

—Sí te importa y encima estás babeando por él, tonta —me dijo Eren dándome un golpe en la cabeza que provocó un quejido de dolor por parte mía.

—Chicos, cálmense —Marco finalmente se había pronunciado—. Jean y Blair tuvieron una relación seria que no acabó bien, es obvio que estarán incómodos con toda la situación de compartir mesa aquí.

—No, es que se nota la incomodidad de Jean corriendo a la mesa donde está Hitch para evitar a su exnovia —se burló mi mejor amigo a lo que le di un golpe en su hombro como respuesta.

Marco, por su lado, alzó levemente sus hombros—. No quiere incomodar más a Blair, aunque igual tendrá que volver aquí para la comida.

Sentía aquel gesto como uno amable de parte de Jean, siempre procuro cómo me sentía ante ciertas cosas y buscarle una solución era un aspecto de él que todavía seguía intacto. Me sentía mal que él se alejara para evitar que sintiera más incomodidad de la que ya sentía, lo mínimo que podía hacer por Jean era imitar su acción e ir a otro lado para que él pudiera dejar a lado su propia incomodidad de tener que compartir mesa conmigo.

Y así pasó una vez regresó a la mesa y yo me dispuse a mirar a todos lados en busca de algún conocido con quien hablar.

—Supe que había un puesto disponible de soporte técnico en el lugar donde trabaja Hitch y la convencí de conseguir una entrevista para mí —sonreía Jean con emoción, me alegré por la noticia y quería felicitarlo como nuestros demás amigos, pero no lo hice—. Ya me urgía tener trabajo.

—Excelente, Kirstein, ya sabemos quién invitara las cervezas pronto —bromeó Eren mientras reía debido a que su amigo le tiró una servilleta en respuesta.

—Ya quisieras, idiota —insultó—. Si consigo este trabajo, mi primer sueldo no será para ustedes, será para Nina...

La mesa entera se quedó callada, mis amigos trataron de no voltear a verme para saber la reacción confundida que había adoptado cuando mencionó ese nombre que no ubicaba en la lista mental de amigos o conocidos  que tenía.

—¿Nina? —Eren, por el contrario de los demás y similar a mí, estaba extrañado— ¿Quién es Nina?

Jean me miró por unos segundos, parecía que maldecía haber dicho ese nombre en su mente.

—Es una chica con la que he estado saliendo, no te hable de ella, se me había olvidado contarte.

Sentí como un gran contenedor de agua fría caía sobre mí, no de manera literal. Aunque era obvio que tarde o temprano sucedería, es decir, Jean y yo no estábamos juntos desde hace un largo rato y era obvio que, tarde o temprano, alguno de los dos comenzaría a conocer nueva gente.

Sólo que no imaginaba que fuera tan pronto.

—Es buena chica, trabaja en la veterinaria donde llevo a mi perro y es increíble —continuó para ir bajando el sentimiento de incomodidad, aunque me era difícil por lo que estaba escuchando—. Marco ya la conoce, quiero presentarla a ustedes.

—Eh, sí, claro —expresó Connie nervioso—. Cuando quieras, amigo.

—El siguiente viernes estoy libre, tal vez podemos reunirnos y la llevas —expresó Sasha también incómoda.

Eren también habló—. Sigo perdido.

—Luego te explico, idiota —dijo Jean poniendo los ojos en blanco.

—Explícame ahora.

—No.

—¿Por qué?

—Porqué no es un momento apropiado

—¿Por qué no es un momen...?

Yo entendía a qué se refería con "momento apropiado". Era por mí, porque vio mi reacción. El momento ya era incómodo por el tema de compartir mesa en la boda, ahora lo era el doble por la mención de aquella chica con la que mi exnovio salía. Eren era un verdadero imbécil a veces, por lo que tuve que darle una pequeña patada debajo de la mesa para que se callara y cortara el tema antes de ponernos a Jean y a mí en una situación de la cual no queríamos estar.

Por suerte, Marco cambio de tema.

—Miren, ya llegaron los bailarines exóticos, vamos a bailar.

Todos estuvieron de acuerdo, pero yo fui la única que se quedó sentada en su asiento mientras todos le hacían porras a las recién casadas. Suspiré y me dispuse a juguetear con el cristal de mi vaso mientras veía que todos estaban felices, incluyendo a él.

No debía por qué sentirme así, lo nuestro ya había acabado hace meses y él estaba escribiendo un nuevo capítulo en su vida. Yo debía hacer lo mismo, aunque siguiera pensando que a lo mejor, tal vez, existía una mínima posibilidad de que en algún futuro, lejano o cercano, hubiera una segunda oportunidad entre nosotros.

Era evidente que claramente esta posibilidad fue erronea.

Las horas pasaban y mi reloj indicaba que ya era demasiado tarde, lo cual era una ventaja para mí en evitar el tráfico de la noche. Tomé mi cartera y cualquier pertenencia mía que estuviera reposando en la mesa que me tocó. Me despedí de mis amigos, de Ymir e Historia explicando mi motivo de ida y deseando lo mejor en lo que quedaba de la fiesta además de la luna de miel. Me puse el abrigo para que el frío no me afectara y me dispuse a irme, pero alguien me detuvo cuando oí su voz detrás mío.

—¿Ya te vas?

Era Jean.

—Sí, ya es muy tarde y estoy algo cansada —dije mirándolo con pena y parecía que él lo había notado.

—Si es por lo que ha pasado y sobre lo de nosotros...

—Lo de nosotros ya había acabado de por sí —dije—, yo sólo espero que seas feliz con esa chica y sea la indicada para ti.

—Blair...

—Adiós, me tengo que ir, Jean.

No mire atrás, porque si lo hacía terminaría arrepintiéndome y diciendo todo lo que me falto por decir cuando éramos algo. Lo nuestro había acabado por decisión de él, yo debía simplemente aceptarlo y continuar con mi vida, aunque doliera y sintiera que el indicado para mí se había ido para siempre.

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