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╰ ➤ ERWIN SMITH ; the devil within

ONE SHOTS | SHINGEKI NO KYOJIN
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marley warrior au ! erwin smith

idea propuesta por: b-barnes
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THE DEVIL WITHIN

Decían que si el mundo temía de la amenaza de los demonios que habitaban la isla de Paradis era porqué no conocían los peligros que existían con el eldiano Erwin Smith, el peor demonio existente que no se encontraba acorralado en las tres murallas de Paradis.

En su momento, Erwin fue tratado como una escogería por la sangre eldiana que recorría en sus venas, el mismo trato que recibía su gente por los marleyanos; escupirle el rostro sin remordimiento, tirarle incluso excremento de animal cuando caminaba de vuelta a la zona de internamiento, golpearlo, insultarlo, atentar contra su vida y recordarle que no importaba lo que hiciera, él no era nada más que un descendiente de los demonios que vino al mundo a pagar los pecados de sus antepasados.

Todo Marley debía agradecer que la mejor venganza que el eldiano hizo contra ellos fue el haberse unido a la unidad de guerreros y demostrarles que lo subestimaron, en lugar de crear una revolución que hubiera generado un gran problema, ya que Erwin Smith era un hombre capaz de conseguir que la gente lo siguiera en sus planes sin importar el costo.

Fue el mejor candidato de la unidad cuando apenas era un voluntario para heredar alguno de los poderes de titán que Marley tenía en su poder y tiempo después fue elegido para heredar el poder del Titán Colosal, a quienes algunos de los altos mandos del ejército marleyano nombraban también como el dios de la destrucción, considerando apropiado para la imagen que Erwin Smith dejaba a cada nación que conocían su nombre.

Él era el peor demonio que se tenía conocimiento, ¿que mejor que ser el dueño del poder de la destrucción?

—El general informó que en dos horas debemos estar en los dirigibles para irnos al territorio del enemigo. —dijo una mujer que se encontraba a espaldas del rubio—. Los demás ya están informados.

—Perfecto, en el camino vamos a repasar el plan de ataque.

Cleo Balcaen se había unido al programa de guerreros casi que al mismo tiempo con Erwin, con la diferencia de que ella quería darle una mejor vida a su familia fuera de la zona de internamiento y Erwin tenía su propio propósito, uno que era un completo misterio para los que conviven con él.

Se había destacado por sus excelentes combates físicos, lo que le permitió ser la candidata elegida para heredar el poder del Titán Hembra y aprovechar su capacidad de endurecimiento con las habilidades físicas de la pelirroja.

—Te notó muy pensativo, más de lo usual diría yo. —comentó Cleo al notar la postura de su compañero, sereno y con la frente en alto mientras apreciaba la vista que tenía desde la ventana de su habitación— ¿Puedo saber en qué estás pensando?

Se habían conocido incluso antes de entrar al entrenamiento militar, aunque se hicieron más cercanos en aquella época donde competían con otros hasta el punto en que tuvieron cierta confianza el uno por el otro, lo que permitió que ambos formaran su propio equipo que buscaba principalmente ser elegidos como los siguientes portadores de los seis titanes que poseía Marley.

A su grupo se unieron Hange Zoe y Levi Ackerman luego de que Erwin los mirara por bastante tiempo como para confirmar que ellos serían beneficiosos para su equipo, convenciéndolos de unirse gracias a su gran habilidad para hablar y que la gente lo siguiera sin dudar. Tiempo después supo que las habilidades de pelea de Emma Maarten y el gran ingenio de Robb Balthazar no se podían desaprovechar, convenciéndolos al mismo de también seguirlo hasta las últimas pruebas que demostrarían a Marley que no existían mejores candidatos que ellos seis.

Y así fue como el escuadrón de Erwin Smith nació en el momento de la elección: siendo él el heredero del Titán Colosal, Hange ganando al Titán Carguero, Levi convirtiéndose en el Titán Acorazado, Cleo en la Titán Hembra, Robb obteniendo al Titán Bestia y finalmente, el Titán Mandíbula siendo entregado a Emma.

—Nada de qué preocuparse. —respondió Erwin lanzando su cigarrillo al vacío en cuanto terminó de fumar—. Sólo quería disfrutar un poco de la vista de Liberio. Es hermosa.

Cleo sonrió ligeramente—. Que curioso.

—¿Qué?

—En todos los años que llevo conociéndote nunca te vi apreciar la vista de Liberio. —respondió con sencillez en su tono de voz, caminando hacia el rubio tranquilamente—. No sé si es la primera vez que lo noto o...

Él sonrió mientras soltaba una carcajada ligera, interrumpiendo a la mujer.

—Tienes razón. —contestó—. Es la primera vez que admiro la vista de Liberio.

Y era cierto, la vista era hermosa.

El cielo había cambiado su color celeste a uno anaranjado en cuanto el sol comenzó su camino para ocultarse en el horizonte para dar paso a la anochecer, entregando a los habitantes de Liberio sus últimos rayos de sol golpeando las ventanas de cada edificio que existía en el lugar, además, los rayos tambíen chocaban con las transparentes aguas del mar, lo que dejaba un reflejo precioso ante la vista de las personas que tuvieran la oportunidad de apreciar el atardecer con el mar como acompañante.

—Después de esta misión me gustaría celebrar con todos ustedes, Cleo. —dijo Erwin volteandose a mirarla—. Hace tiempo que no lo hacemos y me gustaría realizarlo.

Su compañera alzó una ceja en respuesta, aunque manteniendo su sonrisa para evitar que se malinterpretará lo que deseaba decir con su expresión.

—¿Celebrar qué? —preguntó—. Estoy segura que tendremos éxito en esta misión, nuestras misiones siempre son exitosas.

—Veo que lo olvidaste. —comentó el rubio mientras ocultaba sus manos en los bolsillos de su uniforme de guerrero—. Quiero celebrar que esta es nuestra última misión antes de ir a Paradis y tomar al Titán Fundador.

Fue en ese momento que la expresión relajada de Cleo cambió y su mandíbula se tensó al escuchar a Erwin mencionarlo. La misión de Paradis no era la más comentada como uno podría tener idea, pero eso no significaba que era la menos importante, al contrario, ¡era la más importante de toda la historia militar de Marley!

Existía mucho en juego a esa misión y el fracaso estaba completamente prohibido si no deseaban verse envueltos en una guerra contra las demás naciones que tratarían de tomar los poderes de titán para ser ellos los nuevos dueños del poder que llevaba aterrando a la humanidad desde siglos atrás.

Se sabía que la misión, a diferencia de anteriores, estaría conformada únicamente por la unidad de guerreros que usarían sus poderes para invadir las murallas de Paradis e infiltrarse para buscar al portador actual del Titán Fundador. Incluso ya estaba decidido quienes irían a la isla, los cuales serían Erwin, Cleo, Levi y Emma mientras que Hange y Robb se quedarían en Marley por prevención en caso de algún ataque de cualquier nación enemiga que ocurriera durante la ausencia de los demás.

—¿Y por qué te emociona? —preguntó Cleo.

—Marley posee seis de los nueve titanes; el Titán de Ataque se encuentra desaparecido, el Titán Martillo de Guerra se encuentra con los Tybur y el Fundador está en Paradis con la familia real. —soltó Erwin con tranquilidad, adentrándose a la habitación para dirigirse a uno de los armarios que tenía, sacando de su interior un vino con dos copas de vidrio—. Ellos creen que obteniendo el Fundador serán invencibles, los ganadores indiscutibles de toda guerra que vaya a existir, los reyes del mundo... todo a costa de nosotros, los eldianos.

La pelirroja levantó los hombros—. Es lo mínimo que podemos hacer, nos odian tanto por lo que hicieron nuestros antepasados al mundo que es un milagro que no hayan masacrado a los que no pudieron huir a la isla.

En cuanto dijo aquello último, su cuerpo se tensó por completo dejándola estática por lo que recibió como reacción de parte de su compañero. Una sonrisa, pero no como las que habitualmente él le dedicaba cuando estaban juntos sin la compañía del resto. No. Era una sonrisa que mostraba tanta paz como cinismo a la vez, algo que Cleo debía admitir nunca haber visto de Erwin

y llevándola a preguntarse si estaba viendo al Erwin Smith que conocía o a otra persona completamente diferente.

—Te contaré una historia, Cleo. —habló Erwin, dejando las dos copas de vibrios en una mesa mientras abría la botella de vino—. Desde que tengo memoria, mi padre siempre me decía que el mundo no me daría un mismo trato que otros niños de mi edad que fuera de una raza diferente a la mía; supe que era lo que me diferenciaba como eldiano y era en cómo el mundo me miraba: como un demonio pecador. ¿Qué pecados podría cometer un niño? ¿Robar un caramelo? ¿Mentirle a la maestra de la escuela que su mascota se comió su tarea cuando en realidad no la hizo? Esos eran los pecados de los otros niños, el mío fue nacer con sangre eldiana.

» Mi padre seguía lo que la autoridad marleyana ordenaba a los padres de familia sobre enseñarles la historia a sus hijos y eso hizo conmigo; contaba lo que la gente de Ymir le había hecho al mundo con el poder de los titanes, cómo la humanidad vivió el terror en vida con nuestra existencia, la amenaza de los titanes que conforman las murallas de la isla y que los eldianos que vivimos en el exterior sólo seremos perdonados si los ayudamos en ganar sus guerras.

—Cómo lo que todo padre o madre eldiano debe de hacer. —le recordó Cleo con seriedad.

—Efectivamente. —respondió Erwin mirándola directamente antes de servir el vino en las copas—. Mi padre cumplió lo que la ley le ordenaba, pero también me enseñó la realidad de todos nosotros.

» Me enseñó que si bien era cierto que nuestros antepasados hicieron horrores a este mundo, no era motivo alguno para que la humanidad en la actualidad nos obligue a nosotros, sus descendientes, a pagar los crímenes cometidos y menos a convertirnos en sus marionetas de guerra. Fue una gran enseñanza para su hijo, pero lamentablemente ese hijo olvidó lo más importante: no decir nada de aquella segunda educación. Salía a las calles de nuestra zona a contarle a los demás niños lo que mi padre decía y ellos compartían la palabra con sus padres, quienes guiados por el horror de que sus hijos dijeran aquello frente a una autoridad marleyana decidieron acusar a mi padre de propaganda a favor de los eldianos y él pagó las consecuencias.

» A mi padre lo usaron como saco de golpes, se fracturó la clavícula mientras sangraba por la boca y la nariz, lo dejaron con las costillas destrozadas y lo único que podía hacer era arrastrarse por la calle tratando de huir. Hasta donde conozco, las últimas palabras que mi padre escuchó fueron que lo mínimo que él podía hacer por el mundo era morir y que debía de agradecer porque le darían una muerte "digna". Papá murió al instante después de recibir golpes en su cabeza que provocaron un derrame cerebral, todo porque su hijo no supo cerrar la boca.

La mente de Cleo desbloqueo esos recuerdos de la niñez; ella fue uno de los niños que, a través de su inocencia, fue a contarle a sus padres lo que Erwin le había contado y ellos habían ido junto a otros padres con las autoridades de Marley para hablar del asunto. Era consciente que aquella acción había carcomido la consciencia de ambos cuando se dio a conocer la muerte del señor Smith, deseando no haber dicho nada si eso hubiera permitido haber salvado la vida de aquel hombre.

—Él no merecía morir de esa forma. —dijo ella.

—Eso es cierto. —mencionó Erwin acercándose con las dos copas de vino servido—. Aunque hay que aceptar que algo bueno en eso trajo, ahora soy un guerrero de Marley y no cualquier guerrero, soy el portador del Titán Colosal.

Ella hubiera sonreído con orgullo al oír eso, pero en esos instantes, sentía molestia al oír aquello salir de su boca.

—Marley tiene esta tendencia de confiar demasiado en ellos mismos que a veces olvidan un detalle: seguimos siendo nosotros, los eldianos, los que poseen el poder de los titanes. —siguió Erwin—. Claro que eso nadie se lo dice, porque todos están ocupados en matarse los unos a los otros o en odiarnos demasiado que olvidan que el poder nos pertenece.

—¿Qué tratas de decirme?

Cleo había crecido con un pensamiento: era descendiente de los demonios y había nacido con el pecado dentro de su ser, que debía ofrecerle un perdón al mundo por lo que su gente había hecho en el pasado y sólo podía pedirlo sirviendo para la nación de Marley, además de dar una mejor vida a su familia como ciudadanos honorarios.

Nunca había visto esa parte de Erwin y ahora que lo veía no sabía exactamente qué debía hacer o decir, pero si debía dar su opinión, diría que Erwin estaba confesándose de querer traicionar a Marley.

—Planeó cumplir con la misión de ir a Paradis, pero no con lo que Marley desea. —habló Erwin luego de dar un sorbo a su vino—. Buscaremos a la familia real y los convenceremos de declarar la guerra contra el mundo que nos ha utilizado; si se niegan entonces le arrebatamos el poder y los obligaremos a usar al Fundador para la declaración de guerra, si aceptan, entonces uniremos nuestros poderes para atacar lo más pronto posible.

—Esto es una broma, ¿verdad, Erwin? —no recibió respuesta alguna— ¡Erwin!, ¿esto es una broma?

Un frío aterrador, igual a las severas heladas que se producen en los países del norte del continente que anteriormente había visitado la pelirroja, recorrió en toda parte de su cuerpo en menos de un minuto cuando miraba al hombre degustar de su vino en lugar de contestar una pregunta que la ponía de los pelos en punta por la actitud que él había adoptado.

Al ver su poca disposición en responder y teniendo en cuenta que lo conocía por mucho tiempo como para deducir cuándo bromeaba y cuándo no, Cleo Balcaen no tuvo de otra opción que aceptar que Erwin Smith era un traidor de Marley a favor de la isla de los demonios y que debía informar a sus superiores lo más pronto posible si al menos quería salvarse ella misma junto al resto de su compañeros.

¿Qué opinaría el resto si estuviera presente? ¿Recibirán alguna amonestación por la revelación de Erwin, aunque no supieran nada? ¿Erwin haría algo contra ellos y el ejército de Marley cuando lo apresen por traición? ¿Quién sería el nuevo heredero del Titán Colosal?

—Deberías probar el vino, está exquisito.

—No te saldrás con la tuya, Erwin. —contestó Cleo con firmeza, dejando caer la copa de vino que Erwin le había entregado provocando que este se rompiera, dejando varios vidrios rotos esparcidos por todo el piso de madera—. Los chicos y yo no lo permitiremos, mucho menos el ejército de Marley.

—¿Los chicos? Cleo, ellos saben de mi visión y están dispuestos a seguirme, lo saben desde que los convencí de unirse a nuestro grupo. —contestó el hombre con cinismo, dejando que ella negará anonadada por la respuesta brindada.

» Y en cuanto al ejército, puedes ir a decirles que revele mi plan de traición, comprobarán que es falso porque siempre nos vigilan y verán que yo, Erwin Smith, estaba descansando antes de ir al dirigible que nos llevará donde el enemigo, aunque en realidad se trata de mi vecino que desconoce lo que le instale en su hogar. Así es, Cleo, ellos creen que no lo sé, pero estoy un paso adelante de ellos.

» Marley es un gran país, pero están tan enfermos de poder que confían en toda persona que les promete la victoria instantánea. Fue así como conseguí los poderes de titán para nosotros. Por eso requiero la ayuda de cada uno para proteger a los nuestros, para recordarles que ellos no son los verdaderos vencedores de la guerra si nos utilizan como sus principales armas.

La humanidad del exterior creía que la amenaza sólo existía en las murallas de la isla Paradis, que mientras ningún eldiano de ese lugar saliera, el mundo estaría a salvo de los demonios que existían en su mundo.

Lo que no sabían es que los demonios podían estar en todo lado y Erwin Smith era uno que permitieron estar cerca de sus armas, e incluso, tomar en posesión uno de los titanes más poderosos capaz de destruir lo que se cruzará en su camino. No tomaron en cuenta la capacidad manipulativa que el hombre poseía, su gran habilidad de estafar a las personas para convertirlas en marionetas de su retorcido juego para recordar que los humanos vivían aterrados de los titanes y, para su desgracia, la raza eldiana era la única raza humana que controlaba los titanes a su antojo.

Misericordia para todo ser humano que se sintió con el derecho de querer jugar de superior contra un eldiano, porque Erwin Smith, el guerrero traidor de Marley, estaba dispuesto a lanzar su as bajo la manga.

—Entonces, Cleo, ¿te unirás? —preguntó Erwin ofreciendo su mano en un acto de pactar una alianza—. Realmente nos vendría bien estar el uno para el otro.

—Erwin...

—Toma una decisión. —ordenó—. De lo contrario, no te atrevas a detenerme.

Él era Erwin Smith. El guerrero de Marley. El portador del Titán Colosal. El hombre que buscaba la venganza de su pueblo. El peor demonio que haya existido.

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