T6E11: La feria del libro, parte 1
Las representantes del consejo estudiantil no tuvieron mucho tiempo para disfrutar su puesto: pronto, la fecha asignada para la feria del libro empezó a acercárseles a una velocidad inverosímil. Ramsés y Maya decidieron no intervenir, dejándolas a su suerte. De todos modos, las representantes eran ellas ahora.
Tezca y algunos voluntarios más se pasaron más de una tarde acomodando cosas de un lado al otro, después de clases. Montando carpas y consiguiendo lonas para tapar las mesas para que la humedad y el viento no les hiciera nada durante las noches. Los chicos del Apex Lupus cooperaron mucho, desde ofrecerse como mano de obra hasta escribir ponencias para enriquecer el evento durante varios días seguidos.
Por otro lado, la clase de Kai no cooperó tanto, ni eran tan unidos como ellos, pero algunos lograron acoplarse al ritmo de trabajo. Alex y Tini, por ejemplo, ayudaron con la decoración de algunos puestos, mientras que Khanna y Kalea se aplicaron cada una con una ponencia diferente, la primera sobre periodismo y la otra, en materia de literatura oriental.
Kai no participó activamente ni en la planeación ni en la organización. Ni una ponencia, ni una mesa... nada. El puesto de reclutamiento de Alba Dorada estaba a cargo de alguien más. Ghandi intentó buscarlo, ahora a través de intermediarios, para conseguir declaraciones al respecto. Su respuesta fue algo como: "precisamente para evitar sus opiniones evité involucrarme con este evento". La comunidad estudiantil reaccionó, pero su interés por el día a día de Kai iba decreciendo día a día y solo algunos se animaron a opinar sobre él: que si estaba siendo irresponsable con su puesto en Alba Dorada, que si era prudente al no colgarse de un evento universitario para hacer militancia... todo eso a él poco o nada le importaba.
Habría pasado por completo de esos eventos de no ser porque Mei en persona le pidió que la ayudara a leer el buzón de quejas y sugerencias respecto al evento. Así que ahí estaba, a pocos días de empezar la feria del libro, sentado en una mesa del área común de la facultad, abriendo cartas y papeles doblados a la mitad donde el alumnado había plasmado sus inquietudes al respecto.
— No veo nada sorprendente. Algunas de estas cosas ya las han implementado.
— Quizá sean algo impacientes - Los excusó Mei - Pero puede que encontremos algo útil aquí. Queremos tener contento a todo el mundo, si es posible.
— No lo es - Resopló Kai, cansado tras cinco minutos de arduo trabajo - Siempre habrá alguien quejándose, Mei. Si intentas complacer a todos, solo quedarás mal con todos.
Mei se encogió de hombros y tomó una carta del montón. Kai hizo lo mismo.
— Hablando del rey de roma - Balbuceó Kai.
Una de las cartas eran de Nessa.
"Pésima organización. Intenté postular una ponencia y el comité encargado la rechazó, presuntamente porque no cumplía estándares de calidad y la temática no iba relacionada al evento. Ojalá no se dejaran llevar por prejuicios impulsados por sus nuevos patrocinadores".
— No aparece firmada - Observó Mei, aunque sabía tan bien como Kai quién la escribió.
Nessa ni siquiera se molestó en disfrazar su reconocible caligrafía, eso sí, impecable.
Había otras tres o cuatro cartas de Nessa entre el montón, pero Kai pasó de ellas sin leerlas, para el pesar de Mei, quien no perdió la oportunidad para regañarlo, aunque tampoco quiso leerlas.
Siguieron así un buen rato hasta que Kai encontró una carta, escrita en un pedazo de papel de libreta a rayas, con un mensaje que poco o nada tendría que ver con la feria del libro.
"Ese Adrián que era novio de Toph intentó drogar a una chica. Anda suelto por Las Américas y los barrios ricos del sur a las afueras de Xalapa".
— Un poco redactado con el culo - Observó Kai - Y poco eficiente además. Pudo denunciar directamente con Alba Dorada, a menos que...
— ¿Qué es eso? - Preguntó Mei, quitándole el papel de entre las manos.
Se quedó callada.
— Tengo que hacer una llamada. No me tardo - Dijo Kai, poniéndose de pie para salir al pasillo.
Una vez ahí, buscó el contacto de Alyssa, el dragón de jade. La llamada no duró mucho: "hola, el exnovio violento de Toph está libre por ahí". "¡Eso no puede ser, si quedó casi muerto cuando peleamos con él la última vez!". "Reportaron que intentó abusar de una chica hace poco". "¿Quién dijo eso". "Ni idea". "Veré qué puedo averiguar". Y eso fue todo.
Kai haría lo propio.
Después de tragarse otro lote de quejas estúpidas, se dirigió al hospital en el que habían internado a Adrián después de que saltara e intentase matarse. Placa en mano, se saltó a la recepcionista y pidió hablar con el jefe del archivo. No tardaron nada en acceder al expediente del chico problema del momento.
Kai decidió inspeccionar en persona su ficha. En efecto: varios huesos rotos, una estadía de poco menos de un año (casi todo el tiempo que duró el golpe fallido de Arze) y finalmente, fue dado de alta después.
Lo siguiente fue acudir con la policía. Tras hacer una breve parada en San José, cerca del centro de la ciudad, cerca de una de las calles con más locales en donde los estudiantes se paraban a beber alcohol por las noches, pudo verificar que Adrián no había sido arrestado: la policía local estaba siendo absorbida por Alba Dorada, así que Adrián y muchos otros criminales de su tipo no habían sido procesados y sus archivos, perdidos con el tiempo. Decidió tomarse un descanso y se sentó en una mesa vacía de alguno de esos locales. Pidió una bebida de a litro, color azul, con escarcha en los bordes de su vaso de plástico, y suspiró. Alyssa había quedado de reunirse con él en un rato.
Cuando llegó, las noticias que traía no fueron alentadoras. Pidió una caguama (que venía siendo una botella de cerveza de a litro) y empezó a empujarla a través de su garganta hasta que, después de un solo trago, tan sólo quedó a la mitad.
— Ya te enviaron los archivos a tu casa - Le aseguró Alyssa tan pronto como se puso en igualdad de condiciones con él - Me comentan mis amigos que este idiota ha estado activo últimamente en el área de Las Ánimas. Su objetivo parecen ser mujeres caucásicas en edad universitaria, usualmente bajitas o promedio, delgadas, atractivas según el cánon de belleza europeo, de clase media-alta y con acento de niñas fresa.
— ¿Pues de cuántas víctimas hablamos? - Se preocupó Kai.
— Dos o tres, y un intento frustrado. Investigamos y una agente de Alba Dorada se vio involucrada: la conoces.
— ¿Ghandi? - Aventuró Kai.
Alyssa negó con la cabeza.
— Alex. Parece que tuvo ayuda, pero ella es la única que figura en el reporte.
— Tini debió ayudarle - Dedujo Kai - Aún no tiene una placa, pero son inseparables.
Acto seguido, suspiró y siguió bebiendo de su vaso.
— Pensé que por fin iba a pasar un curso entero sin tener problemas.
— Pero, llevas patrullando la ciudad desde que empezó el semestre. ¿Qué tiene esto de diferente?
— Siempre empieza con un caso aislado, al margen de la normalidad. Hasta ahora, ha sido normal para mí patrullar y arrestar a algún diablo de vez en cuándo. Ahora es diferente. Tomo un caso en específico, me concentro en él y termino descubriendo una red de crimen organizado. Así funcionan las cosas, ¿no? Siempre es así.
— Igual, si no tomabas un caso para trabajar en él, te iban a terminar asignando uno.
— No es lo mismo que si yo me intereso personalmente.
— Porque te importa Toph. Es natural, es tu amiga. Además, si te esfuerzas en encontrar fantasmas donde no los hay, terminarán apareciendo. Ten eso por seguro.
Kai se quedó callado un momento mientras Alyssa se fondeaba la otra mitad de su botella, golpeando su base contra la mesa tan pronto se la acabó.
— Hay otro detalle. Una empresa privada financió el tratamiento de Adrián. Están registrados como "Amores Inc." pero no aparece gran cosa sobre ellos.
— Empresa fantasma - Se apresuró a adivinar Kai, aunque el asunto era más bien obvio.
Alyssa asintió.
— Paguemos y vamos a otro lado a continuar la peda - Sugirió ella - Apenas anocheció hace un rato.
A Kai no le pareció mala idea.
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