Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

T4E03: La cuarta generación


Eran las siete y media de la mañana, pero aún así, Kai tocó a la puerta de Toph, algo desanimado y sin tantas ganas de pedirle aquél favor, pero aún así, no se le ocurría una mejor idea después de todo.

Del otro lado de la puerta, se escucharon varios pasos rápidos, como si hubiese pillado a Toph algo ocupada, pero en un par de segundos, la puerta se abrió y la chica se le quedó viendo fijamente a Kai mientras esperaba a que él hablara primero, como en anteriores ocasiones.

— Eh... bueno... espero que no estés ocupada - Balbuceó Kai, arrepintiéndose de haber cruzado el pasillo para ir a ver a su amiga.

Toph negó con la cabeza.

— Oh. Bien. Eso es bueno. Eh... lo que quería decir es... en la torre Alba Dorada harán una fiesta, ya sabes, por lo del encuentro de la cuarta generación y todo eso. El punto es que no tenía con quién ir y... ¿crees poder acompañarme?

Toph parpadeó dos veces seguidas, con su expresión facial congelada en donde estaba. A continuación, abrió un poco la boca, como para decir algo, pero prefirió no hacerlo: al final, sí terminó preguntando.

— ¿Y Mei? - Quiso saber - Pensé que la querrías llevar a ella.

— ¿Mei? ¡Sí! ¡No! Lo que pasa es que... no lo sé, creí que como estabas más acostumbrada a todo esto de Alba Dorada, te sería más fácil acompañarme. Si no quieres, puedo...

— ¡No! - Exclamó Toph - Sí quiero. Gracias.

Kai se disponía a dejarla para que pudiese terminar de arreglarse en paz, pero Toph tomó su mochila justo después de aceptar la invitación, cerrando la puerta tras de sí: ya iría a la escuela. De acuerdo, pensó Kai. Ahora no tendría que ir solo a aquella fiesta.

Tan pronto llegaron a la facultad, Mei pudo verlos, hablando entre los dos, bastante más cerca que de costumbre. No pudo evitar sentirse mal: desde que Kai la rechazó, a mediados del semestre pasado, había intentado aparentar que todo estaba bien aún cuando no fuera así. Sin embargo, verlo así, junto a Toph... ¡Y era Toph! Probablemente ella era su novia, pensó Mei. Aún cuando tuvo meses para asimilarlo, seguía removiéndole el estómago.

— ¿Hola? - Preguntó Khanna, que llevaba un corto rato hablándole a Mei, quien se había desconectado por completo - Tierra llamando a Mei... ¿nada?

— ¿Ah? Perdona - Se disculpó ella - ¿Qué me decías?

— ¿Qué dices? ¿Vienes conmigo a casa hoy? No te prometo mucho, pero al menos una tarde con películas y cervezas, puedo darte.

Mei no lo pensó mucho: le hacía falta hacer algo por distraerse y ese no sonaba como un mal plan: ya les llamaría a Sue y Celeste, sus compañeras de equipo, para cancelar su sesión de estudio de esta tarde.

El lugar sí que estaba algo concurrido, pero al menos el ambiente de aquella enorme sala de reuniones no era para nada el agobiante lugar social que Kai se esperaba: frente a él, la mesa de botanas apenas estaba ocupada y muchos de los que habían asistido, vestían sus uniformes o ropa totalmente casual. A su lado, Toph agradeció no haber venido demasiado arreglada.

— Pues, aquí estamos - Murmuró Kai, sin estar muy seguro de lo que debía hacer a continuación. Frente a ellos habían algunos de generaciones superiores, pero la gran mayoría de los agentes ahí eran completos desconocidos para él, así que encontrar gente con quién conversar probablemente sería un poco difícil.

— ¡Chicos! ¡Ahí está! - Alzó la voz un joven de entre los que estaban hablando alrededor de una mesa al fondo del salón de eventos. Enseguida, una cara familiar salió al encuentro con ellos dos: Alyssa.

— ¿Hola? - Saludó Kai, pensando en qué más decir - Ella es Toph, una de mis compañeras de aquí.

— Hola Toph. Alyssa... Alyssa Pendragon - Saludó la chica - ¿Quieren venir? A mis amigos les encantaría saludarlos.

Toph y Kai accedieron, no muy seguros de lo que hacían. Sin embargo, realmente no había nada mejor que hacer además de seguirles la corriente a aquellos nuevos reclutas de Alba Dorada. Al menos lucían amables.

Uno de ellos, de aspecto tímido, incluso friki, ahogó un grito al reconocer a Kai caminando junto a Alyssa. Sin embargo, él solo tuvo ojos para uno de los miembros de ese grupo de personas: ahí, entre el grupito, estaba Carol, una vieja conocida de La Ciudad.

— Pensé que habías desaparecido en combate - Dijo Kai en voz alta para llamar su atención.

— Sí... todos pensaron eso - Contestó ella antes de darse cuenta de quién le hablaba. Sin embargo, una vez lo vio bien, no pudo evitar quedarse pasmada por un breve instante.

— Y... ¿Cómo estaba Ezra la última vez que lo viste? - Preguntó Kai.

— Bien, supongo - Balbuceó Carol, sin saber bien cómo debería reaccionar al encontrarse cara a cara con su ex-jefe.

— Chicos, él es Kai: Carlos Rivera, ya saben... el legendario Alba Prime de los tiempos del Quincunce.

— Nunca pensé que vendría a un evento como estos - Murmuró el chico friki, emocionado - Soy Tristán, uno de los ganadores de la última Prueba Dorada, yo... disculpa, es que soy muy fan.

Kai parpadeó un par de veces, viéndolo fijamente: vaya que era rarito, pero al menos no era desagradable.

Entre los nombres que escuchó de todos los que se presentaron con él, pudo recordar el Tristán y el de Bayoleth, una chica que parecía llevarse bastante bien con Alyssa y el chico friki. En un rato, hasta Toph estaba rodeada de los fans de la vieja Alba Dorada.

— Dicen que ayudaste a huir a Alba Prime durante el contragolpe del Triunvirato. ¿Cómo se sintió confrontar a una de sus líderes?

— ¿Eres la que salvó a Kai de que se deshicieran de él por completo? - Preguntó otro chico de entre los que los rodeaban.

— ¿Estás saliendo con él?

— ¿Qué? ¡No! - Exclamó Toph.

— ¿Por qué no?

— ¿Entonces está disponible?

No es que no les gustase la atención, pero francamente, esto ya era demasiado. Toph se sentía un poco agobiada y Kai empezaba a creer que se estaban pasando con las preguntas hasta que de repente, Alyssa les pidió que se calmaran un poco.

— Ya, chicos, los están asustando - Interrumpió la chica - Déjenlos respirar, ¿sí?

Habrían seguido hablando con ellos, pero tanto a Toph como a Kai les llegó una alerta a sus comunicadores de Alba Dorada. Alyssa asintió con la mirada, prometiendo entretener a sus compañeros de generación mientras Kai y su amiga arreglaban el asunto, fuera cual fuera.

Kai leyó la pantalla de su comunicador: el mensaje era de Eleazar. Según el mensaje, debían ir al nivel de la oficina de Nora. Tenían información sensible que ofrecerles sobre otro activo que amenazaba Xalapa.

Sin más remedio, ambos caminaron de regreso al elevador y ascendieron uno o dos pisos más hasta llegar a la oficina de Nora, ahora vacía debido a las altas horas de la noche en las que estaban.

Ahí esperaba Eleazar, viendo la ciudad a través del cristal polarizado de las ventanas de aquella torre, contemplando el área de Los Lagos.

— ¿Nos buscaba, jefe? - Preguntó Kai, sin saber bien si acercársele o no.

— Sí. Se nos volvió a escapar.

Los tres sabían bien de lo que hablaba Eleazar: el Nightstalker, sea quien sea el que estuviese debajo de aquella máscara, llevaba aproximadamente un año rondando la ciudad, espiando a las personas y enviando evidencia de sus incursiones, como si estuviese vigilando a todo el mundo bajo las órdenes de alguien más, sembrando el miedo entre los habitantes de Xalapa, más específicamente de alumnos de la facultad de Kai y las que se encontraban dentro de su unidad.

Durante todo ese tiempo, les había estado dando problemas y no eran capaces de atraparlo. Eleazar admitió con cierto pesar, como si le avergonzara horriblemente, que lo vieron escaparse por un tejado cerca de San Bruno. Como él dijo, se les volvió a escapar, y lo hacía peor el hecho de que por fin le habían visto.

— ¿Y qué haremos?

— Lo que siempre hacemos. Esperar a que vuelva a atacar y luego seguir las pistas que nos deje, rezando porque alguna de ellas nos lleve a capturarlo.

— Parece un buen plan - Observó Toph - No parece tener ninguna prisa o interesarse en atacar a nadie. Sólo toma fotos y acosa a la gente cuando duerme.

— Sí... - Reconoció Eleazar, asombrado de oír la voz de Toph en aquella conversación - Por ahora.

— ¿Nadie más de La Ciudad ha aparecido por aquí aún?

Eleazar negó con la cabeza: al parecer, Caleidoscopio había sido la última en seguirlo. Ojalá siguiera así.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro