T3E22: El lucero del alba
Al ver que Julieta tardó varios segundos en levantar la mirada nuevamente, Kai volvió a señalar al cuerpo de Kalea.
— Me la quedo.
Julieta sonrió, ahora con un corte superficial en el labio inferior.
— ¿Qué le pasó al Kai amigable y pacifista? ¿Qué le pasó al chico lindo e ingenuo al que nadie le hacía caso? ¿Por qué la violencia, Carlitos?
— Gente como Noah me hizo cambiar. Gente como Zeta. Gente como tú.
Julieta se sacó otro par de alargadas agujas de debajo de sus protectores de brazos mientras avanzaba lentamente hacia su rival.
— Si te soy sincera, mi misión pudo haber acabado en cuanto te sonsaqué la ubicación de la Prisión Vertical - Confesó ella - Pude haber llevado esa información al jefe y dejar que el siguiente en la lista lidiase contigo, pero me dieron ganas de ajustar cuentas de todos modos.
Kai decidió que mientras menos perdiera el tiempo con ella, más rápido podrían atender a sus amigas para desintoxicarlas, así que decidió embestir nuevamente contra Julieta, ignorando las agujas en sus manos.
A costa de clavarse una de esas agujas en el dorso de la mano, Kai consiguió darle de nuevo a Julieta, quien alcanzó a gemir del dolor en esta ocasión, solando su otra aguja. Sin embargo, aprovechó también a darle un cabezazo a Kai, agrietando ligeramente su casco, dificultando su visión.
— Ahora sí - Se burló Julieta - Estás tan ciego como antes. ¿Sabes? Incluso después de lo de Noah, tú y yo pudimos haber vivido en paz, aún sin hablarnos, pero no. Decidiste denunciarme por fumar una o dos veces.
— Fumar crack - Corrigió Kai - No era un cigarrillo cualquiera y lo sabes. Noah no me quiso creer hasta que...
— Entonces me denunciaste solo para que tu queridísima Noah te creyera, para que se alejase de mí. Hiciste que Nathan me espiara y decidió traicionarte igual. Idiota.
— Elijo a la del mechón morado - Señaló Kai, apuntándole a Aligheria, quien levantó el rostro para voltear a verlo. A regañadientes, sabiendo que no podría ver nada con el casco puesto, se lo quitó, aventándolo a otro lado.
Pudo sentir las miradas de Aligheria y sus amigas clavadas en él. Bueno, ellas ya sabían su identidad de todos modos.
— Me sacrificaste solo para demostrarle algo a una chica que cada vez te ignoraba más.
— La corrompieron, la echaron a perder. Yo siempre quise que Noah pensase por sí misma pero...
— Pero llegó alguien que quiso seguir manipulándola.
— Como tú antes de mí - La interrumpió Kai - Eso es lo que hacías.
— Y ella era feliz. Hay gente que simplemente es feliz siguiendo a otros, ¿sabes? Quizá no debiste cuidarla tanto y dejarla ser.
— Quizá debiste ayudarme.
Inmediatamente después, Kai se lanzó a la carga una vez más, esta vez poniendo toda su fuerza en cada golpe, inconscientemente tratando de silenciar a Julieta, cuyos comentarios eran más corrosivos que el veneno que cargaba debajo de las protecciones de los brazos.
Casi como un vaticinio, Julieta sacó un frasquito de líquido y lo tronó a escasos centímetros de Kai, quien salió salpicado a diferencia de Julieta, ilesa. Eso no lo detuvo de agarrarla a golpes nuevamente, aunque en esta ocasión, empezó a sentirse mareado.
— Por curiosidad... ¿qué tenía el frasquito? - Preguntó, empezando a ver borroso tras el último golpe a la nariz de Julieta.
— No te incumbe - Respondió Julieta, escupiendo sangre.
— Me quedo a la niña buena - Pidió Kai, refiriéndose a Ghandi.
Julieta le devolvió el golpe, provocando que Kai se marease aún más.
— Me abandonaste, Kai. Nos abandonaste a todos. ¿Valió la pena? ¿Todos estos... "daños colaterales" han valido la pena? Me jodiste la vida.
— No. Tú te jodiste la vida - Respondió él, golpeando la protección de uno de los brazos de Julieta para escuchar el sonido ahogado de varios frasquitos rompiéndose. Estos no gotearon, pero dejaron escapar varios gases que Kai se esforzó en no inhalar.
Y la siguió golpeando: excesivamente, según cualquier criterio. Incluso Aligheria y Ghandi voltearon la mirada en otra dirección, todavía sujetas a las cruces que el Caleidoscopio había construido para ellas. Con cada golpe, lejos de sentirse más aliviado, parecía más bien que la ira en su interior se multiplicaba: Julieta ya ni siquiera estaba respondiendo, pero sonreía y su sonrisa era tan macabra que casi disuadía a Kai de seguirla agrediendo.
Sin embargo, un grupo de luces a su espalda le indicaron que había sido encontrado.
Ahora que lo pensaba, ¿dónde había quedado Khanna, si es que estaba con Ghandi y las demás cuando las abandonó en la estación de radio?
— ¿Kai? - Preguntó una mujer a sus espaldas. Él soltó a Julieta el tiempo justo para voltear y ser deslumbrado por las múltiples luces que le apuntaban. El único dato que logró registrar era que ya se asomaban los primeros rayos de sol detrás de los cerros que rodeaban Xalapa.
Entonces, una ámpula de cristal se rompió justo en la cara de Kai. Julieta, difícil de distinguir gracias a las linternas que habían deslumbrado a Kai (y las sustancias con las que Julieta ya lo había atacado), estaba frente a él. Todavía sonreía, aunque su expresión lucía más cansada que antes.
— No importa si me arrestan - Se burló Julieta - El jefe ya sabe dónde está la Prisión Vertical. Cuando menos se lo esperen... ¡Zas! Tendrán su primera fuga masiva.
Alguien detrás de Kai abrió fuego dos veces y Julieta se desplomó en el suelo. No pasaron ni diez segundos para que él perdiese el conocimiento también, culpa del gas recién inhalado.
Despertar en la enfermería se estaba volviendo cansino.
Peor fue voltear a la izquierda y ver a Toph, con los ojos cerrados y sin contusiones visibles.
Sin embargo, cuando cambió ladeó su cabeza en sentido contrario, su mirada se cruzó directamente con la de Nessa, quien esperaba junto a su madre en el pasillo afuera de la enfermería. Exploró la habitación a detalle y pudo ver a Mei junto a Ghandi sentadas al interior, observándolo.
— Entonces... ¿quién me da un resumen? - Preguntó.
— Si me dieran una moneda por cada vez que te visito mientras estás recuperándote de una golpiza, podría pagarte el transporte público de vuelta a tu departamento - Lo regañó su amiga y jefa, Nora Vera - Ezra vendrá mañana a mediodía para hablar contigo, pero por mientras... bueno, Julieta...
Kai hizo un esfuerzo por incorporarse, lo que resultó en darse cuenta de que le dolía la cabeza como a resacoso después de acabarse una botella entera de ron. Desistió y se dejó caer nuevamente en la camilla.
— Julieta quedó peor que tú - Repitió Nora - Quizá te excediste, pero de cualquier modo, ya la tenemos aquí y esta vez, nos aseguramos de destruir su traje por si se nos escapa como la vez pasada. Cuando se recupere un poco, la enviaremos a la Prisión Vertical. ¿Quieres hablar con ella?
— No, pero si la enviarán al pozo, déjenla en lo más profundo, tan alejada como pueda estar del resto de los reos - Recomendó Kai - Su empleador ya sabe en dónde está la prisión y ella sugirió que organizarán una fuga en el futuro.
Nora asintió y, antes de salir de la enfermería, añadió:
— Creo que quizá le debes algunas explicaciones a tus compañeros. Alguien habló y... bueno, digamos que ahora eres popular.
Kai pestañeó varias veces ante la paciente mirada de sus compañeras y amigas, maldiciendo el momento exacto en el que se quitó el casco en la radioemisora.
Pero claro que ahora todos en la universidad sabían que era parte del Alba Dorada.
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