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T3E12: Caleidoscopio


El timbre sonó, avisando que las horas de clases regulares habían acabado por fin. Los estudiantes del 201-A se levantaron tan pronto como hubieron copiado o fotografiado lo que la profesora de redacción había dejado escrito en la pizarra.

Afuera del aula, Toph ya estaba esperando a Kai, lista para irse a casa con él: alrededor del chico, varias conversaciones habían comenzado al mismo tiempo, haciendo imposible decirle algo a Toph y esperar que lo escuchase, por lo que si quería decirle algo, tendría que hacerlo afuera.

Al pasar cerca de la entrada, pudo escuchar a Aligheria, Ava y Ghandi invitando a Kalea a casa de la última de esas tres chicas. Kalea asintió y dijo algo que Kai no pudo escuchar por dirigir su atención hacia Khanna, quien hablaba seriamente con Mei al margen de los demás en el grupo.

— ¡Oye tú! - Vociferó Nessa, alcanzando a Kai por sorpresa y tomándolo de la muñeca antes de que saliese con Toph - ¡Te estoy hablando!

— Lo siento, no escucho nada - Contestó Kai, intentando ignorarla, aunque Nessa no parecía tener ni la más mínima intención de soltarlo.

— ¿No entiendes? ¡Nadie más ha recibido grabaciones estos días! ¡Solo yo! Ayúdame, ¿quieres?

Kai se hizo el sordo nuevamente y cuando sintió el aire moviéndose tras su cabeza, se agachó a tiempo para que la cachetada de Nessa le pasase rozando el cabello antes de dar directo contra la pared.

— ¿Qué te ocurre? - Preguntó Kai, alzando la voz, consciente de que el resto del grupo se les quedaría viendo - ¡Ya suéltame!

— ¿Todo bien allá, jóvenes? - Preguntó la profesora de Redacción, observándolos por encima de sus lentes.

— No pienso ayudarte. Al menos, no hasta que te disculpes - Murmuró Kai para después alzar la voz para dirigirse a la profesora con una sonrisa - ¡No, para nada! Nessa ya iba a soltarme, ¿verdad, Nessa?

— Ni quien te necesite - Fue lo que respondió la chica, rezumando coraje por los poros, tratando de no dejar en evidencia su furia, aunque inmediatamente después de esta última frase, soltó el brazo de Kai y añadió algo más antes de marcharse del aula: "Kato no era así conmigo".

— Y de seguro Khanna no está con Nessa para convencerla de disculparse también - Fue lo que contestó Kai al terminar de oír de boca de Mei las razones por las que debería acceder a ayudar a Nessa.

— ¡Literalmente tienes el poder para buscar al acosador misterioso y decides no hacerlo! - Se quejó Mei - ¡Tienes que ayudarla! No lo hagas por Nessa si no quieres, pero inténtalo por mí.

Kai le dio la espalda enseguida, aunque después, empezó a considerarlo: después de todo, Mei había gastado algo de dinero en pasaje para ir a verlo a su departamento tan sólo con la intención de que volviese a hablarse con Nessa.

— ¿Tan importante es? - Reclamó, negándose a tirar por la borda el valor que tuvo para oponerse a una chica que le recordaba a varios de entre sus más formidables oponentes de La Ciudad, casi todos mujeres. 

— Tienes que entender - Se explicó Mei, tratando de convencerlo amablemente - Es decir, ¿podrías hacer este sacrificio por nosotras?

Kai endureció su expresión. ¿Cuántas veces no se había sacrificado por otras personas? ¿Cuántas veces no le vieron la cara por intentar ser buena persona a costa de su comodidad? No, quizá antes habría cometido ese error, pero esos tiempos habían pasado.

— Que se las arregle por su cuenta - Fue lo que respondió, ahora con un tono de voz serio, totalmente opuesto a la afable conducta propia que adoptaba la mayoría del tiempo.

Una notificación llegó simultáneamente a los teléfonos de ambos.

— Como sea otra misión de Alba Dorada... - Se quejó Mei, pero ni bien hubo desbloqueado el móvil para ver la pantalla, se quedó de piedra.

— ¿También te llegó? - Preguntó Kai - El video de...

— Sí, también - Interrumpió Mei, ahora con el semblante más serio - Tiene fecha de hoy en la madrugada, ¿lo ves?

Kai cerró los ojos y respiró hondo antes de corregir su anterior respuesta. Ya debería haber aprendido a no pronunciar absolutos, pues la vida tenía esa mala costumbre de cerrarle la boca enseguida.

— Bueno, pues parece que tendremos que ayudar a Nessa de todos modos. ¿Recuerdas en dónde vive?

— No está, ya vámonos - Fue lo primero que dijo Kai cuando ambos tocaron la puerta de aquella casa, ubicada en una colonia promedio de Xalapa, cerca del lago.

— Tan siquiera inténtalo - Lo regañó Sam, el fornido guardaespaldas de Nora, a quien Kai conocía desde hace varios años, quien acababa de raparse el cabello y ahora lucía un corte de tipo militar, además de traer puesto el uniforme estándar de Alba Dorada, en sus colores blanco y negro con los hombros y parte del pecho en amarillo.

El chico, apenas dos o tres años mayor que Kai, decidió acompañarlo a él y a Mei a casa de Nessa para hablar con su madre. Llevaban apenas unos pocos segundos en la entrada y aún no recibían respuesta alguna. Sin embargo, pudieron escuchar a alguien dando rápidos pasos hacia la puerta antes de abrirla.

— ¿Sí? ¿Qué buscan? - Preguntó una mujer de mediana edad asomándose por la puerta entreabierta. Sam, quien era el más visible de los tres, decidió hablar primero.

— Somos de la organización Alba Dorada, venimos a hacerle un par de preguntas - Anunció Sam, mostrándole su credencial y placa a la mujer - ¿Se encuentra en casa su hija Vanessa, cierto?

— ¿Nessa? Sí, está arriba. ¿Hizo algo malo?

Sam negó con la cabeza.

— No, no se trata de eso. Estamos aquí por un tema que involucra la seguridad de su hija.

La mujer decidió abrir del todo la puerta, viendo también a Mei y Kai al lado del pelirrojo musculoso que se había anunciado en primer lugar.

— Eres igualito a Kato - Mencionó la madre de Nessa - Pero... no, adelante, pasen. ¿Van a querer algo de tomar? Lo que sea.

— Tres vasos de agua, por favor - Pidió Sam antes de pasar a la sala - Mei, si me haces los honores...

Mei sacó una tableta con el logo de Alba Dorada: ya tenía preparado el archivo, así que solo necesitó darle clic al botón de reproducir para que la madre de Nessa pudiese ver el mismo video de su hija durmiendo.

— Hace pocas horas, todos los estudiantes de la facultad de letras en la que su hija estudia recibieron este video, que forzosamente debe haber sido grabado en su habitación sin consentimiento. Desde hace cierto tiempo, varias otras alumnas han sido objetivo de videos similares, pero esta es la primera vez en un tiempo.

Mei habría continuado hablando, pero escucharon un sonido en la parte superior de las escaleras, en un punto ciego desde la sala.

— Debe ser Nessa - Sugirió Kai - El punto es, queremos avisarle para que estén pendientes en esta casa mientras hacemos las averiguaciones pertinentes - Explicó Kai - En un momento, Sam subirá a revisar la habitación de su hija por si hay una cámara oculta, si a usted no le molesta. Mientras tanto, quisiésemos hacerle un par de preguntas.

La madre de Nessa asintió nuevamente mientras Sam comenzaba a subir las escaleras.

— ¿Su hija le contó del incidente de la fiesta de bienvenida? - Quiso saber Kai. Si Nessa quería impedir que él hablase, tendría que bajar de su escondite, lo que era más que improbable.

— No, ¿ocurrió algo? - Preguntó la madre de Nessa, algo preocupada.

— Varios estudiantes fueron encontrados a los alrededores de la facultad bajo el efecto de drogas administradas contra su voluntad - Explicó Kai - Desde entonces, hay al menos un agente de Alba Dorada vigilando.

Esta vez, ya no parecía haber nadie escondido en las escaleras: lo más probable es que hubiese vuelto a su cuarto para ordenarlo a toda velocidad o algo por el estilo.

— La segunda pregunta... - Se adelantó Mei - ¿Ha entrado algún desconocido a la casa durante los últimos dos meses que ustedes sepan?

— No... creo que no - Admitió la madre de Nessa.

Mei sacó una tarjeta de su bolsillo mientras sujetaba su tableta con la otra mano.

— Si recuerda algo más u ocurre una emergencia, puede contactarnos - Ofreció Mei. La madre de Nessa asintió con una sonrisa, aceptando la tarjeta.

— Es muy amable que se hayan tomado la molestia - Agradeció la señora, arreglándose un mechón de cabello detrás de la oreja - ¿Por qué?

— Nos interesa preservar la seguridad de la ciudad, empezando por los estudiantes - Se apresuró a contestar Kai, intentando actuar con naturalidad - Hemos tenido éxito en La Ciudad y hace poco conseguimos reclutar agentes suficientes para varias otras ciudades. Además, somos conscientes de que un criminal conocido como Caleidoscopio se encuentra en La Ciudad. Fue la responsable de drogar a varios estudiantes, su hija incluida - Explicó.

— Entiendo. ¿Saben cómo luce este sujeto? - Preguntó finalmente la madre de Nessa.

Mei tomó su tableta y buscó rápidamente en la base de datos de Alba Dorada hasta encontrar una imagen que no estuviese borrosa: en ella se podía apreciar una figura humana sumamente delgada y de cuerpo andrógino: alrededor de su traje purpúreo, en una superficie negra más rugosa, se veían pequeños puntos transparentes. Su cabeza estaba cubierta por un casco parecido al de los motociclistas, pero totalmente liso, de un material presumiblemente plastificado y polarizado que ocultaba cualquier rasgo facial de quien lo tuviese puesto.

— Ya veo - Logró articular la madre de Nessa, acongojada.

Los pasos de Sam empezaron a sonar en las escaleras, señal de que había terminado de inspeccionar la habitación de Nessa. Antes de que sus compañeros pudiesen preguntarle cualquier cosa, el pelirrojo se encogió de hombros mientras negaba con la cabeza: no había encontrado nada.

— Entonces creo que ya hemos acabado aquí - Reconoció Kai - Si encuentran cámaras o personas grabando a escondidas, por favor contáctenos.

— Muchas gracias - Contestó la madre de Nessa, asintiendo con la cabeza con la sonrisa aparentemente habitual en su rostro desvanecida, dándole paso a una mueca de preocupación.

— Ya nos vamos - Reiteró Sam - Creo que su hija se muere de ganas por bajar a hablar con usted, pero no se atreve a asomarse si seguimos aquí.

Sin decir una palabra más, Mei salió primero de la casa, seguida de Kai y por último, Sam. Ni bien se hubo cerrado la puerta, la madre de Nessa volteó a ver hacia las escaleras.

— ¿Qué te he dicho de espiar? Si tanto querías saber lo que decían, hubieses bajado - La regañó su madre - ¿Y qué es eso de un Caleidoscopio en la fiesta de bienvenida? ¡Tienes muchas cosas que explicar jovencita!

Y para colmo, Nessa no sabía dónde había escuchado antes las voces de quienes se quedaron con su madre. Lo único que sabía era que el pelirrojo que subió a revisar la habitación era el mismo que estaba junto a la ambulancia cuando la rescataron del secuestrador de la fiesta de bienvenida.

Habían mencionado una organización, Alba Dorada.

Al menos, Nessa tenía de dónde investigar.

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