Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

T3E04: Bienvenida, Parte 2


— ¿Y qué les parece llegar juntas a la fiesta? - Preguntó Mei, emocionada.

Kalea y Nessa levantaron la mirada hacia ella antes de responderle, pensándose con cuidado lo que dirían. Mei no era la más sensible del grupito, pero de todos modos, tenían que pensarse lo que le contestaban: si fuese solo por Nessa, no le importaría en realidad, pero Kalea insistía en ser empática y comprensiva hasta niveles que a Nessa le parecían absurdos.

— Es que... - empezó a explicar Kalea - Hay un chico. Es de sexto curso y... bueno, me invitó a salir para la fiesta de bienvenida así que iré con él.

— Yo no necesito ir con nadie - Declaró entonces Nessa, considerando que no había sido grosera en absoluto - Pero tengo que irme a casa para arreglarme. Nos vemos en la tarde.

Dicho esto, Nessa se levantó y empujó un poco la parte de atrás del librero que tapaba la entrada al club secreto de la biblioteca. Kalea la vio irse y, regresando la mirada hacia Kalea, decidió tratar de animarla.

— No era su intención ser grosera - La excusó.

— No, no es eso - Suspiró Mei - Es que, Kai irá con Toph, tú irás con ese chico... ¿con quién voy yo? Me sentiría realmente estúpida si nadie va conmigo, y eso.

— Eres una chica muy guapa - Aseguró Kalea, tomándole una mano y mirándole a los ojos para darle más fuerza al cumplido - Sé que vas a encontrar con quién ir para esta tarde.

Mei se despidió de Kalea y también salió de la guarida, asegurándose de empujar de regreso el librero a donde pertenecía.

Apenas había salido de la biblioteca, cruzando el puente interior para salir a la biblioteca en la otra cuadra, cuando vio de lejos, subiendo las escaleras del puente en el extremo contrario, a Khanna.

Tan pronto como Khanna le preguntó si tenía con quien ir a la bienvenida y Mei ya le había dicho nerviosamente que sí, quería ir con ella. Algo asombrada por la rapidez de su respuesta, Khanna asintió, despidiéndose de Mei y prometiendo pasar a buscarla a su casa a las seis, ya que a esa hora empezaba la fiesta de bienvenida.

Algo más sosegada, Mei se dirigió a la cafetería: comería algo y se iría a casa, a prepararse.

— ¡Vamos a llegar tarde! - Chilló Kai, asomándose al interior del cuarto de Toph, tan sólo para recibir el golpe de una toalla hecha bolita de lleno en su cara.

— ¡NO ENTRES TODAVÍA! - Contestó Toph, alzando un poco la voz, pero sin llegar a gritar. Ni siquiera sonaba abochornada o alarmada, como sería normal si alguien intenta entrar a tu cuarto y aún no estás vestida.

— ¡Perdón! Pero tenemos que pasar a las oficinas antes de ir a la fiesta y tardaremos en llegar si no estás lista.

— ¿Y tú ya estás listo? - Reclamó ella, permitiéndose contestar tan poco formal como su educación se lo permitía.

— ¡Desde hace media hora!

Se hizo un corto e incómodo silencio que terminó sintiéndose eterno en pocos segundos: lo siguiente que Kai pudo escuchar fue un "¿puedes venir y ayudarme?" de parte de Toph.

Kai se asomó, arriesgándose a recibir otro tiro de Toph, esta vez de algo no tan inofensivo como una toalla. Lo que pudo ver fue todavía más impresionante de lo que tenía en mente en primer lugar: Toph estaba de espaldas a la puerta, de donde él venía: al parecer, había intentado ponerse el sujetador (sin éxito) y ahora estaba enganchado múltiples veces en su cabello. El colmo era que su brazo dominante (el derecho) estaba atorado en el sujetador también y con el izquierdo trataba de taparse los senos, pues no confiaba del todo en que Kai no fuese a verla sin querer (o adrede).

— Entonces... ¿Qué quieres que haga exactamente? ¿Llamo a los bomberos?

— Quítame esto de encima - Le suplicó Toph, todavía de espaldas a él, quien se esforzaba por no temblar.

— ¡Hey! Espera, al menos hay que llegar a primera base antes, ¿no crees?

— Idiota.

De no haber estado con un brazo y la mitad de la melena enganchada al sujetador, probablemente Toph habría intentado golpear a Kai. Sin embargo, dadas sus condiciones, terminó añadiendo un "por favor".

— Vale, vale - Aceptó Kai, pidiéndole que se sentase en la otra esquina de la cama para poder sentarse él también y no tener que desengancharle el sujetador estando de pie.

— ¡Y que ni se te ocurra tocarme! - Se quejó ella.

— En tus sueños.

Con toda la paciencia que podía tener un chico que estaba por llegar tarde a otro lugar, Kai se encargó de sacar las hebras y mechones del cabello de Toph de aquél infernal dispositivo de tortura llamado sujetador. Lo más increíble (para Toph) es que él jamás le rozó un poco de piel, aún pudiendo hacerlo y decir que fue por accidente.

Pese a que ya estaba predispuesta a que ese chico le pusiese las manos encima a su piel, no ocurrió. De cierto modo, se sintió algo decepcionada, pero no iba a reconocerlo jamás, mucho menos frente a él. Cuando hubo acabado, a Toph se le olvidó por varios segundos eso de cubrirse los senos y volteó a verlo sin darse la vuelta por completo, agarrando el aparato que tantos problemas le estaba ocasionando.

— Mi madre me lo mandó. Dijo que ya era hora de que empezase a usarlos, pero sinceramente, nunca creí poder llenar los más pequeños.

Sin darse cuenta aun de lo que ocurría, Kai se encogió de hombros, sosteniéndole la mirada a Toph.

— ¿Es la primera vez que te pones uno? - Quiso saber, refiriéndose al sostén.

Toph asintió, algo avergonzada.

— ¿Me ayudas a ponérmelo? - Preguntó, también sin darse cuenta de lo extraño que sería aquello si se lo sacaba de contexto.

— ¿Qué te hace creer que sé cómo se ponen? - Preguntó él retóricamente antes de coger el sostén con una mano y pasarlo por enfrente de Toph antes de engancharlo a su espalda, todavía sin haberla tocado ni un poco.

En ese preciso momento, ella se percató de lo que acababa de ocurrir, de lo íntima que había sido esa escena. Sin embargo, antes de decidirse en voltear o no hacia Kai, escuchó que él ya había abandonado el cuarto. En cuanto estuvo en la sala, ella pudo escuchar un "No te tardes mucho" de su parte.

Abochornada a más no poder, se llevó las manos a la espalda, se desabrochó aquella porquería y, tras arrojarla a una esquina del cuarto, cogió la playera holgada que quería llevar desde el inicio, se la puso, y también salió a la sala.

— Ya, vámonos.

— ¿Eran totalmente necesarios los rastreadores? - Le preguntó Toph a su compañero, quien aparentemente tenía más lugares en su vestimenta para esconder un objeto del tamaño de un mondadientes.

— Házme caso. Tuve un presentimiento. Los necesitaremos.

No tardaron nada en integrarse al ambiente: el resto de los asistentes eran alumnos mayores que ellos, e incluso había uno que otro profesor, como Davriel, que estaban haciendo de carabina con los estudiantes.

Kai no le prestó mucha atención al resto: simplemente se quedó hablando con Toph en una banca, cada uno con su vaso de plástico con líquidos que marean en su interior. Nessa andaba por ahí, intentando captar la atención de aquella chica del consejo estudiantil, Maya, aunque sin mucho éxito; Kalea daba vueltas de un lado al otro, buscando al chico con el que había quedado, también sin éxito.

Por último, Mei, a quien de repente el miedo a hacer el ridículo frente a mucha gente había inhibido, estaba siendo arrastrada a la improvisada barra de bebidas de la fiesta, en donde rápidamente le pidió a la chica que hacía los tragos que le preparase algo para ambas.

— ¿Tienes algo de vermut por ahí? - Preguntó Khanna, pestañeando varias veces seguidas.

— Anda, tengo una botella - Le sonrió la chica, mostrándola tras rebuscar en su cajoncito de bebidas.

— Bueno, dame dos Manhattan, por favor.

Mei, algo anonadada, no alcanzó a negarse, así como tampoco lo hizo cuando Khanna se bebió de un golpe su coctel. Repentinamente envalentonada, Mei terminó imitándola.

Al poco rato, la lengua era solo una de las cosas que se le habían soltado: ella y Khanna habían intercambiado ya algunas anécdotas de la infancia sin más testigo que ellas mismas (y la chica de las bebidas, quien les había servido una o dos más mientras las observaba, enternecida. Ni bien terminó Mei de contarle a Khanna por qué en su casa no comían pato, la chica de las bebidas interrumpió para decirles que hacían una bonita pareja.

— ¿Ah? No, no, no... o sea, si me gustan las chicas también, pero... no somos novias - Balbuceó Mei, sin detenerse en lo absoluto a pensar lo que estaba diciendo.

— ¿Entonces... te parecería atractiva sí o no? - Preguntó Khanna, algo confundida por aquel penoso circunloquio.

Mei se la pensó un momento tras el cual fue obvio que había perdido el hilo de la conversación, así que Khanna decidió volverle a preguntar, expectante.

— Sí, pero te ves demasiado bonita para mí - Reconoció Mei.

La chica de las bebidas dio un grito, festejando que dos chicas a las que no conocía de nada estaban reconociendo lo que sentían una por la otra.

— Estupideces - Fue lo único que alcanzó a responderle Khanna antes de robarle un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro