T2E16: Enclaustrada
Aún cuando se acabó el café, Toph y Kai siguieron en el café un rato más.
Afuera había oscurecido un poco temprano para la hora que era y de nuevo, había algo de niebla, pero ahí adentro del café, la temperatura era de lo más agradable; Kai pudo fijarse en que mayoritariamente, eran parejitas de ancianos las que frecuentaban aquél sitio.
— De repente me siento como un costal de huesos - Comentó.
Sonaba una canción no muy famosa, interpretada por una cantante de voz adolescente que Kai no pudo identificar; el ambiente era tan tranquilo que una parte de él se sentía tentada a volcar la mesa y batirse en duelo con el anciano con bastón más cercano a su mesa.
— Es difícil, ¿no? - Preguntó Toph, impasible, recostada en el cómodo asiento acolchonado en aquella esquina junto a la cocina - Me refiero a... ¿Cómo aguantas tanta adrenalina? Tanta acción... no me sorprendería si fueses tú mismo quien ocasionase sus propios problemas cuando ibas en preparatoria.
Kai titubeó antes de contestarle porque efectivamente, varias veces en el pasado había ocasionado él mismo los problemas para tener algo de acción en su vida, como una especie de autosabotaje para tener algo que hacer.
— Lo experimento a veces, desde lo que pasó con Khanna - Explicó Toph - Y sé que no es sano, pero debo admitirlo: Nunca me había sentido tan viva. No sé si agradecerte o reprochártelo pero...
Kai cerró suavemente su puño y le dió un golpecito en la frente a Toph antes de rodearla con sus brazos.
— Eres mucho cerebro para una persona tan pequeña. Gracias por estar aquí para mí.
— ¿Cuál gracias? Vamos a estafar pedófilos para dejarlos con lesiones graves en un estacionamiento o algo así.
Por un breve instante, Kai temió que su amiga lo dijese en serio, pero apenas la vio reírse de su cara de susto, suspiró aliviado. Ambos se dieron el lujo de reírse y para sorpresa de Kai, Toph no se apartó del abrazo ni se mostró incómoda. No sabía qué tan lejos podía llegar en cuanto a contacto físico y espacio personal con ella, así que prefirió no arriesgarse más, pero cuando ella pasó un brazo por delante de él, casi acurrucándose, Kai se sintió tranquilo.
A diferencia de Amelia, su mejor amiga, a Toph sí le gustaba el contacto físico, aunque aparentemente no con cualquier persona.
— ¿Crees que sea muy pronto para volver a casa? - Preguntó finalmente Kai.
Toph negó, llamando al mesero para sacar la cuenta; en pocos minutos estarían ambos volviendo sobre sus pasos, haciendo una última verificación por donde habían pasado junto a Khanna, pero de nuevo, no encontraron almacén alguno.
Habrían vuelto a casa entonces, pero cuando todas las luces en la cuadra alrededor a la universidad se apagaron de repente, se les heló la sangre por un breve instante.
— ¿Dónde dijo Khanna que estaba? - Murmuró Toph.
Kai se quedó callado, viendo directamente hacia la biblioteca.
— Eso pensaba.
Cuando se fue la luz, Khanna se sintió como en una película de terror, pero lejos de perder la calma (todavía), empezó a buscar posibles escondites, otras maneras de escaparse de aquella sala.
Sin embargo, su miedo se disparó al límite cuando la bibliotecaria jefe, en la planta baja, le alzó la voz a alguien que recién entró. Sus palabras exactas fueron "¿quién es usted? ya vamos a cerrar, no debería estar..." seguido de un golpe seco.
Khanna se dio cuenta de que en la media hora que llevaba escondiéndose en el primer piso por sobre la planta baja, la biblioteca se había ido vaciando poco a poco, después de todo era viernes por la tarde y casi todos los estudiantes preferirían irse de fiesta o algo así en vez de estar encerrados en la biblioteca.
— Estás aquí, ¿verdad? - Alzó la voz un hombre joven en la planta baja. Khanna no quería asomarse a ver quién era porque estaba más que segura de que si lo hacía, se toparía cara a cara con El Cazador.
Khanna pensó en lo que le dijo la última vez que se vieron; ¿podía fiarse realmente de Kai? Había algo que en definitiva no le había dicho a ella, es decir, no podía estar buscando a Kai y a sus amigos solo porque sí, ¿cierto?
— ¿Entonces estamos jugando a las escondidas?
Khanna se dirigió tan rápido como pudo a las escaleras eléctricas para subir a otro piso antes de que El Cazador llegase a donde ella.
— Solo quiero hablar, ¿vale? - Siguió hablando El Cazador - Si Kai aún no te ha contado, yo lo haré.
La curiosidad tentaba a Khanna de acercarse a escuchar lo que aquél hombre tenía que decir, sin embargo, su sensatez ganó y antes de darse cuenta, había alcanzado el rellano del tercer piso mientras que su acosador apenas estaba subiendo al primero.
— Kai, Carlos Rivera. Lo conozco, ¿sabes? fuimos compañeros antes de que El Quincunce se adueñara de La Ciudad. Pero eso no es lo que nos interesa, ¿verdad? ¿Qué sabes acerca del estado de sitio en La Ciudad, hace casi medio año?
Decidió no seguir subiendo, aunque debía hacerle parecer a su perseguidor que sí; miró hacia arriba, todavía quedaban un par de pisos por subir. En silencio, Khanna le agradeció a quien hubiese construido la biblioteca por hacerla enorme, después, corrió a ocultarse en alguna parte de entre los pasillos del tercer piso.
— Una ciudad entera, atacada por reos y malasangres. Todo porque un imbécil quiso jugar al héroe contra la mafia Quincunce. El Triunvirato llegó para barrer con Alba Dorada y el Triunvirato, ¡Era un glorioso propósito!
No tenía sentido. Según lo que Toph y Kai habían dicho, El Cazador era también un malasangre.
— Kai se escapó, el gobierno corrupto deshizo al Triunvirato y mandó a la cárcel a sus líderes... Khanna, necesitaré tu ayuda si quieres evitar que a Xalapa le ocurra lo mismo que a La Ciudad. Kai es el malo aquí, ¿qué no lo entiendes?
Se negaba a creer eso. Quizá Kai hubiese estado implicado en el asedio a La Ciudad, pero eso no significaba que Kai fuese a tocar el violín mientras Xalapa ardía.
— ¡Contesta! - Gritó El Cazador - Alguien superior a nosotros, superior al Quincunce y mucho más grande que el Alba Dorada de Kai me envió a advertirles! ¡Me envió a hacer pagar a tu amiguito por lo que hizo! Carlos Rivera ha llenado de sufrimiento la vida de mucha gente como para hacerlo quedar impune.
Khanna escuchó un balazo en la planta baja. Si la bibliotecaria seguía inconsciente, podría ser que... no, no pudo haberla matado. Julia llegó a pensar que alguien más le había disparado al Cazador, pero inmediatamente después, aquél hombre siguió hablando.
Khanna se dio cuenta de que probablemente era la única escuchando lo que aquél hombre decía. La bibliotecaria había dicho que estaban a punto de cerrar cuando se fue la luz, lo que significaba que si la encontraba en su escondite, no habría más testigos y... no, no podía pensar en eso.
O bueno, habría seguido pensando que era el fin hasta que alguien se le acercó por la espalda y le tapó la boca para evitar que gritase. El pensamiento inmediato de Khanna fue "estoy muerta". Sin embargo, cuando escuchó la neutra voz de Toph en su oído, el miedo dio paso a la sorpresa.
— ¿Cómo entraste aquí? - Susurró Khanna en cuanto su amiga le quitó las manos de la boca.
— Todas las puertas estaban cerradas por el apagón; Kai me ayudó a entrar por una ventana. Jorge nos encontró a la vuelta de la facultad y...
Khanna abrazó a Toph tan fuerte que casi le saca el aire.
— El Cazador noqueó a la bibliotecaria y tiene un arma.
— Kai irá por ayuda cuando le diga que te encontré - Explicó Toph - ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
— Toph, El Cazador... dice que Kai causó muchas muertes.
"Entonces ya lo sabía" dedujo Khanna en cuanto su amiga le dijo que hablarían de eso más al rato; no había otra razón por la que se mostraría tan tranquila ante tan fuerte declaración. Sin embargo, Toph tenía razón; quizá no era el mejor momento para discutir eso.
Primero tenían que averiguar cómo escapar de ahí.
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