Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

T2E11: Salvando al soldado Khanna


Estaba muy oscuro y apestaba a bodega.

Khanna rápidamente se dio cuenta de que estaba amarrada a una incómoda y pequeña silla de plástico, no había más luz que la del otro lado de la puerta situada en el extremo derecho del muro a su izquierda (y seguía siendo muy poca).

— Entonces... Julia Khanna - Dijo alguien que aparentemente llevaba ahí sentado un buen rato.

— Depende de quién quiera saberlo - Bufó ella, intentando reconocer de algo a su captor.

— Puedes decirme... El Cazador - Dijo el desconocido. Su voz no sonaba como la de un hombre mayor, así que Khanna lo situaba fácilmente por  debajo de los cuarenta, quizá incluso por debajo de los treinta, sin embargo, gracias a la falta de luz, no podía averiguar más sobre él.

Ese apodo no le decía nada a Julia, pero era algo por dónde empezar.

— Pude ver tu ropa antes de que me golpearas en la librería - Le recordó Khanna - Era un bonito dibujo el de tu chaqueta, pero no sé qué era.

— Con algo de suerte, en uno o dos años lo sabrás perfectamente - Aseguró El Cazador - Pero no estás aquí para preguntar por los malasangres. ¿Qué sabes de Carlos Rivera y su amiguita, Toph?

Toph había dicho algo acerca de que Kai no había podido ir con ella. ¿Qué se traían esos dos y porqué al acosador de Khanna le importaban tanto?

Entonces Khanna cayó en cuenta de que si la estaba siguiendo la vez pasada, era para secuestrarla tal y como hizo justo ahora; accidentalmente habían caído en la trampa del Cazador, aunque eso seguía sin responder a la pregunta de por qué los seguía.

— ¿Qué con ellos?

Hubo un silencio algo prolongado antes de que El Cazador comenzara a reírse.

— Entonces... no lo sabes. Ni siquiera tuvieron la dignidad de decirte quiénes son en realidad.

— ¿De qué hablas? - Preguntó Khanna, con la voz temblando levemente, pues ahora El Cazador le había sembrado la duda al respecto.

— Kai ocasionó muchas muertes de donde viene - Aseguró El Cazador - Haciendo cosas a espaldas de las autoridades, muchos de sus amigos murieron o salieron heridos mientras él se llevaba toda la atención. Lo creían un héroe, pero rompió más de lo que compuso. No digas que no te lo advertí. No confíes en Carlos Rivera.

— Ni siquiera sé quién eres - Contestó mordazmente Khanna - ¿Qué sabes tú sobre Kai?

— Entrené con él cuando éramos más jóvenes - Admitió El Cazador - Pero él dejo de ir antes que yo. Para ser sinceros, dudo mucho que me recuerde de entre tanta gente. Cuando los demás del cártel vengan a Xalapa, lo van a hacer pedazos.

— ¿Los demás? ¿Quiénes son "los demás"?

De nuevo, todo lo que recibió del Cazador, fue otra risa socarrona antes de abrir la puerta y marcharse.

Hanna y Toph siguieron recorriendo las calles del centro de Xalapa; quería pensar que el secuestrador no había ido muy lejos, pero sinceramente, sabia que era muy probable que ya estuviese en la otra punta de la ciudad. Sin embargo, Toph recordaba los tres números de la placa y con eso podría ir a levantar una denuncia si no la encontraban esa misma noche.

Hanna no había dicho una sola palabra desde lo de la librería; sabía perfectamente que si no hubiese distraído a Toph, quizá no se habrían llevado a Khanna. Las voces al interior de su cabeza bullían como agua hirviendo en olla de presión, luchando por gritar más fuerte y hacer estallar a Hanna, quien hacía su mejor esfuerzo por concentrarse.

Sin embargo y en contra de todo lo que esperaban, terminaron topándose con la camioneta, estacionada al lado de un almacén, en las últimas dos calles del centro de Xalapa. Los números 3-2-7 de la placa del automóvil fueron lo primero que vio Toph, quien corrió hacia el carro.

— Vacío - Maldijo Toph, para después sacarse un aparato semejante al walkie-talkie, pero con teclas. Tras digitar un mensaje rápido y pulsar otra tecla que debió enviárselo a alguien, volvió a guardar el dispositivo y empuñó su arma paralizante mientras se acercaba a la reja del almacén; no se escuchaban ruidos del interior, pero era indudable que el secuestrador siguiese ahí adentro.

— Vamos a entrar - Ordenó Toph, yendo al otro muro exterior del almacén, en el que se encontraba el cajón de estacionamiento donde estaba la camioneta.

Analizó lo que tenía enfrente por un momento; la puerta estaba entreabierta y ahora sí, podía escuchar personas platicando al interior. Sin dudarlo ni una vez, le hizo señas a Hanna para que se acercase, pero antes de poder entrar, alguien al interior salió, dejando ver un rostro joven (de no más de veinte años) frente a ellas, vestido con la chaqueta color rojo sangre que portaba el tipo de la librería.

— ¡Es él! - Chilló Toph antes de hacerse a un lado para esquivar el primer puñetazo del secuestrador.

Ni siquiera pudo apreciar bien sus rasgos físicos en la oscuridad, pero cuando el secuestrador golpeó, en vez de darle a Toph, rompió el cristal del carro, lastimándose el puño dominante. Toph no lo pensó dos veces y entró corriendo al almacén, seguida por Hanna.

— ¿Quién es? - Gritó la familiar voz de Khanna al interior al ver abrirse la puerta de nuevo, pues ahora no había entrado el secuestrador, sino dos siluetas totalmente distintas.

— ¿Julia? - Preguntó Toph - ¡Hanna, ayúdala!

Sin embargo, el secuestrador no tenía planeado dejarlas escapar, pues con todo y cortes en la mano derecha, pudo abrirse paso y sin arma alguna en las manos, se cernió sobre Toph, quien empuñó su arma eléctrica y la interpuso entre el secuestrador y ella.

— ¡Aahh!  Gritó el hombre pese a que Toph no llegó a presionar el botón para electrocutarlo. Cuando alguien (Julia o Hanna) encendió la luz de aquella pequeña bodega, Toph pudo entender el motivo; le había clavado el paralizador en el ojo al secuestrador.

— ¡Vámonos! - Chilló Hanna - ¡Ya la desaté, ya vámonos! - Gritó desesperadamente.

Toph decidió hacerle caso primero y preguntar estando a una distancia segura de él, que pese a estar sangrando mientras se tapaba la cara, no tardaría en recuperarse, pues no se estaba retorciendo del dolor tal y como se habrían esperado.

Las tres corrieron como si sus vidas dependieran de ello (premisa bastante plausible, si le preguntaban a Toph). Sin embargo, una nueva emoción recorrió el cuerpo de Toph una vez vio a Khanna corriendo junto a ella, escapando de aquella situación de riesgo.

Entonces, por fin Toph pudo entender por qué Kai disfrutaba tanto de meterse en problemas como este, poner su vida en riesgo y hacer algo estúpidamente heroico.

— Kai tenía razón. Tienes que sentirlo - Jadeó Toph en cuanto llegaron a la puerta de su casa, a escasas cinco cuadras de ese almacén.

— ¿Qué dijiste? - Preguntó Khanna al lado suyo, dejando que su amiga Hanna se recargase en ella.

Toph negó con la cabeza para hacerle saber que no era nada; realmente se sentía heroica.

Hanna y Julia se quedaron a dormir con ella esa noche.

Sin embargo, ninguna pudo dormir, pues se pusieron a intercambiar impresiones; Toph confesó que ella y Kai le habían seguido la pista al acosador de Khanna, ella les explicó que "El Cazador" iba a por ella y Kai, mientras que Hanna pasó la mayor parte de la noche reflexionando mientras sus dos amigas hablaban.

A eso de la una o dos de la mañana, la charla fue interrumpida por una llamada de Kai.

— Nos atacaron los malasangres. Estamos cerca de una agencia de carros... ¿Dónde dices? - Preguntó Kai a alguien de su lado de la línea - Mei dice que estamos en Las Trancas, eh... junto a Plaza Xanat, creo - Balbuceó él - ¿Crees que puedas venir por nosotros?

Toph suspiró. Claro que lo haría, más por las ganas de saber en qué se había metido su amigo que por querer ayudarlo a las dos de la mañana en sí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro