Viernes
4:30 PM

— Escuchaste, ¿no? - Preguntó Hanna.

Julia ya estaba algo harta, pero no pensaba desquitarse con Hanna pese a que ella era la principal fuente de estrés en su vida.

— Que vaya a irse a un concierto con Nessa y sus amigas no significa que no nos quiera - Argumentó ella, harta de que Hanna dijese una y otra vez que sentía que Kai las estaba cambiando - Además, estamos haciendo tarea, no deberías estar pensando en eso.

Hanna resopló y siguió subrayando su fotocopia del manual de la RAE para las fichas de trabajo de Español con el profesor Davriel. Ambas estaban algo ocupadas, pues por repasar para la recién finalizada temporada de exámenes, no habían hecho sus tareas.

Khanna se sintió agradecida cuando, después de un par de horas, Hanna no había vuelto a mencionar el tema y las tareas estaban terminadas ya.

— Siento que se me va a caer la mano - Exhaló Khanna, sacudiendo la mano derecha una vez hubo soltado el bolígrafo; Hanna había terminado uno o dos minutos antes que ella, así que estaba viendo su teléfono.

— Incluso tuvo tiempo para ir con Xany al café como cada fin de semana - Suspiró Hanna. Ella había subido una foto con Kai en una de las mesas de ese café, cada uno con un churro relleno en la mano.

— Anda, ¿por qué te afecta tanto con quién se junte o deje de juntar Kai? - Preguntó Khanna, harta de escuchar a su amiga mencionarlo cada cinco segundos.

— Es que, desde hace dos semanas está raro, como intentando llevarse mejor con Nessa. ¿Por qué? Desde el primer día nos miraba feo, yo...

— Yo le pedí que intentara llevarse bien con ella.

Hanna volteó a verla como si tuviese monos en la cara o algo así.

— ¿Por qué harías eso?

"Porque te odia. ¿Quién te querría cerca? Todos ellos son tan perfectos y amistosos y tú solo eres tú". Susurraron las voces dentro de la cabeza de Hanna, a quienes se esforzó por callar.

— Porque me gustaría que todos nos llevemos bien, ¿sabes? Me gustaría que... bueno, no quiero que todos acabemos peleados si apenas es primer semestre, ¿sí?

— Sí, supongo.

— Vamos por algo de comer, ¿te parece?

Hanna se lo pensó por el breve lapso de dos segundos, pero después asintió enérgicamente. Las voces se retiraron al oscuro rincón del que habían salido.

Tras una pizza y un vaso de refresco para ambas, Khanna escuchó a alguien tocar a la puerta. Se incorporó con pesadez y sin muchas ganas de contestar, pero de todos modos sabía que, de nuevo, sus familiares no estaban en casi ni llegarían en unos días. Sin embargo, cuando se encontró a Toph (la amiga de Kai) del otro lado de su puerta, no supo bien qué pensar, mucho menos qué decirle.

— Ven conmigo - Le pidió la menuda chica - Sé dónde está el que te persiguió la otra noche, vamos a seguirlo.

Aquella invitación fue algo inesperado y repentino, difícil de procesar incluso si Khanna no hubiese tenido cinco rebanadas de pizza y medio litro de pepsi cola en el organismo.

— Pero... ¿cómo? - Alcanzó a articular Khanna.

— Podemos atraparlo, ¿vienes o no?

Entonces Toph se asomó por debajo del brazo de su amiga y pudo ver a Hanna sentada en el sofá, sorbiendo el último trago de refresco a través del popote.

— ¿A dónde irás? - Preguntó ella en voz alta - Vamos, ya estoy lista.

— No importa si viene - Aseguró Toph - De hecho, mientras más mejor, ¿no?

Khanna no estuvo muy segura y el hecho de que Hanna sostuviese el arma eléctrica al revés no le proporcionaba tranquilidad alguna, sin embargo, Hanna insistió en ir con ellas tanto como insistía con el tema de Kai cuando se le daba la más mínima oportunidad. Además, Khanna podía entenderla; se sentiría fatal si además de Kai, ella también dejaba de lado a Hanna por alguien más.

En el camino, ambas pusieron al corriente a Hanna acerca del hombre que siguió a Khanna el otro día. Hanna no solo se preocupó, sino que además sus ganas de participar en lo que sea que estuviesen haciendo sus amigas se redujeron al mínimo, pero no pensaba abandonar estando las tres ya en el centro de la ciudad a las siete y media de la noche, cuando el afluente de personas que paseaban de un lado al otro comenzaba a disminuir rápidamente. Pronto, solamente quedarían los que iban al cine o salían de él.

— Ahí está, va a entrar a la librería - Señaló Toph, quien por algún motivo que Khanna desconocía, sabía que estaría ahí.

Ahora que era un poco más temprano y sin tanta neblina, Khanna pudo ver a su acosador; era un hombre de chaqueta rojo oscuro con el símbolo de un colmillo en color blanco a su espalda. Era un chico atractivo, aunque mucho más joven de lo que esperaba. Probablemente era de la edad de Toph y Kai, mientras que ella rondaba ya los 25.

— Si me quiere a mí...

— Estaremos haciendo guardia aquí afuera - Garantizó Toph, apretando con fuerza su arma eléctrica, cubriéndose detrás de una camioneta vacía que estaba aparcada al lado de la tienda.

Hanna no estaba tan segura, pero se aseguró de no demostrarlo. Ambas vieron entrar a su amiga a la librería, pero casi de inmediato la perdieron de vista, por lo que solo les quedaba confiar en que su amiga no fuese atacada al interior del establecimiento, con clientes y empleados mirando.

— Oye Toph - Dijo Hanna en voz baja sin dejar de mirar hacia la librería.

— Hmmm - Gruñó ella a modo de respuesta.

— ¿Crees que a Kai le gusta Nessa?

Toph no pudo evitar reírse.

— ¿Qué? ¿De dónde sacaste eso?

Las voces de Hanna no supieron qué decir, tan desconcertadas como ella; estaba casi segura de que a Kai le empezaba a gustar Nessa y por eso quería pasar más tiempo con ella.

— Pero entonces...

— Si quieres saberlo, lo más seguro sería preguntarle a Kai, ¿no crees?

Básicamente, le había dicho lo mismo que Nessa, aunque con un poco más de tacto. Hanna estuvo a punto de preguntarle algo más, pero el ruido al interior de la librería llamó la atención de ambas; Toph salió corriendo al interior, reaccionando sumamente rápido, caso contrario al de Hanna, quien tardó un segundo más que ella.

De repente, Toph se sintió como Kai, quien parecía salir corriendo hacia el peligro a cada rato, como esperando la ocasión correcta para hacerse el héroe. Cuando entró a la librería y Hanna detrás de ella, el lugar ya estaba hecho un pandemonio, pues un par de estantes habían sido derribados y obstaculizaban la caja. Decenas de libros estaban desperdigados por el suelo, dificultando enormemente el paso. Toph pudo escuchar a Khanna gritando, pero no pudo encontrarla en ese mismo momento.

¿Por qué Kai había escogido justo ese día para irse? ¿Por qué quiso ir tras el acosador de Khanna por su cuenta, sabiendo que no lo tendría a él para cubrirse las espaldas? La desesperación comenzó a poseer el cuerpo de Toph, quien inmóvil como estaba al interior de la tienda, no se dio cuenta de que tenía el teléfono de Khanna tirado frente a ella hasta que Hanna la alcanzó y al verlo, lo levantó para ofrecérselo.

— Qué... ¿Qué pasó? - Quiso saber ella, confundida.

— Debió causar el alboroto para distraernos. Creo que... debió hacerle algo a Khanna y...

Hanna intentó seguir, pero no pudo; de todos modos, era algo obvio. El acosador había engañado a ambas para poder secuestrar a Khanna. Sin su teléfono a la mano, sería imposible intentar rastrearla.

El sonido de un motor arrancando llamó la atención de ambas; afuera de la librería, una la camioneta tras la que ambas se habían ocultado estaba acelerando.

— ¡Se la lleva! - Chilló Hanna, quien esta vez salió corriendo más rápido que Toph.

Sin embargo, para cuando las dos abandonaron el interior de la librería, lo único que vieron fue los tres números de la placa: "327".

— ¿Qué haremos ahora? - Preguntó Hanna, visiblemente preocupada.

— Encontrarla idiota - Contestó violentamente Toph, pateando una piedrecilla frente a ella - ¿Qué otra cosa podemos hacer?