
Capítulo 51
Su madre cocina realmente bien, he quedado realmente satisfecha. Y aunque me he ofrecido a lavar los platos ella no me ha dejado y me ha mandado a dormir...
Y ahora he caído en la cuenta de que le estoy quitando su cuarto a Sergio.
—De verdad, yo puedo dormir en el sillón —le insisto por quinta vez.
—Que no, yo me quedaré en el sillón —es la quinta vez que me contesta eso.
—De verdad que no me importa, yo soy la que insistió en quedarse en tu casa, me siento rara quitándote tu cuarto —digo abrazando la almohada que me puso en las piernas para que dejara de jugar con mis manos mientras él tomaba su pijama y algo de ropa.
—No Berenice, no.
Suspiro y me doy por vencida.
—Por cierto, tu mamá me llamo Nice hace un rato...
Él se queda quieto un segundo de espaldas a mí pero luego sigue buscando su ropa.
—Les dije que no lo dijeran frente a ti.
— ¿Frente a mí?
De nuevo se queda quieto.
—Sí, yo... Ellos...
—Me gusta
— ¿De verdad?
—Sí, no me habían dicho un diminutivo desde que tenía tres años. Me gusta
Voltea y me sonríe.
—Muy bien Nice.
—Oye, ha pasado mucho tiempo pero... Sabes algo de todo esto, ¿qué ha pasado mientras yo estaba...Tomándome unas vacaciones? —sí, digámosle así.
—Casi nada, bueno, nada nuevo, más chicas muertas solamente, ya ni siquiera se molestan en poner mucha seguridad en las escuelas, creo que se dieron cuenta de que igual mueren
— ¿Y tampoco hay ningún avance?
—No, no han dicho nada
—Sergio, estuve pensando y bueno, normalmente cuando alguien muere se hace toda una investigación y aunque quede estancado el caso aun así, a menos de que tengan las pruebas suficientes, no pueden afirmar que fue accidental, suicidio u homicidio, ¿no?
Él se acerca y se sienta junto a mí, dejando a un lado unas cuantas prendas dobladas que traía en sus manos.
— "Inocente hasta probar lo contrario" se supone que tendría que ser algo así, sin pruebas no hay delito pero tampoco pueden afirmar que fue suicidio o accidente.
—Pero aquí con casi todas han afirmado que fue accidental, no aceptaron ninguna otra sugerencia, desde el primero dijeron que había sido accidental. Estaban bastante seguros.
—Normalmente se investigan todas las posibilidades, aunque todo indique a algo aun así investigan todos los posibles sucesos, pero me imagino que este caso ha de haber sido demasiado para ellos... Cientos de chicas muertas, miles de sospechosos: la familia de cada una, sus amigos, incluso sus vecinos... a veces es mejor fingir que todo fue un accidente que causar pánico nacional teniendo que dar explicaciones de porque se les interrogaba a las personas. Tendrían que haber dicho que había sospechas de asesinato y eso habría hecho que todo se saliera de control, su relativo control.
—Por eso lo de los accidentes —asiento, comprendiendo.
—Tal vez podrían haber logrado resolver el caso de las primeras tres, pero tuvieron muy poco tiempo antes de que murieran más y más. Un solo caso puede llevar décadas resolverlo pero con cada muerte todo se iba enredando más y más hasta que ya no se pudo avanzar.
— ¿Cómo pensaste todo eso?
—Bueno... tuve mucho tiempo libre en vacaciones.
— ¿Crees que lo de Erin esté relacionado? Yo no la maté, pero ella no creo que se suicidara así como así.
—Cada cabeza es un mundo... pero ella no era el tipo de chica que se lanzaría del cuarto piso, ¿o sí?
—No lo creo.
— ¿Reconociste alguna palabra que ella siempre dijera en la carta que dejó?
—Mmm... Creo que no, pero me sorprendió que citara a Gandhi, ni siquiera yo había escuchado esa frase suya. Aunque Erin era el tipo de chica que si quería te sorprendía en grande con lo que hacía, la verdad no tengo idea de si esa carta la escribió ella o no, aunque por lo impredecible, posiblemente sí lo haya hecho.
—Entonces por el momento no podemos deducir nada de su muerte.
—No. Por cierto, ¿cómo te enteraste que iba a ser mi juicio...?
—Anna me lo dijo.
— ¿Anna? ¿Y no estaba enojada conmigo? —debe odiarme, Erin y ella eran como uña y mugre.
—Pues... Dijo que se lo merecía... Pero tenía los ojos rojos —mira el piso —Y me dijo que por muy culpable que parecieras, tu no la habías matado, que lo había comprobado de primera mano hacía unos meses —Anna... —me lo dijo al día siguiente de que te encerraran y me puse a investigar y a conseguir la orden y las pruebas , apenas y me dio tiempo.
—Ya veo...
—Pero además —volteo a verlo de nuevo —hasta ese día no había caído en la cuenta de cuántas chicas quedaban aún asistiendo a clases...
— ¿A qué te re...
—Cuando me di cuenta... —mira hacia otro lado —Anna era la única chica que vi en la escuela ese día.
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