Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19


Tal vez no quieras recordar...

¿Y si tiene razón?

¿Y si de verdad no quiero recordar?

¿Qué hice que mi cerebro ni siquiera quiere reconocerlo?

Pienso un poco en el hecho de que apenas se sorprendió cuando le dije que me drogaron. Y comienzo a preguntarme si después de todo, eso no es tan malo.

¿Estoy siendo una exagerada?

¿Le estoy dando mayor importancia de la necesaria?

Yo me siento engañada y sucia, ¿Pero después de todo solo fue una broma, no? Una estúpida broma de chicos de preparatoria.

Me cubro la cara con las manos.

Si pensar en eso tan solo pudiera hacer que todo fuera menos doloroso... Pero no lo hace.

Por la noche soy incapaz de dormir y olvido poner la alarma para el día siguiente, así que finalmente cuando me quedo dormida ya son más de las dos de la mañana y cuando me despierto ya van a dar las nueve, y aunque podría llegar tarde, tal vez a la cuarta clase, aun así no tengo el ánimo como para ir, sigo sin querer ver a nadie, ni siquiera a mis amigas y en especial sería demasiado para mí ver a Sergio.

Afortunadamente mi madre no me despertó a las seis de la mañana, y cuando le digo que no me siento bien, me deja quedar en la casa y se ofrece a quedarse conmigo para cuidarme, pero la rechazo y finalmente ella se va a trabajar.

Pero quedarme es malo, después de unas horas con mis pensamientos volando sin control, ahora si de verdad me siento mal. Intento olvidar lo que sucede leyendo un libro de fantasía, pero soy incapaz de concentrarme y disfrutar la lectura, así que dejo de leer.

Otra vez no puedo dormir en la noche, de nuevo mi cerebro se hace tantas preguntas que hasta me duele pensar, pero esta vez sí pongo el despertador de mi celular a las 5:30 am, aunque como me duermo de nuevo como a las dos de la mañana, por la mañana no quiero levantarme y aviento el celular contra la cama cuando suena la alarma, y para mi mala suerte rebota en ella y cae al piso con fuerza. Aunque no me importa que el cristal se cuartee y me quede sin teléfono móvil, ya no me importa.

Hoy ya no pienso quedarme en casa, no lo soportaría. Me pongo cualquier cosa, si no fuera por el frío que está haciendo me iría con pijama, lo cual es un gran contraste con hace dos días que me sentía lo suficientemente animada como para vestir una falda y una blusa, como mi madre siempre esperaba que hiciera, y en lo cual casi nunca la complacía.

Prendo la televisión.

"Se encuentran los cuerpos de otras tres estudiantes en el plantel 60, 21 y 43 no se conocen las circunstancias de muerte pero los investigadores no creen que los decesos estén relacionados porque han sido halladas en diversos lugares de las escuelas, no en las albercas..."

¿Enserio? Me quedo mirando la televisión con la boca entreabierta; las albercas se han cerrado, que no hayan sido encontradas en ellas no quiere decir que no estén relacionadas sus muertes, ¿son idiotas o qué?

Aunque por otro lado el número me preocupa; nueve chicas en menos de dos semanas... Las últimas cinco con unos días de diferencia.

Sé que está mal que piense esto, pero me consuela saber que yo no pude haber matado a tantas personas...

Los ojos se me llenan de lágrimas, no debería de consolarme saber que no maté a ocho chicas... Debería de llorar porque han muerto más personas.

Está vez dicen que no es obligatorio ir a la escuela, que estás vez ya no nos forzarán, puedo no ir...

Antes me habría alegrado mucho no ir a la escuela, pero ahora... Puedo esconderme en un agujero y no salir hasta que pase la tormenta, pero... ¿Y si no pasa?, Si lo hago no querré salir nunca más, si me la paso como ayer jamás podré hablar con nadie, jamás podré llevar una vida más o menos normal, estoy segura de que el miedo podrá conmigo, como siempre.

Tomo mi mochila y le digo a mi madre que vayamos. Mis padres no han visto las noticias, así que no saben lo que pasó hoy, y no pienso decírselos, posiblemente no me dejarían ir si lo supieran... Es mejor así, aunque tarde o temprano lo sabrán, por mí o por alguien más. Por el momento prefiero que sea por la segunda opción

La escuela está desolada de nuevo y estoy dispuesta a no quedarme en el salón si está Sergio. Afortunadamente para mi sorpresa no está, y en su lugar está Alison que me saluda cuando me ve entrar. Trato de sonreír aunque creo que no lo hago muy bien.

—Hola.

—Hola.

—Oye, ¿estás bien?, respecto a lo del martes... —-comienza pero la interrumpo.

—No quiero hablar de eso.

Para mi alivio deja a un lado el tema como si nunca lo hubiera tocado. En este momento la adoro por eso.

— ¿Por qué tan madrugadora? — pregunta en su lugar.

—No sabía de lo de... Ya sabes —miento.

—Ohhh.

— ¿Y tú?

—Soy tan madrugadora como siempre.

Me rio un poco ante el sarcasmo ¿Madrugadora ella?, si claro.

—No sé por qué vine —digo cuando se pasa la gracia y me recuesto en mis brazos. Bueno, si lo sé, pero estar en la escuela en esta situación no tiene mucho caso.

—Tranquila yo no sé porque me quedé.

Nos quedamos en silencio. No ha llegado nadie más y creo que no lo harán. Ni siquiera creo que venga algún profesor.

Pasan las horas y no llega nadie. La escuela está demasiado desolada, pero aun así está abierta, las clases deben continuar, al parecer aunque no vayan alumnos ni profesores.

Termina el día y apenas y hemos tenido dos clases, en las cuales los profesores solo han intentado que entráramos en razón respecto a lo que está pasando. Yo lo sé bien, no necesito que me lo digan.

Salimos y cada una se va para su lado... Voy hacia el camión porque hoy no vendrán por mí, pero... ¿Qué hago sola en mi casa? Hoy en jueves y mis padres llegarán tarde, puedo quedarme un rato más, o si me tardo mucho puedo buscar un teléfono público y avisarle a alguno que yo también llegaré en la noche, tal vez mi madre se ponga un poco histérica, pero no puede exigir mucho cuando ambos llegan muy tarde de trabajar casi toda la semana, aunque mamá suele compensarlo recogiéndome el día que tiene libre entresemana.

Pienso unos minutos y me regreso a la escuela, sé que hay muy pocos alumnos, pero al menos nos estaré tan sola para encerrarme en mis pensamientos y terminar volviéndome loca.

Entro a la escuela, voy a la biblioteca, tomo un libro de historia y comienzo a leer sobre Hitler... Se prácticamente todo de él, pero ahora la segunda guerra Mundial la veo muy lejana... Incluso me parece lejana la primera semana de clases, la primera chica muerta que encontraron, todo me parece como si hubiese pasado en otro tiempo, hace muchos, muchos años...

Ya no soy la chica despreocupada pero responsable que solo buscaba tener las mejores calificaciones, ahora no sé qué quiero...

Bueno, si sé que quiero... Quiero descubrir que está pasando, quien mató a tantas personas... Y por qué. Tal vez eso es lo único que me mantiene en pie y con la mete relativamente cuerda.

Ya es tarde así que guardo el libro y bajo para salir de la biblioteca, no me cruzo con nadie en las escaleras, en la recepción solamente hay una señora que se encarga de registrar el préstamo de libros, y que apenas me pone atención cuando paso frente a ella, pero de ahí en fuera no me he cruzado con algún estudiante, nadie... Solo fuera, fuera hay dos personas hablando junto a las escaleras de emergencia de la biblioteca y no sé porque me siento tan animada de ver a alguien más. No es como si yo fuera la última persona en la tierra...

Camino inconscientemente hacia los chicos, o chicas... No lo sé, ambos tienen chamarras de color negro que les cubren la cabeza, y cuando estoy a unos cuantos metros me detengo, ¿qué estoy haciendo?

No puedo iniciar una conversación con ellos como si nada, nunca se me ha dado bien y ellos no tendían que aceptar a una chica solitaria que solamente no quiere estar sola. Ni siquiera tendría que pensar en hablarles a dos personas que se encuentran en la escuela aun cuando está prácticamente desierta en la noche. Comienzo a sentir escalofríos.

Ya es tarde, estoy prácticamente sola en un tiempo en el que matan a las estudiantes en sus escuelas... en la noche,

Me hago para atrás, me tropiezo con la banqueta, un pequeño escalón justo fuera de la puerta de la biblioteca y me caigo de sentón. Tengo el vello erizado, el frío me pega de pronto y comienzo a temblar. Ha anochecido, no tengo idea de que hora es y... Entonces voltean al escucharme caer.

Uno hecha a correr lejos de mí y el otro se acerca, yo me paro como puedo y echo a correr lejos. Escucho pasos detrás de mí pero yo solo corro como si no hubiera un mañana.

Rodeo los baños de la biblioteca y paso corriendo por afuera de las canchas de voleibol y de básquetbol que justo ahora están desiertas, y me subo por las escaleras de emergencia del edificio "E", que es el que tiene más pasillos en los cuales perderse y entro en él. Me recargo junto a la pared y trato de calmar mi respiración acelerada mientras presto atención a mi alrededor; aunque es difícil debido al sonido del aire entrando en mis pulmones con dificultad y los latidos de mi corazón resonando con fuerza en mis oídos y maldigo a mi mala condición física por ello, bueno, a eso y al miedo.

Cuando finalmente me calmo no escucho nada, no hay pasos, creo que incluso se escuchan los grillos cantar. Después de unos minutos me dejó caer por el muro de ladrillo que tiene una capa de pintura y brillo e intento pensar, con tranquilidad, aunque ahora estoy sudando frío.

Me quedo un rato allí, ya es de noche, pero no sé qué hora sea, las luces del edificio están apagadas. Al parecer nadie está dando clases ahí.

Abro mi mochila y comienzo a buscar mi celular.

— ¡Estúpida!, Rompiste tu celular, tonta —susurro y al momento me cubro la boca con las manos. En lo de estúpida definitivamente no exagero. También olvidé avisarles a mis papas que llegaría tarde.

Me levanto ya más tranquila y camino hacia unas escaleras más grandes y que son las principales de este edificio. Creo que exageré, pero ¿quién rayos anda encapuchado en la noche en la escuela?

Comienzo a bajar las escaleras y escucho unos pasos antes de sentir el choque y caer al suelo por segunda ocasión en la noche.

Me levanto como rayo y hecho a correr de nuevo arriba... No hay clases en este edificio, ¿quién rayos subiría? Aparte de mí, claro.

Echo una ojeada hacia atrás antes de seguir corriendo y entonces me paro en seco.

¿Alison?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro