Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18



Drogar...

Todo me da vueltas y no sé qué pensar, me detengo de la pared que tengo detrás de mí y me sujeto la cabeza. Me duele y los oídos me zumban.

Me drogaron... De solo pensarlo me dan náuseas, porque seguro que no solo fue eso...

—Berenice —me dice Sergio y tiene lágrimas en los ojos —yo no... —Se acerca a mí y yo me pego más a la pared —te juro que no te tocaron, nadie te hizo nada, yo no me atreví ni siquiera a moverte para llevarte a tu casa...

Creo que me caeré y tengo ganas de vomitar pero lo peor es que estoy aterrada, tengo tanto miedo de lo que pasó esa noche, ¿qué no me tocaron? Tal vez sea cierto pero aun así...

—Berenice...

Abro la puerta y salgo corriendo como puedo porque tengo la vista nublada, estoy un poco mareada y estoy temblando.

Él no me sigue.

Si me drogaron y él no me llevo a mi casa, entonces... Si estuve en la escuela de noche... Yo pude haber matado a Sara, pero, no recuerdo nada, ni siquiera sé cómo llegue a mi casa... No sé nada, no sé qué hacer. Más que temer por mí, temo por lo que pudo haber sucedido aquella noche, temo haber sido testigo de algo que no recuerdo.

Bajo corriendo las escaleras y me tropiezo al final de ellas, me caigo y me duelen las rodillas, pero me levanto y sigo corriendo.

Pero además de todo... Por qué Sergio me dijo que le gustaba si... ¿lo dijo en serio? ¿En serio yo le gustaba? Si sus amigos me drogaron... ¿quién me dice que él no jugó conmigo? ¿Si ellos fueron capaces de drogarme, el habría sido capaz de salir conmigo?

Ahora lloro de rabia porque yo salí con él, lo bese, me permití quererlo... Por algo soy tan imparcial con la gente, porque si te encariñas particularmente con alguien, solo sales lastimado.

— ¡Basta! —Me digo — ¡deja de llorar! , ¡Deja de ser tan estúpida! —Me limpio las lágrimas con furia — ¡sabes que no solucionas nada llorando como bebé!

Lo que pasó, ya pasó y no puedo hacer nada, además... Creo que no me hicieron nada, a parte de un fuerte dolor de cabeza el viernes seis de enero, no estaba lastimada, así que creo que es verdad que no me tocaron.

¡Pero aun así, no tenían derecho!

Me siento en las escaleras de emergencia donde estuvimos hace un rato mis amigas y yo hablando con Sergio, me abrazo las piernas y me quedo viendo el pequeño jardín botánico que está ahí, a un lado de las escaleras, nunca he entrado en él, puesto que no está permitido, pero siempre me gustó mirarlo, y ahora no es la excepción, me tranquiliza aunque sea solo un poco.

Tal vez mis amigas tengan razón, tal vez yo maté a Sara, drogada no recuerdo nada, aunque de todas formas eso no es excusa, si en realidad lo hice, creo que nadie tendría la más mínima condescendencia conmigo al ser acusada, todos verían solamente a una asesina.

Me quedo pensando en mi horrible vida y no noto las horas pasar.

— ¿Estás bien? —me dice alguien de repente.

Giro la cabeza y veo a una conocida de cabello negro y piel blanca a unos pasos de distancia, en la parte de arriba de las escaleras. No hablo con ella directamente desde hace mucho, desde la secundaria creo, pero era mi mejor amiga, lo sigue siendo.

—Hola Cameron, yo...sí —contesto sin ganas, aunque sea ella no me apetece hablar justo ahora.

—No lo pareces —contesta entonces bajando los escalones y acercándose a mí.

—Lo estoy.

Ella no dice nada y solo se sienta conmigo.

—Si lloras por lo de hace un rato, perdón, yo las escuché, tal vez quieras saber que tus amigas​ se sienten muy mal por haber desconfiado de ti. Se les nota demasiado.

—No estoy así por eso pero gracias —le digo, pero desearía que se fuera, de verdad no quiero hablar con nadie.

—Sus preguntas eran muy duras, admito que por un momento dude de que tal vez tú tuvieras algo que ver con las muertes, pero lo de que no matas ni a una mosca es en serio, no era metáfora, conviví contigo por mucho tiempo, creo que puedo ser testigo de eso —miro el piso de cemento rugoso y gris.

—Gracias, pero aun así...

—Me sorprendió que salieras con Sergio.

Asiento lentamente con la cabeza, pensativa, y ahora de nuevo quiero ponerme a llorar.

—A mí también... — ahora que lo pienso... Él no era mi tipo, popular, guapo e inteligente... ¡Estúpida! ¿Enserio te lo creíste? Aunque tampoco yo me consideraba poca cosa, ahora comienzo a dudarlo.

—Te quiere.

— ¿Qué? —La miro desconcertada, ¿Por qué dice eso?

—Él te quiere —ella mira la pared del gimnasio que queda un frente, bajando las escaleras —te quiere lo suficiente para mentir y decir que estuvo contigo ese día, porque no lo estuvo, ¿verdad?

— ¿Qué? Cameron, yo...

—Pero no creo que la hayas matado —hace una pausa —la Berenice que yo conozco no lo haría.

— ¿Por qué piensas...?

—Tu cara cuando te interrogaban... Estabas asustada, no confiada, esa no era la cara de una asesina a sangre fría, aunque no sé por qué hiciste que él mintiera. Si yo solamente hubiese sido un testigo cualquiera y no conociera a ninguno de los interrogados tal vez me habría creído sus palabras, pero.... te conozco desde que teníamos doce años y no podría creer que mataras a alguien, aunque también sé que te pones muy nerviosa cuando no tienes todo controlado, cuando no sabes que va a pasar— se ríe un poco— tenías una cara de susto como si temieras que se derrumbara una pirámide de naipes que ni siquiera sabías que habías construido.

Otra vez estoy llorando.

—Yo... Cameron, yo no recuerdo nada —digo y apoyo mi cara en mis manos —no tengo coartada porque no tengo idea de que pasó, creía saberlo, quería saberlo: el jueves 5 de enero pero solo por rutina, seguramente había salido, habían venido por mí y me había ido a mi casa , pero estuve pensando y mis papás no estaban en casa, no vinieron por mí, y yo nunca me subí a un camión, no sé qué pasó Cameron —no puedo creer que me esté abriendo de nuevo con ella, hacía mucho que no nos hablábamos, pero acepto que ella es la persona que mejor me conoce después de mi familia, incluso tal vez más. Un año atrás habría corrido a llorar en su hombro si algo así hubiera pasado, y después de contarle todo, ella seguramente habría dicho que golpearía a quien me hubiese hecho llorar, aunque solamente se quedará en una promesa, ya que ella era demasiado tranquila y serena para eso, aunque por el momento me habría hecho sentir mejor. Y yo habría hecho lo mismo por ella, si hubiera sido el caso, aunque yo nunca la había visto llorar.

—Tal vez deberías intentar recordar.

—Me drogaron Cameron —confieso — ¿cómo hago para recordar? —sollozo.

— ¿Quién lo hizo? —pregunta entonces seriamente. Y me reconforta un poco que lo haga, pero aun así me quedo callada.

No puedo seguir involucrándola en mis problemas, ambas hemos hecho nuevos amigos y en los últimos meses apenas hemos hablado por mensaje acerca de cosas sin importancia. Lamento que ahora que por fin nos hemos vuelto a ver, tenga que escuchar mis quejas y consolarme.

—Ya no importa— digo y recargo la cabeza en la pared.

Ella guarda silencio un momento, pero luego continúa.

—No te preguntaré más si no quieres hablar, pero aunque no sé mucho sobre los efectos secundarios de todas las drogas, creo que tal vez no recuerdes por otra cosa, tal vez no quieras recordar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro